viernes, 29 de marzo de 2024

Capítulo 5. II. La Voz que habla por Dios

 II. La Voz que habla por Dios

1. Curar no es crear; es reparar. 2El Espíritu Santo fomenta la curación mirando más allá de ella hacia lo que los Hijos de Dios eran antes de que la curación fuese necesaria, y hacia lo que serán una vez que hayan sanado. 3Esta alteración de la secuencia tem­poral debería resultarte familiar, ya que es muy similar al cambio que el milagro produce en la percepción que se tiene del tiempo. 4El Espíritu Santo es la motivación para alcanzar la mentalidad milagrosa; la decisión de subsanar la separación renunciando a ella. 5Tu voluntad se encuentra todavía en ti porque Dios la ubicó en tu mente, y aunque puedes mantenerla dormida, no puedes destruirla. 6Dios Mismo mantiene tu voluntad viva al transmi­tirla desde Su Mente a la tuya mientras perdure el tiempo. 7El milagro mismo es un reflejo de esta unión de voluntades entre Padre Hijo.

Ya se nos ha enseñado que la curación es el pensamiento de dos mentes que perciben su unidad. En este nuevo apartado, se nos recuerda que la curación no es un acto creativo, sino reparador. Y en este sentido, debemos poner en manos del Espíritu Santo, nuestra voluntad de alcanzar la mentalidad milagrosa, la que ha de permitirnos corregir, expiar, nuestros errores mentales, los cuales están basados en la errónea creencia en la separación.

2. El Espíritu Santo es el espíritu del júbilo. 2Es la Llamada a retor­nar con la que Dios bendijo las mentes de Sus Hijos separados. 3Ésa es la vocación de la mente. 4Antes de la separación la mente no tenía ninguna vocación, ya que antes de eso simplemente era, y no habría podido entender la llamada al recto pensar. 5El Espíritu Santo es la Respuesta de Dios a la separación; el medio a través del cual la Expiación cura hasta que la mente en su totalidad se reincorpore al proceso de creación.

Si careciéramos de ese mecanismo de seguridad que ha de permitirnos corregir el error que fabrica nuestra mente, no sería posible recordar lo que realmente somos. Pero esa situación formaría parte del propio error de la mente, pues no podemos renunciar a lo que somos y, la Voz del Espíritu Santo, se hará oír pues la Voluntad del Padre forma parte de nuestra Realidad.

3. Tanto la separación como el principio que gobierna la Expia­ción dieron comienzo simultáneamente.  2Cuando el ego fue engendrado, Dios puso en la mente la llamada al júbilo. 3Esta llamada es tan poderosa que el ego siempre se desvanece ante su sonido. 4Por eso es por lo que tienes que elegir escuchar una de las dos voces que hay dentro de ti. 5Una la inventaste tú, y no forma parte de Dios. 6La otra te la dio Dios, Quien sólo te pide que la escuches. 7El Espíritu Santo se encuentra en ti en un sentido muy literal. 8Suya es la Voz que te llama a retornar a donde estabas antes y a donde estarás de nuevo. 9Aun en este mundo es posible oír sólo esa Voz y ninguna otra. 10Ello requiere esfuerzo, así como un  gran deseo de aprender. 11Ésa es la última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad como alumnos que como Hijos.

Esfuerzo y deseo de aprender, son las expresiones que deben definir a nuestra voluntad. El término "esfuerzo" no debemos interpretarlo como una acción incómoda, dolorosa, ni como una exigencia cercana al concepto egoico del sacrificio. Ese esfuerzo debemos interpretarlo como una invitación a ver las cosas de otra manera, a una invitación a dirigir nuestra voluntad en la dirección que nos permita desaprender lo aprendido y a orientarnos hacia la visión correcta de la unidad.

Cada encuentro con uno de nuestros hermanos es una oportunidad para avanzar en la orientación del aprendizaje verdadero. En vez de percibirlos desde el miedo, como enemigos, veamos en ellos, la vía de aprendizaje que necesitamos para alcanzar la visión de la unidad.

4.  eres el Reino de los Cielos, pero permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que ahora necesitas una nueva luz. 2El Espíritu Santo es el resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de la oscuridad. 3Suya es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos pasa a ocupar el lugar que le corresponde: 4Antes de la separación no tenías necesidad de dirección, 5pues disponías de conocimiento, tal como dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él ahora.

El Espíritu Santo se convierte en símbolo de la luz que disipa las tinieblas. Es decir, se convierte en el estado mental milagroso que nos permite ver la realidad por encima de la ilusión. 

5. Dios no guía porque lo único que puede hacer es compartir Su perfecto conocimiento. 2Guiar entraña evaluación, ya que implica que hay una manera correcta de proceder y otra incorrecta, una que se debe escoger y otra que se debe evitar. 3Al escoger una, renuncias a la otra. 4Elegir al Espíritu Santo es elegir a Dios. 5Dios no está dentro ti en un sentido literal, más bien, tú formas parte de Él. 6Cuando elegiste abandonarlo te dio una Voz para que hablase por Él, pues ya no podía compartir Su conocimiento contigo libre­mente. 7La comunicación directa se interrumpió al tú inventar otra voz.

Este apartado parece estar definiendo un patrón cósmico, universal, que podemos identificar cuando analizamos las relaciones padres/hijo en el mundo temporal. Como padre puedo afirmar, que los hijos, una vez "separado" de su progenitor, comienzan una andadura evolutiva que le lleva a adquirir pensamientos separados de los padres. En ese crecimiento evolutivo, se llega a alcanzar un estado que permite reconocer los pensamientos erróneos y a corregirlos adquiriendo los verdaderos.

