El Pensamiento es Creador..., nuestro mundo es creado a su imagen y semejanza... Nuestra realidad es el reflejo de nuestros pensamientos. Si no somos felices con el mundo que nos rodea..., cambiemos nuestra manera de pensar con respecto al mundo... En este espacio, elaboraremos "nuevos platos" para alimentar nuestra mente con la única fuerza que verdaderamente es real, la Fuerza de Atracción, la Fuerza del Amor.
sábado, 17 de febrero de 2024
Principio 46: "El Espíritu Santo es el medio de comunicación más elevado".
UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 48
¿Qué me enseña esta lección?
En el mundo del ego, el miedo se convierte en
una creencia basada en la separación con respecto al creador.
Qué diferente sería todo, si tuviésemos la
certeza de que allí donde estemos, allí donde vayamos, siempre estamos
acompañado de nuestro Padre. No puede ser de otro modo, pues somos una
expansión de Su Mente. Todo lo creado sigue conectado con su Fuente original.
¿Cómo podríamos tener miedo cuando nuestro Padre nos guía? ¿Acaso un padre cuerdo desea algo malo para su hijo? Tener miedo, cuando sabemos que nuestro Padre nos guía, es creer que nuestro Padre no está cuerdo.
¿Cómo podemos pensar que nuestro Padre nos va a
castigar por nuestros actos, cuando nos ha creado con la Esencia del Amor?
¿Acaso, amar es demencia?
Creemos que el uso que hemos hecho de Sus
Atributos, nos ha llevado a transgredir sus Leyes y, como consecuencia de ello,
somos merecedores de su ira, de su venganza, somos merecedores de su castigo y
ello nos produce un profundo temor.
Esa ilusoria transgresión, nos ha llevado a la
falsa creencia de que Dios nos ha castigado expulsándonos del Paraíso, y nos ha
sentenciado al Este del Edén, donde tendremos que ganar el sustento con el
sudor de nuestra frente. Desde entonces, nos desposeímos de la abundancia y en
su lugar elegimos la necesidad y la escasez; desde entonces, dejamos de reír y
de ser felices, para sentirnos permanentemente tristes y desolados; decidimos,
atacar para evitar ser atacados; decidimos enfermar para conocer el sentido de
la armonía y la coherencia que habíamos olvidado.
El hombre se percibe un ser individualizado y
con capacidad para “crear” su propia realidad. En esa percepción, los demás no
mantienen una relación santa, sino que son valorados como agentes que nos
amenazan con sus ataques, de los cuales, el ego mantiene un estado de máxima
alerta para protegerse de ellos, situándolo en un estado de miedo permanente.
El ego se siente solo, aislado, y ello le
atemoriza. Sin embargo, cuando despertemos, y nos liberemos de las percepciones
erróneas, descubriremos felizmente que hemos vivido en una pesadilla, pues
nunca hemos estado separados de nuestro creador.
La consciencia de Unidad con el Padre nos lleva
a percibir la fortaleza del Ser. Ya nunca más sentiremos temor y el Amor
sustituirá cualquier acción basada en esa emoción.
Ejemplo-Guía: ¿cómo vencer nuestros miedos?
En este planteamiento, hemos elegido
conscientemente la formulación de la pregunta. No hemos utilizado el término
"nuestros" de manera gratuita. Dicha identificación con el miedo, es
algo muy personal. Lo que para mí es motivo de miedo, para ti puede ser motivo
de risa.
Esta observación, nos lleva a pensar que el
miedo es consecuencia del proceso de individualización, o lo que es lo mismo,
de la creencia en la separación. Podríamos simplificar el análisis y concretar
que la única manera de poner fin a la creencia en el miedo es recordar nuestra
consciencia de unicidad con Dios, donde únicamente podemos encontrar la fortaleza
necesaria para ver la realidad de lo que Somos: Seres de Amor y de Luz.
