viernes, 10 de mayo de 2024

Capítulo 9. VII. Las dos evaluaciones.

  VII. Las dos evaluaciones.

1. La Voluntad de Dios es que tú encuentres la salvación. 2¿Cómo, entonces, no te iba
a haber proporcionado los medios para encon­trarla? 3Si Su Voluntad es que te salves, tiene que haber dispuesto que alcanzar la salvación fuese posible y fácil. 4Tienes hermanos por todas partes. 5No tienes que buscar la salvación en parajes remotos. 6Cada minuto y cada segundo te brinda una oportuni­dad más para salvarte. 7No dejes pasar esas oportunidades, no porque no vayan a repetirse, sino porque demorar la dicha es innecesario. 8La Voluntad de Dios es que seas completamente feliz ahora. 9¿Cómo podría ser que ésa no fuese también tu voluntad? 10¿Y sería posible asimismo que ésa no fuese también la voluntad de tus hermanos? 

Creo necesario entender bien el significado que da UCDM cuando hace referencia a la salvación. Lo creo necesario por la sencilla razón de que ese significado difiere mucho del que le otorga otras enseñanzas espirituales. Veamos cómo define la salvación las enseñanzas basadas en el estudio de la Biblia: 

“La salvación en la Biblia se refiere a la liberación espiritual de los seres humanos del poder del pecado y de la muerte eterna. Según la Biblia, Dios nos ofrece la salvación por medio de Jesucristo y nosotros debemos aceptarla. La salvación es un regalo de Dios, uno que no merecíamos. Y lo recibimos solo al aceptarlo de todo corazón. No es necesario hacer nada más”. 

La salvación es un término que generalmente se refiere a la liberación de un estado o condición indeseable. ​ En la religión, la salvación es la protección del alma del pecado y de sus consecuencias”. 

Podríamos aportar más referencias en las que encontraremos una misma causa que justifica ser salvados o alcanzar la salvación. Dicha causa es el pecado. 

UCDM, nos deja claro que no es aplicable al espíritu, pues éste no está en peligro y, por lo tanto, no tiene que ser rescatado. Es muy importante compartir esta certeza, pues de lo contrario, nos dejaremos seducir por las creencias del ego, las cuales, sí piensan que somos pecadores y que debemos ser salvados de dicha condición.

¿Qué es la salvación desde el punto de vista del Curso? 

“La salvación no es otra cosa que "mentalidad recta", que aun­que no es la Mentalidad-Uno del Espíritu Santo, se debe alcanzar antes de que la Mentalidad-Uno pueda ser reinstaurada”. 

¿La salvación es un logro personal e individual? 

La salvación es una empresa de colaboración. No la pueden emprender con éxito aquellos que se desvinculan de la Filiación porque al hacer eso se desvinculan de mí. Dios acudirá a ti sólo en la medida en que se Lo ofrezcas a tus hermanos. Aprende primero de ellos, y estarás listo para oír a Dios”. 

Ahora sí. Ahora sí me encuentro capacitado para continuar profundizando en este apartado. 

Durante mucho tiempo, me he visto reflejado en la búsqueda espiritual emprendida por muchos de mis hermanos. Dicha búsqueda nos invitaba a buscar la salvación, el despertar espiritual, en parajes remotos. Lo sentíamos como una necesidad de hacer algo “especial” con nuestras vidas, para llenar ese vacío que nos impulsaba a satisfacer el deseo de ayudar a los demás, de ser útiles y de propagar nuestra fe por doquier. 

Hoy, esta inquietud la veo de otra manera. Hoy, soy consciente de que el despertar no depende de la distancia, ni del tiempo. Es más, tengo la certeza, de que la vida, en su inmensa sabiduría, nos rodea de aquello que nos ofrecerá la oportunidad de salir de nuestro sueño y de alcanzar la mentalidad recta. 

2. Ten presente, pues, que sólo en esa voluntad conjunta, y sólo en ella, os encontráis unidos. 2Podrá haber desacuerdo en todo lo demás, pero no en esto. 3Ahí, pues, es donde mora la paz. 4Y tú moras en paz cuando así lo decides. 5Pero no puedes morar en paz a menos que aceptes la Expiación porque la Expiación es el camino que conduce a la paz. 6La razón de ello es muy simple, y tan obvia que a menudo se pasa por alto. 7El ego le tiene miedo a lo obvio porque lo obvio es la característica esencial de la reali­dad. 8No obstante, tú no puedes pasarla por alto a menos que no estés mirando. 

La Expiación que nos ofrece el Espíritu Santo es el camino que nos conduce a la paz. La razón de ello es muy simple y obvia, pues para alcanzar la paz, debemos corregir nuestra percepción errada, la que nos lleva a la creencia en la separación. La Mentalidad-Uno o Percepción Correcta nos abre la mente a la unidad, desde donde vemos a nuestros hermanos como partes de la Filiación. 