6. El Espíritu Santo te insta tanto a recordar como a olvidar. 2Has elegido estar en un estado de oposición en el que los opuestos son posibles. 3Como resultado de ello, hay ciertas decisiones que tienes que tomar. 4En el estado de santidad la voluntad es libre, de modo que su poder creativo es ilimitado y elegir no tiene sentido. 5El poder de elegir es el mismo poder que el de crear, pero su aplicación es diferente. 6Elegir implica que la mente está divi­dida. 7El Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. 8Dios no dejó a Sus Hijos desconsolados a pesar de que ellos decidieron abandonarlo. 9La voz que ellos pusieron en sus mentes no era la Voz de Su Voluntad, en favor de la cual habla el Espíritu Santo.

No me imagino a un padre, que ame a sus hijos, que decida abandonarlos cuando éstos se encuentren perdidos. Es como si Dios, al ver el acto volitivo de Su Hijo que le llevó a la conciencia de la separación, le hubiese dicho: "como en mi mundo tan sólo existe la Unidad, no puedo bajar hasta tu nivel -la dualidad- para guiarte".

En su lugar, Dios, se manifiesta a través del Espíritu Santo, Su Voz, y le encomienda la misión de iluminar la mente para permitirle recordar su verdadera y única realidad. Desde esa perspectiva, el Espíritu Santo es una de las alternativas que podemos elegir.

7. La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. 2No exige nada porque su deseo no es controlar. 3No vence porque no ataca. 4Su Voz es simplemente un recorda­torio. 5Es apremiante únicamente por razón de lo que te recuerda. 6Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar. 7La Voz que habla por Dios es siempre serena porque habla de paz. 8La paz es más poderosa que la guerra porque sana. 9La guerra es división, no expansión. 10Nadie gana en la batalla. 11¿Qué saca un hombre con ganar el mundo entero si con ello pierde su propia alma? 12Si le prestas oídos a la voz que no debes, pierdes de vista a tu alma. 13En realidad no puedes perderla, pero puedes no cono­cerla. 14Por lo tanto, te parecerá que la has "perdido" hasta que elijas correctamente.

La enseñanza continúa aportándonos información sobre el modo en el que se manifiesta en nuestro interior la Voz del Espíritu Santo. Esta información nos ayuda a reconocer si los pensamientos que llegan a nuestra mente proceden de Él o es una falsa ilusión.

  • No da órdenes.
  • No es exigente.
  • No ataca.
  • Favorece el recuerdo de lo que somos.
  • Es serena y pacífica.
Y, sobre todo, nos permitirá ver el milagro del Amor.

8. El Espíritu Santo es tu Guía a la hora de elegir. 2Reside en la parte de tu mente que siempre habla en favor de la elección correcta porque habla por Dios. 3Él es el último nexo de comuni­cación que te queda con Dios, comunicación que puedes inte­rrumpir, pero no destruir. 4El Espíritu Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la tierra como en el Cielo. 5Tanto el Cielo como la tierra están en ti porque la llamada de ambos está en tu mente. 6La Voz de Dios procede de los altares que le has erigido a Él. 7Estos altares no son objetos, son devociones. 8Sin embargo, ahora tienes otras devociones. 9Tu devoción dividida te ha dado dos voces, y ahora tienes que elegir en cuál de los dos altares quieres servir. 10La llamada que contestas ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. 11La decisión es muy simple. 12Se toma sobre la base de qué llamada es más importante para ti.

"Tanto el Cielo como la tierra están en ti porque la llamada de ambos está en tu mente". La mente está al servicio de la voluntad, si así lo decidimos. El acto volitivo lo hemos heredado de nuestro Creador. Cuando nuestra voluntad se alinea a la de Dios, nuestra mente sintoniza el canal por donde se emite la frecuencia divina y se conecta con lo verdadero. En cambio, cuando nuestra voluntad se dirige a fabricar una realidad diferente a la de Dios, el canal con el que se conecta es el que emite la frecuencia del sistema de pensamiento del ego. 

Tal y como se recoge en este punto, la decisión es muy simple: ¿qué frecuencia elegiremos, la de Dios o la del ego?

9. Mi mente será siempre como la tuya porque fuimos creados iguales. 2Fue sólo la decisión que tomé lo que me dio plena potes­tad tanto en el Cielo como en la tierra. 3El único regalo que te puedo hacer es ayudarte a tomar la misma decisión. 4Inherente a esta decisión es la decisión de compartirla, pues la decisión en sí es la decisión de compartir. 5Se toma mediante el acto de dar, y es por lo tanto, la única alternativa que se asemeja a la verdadera creación. 6Yo soy tu modelo a la hora de tomar decisiones. 7Al decidirme por Dios te mostré que es posible tomar esta decisión y que tú la puedes tomar.

Jesús nos revela en este mensaje que su ejemplo es la decisión correcta que debemos seguir para que nuestra voluntad sea la Voluntad del Padre. Jesús, representa el Amor y la superación del miedo. El Amor nos lleva a expandirnos y a crear. Al expandirnos, compartimos lo que somos y nos reconocemos en la Filiación Divina.

10. Te he asegurado que la Mente que decidió por mí se encuentra también en ti, y que puedes permitirle que te transforme, tal como me transformó a mí. 2Esta Mente es inequívoca porque sólo oye una Voz y contesta de una sola manera. 3Tú eres la luz del mundo junto conmigo. 4El descanso no se deriva de dormir sino de despertar. 5El Espíritu Santo es la llamada a despertar y a regocijarse. 6El mundo está muy cansado porque es la idea del cansancio. 7Nuestra jubilosa tarea es la de despertarlo a la Llamada a Dios. 8Todos responderán a la Llamada del Espíritu Santo, ya que, de lo contrario, la Filiación no sería una. 9¿Qué mejor vocación puede haber para cualquier parte del Reino que la de restituirlo a la per­fecta integración que le devuelve la plenitud? 10Escucha sólo esto a través del Espíritu Santo en ti, y enseña a tus hermanos a escu­char tal como yo te estoy enseñando a ti.