Pero, no nos vamos a conformar con esa
concreción. Nos vamos a proponer hacer un recorrido por las enseñanzas que nos ofrece
el Texto del Curso y vamos a hacer referencia a sus aportaciones, las cuales,
de una manera más extensa y detallada, nos enseñarán las claves que debemos
practicar para des-hacernos de la ilusión del miedo.
“Tanto la separación
como el miedo son creaciones falsas que tienen que deshacerse a fin de que se
pueda restaurar el templo y abrir el altar para que reciba la Expiación. Esto
supone el fin de la separación, al poner dentro de ti la única defensa eficaz
contra todo pensamiento de separación, haciendo de este modo que seas
absolutamente invulnerable” (T-2.III.2:3-4).
Cuando tenemos miedo de algo, estamos
admitiendo que ello tiene el poder de hacernos daño. Debemos recordar que donde
esté nuestro corazón allí también estará nuestro tesoro. Creemos en lo que
consideramos valioso. Si tenemos miedo, es que estamos equivocado con respecto
a lo que es valioso. En ese estado, nuestro entendimiento evaluará
erróneamente, y al otorgar el mismo poder a todos los pensamientos,
destruiremos inevitablemente la paz.
¿Qué ocurre en nuestra mente para que hagamos
real el miedo? Detallo una experiencia percibida.:
“El Sr. M, desarrolla una labor profesional que
no le satisface. No se siente motivado con las tareas que desempeña y ello le
lleva a estar permanentemente quejándose de las condiciones laborales. Va a trabajar,
cada día, con enfado y con una actitud de víctima del sistema. Los días se le
hacen eternos y no se esfuerza lo más mínimo por hacer las cosas de una manera
diferente. Lo más frustrante para el Sr. M, es reconocer que no se atreve a
dejar el cargo que ocupa en la organización de la empresa, pues ello le
supondría una pérdida económica que no se puede permitir. A pesar de estar
insatisfecho con la labor que realiza y aun conociendo que podría realizar
otras tareas que sí le satisfaría, no acaba de decidirse a cambiar su
situación, pues siente un profundo temor a la pérdida”.
Nos revela UCDM, que nuestro miedo impide al
Espíritu Santo darnos su control. Algo que considero muy importante recordar es
que la presencia del miedo indica que hemos elevado pensamientos corporales al
nivel de la mente, lo que significa que cedemos nuestro control a la
personalidad del ego, lo que nos llevará a sentirnos personalmente responsable
de ellos. En el ejemplo anterior, vemos una evidencia, el Sr. M no goza de paz,
sino que es víctima de sus propios pensamientos de miedo.
Siempre que tenemos miedo es señal inequívoca
de que le hemos permitido a nuestra mente crear falsamente y de que no la hemos
puesto al servicio del Espíritu Santo, permitiéndole ser nuestro guía.
El ego intentar corregir el miedo desde la
percepción, enfrentándose a ellos en el nivel de los efectos. Con ello, lo
único que está confirmando es que lo cree real, y cuanto más lo combate más
valor le aporta.
En este sentido, el Curso nos deja muy claro
que tenemos que, “cambiar de mentalidad,
no de comportamiento, y eso es cuestión de que estemos dispuesto a hacerlo. No
necesitamos orientación alguna excepto a nivel mental. La corrección debe
llevarse a cabo únicamente en el nivel en que es posible el cambio. El cambio
no tiene ningún sentido en el nivel de los síntomas donde no puede producir
resultados” (T-2.VI.3:4-7).
