¿Qué me enseña esta lección?
Las enseñanzas de La Cábala, nos
dicen que, la Luz es el principio inteligible y superior en el que se
manifiesta la Divinidad. El primer trabajo que realizó Elohim en el Proceso de
la Creación, fue separar la Luz de las Tinieblas, determinando de este modo, la
Luz, como el Principio más Elevado del Padre, y, estableciendo un nivel
inferior, donde la oscuridad tendría su lugar.
Es la búsqueda y el encuentro con la Luz, la más elevada conquista que podemos realizar para elevarnos a la consciencia divina. Cuando utilizamos el término buscar, por lo general, relacionamos dicha acción con un acto externo. Sin embargo, buscar la luz, nos invita a dirigir nuestra atención hacia el interior del ser. Y cuando nos referimos al “interior”, no debemos pensar que la Luz la encontraremos en nuestros órganos internos, por muy vitales que éstos sean. Cuando aludimos al “interior” estamos refiriéndonos al Yo Espiritual, en detrimento, del término “exterior” el cual está en sintonía con el ego.
En la medida que nos situamos en
la Luz, y tomamos el timón de nuestra mente, estamos capacitados para dirigir
la orientación de nuestros pensamientos. Dejaremos de estar identificados con
las fabricaciones de nuestro ego y actuaremos como observadores de esos
pensamientos que tratan de mantenernos prisioneros de la ilusión del mundo
físico.
Los pensamientos de miedo, de
culpa, de sufrimiento, de dolor, de ira, de egoísmo, de rencor, de ataque y
venganza, pasarán por nuestra mente, pero nuestra Luz, nos hará inteligible su significado
y los dejaremos pasar para que no formen parte de nuestra existencia. Lo que no
es real no tiene significado. Lo que no tiene significado no es nada.
Si respondemos y nos
identificamos con estos pensamientos, los estaremos justificando externamente,
le damos sentido y lo experimentaremos como nuestra única realidad.
Cuando tomamos consciencia de la
Unidad y nos manifestamos expandiendo el Amor, estaremos actuando como obreros
de la Luz.
Veamos algunas características
propias del poder de la Luz, recogidas en el Curso:
“Siempre que la luz irrumpe en la oscuridad, la oscuridad desaparece”
(T-2.VII.5:4).
“El entendimiento es luz, y la luz conduce al conocimiento. El
Espíritu Santo se encuentra en la luz porque Él está en ti que eres luz, pero
tú desconoces esto” (T-5.III.7:5-6).
“Es imposible concebir la luz y la oscuridad, o todo y nada, como
posibilidades compatibles” (T-3.II.1:3).
“Cuando una mente contiene solamente luz, conoce solamente la luz. Su
propia luminiscencia alumbra todo en su derredor, y se extiende hasta la
penumbra de otras mentes y las transforma en majestad” (T-7.XI.5:1-2).
“Dios Mismo iluminó tu mente, y la
mantiene iluminada con Su Luz porque Su Luz es lo que tu mente es”
(T-7.III.5:1).
Ejemplo-Guía: ¿Qué debo hacer
para alcanzar la iluminación?
¿Os resuena el ejemplo? Seguro
que sí. La búsqueda de la iluminación, forma parte del proceso conciencial en
el que nos encontramos. Reconozco, que esa meta ha sido mi meta y aún continúa
siéndolo. Pero de la misma manera que hago ese reconocimiento públicamente,
debo añadir que, en mi presente, ya no persigo la iluminación como lo hacía
antes, es decir, ya no busco la iluminación como si se encontrase fuera de mí,
como si dependiese de los esfuerzos externos que tuviese que realizar y alguien
decidiese que esos esfuerzos eran merecedores de contar con el grado de
iluminado.
Al igual como unos padres
enseñan a su hijo a recordar su nombre y la dirección en dónde viven, la
primera vez que éste sale de casa, nuestro Creador, dispuso en su Hijo esa
información, la cual forma parte de su memoria ancestral. ¿Qué queremos decir
con esta analogía? Sencillamente, que todos tenemos la iluminación a nuestro
alcance, pues somos Luz. Lo que ocurre es que lo hemos olvidado, al proyectar
nuestra mente sobre el mundo exterior, con el cual nos hemos identificados
temporalmente. Por lo tanto, lo único que tenemos que hacer es dirigir nuestra
mirada hacia nuestro Yo Espiritual al cual ubicamos en nuestro interior.
¿Entonces los ejercicios que
recomiendan para alcanzar la iluminación, no son válidos?
Es evidente que esta cuestión
procede de la mente dual, acostumbrada a interpretar las cosas como
buenas-malas, positivo-negativo, etc. Cada uno tenemos un nivel distinto en el
proceso conciencial. Tal vez tú necesites, como yo, hacer uso de técnicas de
meditación con el propósito de ayudar a nuestra mente a controlarse, a
aquietarse. De hecho, esta lección nos invita a practicar ese ejercicio, pues
favorecerá la toma de consciencia con el nivel profundo de nuestro Ser. Pero,
no debemos perder de vista una cuestión importante. La causa de que busquemos
la iluminación fuera de nosotros, no se encuentra en los efectos, es decir, en
las cosas que hacemos en el mundo práctico. La causa se encuentra en nuestra
mente que nos lleva a creer en un mundo de percepción, cuando es posible
conectar directamente con nuestra Fuente, y para ello, el primer paso que
debemos dar es poner nuestra Voluntad en ello, es decir, elegirlo con la
certeza de que esa comunicación será posible porque es la única, real.
Fijaros lo que nos enseña UCDM
sobre este particular:
"Criatura de la luz, no sabes que la luz está en ti. Sin embargo,
la encontrarás a través de sus testigos, pues al haberles dado luz, ellos te la
devolverán. Cada hermano que contemples en la luz hará que seas más consciente
de tu propia luz. El amor siempre conduce al amor. Los enfermos, que imploran
amor, se sienten agradecidos por él, y en su alegría resplandecen con santo
agradecimiento. Y eso es lo que te ofrecen a ti que les brindaste dicha. Son
tus guías a la dicha, pues habiéndola recibido de ti desean conservarla. Los
has establecido como guías a la paz, pues has hecho que ésta se manifieste en
ellos. Y al verla, su belleza te llama a retornar a tu hogar"
(T-13.VI.10:1-9).
Ya hemos dicho que la Luz es el
poder del entendimiento. Cuando entendamos que en el mundo los seres están
unidos al compartir una misma Fuente, cada vez que veamos a uno de nuestros
hermanos, estaremos viéndonos y reconociendo a Dios en él. Entender el
significado profundo de cada experiencia compartida con cada uno de nuestros
hermanos, nos sitúa en la Luz.
Otra joya extraída del Curso:
"Hay una luz que este mundo no puede dar. Mas tú puedes darla,
tal como se te dio a ti. Y conforme la des, su resplandor te incitará a
abandonar el mundo y a seguirla. Pues esta luz te atraerá como nada en este
mundo puede hacerlo. Y tú desecharás este mundo y encontrarás otro. Ese otro
mundo resplandece con el amor que tú le has dado. En él todo te recordará a tu
Padre y a Su santo Hijo. La luz es ilimitada y se extiende por todo ese mundo
con serena dicha. Todos aquellos que trajiste contigo resplandecerán sobre ti,
y tú resplandecerás sobre ellos con gratitud porque te trajeron hasta aquí. Tu
luz se unirá a la suya dando lugar a un poder tan irresistible que liberará de
las tinieblas a los demás según tu mirada se pose sobre ellos"
(T-13.VI.11:1-10).
Reflexión: ¿Cómo ver a tu
hermano en la luz?
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