"El mundo está muy cansado porque es la idea del cansancio". ¡Cuánta verdad!
Cuando nuestra mente se pone al servicio del ego, del miedo, las vivencias que se experimentan nos llevan hasta la saciedad y hasta el agotamiento. La culpa, la falta de amor, el odio, la envidia, la avaricia, la gula, cuando forman parte de nuestros pensamientos, se convierten en una pesada carga que nos agota.

La ansiedad, la depresión, el estrés, el enfado, las luchas, se apoderan de nuestra mente y guían nuestros pasos hacia un destino doloroso, en espera de que se produzca en nuestro interior una llamada de auxilio, de ayuda, para poder salir de esa red de sufrimiento.

Cuando nuestra mente vibre a la frecuencia del Espíritu Santo, ningún aliado del miedo tendrá cabida en ella. Caminaremos ligeros de equipaje y seremos incansables, pues la fuerza de la Vida nos inspira.

11.  Cuando te sientas tentado por la voz falsa, recurre a mí para que te recuerde cómo sanar compartiendo mi decisión, haciéndola así aún más firme. 2Al compartir este objetivo, aumentaremos su poder para atraer a toda la Filiación y para restituirla nuevamente a la unicidad* en la que fue creada. 3Recuerda que "yugo" quiere decir “unión”, y “carga” significa “mensaje”. 4Reformulemos la frase "Mi yugo es llevadero y mi carga ligera" de esta forma: "Unámonos, pues mi mensaje es la Luz".

La Enseñanza de Jesús, ofreciéndonos el Camino hacia la Plenitud, nos aguarda. Tan sólo nuestra decisión de seguir sus pasos, ha de permitirnos despertar del falso sueño en el que nos encontramos, a raíz de identificarnos con la separación y con el ego. Elegir la Luz, es elegir la Unidad.

12. Te he pedido encarecidamente que te comportes tal como yo me comporté, pero para eso tenemos que responder a la misma Mente. 2Esa Mente es el Espíritu Santo, Cuya Voluntad dispone siempre en favor de Dios. 3El Espíritu Santo, te enseña cómo tenerme a mí de modelo para tu pensamiento, y, consecuente­mente, a comportarte como yo. 4El poder de nuestra motivación conjunta está más allá de lo que se puede creer, pero no más allá de lo que se puede lograr. 5Lo que juntos podemos lograr es ilimi­tado porque la Llamada a Dios es la llamada a lo ilimitado. 6Hijo de Dios, mi mensaje es para ti, para que lo oigas y se lo trans­mitas a otros a medida que respondes al Espíritu Santo en ti.

¡Qué así sea!

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 89

LECCIÓN 89

Éstas son las ideas que vamos a repasar hoy:

1. (77) Tengo derecho a los milagros.

2Tengo derecho a los milagros porque no me gobiernan otras leyes que las de Dios. 3Sus leyes me liberan de todos mis resentimientos y los reemplazan con milagros. 4Voy a aceptar los milagros en lugar de los resentimientos, los cuales no son sino ilusiones que ocultan los milagros que se encuentran tras ellos. 5Voy a aceptar ahora solamente aquello a lo que las leyes de Dios me dan dere­cho, de manera que pueda usarlo en beneficio de la función que Él me ha dado.

2. Puedes usar las siguientes sugerencias para las aplicaciones con­cretas de esta idea:

2Detrás de esto hay un milagro al que tengo derecho.
3No voy a abrigar ningún resentimiento contra ti, [nombre], sino que te voy a ofrecer el milagro al que tienes derecho.
4Visto correctamente, esto me ofrece un milagro.

3. (78) ¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!

2Mediante esta idea uno mi voluntad a la del Espíritu Santo y percibo las dos cual una sola. 3Mediante esta idea acepto mi libe­ración del infierno. 4Mediante esta idea expreso que estoy dis­puesto a que todas mis ilusiones sean reemplazadas por la verdad de acuerdo con el plan de Dios para mi salvación. 5No haré excep­ciones ni sustituciones: 6Lo que quiero es todo el Cielo y sólo el Cielo, tal como la Voluntad de Dios ha dispuesto que lo tenga.

4. Las variaciones que pueden resultar útiles a la hora de aplicar concretamente la idea son:

2No quiero excluir este resentimiento de mi salvación.
3(Nombre], dejemos que los milagros reemplacen todos nues­tros resentimientos.
4Detrás de esto se encuentra el milagro que reemplaza todos mis resentimientos


¿Qué me enseñan estas afirmaciones?

Tengo derecho a los milagros.

Los milagros son mi condición real. Si me identifico con la dualidad y con la separación, es decir, si me expreso en mi condición temporal, estaré negando mi verdadero origen y negaré el poder de los milagros. En todo momento y en todo lugar, puedo elegir entre el ego o el Espíritu; entre lo irreal y lo verdadero; entre la ilusión y el milagro.

¿Qué milagros vas a ofrecer hoy?


¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!

¡Qué así sea! El Amor y el perdón disuelven el resentir. Podemos quejarnos de nuestra suerte; del devenir; del karma. Podemos justificar nuestra oscuridad y culpar a los demás de nuestras penalidades. Pero esa actitud nos demuestra que permanecemos identificados con el ego, alimentando la creencia de la separación y ocultando nuestro temor a Dios.