3. Es perfectamente obvio que, si el Espíritu Santo contempla con amor todo lo que percibe, también te contempla a ti con amor. 2La evaluación que Él hace de ti se basa en Su conocimiento de lo que eres, y es, por lo tanto, una evaluación correcta. 3Y esta evalua­ción tiene que estar en tu mente porque Él lo está. 4El ego está también en tu mente porque aceptaste que estuviese ahí. 5La eva­luación que él hace de ti, no obstante, es exactamente la opuesta a la del Espíritu Santo, pues el ego no te ama. 6No es consciente de lo que eres, y desconfía totalmente de todo lo que percibe debido a que sus percepciones son tan variables. 7El ego, por lo tanto, es capaz de ser desconfiado en el mejor de los casos, y cruel en el peor. 8Ésa es la gama de sus posibilidades. 9No puede excederla debido a su incertidumbre. 10Y no puede ir más allá de ella por­que nunca puede estar seguro de nada. 

Este punto, lo considero muy importante. No podemos olvidar que, al igual que el Espíritu Santo se encuentra en nuestra mente, el ego, también lo está, de ahí que nuestra evaluación es dual, esto es, nos lleva a servir a Dios o al ego; a elegir entre la verdad o la ilusión, entre el amor o el miedo. 

4. Tienes, pues, dos evaluaciones conflictivas de ti mismo en tu mente, y ambas no pueden ser ciertas. 2Todavía no te has dado cuenta de cuán extremadamente diferentes son porque no entiendes cuán elevada es realmente la percepción que el Espíritu Santo tiene de ti. 3El Espíritu Santo no se engaña con respecto a nada de lo que haces, porque nunca se olvida de lo que eres. 4El ego se engaña con respecto a todo lo que haces, especialmente cuando respondes al Espíritu Santo, ya que en esos momentos su confu­sión aumenta. 5Es muy probable, por lo tanto, que el ego te ataque cuando reaccionas amorosamente, ya que te ha evaluado como incapaz de ser amoroso y estás contradiciendo su juicio. 6El ego atacará tus motivos tan pronto como éstos dejen de estar clara­mente de acuerdo con la percepción que él tiene de ti. 7En ese caso es cuando pasa súbitamente de la sospecha a la perversidad, ya que su incertidumbre habrá aumentado. 8Es evidente, no obs­tante, que no tiene objeto devolverle el ataque. 9Pues ¿qué podría significar eso, sino que estás de acuerdo con su evaluación acerca de lo que eres? 

Nos revela este punto que, el Espíritu Santo no se engaña con respecto a nada de lo que haces, porque nunca se olvida de lo que eres. Este mensaje me ha llevado a recordar otra aportación recogida por la Enseñanza, que me permitió entender mejor la labor del Espíritu Santo en comunión con nuestro despertar: 

“El Espíritu Santo está siempre en comunión con Dios, y forma parte de ti. Él es tu Guía a la salvación porque recuerda lo pasado y lo que ha de venir, y lo trae al presente” (T-5.III.11:8-9). 

Gracias a este mensaje, alcanzo a comprender la razón por la cual, el estado presente, es el único estado del tiempo en el que podremos alcanzar la salvación. Cada momento, cada instante de nuestra vida, es una oportunidad para despertar, para abrir nuestra visión a la Mentalidad-Una. 

5. Si eliges considerarte a ti mismo como incapaz de ser amoroso no podrás ser feliz. 2Te estarás auto-condenando y no podrás por menos que considerarte inadecuado. 3¿Acudirías entonces al ego para que te ayudase a escapar de la sensación de insuficiencia que él mismo ha provocado y que tiene que preservar para proteger su existencia? 4¿Cómo ibas a poder escaparte de su evaluación valiéndote de los mismos métodos que él utiliza para conservar esa imagen intacta? 

Es imposible dar paz, si no hemos renunciado a la separación. Es imposible alcanzar la felicidad, si no andamos ese camino acompañados de nuestros hermanos. 

6. No puedes evaluar un sistema de creencias demente desde su interior. 2Su campo de acción impide esa posibilidad. 3Lo único que puedes hacer es salirte de él, examinarlo desde una perspec­tiva de cordura y notar la diferencia. 4Sólo mediante este contraste puede la demencia ser juzgada como demente. 5Aunque dispones de la grandeza de Dios, has elegido ser insignificante y lamentarte de tu pequeñez. 6Dentro del sistema que impuso esta elección, lamentarse es inevitable. 7En él tu pequeñez se da por sentada y no te detienes a preguntar: "¿Quién lo decidió así?" 8La pregunta no tiene ningún sentido dentro del sistema de pensamiento del ego, ya que pondría en entredicho todo el sistema en sí. 

Sólo podremos alcanzar la Mentalidad-Una desde la visión de la Unidad. Desde el ego, es imposible, alcanzar la paz, la felicidad y el amor. La razón es obvia, el ego, es miedo y separación. 

7. He dicho que el ego no sabe lo que es una verdadera pregunta. 2La falta de conocimiento, de la clase que sea, está siempre aso­ciada con una renuencia a saber, y esto da lugar a una completa ausencia de conocimiento simplemente porque el conocimiento es total. 3No cuestionar tu pequeñez, por lo tanto, es negar todo conocimiento y mantener intacto todo el sistema de pensamiento del ego. 4No puedes conservar sólo una parte de un sistema de pensamiento, ya que éste únicamente se puede poner en duda cuestionando sus cimientos. 5esto se debe hacer desde fuera de él, porque dentro, sus cimientos se mantienen firmes. 6El Espíritu Santo juzga contra la realidad del sistema de pensamiento del ego simplemente porque sabe que sus cimientos son falsos. 7Por lo tanto, nada que procede de él significa nada. 8El Espíritu Santo juzga cualquier creencia que tengas de acuerdo con su proceden­cia. 9Si procede de Dios, sabe que es verdadera. 10Si no procede de Él, sabe que no significa nada. 