Os dejo, una serie de recomendaciones, sobre
cómo trata el Curso el miedo, que pudieran haber sido extraídas de los mejores
textos de psicología. Toda una maravilla:
“Es posible alcanzar
un estado en el que dejas que yo guíe tu mente sin ningún esfuerzo consciente
por tu parte, más ello requiere un grado de buena voluntad que tú aún no
posees. El Espíritu Santo no puede pedirte que hagas más de lo que estás
dispuesto a hacer. La fuerza para hacer lo que Él te pide procede de una firme
resolución por tu parte. Hacer la Voluntad de Dios no produce ninguna tensión
una vez que reconoces que Su Voluntad es también la tuya. La lección en este
caso es muy sencilla, aunque muy fácil de pasar por alto. Voy, por lo tanto, a
repetirla, y te exhorto a que escuches atentamente. Sólo tu mente puede
producir miedo. Hace eso cada vez que está en conflicto con respecto a lo que
quiere, lo cual inevitablemente produce tensión, ya que existen discrepancias
entre lo que quiere y lo que hace al respecto. Eso sólo puede corregirse
aceptando un objetivo unificado” (T-2.VI.6:1-9).
“El primer paso
correctivo para deshacer el error es darse cuenta, antes que nada, de que todo
conflicto es siempre una expresión de miedo. Dite a ti mismo que de alguna
manera tienes que haber decidido no amar, ya que de otro modo el miedo no habría
podido hacer presa en ti. A partir de ahí, todo el proceso correctivo se reduce
a una serie de pasos pragmáticos dentro del proceso más amplio de aceptar que
la Expiación es el remedio. Estos pasos pueden resumirse de la siguiente forma:
Reconoce en primer lugar que lo que estás
experimentando es miedo.
El miedo procede de una falta de amor.
El único remedio para la falta de amor es el
amor perfecto.
El amor perfecto es la Expiación” (T.2.VI.7:1-8).
Termino con otra perla del Curso:
“El amor perfecto expulsa el miedo.
Si hay miedo, es que no hay amor perfecto.
Mas:
Sólo el amor perfecto existe.
Si hay miedo, éste produce un estado que no existe.
Cree esto y serás libre. Sólo Dios puede establecer esta solución, y
esta fe es Su don” (T-1.VI.5:4-10)
Reflexión: Si tengo miedo, no estoy pensando
con la Mente de Dios.
viernes, 16 de febrero de 2024
Principio 45: "Un milagro nunca se pierde"
UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 47
¿Qué me enseña esta lección?
La personalidad identificada con el ego, busca
la confianza, la fortaleza, fuera de sí mismo. Cuando se enfrenta a las
dificultades, busca en los demás a la persona que le aporte la ayuda necesaria
para solucionar su dificultad.
Ese comportamiento es fruto de la conciencia de separación, de la falta de autoconocimiento. La verdadera identidad del Ser, no se encuentra, aún, integrada en la conciencia. Para el ego es vital seguir buscando, en el exterior, las respuestas que le permita seguir creyendo en el mundo que ha fabricado. De hecho, su existencia depende en exclusividad de seguir creyendo en el mundo que percibe, en el mundo de las formas. Sin embargo, ese mundo no le aporta, por mucho que la busque, la solución definitiva que ha de permitirle gozar de la paz, de la alegría, de la felicidad, de la salud. Su conciencia de separación, le impide tener una visión integral de lo que percibe. Al ver de manera fragmentada, es incapaz de unir todas las piezas del puzle que le permitirá percibir correctamente, lo que le llevaría a tomar la elección adecuada para solucionar sus problemas, es decir, en la que nadie pierde.
El ego deposita toda su confianza, toda su
fortaleza, en el "dios de la posesión". Desde su primer acto de
conciencia, se lanza a la desenfrenada aventura de poseer, lo que le lleva a
atesorar todo cuanto se cruza en su existencia. Se siente necesitado, un ser escaso,
y el "tener" se convierte en su principal objetivo en lo que llama
vida. Su creencia de que dar es perder, le convierte en un ser celoso de lo que
posee.
Tan sólo cuando se adquiere la comunión con la
naturaleza divina, podremos encontrar el poder, la fortaleza, dentro de
nosotros mismos y, en ese encuentro, descubrir la respuesta a nuestras
necesidades.
Hoy me he cuestionado una pregunta que me
gustaría compartir y desarrollar en los comentarios de esta Lección:
Ejemplo-Guía: ¿Cómo podemos resolver nuestros
problemas?