¿Qué resentimientos oscurecen tu luz?
¿Qué resentimientos te privan de la paz?
¿Qué resentimientos te impiden ofrecer los milagros?

jueves, 28 de marzo de 2024

Capítulo 5. I. La invitación al Espíritu Santo

 I. La invitación al Espíritu Santo

1. La curación es un pensamiento por medio del cual dos mentes perciben su unidad y se regocijan. 2Su gozo exhorta a todos los miembros de la Filiación a que se regocijen junto con ellas, y per­mite que Dios acuda a ellas y se manifieste a través de ellas. 3Sólo la mente sana puede experimentar una revelación de efectos duraderos porque la revelación es una experiencia de pura dicha. 4Si no eliges ser completamente dichoso, tu mente no puede tener lo que no elige ser. 5Recuerda que para el espíritu no hay diferencia alguna entre tener y ser. 6La mente superior piensa de acuerdo con las leyes que el espíritu obedece, y, por lo tanto, honra únicamente las leyes de Dios. 7Para el espíritu, obtener no significa nada y dar loes todo. 8Al tenerlo todo, el espíritu lo conserva dándolo, y, de este modo, crea de la misma manera en que el Padre creó. 9Aunque esta manera de pensar no tiene nada que ver con la posesión de bienes materiales, aun a la mente inferior le resulta comprensi­ble en conexión con ideas. 10Si compartes una posesión física, cier­tamente divides su propiedad. 11Mas si compartes una idea, no la debilitas. 12Toda ella te sigue perteneciendo aunque la hayas dado completamente. 13Lo que es más, si aquel a quien se la has dado la acepta como suya, eso la refuerza en tu mente, y, por lo tanto, la expande. 14Si puedes aceptar el concepto de que este mundo es un mundo de ideas, la creencia en la falsa conexión que el ego hace entre dar y perder desaparece.

Todo un concentrado de sabias afirmaciones, es lo que nos ofrece este primer punto del Capítulo 5. "La curación es un pensamiento", y para que así sea, dicho pensamiento debe ver la unidad en todo lo creado, esto es, debe reconocer que es un rayo de Luz emanado de Su Creador y que comparte el Estado de Unidad con el resto de Luces emanadas del Creador.

El efecto al que da lugar el pensamiento emanado de una Mente Recta, es duradero, es eterno, razón por la cual, el Hijo de Dios goza de la Plenitud del Espíritu Santo, de su impecabilidad, de su pureza, de su inocencia. La curación es el efecto del pensamiento recto y es una manifestación del poder del Espíritu.

Si no elegimos el pensamiento recto que nos lleva a la plenitud, a la curación, los efectos que percibiremos serán los de la enfermedad, que también podríamos llamar, estado de desconexión con la visión de la unidad o separación.

Ser sano es ser pleno. Ser sano es tener plenitud.

Otras de las enseñanzas que se extraen de este punto, es la referente a la falsa creencia de que al dar se pierde aquello que se da. Nos aclara este punto que este mundo es un mundo de ideas, es decir, no es en la forma donde debemos encontrar las causas, sino en el pensamiento. El ego no lo entiende así y niega que el dar es recibir, reforzando esta creencia con el pensamiento que dar es perder. Nos dice, Jesús, que, si compartimos una posesión física, ciertamente dividimos su propiedad. Ese gesto es propio de las leyes que imperan en el sistema de pensamiento del ego, que como sabemos está basado en la identidad del cuerpo. Pero estas enseñanzas, no van dirigida al ego, sino al Espíritu, pues, lo que trata es de hacernos conscientes de nuestra verdadera identidad: Ser o poseer; Espíritu o ego.

2. Demos comienzo a nuestro proceso de re-despertar con unos cuantos conceptos simples:

 2Los pensamientos se expanden cuando se comparten.

3Cuantos más creen en ellos, más poderosos se tornan.

4Todo es una idea.

5¿Cómo, entonces, puede asociarse dar con perder?


"Todo es una idea". Se hace necesario reflexionar sobre esta afirmación. El pensamiento precede a la acción. Esa emanación mental es semejante a la semilla que, al crecer, se hace árbol y da sus frutos. La semilla al permanecer en el interior de la tierra, no la vemos, pero con sus brotes, comenzamos a conocer su capacidad creadora, hasta que alcanza su estado de madurez y nos aporta el fruto, en cuyo interior encontramos nuevas semillas renovadoras.

El pensamiento, la idea, se concibe en nuestro interior; al compartirla la expandimos y observamos el alcance de su contenido. Cuando esa idea alcanza su madurez llevándola a la práctica, el fruto que adquirimos nos permite renovar nuestros pensamientos, los cuales serán cada vez más perfectos.

El pensamiento, es la causa que da lugar a lo percibido. Si esto es así, en la medida en que la calidad de nuestro pensamiento sintonice con el canal de la Unidad, nuestras creaciones gozarán de salud y plenitud y serán duradera. Mientras que, si ese pensamiento sintoniza con la frecuencia del canal de la separación, nuestras creaciones llevarán el sello de lo perecedero.

3. Ésta es la invitación al Espíritu Santo. 2He dicho ya que puedo ascender hasta lo alto y hacer que el Espíritu Santo descienda hasta ti, mas sólo puedo hacer eso a instancia tuya. 3El Espíritu Santo se encuentra en tu mente recta, tal como se encontraba en la mía. 4La Biblia dice: "Que more en ti la mente que estaba en Cristo Jesús", y lo utiliza como una bendición. 5Se trata de la bendición de la mentalidad milagrosa. 6Te pide que pienses tal como yo pensé, uniéndote de esta manera a mí en el modo de pensar de Cristo.

Utilizamos la acción de sintonizar con el canal apropiado, en un intento por ofrecer una idea que nos resulte familiar y que nos permita comprender la acción que se requiere para conectar con el Espíritu Santo.

Tenemos que ser conscientes, de que tanto canal como frecuencia, están a nuestra disposición. Lo único que tenemos que hacer es seleccionar dicho canal para poder acceder a su comunicación.

Si lo pensamos, estamos haciendo esa elección de forma permanente. Unos nos sentimos atraídos por un tipo de canal en concreto, a diferencia de otros, que tienen la libertad de elegir con el que más se identifican. Lo importante es conocer que existe un canal que te ofrece un tipo de información basada en la Unidad-Amor, y otros, lo hacen con una información basada en la separación-miedo.