Lo falso no tiene significado, pues no es nada. El juicio del Espíritu Santo sobre lo falso no es condenatorio. Lo único que hace es aportar luz donde hay oscuridad, lo cual, tiene como efecto, dejar en evidencia la falta de luz, es decir, disipa la oscuridad, lo falso e ilusorio. 

8. Siempre que pongas en duda tu valor, di: 

2Dios Mismo está incompleto sin mí. 

3Recuerda esto cuando el ego te hable, y no le oirás. 4La verdad acerca de ti es tan sublime que nada que sea indigno de Dios puede ser digno de ti. 5Decide, pues, lo que deseas desde este punto de vista, y no aceptes nada que no sea digno de ser ofre­cido a Dios. 6No deseas nada más. 7Devuélvele tu parte, y Él te dará la totalidad de Sí Mismo a cambio de la devolución de lo que es Suyo y de lo que le restaura Su plenitud. 

La plenitud de Dios es completa cuando Su hijo despierta de la pesadilla del pecado, de la separación y de la muerte. De igual modo, la plenitud del hijo de Dios, es completa, cuando en su visión contempla la Unidad con todos sus hermanos en la Filiación de Dios.

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 131

LECCIÓN 131

Nadie que se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.

1. El fracaso te acechará mientras persigas metas inalcanzables. 2Buscas la permanencia en lo pasajero, el amor donde éste no se encuentra, la seguridad en medio del peligro y la inmortalidad en las tinieblas del sueño de muerte. 3¿Quién puede triunfar cuando la contradicción es el marco de su búsqueda así como el lugar adonde va en busca de estabilidad?

2. Las metas que no tienen sentido son inalcanzables. 2No hay manera de alcanzarlas, pues los medios que empleas para ello están tan desprovistos de sentido como ellas mismas. ¿Quién puede esperar alcanzar algo valiéndose de medios tan desatina­dos? 4¿Adónde podrían conducirte?. 5¿Y qué pueden lograr que ofrezca alguna esperanza de ser real? 6Ir en pos de lo imaginario conduce a la muerte porque es la búsqueda de lo que no es nada, y mientras vas en pos de la vida estás clamando por la muerte. 7Quieres estar a salvo y tener seguridad, mientras que en tu cora­zón clamas por el peligro y por protección para el mísero sueño que urdiste.

3. No obstante, la búsqueda es inevitable aquí. 2Para eso viniste, y es indudable que harás lo que viniste a hacer. 3Pero el mundo no puede determinar la meta que debes perseguir, a menos que tú le otorgues ese poder. 4Y si esto es así, aún eres libre de elegir una meta que se encuentra más allá del mundo y de todo pensamiento mundano, y que procede de una idea que rechazaste, pero que aún recuerdas; una idea ancestral, pero a la vez nueva; un eco de un patrimonio olvidado, pero que encierra todo lo que realmente anhelas.

4. Alégrate de que tengas que buscar. 2Alégrate también de aprender que lo que andas buscando es el Cielo, y de que no puedes sino alcanzar la meta que realmente deseas. 3Nadie puede dejar de querer esta meta, ni nadie puede; en última ins­tancia, dejar de alcanzarla. 4El Hijo de Dios no puede buscar en vano, a pesar de que trata de demorarse, de engañarse a sí mismo y de pensar que lo que busca es el infierno. 5Cuando se equivoca, encuentra corrección. 6Cuando se extravía, se le conduce de nuevo a la tarea que le fue asignada.

5. Nadie permanece en el infierno, pues nadie puede abandonar a su Creador ni alterar en modo alguno Su perfecto, intemporal e inmutable Amor. 2Hallarás el Cielo. 3Cualquier otra cosa que bus­ques que no sea esto desaparecerá. 4Mas no porque se te vaya a quitar, 5sino porque realmente no la deseas. 6Alcanzarás la meta que realmente anhelas, y esto es tan seguro como que Dios te creó libre de pecado.

6. ¿Por qué esperar al Cielo? 2Se encuentra aquí hoy. 3El tiempo es la gran ilusión de que el Cielo se encuentra en el pasado o en el futuro. 4Mas esto no puede ser cierto si el Cielo es el lugar en el que la Voluntad de Dios dispone que Su Hijo esté. 5¿Cómo iba a ser que la Voluntad de Dios estuviese en el pasado o aún por cumplirse? 6Lo que Él dispone está aquí ahora mismo, sin pasado y completamente sin futuro, 7y tan alejado del tiempo como lo está una pequeña vela de una estrella distante, o lo que elegiste de lo que realmente deseas.

7. El Cielo sigue siendo la única alternativa a este extraño mundo que construiste y a todas sus idiosincrasias; a sus patrones cam­biantes y metas inciertas; a sus dolorosos placeres y trágicas ale­grías. 2Dios no creó contradicciones. 3Aquello que niega su propia existencia y se ataca a sí mismo .no es parte de Él. 4Dios no creó dos mentes, de las que el Cielo es el grato efecto de una, y la tierra, lo opuesto al Cielo desde cualquier punto de vista, el lamentable resultado de la otra.