Es evidente, que la pregunta la hago desde
conciencia de ego. Lo hago así pues me interesa poner de manifiesto su
"modus operandi". Lo que llamamos "problema", para el ego,
siempre es una percepción, por lo que trata de resolverlo, no en su punto de
origen, sino donde fue concebido.
Por ejemplo, en un problema de relación, el ego
enfocará su estrategia tratando los efectos conflictivos, pero de este modo, no
tardará en darse cuenta de que en ese nivel no encontrará la solución, pues,
ésta, se encuentra en su origen, es decir, en los pensamientos identificados
con la creencia en la separación.
Por lo tanto, no es en manos del ego, donde
debemos dejar la búsqueda de la solución de lo que llamamos problemas, sino en
las manos del Espíritu Santo, al cual tan solo le inspira el deseo de resolver
desde la integridad, lo que le lleva a encontrar la causa en la mente, donde
deshace el error.
El Espíritu Santo nos dará la respuesta para
cada problema específico mientras creamos que los problemas son específicos. Su
respuesta es a la vez una y muchas mientras sigamos creyendo que el que es Uno
es muchos.
¿Cómo resuelve el Espíritu Santo lo que
llamamos problemas?
Las actuaciones inspiradas por el Espíritu
Santo se caracterizan por su sello particular, “aquello que resuelva será siempre una solución en la que nadie pierde.
Y esto tiene que ser verdad porque Él no le exige sacrificios a nadie.
Cualquier solución que le exija a alguien la más mínima pérdida, no habrá
resuelto el problema, sino que lo habrá empeorado, haciéndolo más difícil de
resolver y más injusto (T-25.IX.3:1-3)”.
Otra cuestión importante que nos ayuda a
reconocer su "inspiración" es la siguiente: “Es imposible que el Espíritu Santo pueda ver cualquier clase de
injusticia como la solución. Para Él, lo que es injusto tiene que ser corregido
porque es injusto. Y todo error es una percepción en la que, como mínimo, se ve
a uno de los Hijos de Dios injustamente. De esta forma es como se priva de
justicia al Hijo de Dios. Cuando se considera a alguien un perdedor, se le ha
condenado. Y el castigo, en vez de la justicia, se convierte en su justo
merecido” (T-25.IX.3:4-9).
“Ver la inocencia
hace que el castigo sea imposible y la justicia inevitable. La percepción del
Espíritu Santo no da cabida al ataque. Lo único que podría justificar el ataque
son las pérdidas, y Él no ve pérdidas de ninguna clase” (T-25.IX.4:1-3).
“El ego, ya lo hemos
adelantado, resuelve problemas de otra manera. Pues ve la solución a cualquier
problema como un estado en el que se ha decidido quién ha de ganar y quién ha
de perder; con cuánto se va a quedar uno de ellos y cuánto puede todavía
defender el perdedor” (T-25.IX.4:4-5).
Desde las enseñanzas del Curso, “ningún problema se puede resolver mediante
la venganza, que en el mejor de los casos no haría sino dar lugar a otro
problema” (T-25.IX.4:7).
“La forma en que el
Espíritu Santo resuelve todo problema es la manera de solventarlo. El problema
queda resuelto porque se ha tratado con justicia. Hasta que esto no se haga,
seguirá repitiéndose porque aún no se habrá solventado. El principio según el
cual la justicia significa que nadie puede perder es crucial para el objetivo
de este curso. Pues los milagros dependen de la justicia. Mas no como la ve el
mundo, sino como la conoce Dios y como este conocimiento se ve reflejado en la
visión que ofrece el Espíritu Santo” (T-25.IX.5:1-6).
Reflexión: ¿Crees que para que una situación de
conflicto de relación se solucione, alguien tiene que perder o ganar?
jueves, 15 de febrero de 2024
Principio 44: "Los milagros son expresiones de una conciencia interna de Cristo ,,,"
(Extracto del libro: La realización del espíritu. I. Portilla. Editorial Mirlo)