La elección es nuestra. Se nos pide que pensemos tal y como pensó Jesús, esto es, sintonizando el canal del Espíritu Santo.

4. El Espíritu Santo es la única parte de la Santísima Trinidad que tiene una función simbólica. 2Se le ha llamado el Sanador, el Con­solador y el Guía. 3Se le ha descrito también como algo "sepa­rado", aparte del Padre y del Hijo. 4Yo mismo dije: "Si me voy os enviaré otro Consolador que morará con vosotros para siempre". 5Su función simbólica hace que Él sea difícil de entender, ya que todo simbolismo se presta a diferentes interpretaciones. 6Como hombre, y también como una de las creaciones de Dios, mi recto pensar, que procedió del Espíritu Santo o Inspiración Universal, me enseñó en primer lugar y ante todo, que esta Inspiración es para todos. 7Yo mismo no hubiese podido gozar de ella de no haber sabido esto. 8La palabra "sabido" es apropiada en este con­texto porque el Espíritu Santo está tan próximo al conocimiento que lo evoca, o mejor dicho, facilita su llegada. 9He hablado ante­riormente de la percepción elevada o "verdadera", que está tan próxima a la verdad que Dios Mismo puede salvar la diminuta brecha que hay entre ellas. 10El conocimiento está siempre listo para fluir a cualquier parte, pero no puede oponerse a nada. 11Puedes, por consiguiente, obstruirlo, pero jamás perderlo.

De este punto, me gustaría resaltar la enseñanza compartida por Jesús: La Inspiración del Espíritu Santo es para todos. Ya lo decíamos en el anterior punto, se trata de conocer cuál es el dial a través del cual podemos sintonizar la frecuencia de donde procede la Inspiración Universal. No es un privilegio exclusivo por ser de una condición u otra. 

5. El Espíritu Santo es la Mente de Cristo, la cual es consciente del conocimiento que yace más allá de la percepción. 2El Espíritu Santo comenzó existir como medió de protección al producirse la separación, lo cual inspiró simultáneamente el principio de la Expiación. 3Antes de eso no había necesidad de curación, pues nadie estaba desconsolado. 4La Voz del Espíritu Santo es la Lla­mada a la Expiaciónes decir, a la restitución de la integridad de la mente. 5Cuando la Expiación se complete y toda la Filiación sane, dejará de haber una llamada a retornar. 6Pero lo que Dios crea es eterno. 7El Espíritu Santo permanecerá con los Hijos de Dios para bendecir las creaciones de éstos y mantenerlas en la luz de la dicha.

Cuando nuestra voluntad nos lleva a sintonizar con el canal de la Inspiración Universal, lo está haciendo con la frecuencia a través de la cual, nuestra mente vibra al unísono con la visión del Espíritu Santo y con la Mente de Cristo. Dicha conexión favorece el estado de corrección de los estados erróneos de la mente y Un Curso de Milagros la define como la llamada a la Expiación.

6. Dios honró incluso las creaciones falsas de sus Hijos porque ellos las habían hecho. 2Pero también bendijo a Sus Hijos con una manera de pensar que fuese capaz de elevar sus percepciones a tal altura, que casi pudieran llegar hasta Él. 3El Espíritu Santo es la Mente de la Expiación. 4Representa un estado mental lo suficien­temente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transfe­rencia a ella sea finalmente posible. 5La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cru­zar hasta él. 6Tal vez sea más útil en este caso utilizar el significado literal de la palabra "transferida", o sea "transportada", puesto que el último paso es Dios Quien lo da.

El Espíritu Santo es la Mente de la Expiación, el canal a través del cual se alcanza la corrección de la mente, sin la cual, no se produciría el despertar que ha de llevarnos a la percepción verdadera y a las puertas de la Mentalidad-Uno.

7. El Espíritu Santo -la Inspiración que toda la Filiación com­parte- induce a una clase de percepción en la que muchos ele­mentos son como los del Reino de los Cielos:

2En primer lugar, su universalidad es perfectamente inequí­voca, y nadie que la alcance podría pensar ni por un momento que compartirla signifique cualquier otra cosa que no sea ganar.

3En segundo lugar, es una percepción que es incapaz de atacar, y, por lo tanto, es verdaderamente receptiva. 4Esto quiere decir que si bien no engendra conocimiento, tampoco lo obstruye en modo alguno.

5Finalmente, señala al camino que lleva lo que está más allá de la curación qué trae consigo, y conduce a la mente más allá de su propia integración, hacia los senderos de la creación. 6En este punto es donde se producen suficientes cambios cuantitativos para producir un verdadero salto cualitativo.

El pensamiento recto nos lleva a visualizar el estado de unidad, en el cual, dar y recibir son un acto único.
El pensamiento recto nos lleva a visualizar la indefensión como el único idioma que favorecerá la comunicación y el acceso al conocimiento.

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 88

LECCIÓN 88

Hoy repasaremos estas ideas:

1. (75) La luz ha llegado.

2Al elegir la salvación en lugar del ataque, estoy simplemente eligiendo reconocer lo que ya está ahí. 3La salvación es una deci­sión que ya se tomó. 4El ataque y los resentimientos no existen como opciones. 5Por eso es por lo que siempre elijo entre la ver­dad y la ilusión; entre lo que está ahí y lo que no está ahí. 6La luz ha llegado. 7Solamente puedo elegir la luz porque no hay otra alternativa. 8La luz ha reemplazado a la oscuridad, y la oscuri­dad ha desaparecido.

2. Las siguientes variaciones pueden ser útiles para las aplicaciones concretas de esta idea:

2Esto no puede mostrarme la oscuridad, pues la luz ha llegado.
3Tu luz, [nombre] es lo único que quiero ver.
4No quiero ver en esto más que lo que hay ahí.