8. Dios no está en conflicto, 2ni Su creación está dividida en dos. 3¿Cómo iba a ser posible que Su Hijo estuviese en el infierno, cuando Dios Mismo lo ubicó en el Cielo? 4¿Cómo podría él perder lo que la Voluntad Eterna le ha dado para que sea su morada para siempre? 5No sigamos tratando de imponer una voluntad ajena al único propósito de Dios. 6Él está aquí porque ésa es Su Voluntad, y lo que Su Voluntad dispone se encuentra aquí ahora, más allá del alcance del tiempo.

9. Hoy no elegiremos una paradoja en lugar de la verdad. 2¿Cómo iba a poder el Hijo de Dios concebir el tiempo para que anulase la Voluntad de Dios? 3Al hacer eso, niega lo que él mismo es y con­tradice lo que no tiene opuestos. 4Cree haber hecho un infierno en contraposición al Cielo y morar en un lugar que no existe, mien­tras que el Cielo es el lugar que no puede encontrar.

10. Deja hoy atrás esos pensamientos tan absurdos y haz que tu mente se vuelva receptiva a ideas verdaderas. 2Nadie que se pro­ponga alcanzar la verdad puede fracasar, y es la verdad lo que nos proponemos alcanzar hoy. 3Dedicaremos diez minutos a este objetivo en tres ocasiones hoy, y pediremos que se nos conceda poder ver el despuntar del mundo real para que reemplace las imágenes descabelladas que en tanta estima tenemos por ideas verdaderas que ocupen el lugar de los pensamientos que no tie­nen significado, efectos, ni fundamento o sustancia basados en la verdad.

11. Esto es lo que reconocemos al iniciar nuestras sesiones de prác­tica. 2Comienza con lo siguiente: 

3Pido que se me conceda ver un mundo diferente y tener  pensamientos distintos de aquellos que inventé.
4El mundo que busco no lo construí yo solo, y los pensamientos que quiero tener no son los míos.

5Durante varios minutos observa tu mente y contempla, aunque tus ojos estén cerrados, el mundo insensato que crees que es real. 6Revisa asimismo los pensamientos que son compatibles con dicho mundo que tú crees que son verdad. 7Luego descártalos y deslízate por debajo de ellos hasta llegar al santo lugar donde no pueden infiltrarse, 8Debajo de ellos hay una puerta en tu mente, la cual no pudiste cerrar completamente cuando quisiste ocultar lo que se encuentra más allá.

12. Busca esa puerta hasta que la encuentres. 2Pero antes de tratar de abrirla recuerda que nadie que se proponga alcanzar la ver­dad puede fracasar. 3Y es esto lo que estás pidiendo que se te conceda hoy. 4Nada excepto esto tiene ahora significado; ahora no valoras ni persigues ninguna otra meta, no hay nada que se encuentre a este lado de la puerta que realmente desees y sólo andas en pos de lo que se encuentra detrás.

13. Empuja la puerta, y ve cuán fácilmente se abre sólo con tu intención de cruzarla. 2Allí ángeles alumbran el camino, disi­pando toda oscuridad, y tú te yergues en una luz tan brillante y tan diáfana que puedes entender todo lo que allí ves. 3Un breve momento de sorpresa, tal vez, haga que te detengas antes de que te des cuenta de que el mundo que ves ante ti, en la luz, refleja la verdad que siempre has conocido y de la que no te habías olvi­dado totalmente mientras vagabas en sueños.

14.  Hoy no puedes fracasar. 2Contigo va el Espíritu que el Cielo te envió para que algún día pudieras aproximarte a esa puerta y deslizarte fácilmente con Su ayuda más allá de ella hasta llegar a la luz. 3Hoy ha llegado ese día. 4Hoy Dios cumple la promesa que antaño le hiciera a Su santo Hijo, y Su Hijo recuerda la que le hizo a Él. 5Éste es un día de júbilo, pues hemos llegado al lugar y momento señalados en los que encontrarás el objetivo de toda tu búsqueda aquí y de toda la búsqueda del mundo, las cuales fina­lizan al unísono al cruzar tú el umbral de esa puerta.

15. Recuerda tan a menudo como puedas que hoy debe ser un día de especial gozo, y abstente de abrigar pensamientos desalentado­res y quejas banales. 2La hora de la salvación ha llegado. 3Hoy es el día señalado por el mismo Cielo como un tiempo de gracia para ti y para el mundo. 4Si te olvidas de este feliz hecho tráelo nueva­mente a tu conciencia repitiendo lo siguiente:

5Hoy busco y encuentro todo lo que deseo.
6Mi único propósito me lo brinda.
7Nadie que se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.

¿Qué me enseña esta lección? 

Si realmente nos proponemos alcanzar la verdad, tendremos que renunciar a servir al ego. Ello significa dejar de creer en la realidad que nos muestra, pues nada temporal y transitorio, puede ser real. 

Las verdades que nos ofrece el mundo material, se resumen, precisamente, en que nada material puede ser real. Esa es su gran verdad. A partir de este punto, tan solo nos queda encontrar aquello que sí es, verdaderamente, real, pues, esa verdad nos habla de eternidad y no de temporalidad. 

Si preguntamos a un arquitecto dónde se encuentra la esencia verdadera del proyecto que ha mandado construir, nos dirá que se encuentra en la fuente de donde ha emanado la idea original, en su mente. La verdad de su creación no es la construcción física del edificio, sino la energía mental de donde ha emanado. 