3. (76) No me gobiernan otras leyes que las de Dios.

2He aquí la perfecta declaración de mi libertad. 3No me gobiernan otras leyes que las de Dios. 4La tentación de inventar otras leyes y de permitir que me subyuguen me acecha constantemente. 5Sufro únicamente porque creo en ellas. 6Pero en realidad no me afectan en absoluto. 7Estoy perfectamente a salvo de los efectos de cualquier ley, excepto las de Dios. 8Y las Suyas son las leyes de la libertad.

4. Para las aplicaciones concretas de esta idea, las siguientes varia­ciones pueden resultar útiles:

2Mi percepción de esto me muestra que creo en leyes que no existen.
3Veo únicamente las leyes de Dios operando en esto.
4Permítaseme dejar que sean las leyes de Dios las que operen en esto, y no las mías.


¿Qué me enseñan estas afirmaciones?

La luz ha llegado.

Siempre puedo elegir la luz. Ello significa no percibir un mundo separado de mí. Ver en nuestros hermanos nuestro propio rostro, es ver la luz en el otro. Pero puedo, igualmente, elegir la oscuridad. Ello significa percibir un mundo dual, un mundo de separación. Cuando decido ver de esta manera, creo en el ataque, en la culpa y en la venganza. Percibo al otro como algo ajeno a mí. Veo en el otro al rival, al enemigo, al competidor.

¿Qué vas a elegir, ver la luz o la oscuridad?
¿Qué vas a elegir, el ataque o el perdón?
¿Qué vas a elegir, el miedo o el amor?

No me gobiernan otras leyes que las de Dios.

El ego encuentra su origen en la desvinculación de las leyes divinas. Cuando decidimos fabricar una realidad no basada en las leyes de Dios, el ego establece sus propias leyes, por las cuales se deja gobernar al creer en ellas. A pesar de sentir temor por sus propias leyes; a pesar de sentir miedo y pánico por las normas establecidas, se identifica con ellas y no es capaz de ver, que el Amor y el Perdón, dejan obsoleto todos sus códigos.

¿Hasta cuándo vas a ser prisionero de tus propias creencias, de tus propias leyes?
¿Hasta cuándo vas a creer que tu felicidad te exige poder?
¿Hasta cuándo vas a temer la libertad que te ofrece el verdadero amor?

miércoles, 27 de marzo de 2024

Capítulo 5: CURACIÓN Y PLENITUD. Introducción

  Capítulo 5

CURACIÓN Y PLENITUD

 

Introducción

1. Curar es hacer feliz. 2Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en las muchas que has dejado pasar. 3Esto es lo mismo que decirte que has rehusado sanar. 4Tu luz es la luz de la dicha. 5El resplandor no está asociado con la aflicción. 6La dicha suscita que uno esté completamente dispuesto a compartirla, y fomenta el impulso natural de la mente de responder cual una sola. 7Quienes intentan curar sin ser ellos mismos completamente dichosos, suscitan diferentes respuestas a la vez y, por consiguiente, privan a otros de la dicha de responder de todo corazón.

Desde la lucidez de mi mente, puedo afirmar que el sistema de pensamiento en el que se sustenta el ego, no permite el estado de la felicidad. Si curar es hacer feliz, podemos decir, que en estado mental-ego, la enfermedad es hacer infeliz, es decir, si no gozamos de una mente recta, si nuestras creencias no nos llevan a crear desde la Unidad, nuestra mente se encuentra "enferma" y es la causa de la infelicidad, del dolor, del miedo.

Si nuestra mente se expresa desde la coherencia, reconoceremos aquello que debemos expiar, corregir, para crear un mundo sano y feliz. Sabremos qué frecuencia sintonizar para comunicarnos con la Creación.

2. Para poder actuar de todo corazón tienes que ser feliz. 2Si el miedo y el amor no pueden coexistir, y si es imposible estar com­pletamente atemorizado y seguir viviendo, el único estado de plenitud posible es el del amor. No existe diferencia alguna entre el amor y la dicha. 4Por lo tanto, el único estado de plenitud posi­ble es el de absoluta dicha. 5Curar o hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y unificar. 6Por eso es por lo que no importa a qué parte de la Filiación se le ofrece la curación o qué parte la lleva a cabo. Todas las partes se benefician, y se benefician por igual.

Te invito a acompañarme en un ejercicio de auto-reconocimiento. Juntos podemos mirar en nuestro interior y buscar un recuerdo en el que hayamos experimentado un estado de felicidad y plenitud. ¿Lo tienes? Recréate en él. Vívelo mentalmente y busca la causa que ha dado lugar a ese estado. 

Bien, si este ejercicio lo hubiésemos realizado 1.000 personas, tendríamos 1.000 respuestas donde coincidirían en una misma cosa. En todas ellas, en todas, encontraríamos la presencia del amor. Y esta conclusión es maravillosa.

Podríamos ir más allá y elegir aplicar lo aprendido en el anterior ejercicio a todas las percepciones. Acompáñame. Busca en tu interior una vivencia en la que te hayas sentido triste, enojado, deprimido. Observa ese efecto y toma consciencia de cómo afecta tu manera de ver las cosas. Busca la causa que da lugar a ese estado. Eso que ves, la causa, responde al miedo, a ese pensamiento que emana de la falsa creencia en la separación. Ese miedo es una elección y podemos sustituirlo por un pensamiento feliz. Ese pensamiento se encuentra en ti y es tu verdadera esencia de amor. Nada nos impide elegir amar en vez de temer.

3. Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice. 2Deberías que­rer bendecirles a tu vez, como muestra de agradecimiento. 3No tienes que conocerlos personalmente ni ellos a ti. La luz es tan potente que irradia a través de toda la Filiación, la cual da gracias al Padre por irradiar Su dicha sobre ella. 5Únicamente los santos Hijos de Dios son canales dignos de Su hermosa dicha porque sólo ellos son lo suficientemente hermosos como para conservarla compartiéndola. 6Es imposible que un Hijo de Dios pueda amar a su prójimo de manera diferente de como se ama sí mismo. 7De ahí que la plegaria del sanador sea:

8Permíteme conocer a este hermano como me conozco a mí mismo.

Nuestros pensamientos de amor son emanaciones de luz que están en sintonía con la luz que emana de cada ser. Esa es la razón que hace posible que se  produzca un estado de sanación sin límites de distancia y tiempo. Esa luz posee la consistencia que le otorga la ley de atracción, mientras que los pensamientos basados en el miedo carecen de consistencia al estar bajo el amparo de la ley de destrucción.

Nos revela este punto una verdad que debemos conocer: nadie puede amar a su prójimo de manera diferente de como se ama a sí mismo. Esto es así, porque nadie puede dar lo que no tiene. Esta afirmación merece una profunda reflexión sobre nuestra manera de amar y de exigir amor.

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 87

LECCIÓN 87

El repaso de hoy abarcará las siguientes ideas:

1. (73) Mi voluntad es que haya luz.

2Hoy haré uso del poder de mi voluntad. 3No es mi voluntad andar a tientas en la oscuridad, temeroso de las sombras y ame­drentado por cosas invisibles e irreales. 4La luz será mi guía hoy. 5La seguiré a donde me lleve, y contemplaré únicamente lo que me muestre. 6Éste será el día en que experimentaré la paz de la verdadera percepción.

2. Las siguientes variaciones de esta idea pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:

2Esto no puede ocultar la luz que es mi voluntad ver.
3(Nombre], estás en la luz junto conmigo.
4En la luz esto se verá de otra manera.

3. (74) No hay más voluntad que la de Dios.

2Estoy a salvo hoy porque no hay más voluntad que la de Dios. 3Siento miedo sólo cuando creo que hay otra voluntad. 4Trato de atacar únicamente cuando tengo miedo, y sólo cuando trato de atacar puedo creer que mi eterna seguridad se ve amenazada. 5Hoy reconoceré que nada de esto ha ocurrido. 6Estoy a salvo porque no hay más voluntad que la de Dios.

4. Las siguientes son algunas variaciones de la idea que pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:

2Permítaseme percibir esto en conformidad con la Vo­luntad de Dios.
3La Voluntad de Dios, así como la mía, es que tú, [nom­bre], seas Su Hijo.
4Esto es parte de lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para mí, independientemente de cómo yo lo vea.

¿Qué me enseñan estas afirmaciones?

Mi voluntad es que haya luz.

Cuando la luz ilumine nuestra consciencia, dejaremos de tener dudas sobre nuestra identidad. Nos reconoceremos como Hijos de Dios y en fidelidad a esa filiación, no podemos más que hacer la Voluntad de nuestro Padre. La Voluntad y la Luz, son una misma cosa, pues ambas emanan del mismo origen: El Creador.

¿Aún no conoces los efectos de la luz?
¿Aún no conoces los efectos de hacer la Voluntad del Padre?
¿Aún te sientes perdido en este mundo?

No hay más voluntad que la de Dios.

La Voluntad de Dios es Una. Su Manifestación ha dado lugar a su descendencia, de la que formamos partes, íntegramente, la Humanidad. Toda voluntad que no exprese la Unidad, no tiene su origen en Dios y, por lo tanto, no será real. Como Hijos de Dios, creados a Su Imagen y Semejanza, somos portadores de la Voluntad Divina, la única que nos lleva a las puertas de la salvación. 

¿En qué emplearás hoy tu voluntad?
¿Para ganar? ¿Para vencer?
¿Qué deseas cuando decides desear?

martes, 26 de marzo de 2024

Capítulo 4. VII. Creación y comunicación

 VII. Creación y comunicación.

1.  Está claro que si bien el contenido de cualquier ilusión particu­lar del
ego es irrelevante, su corrección es más útil dentro de un contexto específico. 2Las ilusiones del ego son muy concretas aun­que la mente es naturalmente abstracta. 3Parte de la mente, no obstante, se vuelve concreta al dividirse. 4La parte concreta cree en el ego porque el ego depende de lo concreto. 5El ego es aquella parte de la mente que cree que lo que define tu existencia es la separación.

Ya nos hemos referido a esta peculiaridad del sistema de pensamiento del ego, en el apartado VI. Veíamos como una de las argucias del ego para convencernos que lo espiritual es una falsedad, es la de demostrarnos que él puede permitirnos percibir lo que somos, mostrándole a la mente el hecho percibido, mientras que, las cuestiones del espíritu, nos exige creer en ellas sin necesidad de percibirlas con los sentidos físicos. 

Este punto nos aclara el hecho al que nos referimos, indicándonos, cómo parte de la mente se vuelve concreta al dividirse, lo que permite al ego reforzar sus argumentos a favor de su existencia y de la negación del espíritu.

2. Lo único que el ego percibe es un todo separado, desprovisto de las relaciones que presupone el estado de ser. 2El ego, por lo tanto, está en contra de la comunicación, excepto cuando se utiliza para establecer separación en vez de para abolirla. 3El sistema de comunicación del ego se basa en su propio sistema de pensa­miento, al igual que todo lo demás que él impone. 4Su comunica­ción está controlada por la necesidad que tiene de protegerse, e interrumpirá la comunicación siempre que se sienta amenazado. 5Esta interrupción es una reacción hacia una o varias personas determinadas. 6El carácter específico de la manera de pensar del ego da lugar, entonces, a generalizaciones falsas que no son real­mente abstractas en absoluto. 7El ego simplemente responde, de ciertas formas específicas, a todo lo que percibe como relacionado.