Esa es la verdad que hoy ocupa mi mente. Reconocer que lo esencial y verdadero pertenece al Ser Espiritual que nos da la Vida.


Ejemplo-Guía: "Por qué experimentamos el fracaso"

No puedo negar, que encontrar una respuesta a esta cuestión, es cuanto menos alentadora. ¿Quién no querría conocer el motivo por el cual no encuentra el éxito en sus iniciativas, o lo que viene a ser los mismo, no encuentra la felicidad?

Fue el sabio Confucio, el que dijo: "Ten cuidado con lo que pides no sea que se te conceda", y pienso que sus palabras llevan implícita una gran verdad.

Si aplicamos ese sabio consejo al tema que hemos elegido como ejemplo, debemos reflexionar sobre una cuestión: ¿verdaderamente estamos dispuestos a cambiar la orientación de nuestros deseos para conseguir la felicidad y el éxito?

Esa cuestión, nos sitúa en un punto de partida que no podemos obviar. Si deseamos el mundo que nos ofrece la ilusión, los resultados que obtendremos será el fracaso. ¿Por qué? Sencillamente, no podremos encontrar la satisfacción plena en un mundo que tan solo puede ofrecernos temporalidad, cosas pasajeras.

Si buscamos la felicidad en un mundo que no es real, es lógico pensar que nuestra felicidad tampoco lo será. Lo que realmente estamos haciendo es creer en que nuestros sueños nos pueden ofrecer un mundo de felicidad.

Si el fracaso es el resultado de haber elegido ver un mundo falso e ilusorio, el éxito, será el resultado de elegir ver un mundo real y verdadero.

Por lo tanto, si elegimos la verdad que somos, nunca podremos fracasar, porque estamos buscando lo que es lícito, lo que es real. Ese estado forma parte de nuestro verdadero Ser, pero lo hemos olvidado. Recordar nuestro Origen y nuestra Fuente, nos llevará a la certeza de que la felicidad no es un logro, sino nuestra condición natural.

¿Estamos dispuestos a triunfar? Sí. Pues ya conocemos el camino. Se trata de elegir desde la certeza de que Somos el Hijo de Dios.
 


Reflexión: ¿Realmente, deseas encontrar la verdad?

jueves, 9 de mayo de 2024

Capítulo 9. VI. La aceptación de tu hermano.

VI. La aceptación de tu hermano.

1. ¿Cómo puedes hacerte cada vez más consciente del Espíritu Santo en ti sino mediante los efectos que Él produce? 2No puedes verle con tus ojos ni oírle con tus oídos. 3¿Cómo puedes, enton­ces, percibirle en absoluto? 4Si inspiras alegría, y otros reaccionan ante ti con alegría, es que debe haber algo en ti capaz de susci­tarla aunque tú mismo no la estés experimentando. 5Por lo tanto, si se encuentra en ti y puede suscitar alegría, y ves que cierta­mente la suscita en otros, es que estás separándote de ello dentro de ti.

Ya lo hemos visto en puntos anteriores de la Enseñanza. El papel que representa nuestro hermano en nuestras vidas es esencial para recordar nuestra verdadera identidad, nuestro verdadero origen. Somos Seres Espirituales unidos en la Filiación Divina.

Mientras que permanezcamos sumidos en la pesadilla de nuestros sueños, percibiendo falsamente la realidad, nuestro hermano, nos recordará el camino de la Salvación, mostrándonos aquellos aspectos de nuestro yo de los que no somos plenamente consciente.

2. Te parece que el Espíritu Santo no suscita alegría de manera consistente en ti, debido únicamente a que tú no suscitas alegría de manera consistente en otros. 2Evalúas la consistencia del Espí­ritu Santo basándote en las reacciones de tus hermanos ante ti. 3Cuando eres inconsistente no siempre produces alegría, y de esta manera no siempre reconoces Su consistencia. 4Lo que le ofreces a tu hermano se lo ofreces a Él porque lo que Él da no puede exce­der tu ofrecimiento. 5Esto no se debe a que Él ponga límites en lo que da, sino simplemente a que tú has puesto límites en lo que puedes recibir. 6La decisión de recibir es la decisión de aceptar.

La relación que tengamos con nuestro hermano, nos revelará, la relación que tenemos con nosotros mismos. Si no nos amamos, si no percibimos el amor en nuestro interior, no podremos darlo a los demás. Si en nuestra inconsciencia percibimos miedo, odio, rencor, culpa, dolor, etc, serán esos aspectos los que dibujarán los trazos con los que estamos manifestando nuestra existencia y nuestras relaciones con los demás.

3. Si tus hermanos forman parte de ti, ¿por qué no los ibas a acep­tar? 2Sólo ellos pueden enseñarte lo que eres, pues lo que apren­des es el resultado de lo que les enseñaste. 3Lo que invocas en ellos lo invocas en ti. 4Y al invocarlo en ellos cobra realidad para ti. 5Dios no tiene más que un Hijo, y los conoce a todos cual uno solo. 6Únicamente Dios es más que ellos, pero ellos no son menos que Él. 7¿Quieres saber lo que esto significa? 8Si lo que le haces a mi hermano me lo haces a mí, y si todo lo que haces te lo haces a ti mismo porque todos somos parte de ti, todo lo que nosotros hacemos es para ti también. 9Todo aquel que Dios creó forma parte de ti y comparte Su Gloria contigo. 10Su Gloria le pertenece a Él, pero te pertenece igualmente a ti. 11No puedes, por lo tanto, ser menos glorioso que Él.

Pensar que estamos separados de nuestros hermanos, es negar la Filiación de Dios. La Filiación Divina es la Extensión de la Unidad del Creador. La percepción de que somos diferentes a los demás es una ilusión del ego que basa su creencia en que su identidad es el cuerpo.

4. Dios es más que tú únicamente porque Él te creó, pero ni siquiera esta capacidad de crear se reservó Él sólo para Sí. 2Puedes, por lo tanto, crear tal como Él lo hizo, y tu disociación no puede alterar eso. 3Ni la Luz de Dios ni la tuya se atenúan por el hecho de que tú no veas. 4Puesto que la Filiación sólo puede crear como una sola entidad, recuerdas a toda la creación cada vez que reconoces parte de ella. 5Cada parte que recuerdas contribuye a tu plenitud porque cada parte está completa. 6La plenitud es indi­visible, pero no puedes saber de la plenitud que gozas hasta que no la veas por todas partes. 7Sólo puedes conocerte tal como Dios conoce a Su Hijo, pues el conocimiento se comparte con Dios. 8Cuando despiertes en Él conocerás tu grandeza al aceptar que Su infinitud te pertenece. 9Pero mientras tanto, juzgarás tu grandeza tal como juzgues la de tu hermano, y la aceptarás al aceptar la suya.

Dios nos ha creado a Su Imagen y Semejanza, es decir, con una misma Esencia. Amor y Unidad son sinónimos para expresar la Integridad del Padre, la cual forma parte de Su Creación: la Filiación Divina. El Amor, la Unidad y la Integridad se encuentran en todo lo Creado. Sabremos reconocernos en el Nombre de Dios, cuando nuestros actos creadores produzcan Amor, Unidad e Integridad.

5. Todavía no estás despierto, pero puedes aprender a despertar. 2El Espíritu Santo te enseña a despertar a otros de una manera muy simple. 3A medida que los veas despertar aprenderás lo que significa despertar, y puesto que has elegido despertarlos, su gra­titud y aprecio por lo que les has dado te mostrará el valor de despertar. 4Ellos se convertirán en los testigos de tu realidad, tal como todos vosotros fuisteis creados testigos de la de Dios. 5Mas cuando la Filiación se unifique y acepte su unicidad se la cono­cerá por sus creaciones, las cuales dan testimonio de su realidad del mismo modo en que el Hijo da testimonio del Padre.

Despertar. Es frecuente encontrar este término en los escritos espirituales, para hacer referencia a un movimiento que se produce en el estado de la consciencia del ser. Los significados que la Real Academia de la Lengua Española recoge para definir este término, nos permite comprender que se puede emplear en contextos muy distintos. Veámoslo:

  • Cortar, interrumpir el sueño a quien está durmiendo.
  • Renovar o traer a la memoria algo ya olvidado.
  • Hacer que alguien vuelva sobre sí o recapacite.
  • Mover, excitar.
  • Dejar de dormir.
  • Dicho de una persona que era ruda, abobada o simple: Hacerse más advertida, avisada y entendida.

·   En este apartado, Jesús no dice que nuestro estado de consciencia aún permanece dormida, pero podemos aprender a despertar. Si aplicamos los significados recogidos por la Academia de la Lengua, el mensaje de Jesús se podría entender como la invitación a que renovemos o recordemos algo que hemos olvidado, esto es, dirigir nuestra mirada hacia nuestro interior y recapacitar sobre nuestra verdadera realidad. Despertar es el acto de dejar de dormir, de ejecutar un movimiento interior en el que descubriremos el amor que somos y sustituir la visión de lo que no somos: hijos del miedo.

Caminando junto a nuestros hermanos alcanzaremos la salvación. No podremos despertar, recordar nuestra verdadera identidad, si no somos testigos de su propio despertar. El despertar, nuestro despertar, no será una realidad, si seguimos creyendo en la separación. Muchos de nosotros hemos iniciado el camino del despertar sin tener en cuenta que formamos parte de una Filiación. Mientras que pretendamos recorrer ese camino solos, permaneceremos dormidos, pues estaremos soñando la pesadilla de la separación.

6. Los milagros no tienen cabida en la eternidad porque son reparadores. 2Sin embargo, mientras aún necesites curación, tus milagros son los únicos testigos de tu realidad que puedes reco­nocer. 3No puedes obrar un milagro para ti mismo porque los milagros son una forma de dar aceptación y de recibirla. 4En el tiempo, dar ocurre primero, pero en la eternidad, donde no pue­den estar separados, dar y recibir ocurren simultáneamente. 5Cuando hayas aprendido que dar es lo mismo que recibir, ya no habrá necesidad de tiempo.

En este mundo, la percepción falsa, nos lleva a creer en la separación. Es ese estado de percepción el que está enfermo y al que hay que sanar. Desde la creencia en la separación no lograremos sanar, pues no podemos dar lo que no tenemos. Si queremos dar salud, tenemos que estar sanos y cuando esto se produce, el estado de percepción falso debe dar paso al estado "despertar" en el que el amor sustituye al miedo y en el que, la separación da paso a la unidad.

En este estado de percepción correcta, el sanador sanado, dará lo que tiene, es decir, dará salud y la recibirá, pues no puede haber separación entre lo que se da y lo que se recibe.

7. La eternidad es un solo tiempo, y su única dimensión es "siem­pre". 2Esto no tendrá ningún sentido para ti hasta que no recuer­des los Brazos abiertos de Dios, y conozcas finalmente Su Mente receptiva. 3Al igual que Él, tú existes "siempre", en Su Mente y con una mente como la Suya. 4Tus creaciones se encuentran en tu mente receptiva en perfecta comunicación nacida de un perfecto entendimiento. 5Sólo con que pudieses aceptar una de ellas ya no desearías nada de lo que el mundo ofrece. 6Todo lo demás no significaría nada para ti. 7El significado de Dios está incompleto sin ti, y tú estás incompleto sin tus creaciones. 8Acepta a tu her­mano en este mundo y no aceptes nada más, pues en él encontra­rás tus creaciones toda vez que él las creó contigo. 9No sabrás que eres un co-creador con Dios hasta que no aprendas que tu her­mano es un co-creador contigo.

En el mundo del ego, se percibe la separación y se argumenta en la diferenciación que se percibe en las formas del cuerpo. Desde esa falsa visión, los hijos de Dios, se muestran como una multitud en la que la diferencia se pone de manifiesto en la individualidad de los cuerpos.

En el mundo de Dios, todo es Unidad. No se percibe la diferenciación en las formas, pues no existen las formas. La Unidad de Dios se conoce en la Unidad de la Mente. El hijo de Dios es Uno en la Mente de Dios, pues no existe diferencia, sino semejanza, en lo Creado por Él.

El acto creador, es un acto de expansión del Creador. Cuando nos expandimos, nuestras creaciones no son algo distinto de lo que expandimos, sino la manifestación de lo que somos. El hijo de Dios es semejante a Dios y sus creaciones, son expansiones de sí mismo, esto es, de la Mente de Dios. 

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 130

LECCIÓN 130

Es imposible ver dos mundos.

1. La percepción es congruente 2Lo que ves refleja lo que pien­sas. 3Y lo que piensas no es sino un reflejo de lo que quieres ver. 4Tus valores determinan esto, pues no puedes sino desear ver aquello que valoras, al creer que lo que ves existe realmente. 5Nadie puede ver un mundo al que su mente no le haya confe­rido valor. 6Y nadie puede dejar de ver lo que cree desear.

2. Sin embargo, ¿quién puede odiar y al mismo tiempo amar? 2¿Quién puede anhelar aquello que él no desea que sea real? 3¿Quién puede elegir ver un mundo del que tiene miedo? 4El miedo no puede sino cegar, pues ésta es su arma: que no puedes ver aquello que temes ver. 5El amor y la percepción, por lo tanto, van de la mano, pero el miedo oculta en las tinieblas lo que se encuentra ahí.

3. ¿Qué puede, entonces, proyectar el miedo sobre el mundo? 2¿Qué puede verse en las tinieblas que sea real? 3La verdad se ve eclipsada por el miedo, y el resto es todo imaginado. 4Mas ¿qué puede ser real en las ciegas imaginaciones nacidas del pánico? 5¿Qué es lo que quieres para que sea esto lo que se te muestra? 6¿Qué ibas a querer conservar de un sueño así?

4. El miedo ha dado lugar a todo lo que crees ver: 2a toda separa­ción, a todas las distinciones y a la multitud de diferencias que crees que configuran el mundo. 3Ninguna de estas cosas existe. 4El enemigo del amor las inventó. 5Mas el amor no puede tener enemigos, de modo que no tienen fundamento, existencia o con­secuencia alguna. 6Se les puede atribuir valor, pero siguen siendo irreales. 7Se puede ir en pos de ellas, mas no se pueden hallar. 8Hoy no iremos en su busca ni desperdiciaremos el día buscando lo que no se puede hallar.

5. Es imposible ver dos mundos que no tienen nada en común. 2Si vas en pos de uno, el otro desaparece. 3Sólo uno de ellos puede permanecer. 4Ambos constituyen la gama de alternativas que tie­nes ante ti, más allá de la cual no hay nada que puedas elegir. 5Lo real y lo irreal son las únicas alternativas entre las que puedes elegir. 6No hay ninguna otra.

6. Hoy intentaremos no transigir allí dónde es imposible hacerlo. 2El mundo que ves es la prueba de que ya has elegido algo que es tan completamente abarcador corno lo  es su opuesto: 3Lo que deseamos aprender hoy es algo más que la simple lección de que no puedes ver dos mundos. 4Esta lección enseña también que el mundo que ves es completamente congruente desde el punto de vista desde el que lo contemplas. 5Es un sólo bloque porque pro­cede de una sola emoción, y su origen se ve reflejado en todo lo que ves.

7. En seis ocasiones hoy, llenos de gratitud, dedicaremos gustosa­mente cinco minutos al pensamiento que pone fin a toda transi­gencia y a toda duda, y las transcenderemos todas como si de una sola se tratase. 2No haremos miles de distinciones sin sentido, ni intentaremos conservar una pequeña porción de la irrealidad cuando consagremos nuestras mentes a hallar sólo lo que es real.

8. Comienza tu búsqueda del otro mundo pidiendo que se te con­ceda una fortaleza superior a la tuya, y reconociendo qué es lo que persigues. 2No deseas más ilusiones. 3Y te preparas para esos cinco minutos vaciando tus manos de todos los vanos tesoros de este mundo. 4Esperas la ayuda de Dios, según dices:

5Es imposible ver dos mundos.
6Permítaseme aceptar la fortaleza que Dios me ofrece y no ver valor alguno en este mundo, para así poder hallar mi libertad y mi salvación.

9. Dios estará allí, 2pues habrás invocado el formidable e infalible Poder que, lleno de gratitud, dará este gigantesco paso contigo. 3No dejarás de advertir Su agradecimiento expresado en una per­cepción tangible y verdadera. 4No dudarás de lo que contemples, pues aunque se trate de una percepción, no se trata de una de la que tus ojos por sí solos hayan visto jamás. 5Y sabrás que la forta­leza de Dios te respaldó cuando tomaste esta decisión.

10. Rechaza hoy de inmediato cualquier tentación que se presente, recordando simplemente la gama de tus alternativas. 2Pues lo que ves, y lo único que ves, es lo irreal o lo real, lo falso o lo verdadero. 3La percepción es congruente con tu elección, y según elijas, expe­rimentarás el Cielo o el infierno.

11. Acepta una pequeña parte del infierno como real, y habrás con­denado tus ojos y maldecido tu vista, y lo que contemples será ciertamente el infierno. 2No obstante, la liberación que te ofrece el Cielo sigue estando a tu alcance como una de las alternativas que puedes elegir para que ocupe el lugar de todo lo que el infierno quiere mostrarte. 3Lo único que necesitas decirle a cualquier parte del infierno, sea cual sea la forma que adopte, es esto:

4Es imposible ver dos mundos.
5Lo único que deseo es mi libertad y mi salvación, y esto no forma parte de lo que quiero.

¿Qué me enseña esta lección? 

“No se puede servir a Dios y a Mammón”; “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. 

La mente puede servir al Espíritu, pero también puede servir al ego. Con ello queremos decir, que las verdades aceptadas por nuestra mente, condicionará nuestra forma de afrontar la vida. 

Si creemos que la realidad es la que nos muestra el ego, entonces, daremos valor a la necesidad de poseer, pues ello, aparentemente, nos conduce a un sentimiento de felicidad. Pero ocurre, que ese sentimiento de felicidad no se mantiene en el tiempo, pues al basarse en lo temporal, lo cual está sujeto al cambio, la felicidad que percibamos será efímera. 

Si creemos que la única realidad es la que nos inspira nuestro Ser Espiritual, entonces el orden de valores se dirigirá sólo y exclusivamente hacia aquello que es eterno, es decir, damos valor a la Unidad, al Amor, a la Paz, valores que sin duda nos conducirán a hacer real la felicidad.


Ejemplo-Guía: "Dime a quién sirves y te diré..., quién eres".

Con este ejemplo, estoy parafraseando el famoso refrán: "Dime con quién andas, y te diré quién eres". En verdad, ambos nos llevan a un punto de encuentro, ya que "andar con alguien" simboliza una atracción, un gusto, una creencia, una manera de servir a una manera de pensar.

En este sentido, si "andamos" con acompañantes que siguen a ciertos "ídolos", como todos aquellos que nos invitan a imaginar el mundo de los placeres materiales, dinero, poder, posesiones, belleza, prestigio, etc., lo que nos está revelando las características de nuestros acompañante, es que estamos sirviendo al ego, al Cesar, a Mammón, es decir, estamos sirviendo a la creencia del miedo, de la separación, del pecado, del dolor, etc.

En cambio, si "andamos" con acompañantes que no se sienten atraídos por el mundanal vocerío procedente del mundo ilusorio, es decir, cuyos deseos no se orientan hacia el mundo de la oscuridad, sino que anhelan el reencuentro con la Luz, entonces, el significado de dicha relación nos está revelando, que nos encontramos de camino hacia el Cielo, y que somos conocedores de que somos ciudadanos de un mundo irreal, del cual hemos elegido desapegarnos, en la medida en que dejamos de darle valor.

La propuesta de esta Lección, nos dota de una llave que ha de permitirnos cruzar la puerta que ha de conducirnos hacia la salvación. Nos aporta una serie de recomendaciones que debemos poner en práctica para sacar el mayor provecho:

  • El amor y la percepción, van de la mano, pero el miedo oculta en las tinieblas lo que se encuentra ahí.
  • Es imposible ver dos mundos que no tienen nada en común. Si vas en pos de uno, el otro desaparece.
  • Hoy intentaremos no transigir allí dónde es imposible hacerlo.
  • Comienza tu búsqueda del otro mundo pidiendo que se te con­ceda una fortaleza superior a la tuya, y reconociendo qué es lo que persigues. 
  • No desees más ilusiones.
  • Rechaza hoy de inmediato cualquier tentación que se presente.

Con estas recomendaciones, lo que se nos está invitando es a elegir permanentemente por la Luz y no prestar atención a las tinieblas, esto es, al mundo de la ilusión.


Reflexión: ¿Qué conclusión sacas de las siguientes afirmaciones?: Lo que ves refleja lo que pien­sas. Y lo que piensas no es sino un reflejo de lo que quieres ver.