La mente que cree en la separación verá y fabricará un mundo separado. No aceptará ninguna realidad que no se base en ese sistema de pensamiento y por tal motivo, negará la existencia del ser. Al hacer real un mundo separado, utiliza la mente de forma específica, concreta, lo que le lleva a menospreciar el poder de la comunicación en su totalidad, esto es, en la herramienta que permite a la mente expresarse en su aspecto universal, abstracto. El uso que hace el ego de la comunicación le lleva a establecer vínculos limitados con el mundo con el que se relaciona. En el aspecto de las relaciones, concretiza la comunicación de manera selectiva, careciendo de la visión que le permitiría percibir la unicidad, el hilo que nos hace Uno con todo lo creado.

3. El espíritu, en cambio, reacciona de la misma manera a todo lo que sabe que es verdadero, y no responde en absoluto a nada más. 2Tampoco hace ningún esfuerzo por establecer lo que es verdad. Él sabe que lo único que es verdad es lo que Dios creó. 4El espí­ritu está en completa y directa comunicación con todos los aspec­tos de la creación, debido a que está en completa y directa comunicación con su Creador. 5Esta comunicación es la Voluntad de Dios. 6Creación y comunicación son sinónimos. 7Dios creó a cada mente comunicándole Su Mente, y estableciéndola así para siempre como un canal para Su Mente y Su Voluntad. 8Puesto que sólo los seres que pertenecen a un mismo orden pueden real­mente comunicarse, Sus creaciones se comunican naturalmente con Él y como Él. 9Esta comunicación es perfectamente abstracta, ya que su aplicación es de una calidad universal y no está sujeta a ningún juicio, excepción o alteración. 10Dios te creó mediante esta comunicación y para ella. 11La mente puede distorsionar su propia función, pero no puede atribuirse a sí misma funciones que no le fueron dadas. 12Por eso es por lo que la mente no puede perder del todo la capacidad de comunicarse, aun cuando puede negarse a utilizarla en favor del estado de ser.

Este punto pone de manifiesto el protagonismo esencial de la comunicación.
Comunicación es la acción de comunicar y si buscamos en el diccionario su significado, entre otras cuestiones encontramos la siguiente: "Hacer partícipe a otra persona de lo que se tiene"; "Extenderse, propagarse".

Tal y como se recoge en este apartado, Creación y comunicación son sinónimos. Siendo así, la Creación es un acto de Extensión, a través del cual nos propagamos, es decir, en la Creación "nos damos". Esta es la razón por la cual en los Textos Sagrados se nos revela que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de su creador. El hombre es la Extensión de Dios; la humanidad es la comunicación de Dios.

La importancia que le estamos dando a la comunicación, nos lleva a plantearnos el uso que estamos haciendo, en nuestro actual estado de consciencia, al acto de comunicar. Muchos Textos Espirituales nos revelan que el Verbo es Creador. La palabra o manifestación del Verbo, es el canal por donde nos expandimos, donde expresamos nuestras "creaciones". La cuestión es, ¿qué uso estamos dando a la palabra?

4. Tanto la existencia como el estado de ser se basan en la comuni­cación. 2La existencia, sin embargo, es específica en cuanto a qué, cómo y con quién vale la pena entablar comunicación. 3El estado de ser carece por completo de estas distinciones. 4Es un estado en el que la mente está en comunicación con todo lo que es real. 5En la medida en que permitas que ese estado se vea coartado, en esa misma medida estarás limitando la idea que tienes acerca de tu propia realidad, la cual se vuelve total únicamente cuando reco­noces a toda la realidad en el glorioso contexto de la verdadera relación que tiene contigo. 6Ésa es tu realidad. 7No la profanes ni la rechaces. 8Es tu verdadero hogar, tu verdadero templo y tu ver­dadero Ser.

Hermosa definición de los conceptos "existencia" y "esencia". Para el ego, la realidad se fundamenta en la existencia. Su sistema de pensamiento se basa en creer en lo que percibe, pues lo que percibe existe, mientras que lo que no percibe, carece de existencia y es negado.

En cambio, la mente espiritual, el estado de ser, la Esencia, basa su sistema de pensamiento en la Unidad, en la Fuente Una de donde El Ser Divino se Comunica con su Creación. Podemos confirmar que Comunicar es sinónimo de Unidad cuando integra todas las partes en un mismo Todo: En cambio, la comunicación basada en la creencia en la separación da lugar a la existencia temporal de la ilusión.

5. Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo. 2Nada real puede incrementarse excepto compartiéndolo. 3Por eso es por lo que Dios te creó a ti. 4La Abs­tracción Divina se deleita compartiendo. 5Eso es lo que significa la creación. 6Las preguntas "¿qué?"; "¿cómo?" y "¿con quién?" son irrelevantes toda vez que la verdadera creación lo da todo, ya que sólo puede crear a semejanza propia. 7Recuerda que la diferencia que hay entre tener y ser en la existencia, en el Reino no existe. 8En el estado de ser la mente siempre lo da todo.

El término "compartir" revela el final de la acción de "partir o separar". Al compartir nos fundimos en la igualdad que nos une en el eterno lazo del Amor.

En la medida en que la humanidad crece en consciencia de unidad, sus acciones cotidianas se basarán en compartir, guiados por la firme creencia que dar es recibir.

6. La Biblia afirma repetidamente que debes alabar a Dios. 2Esto no quiere decir que debas decirle cuán maravilloso es. 3Dios no tiene un ego con el que aceptar tal alabanza, ni percepción con qué juzgarla. 4Pero a menos que desempeñes el papel que te corresponde en la creación, Su gozo no será total porque el tuyo no lo es. 5Él ciertamente sabe esto. 6Lo sabe en Su Propio Ser y en la experiencia que Su Ser tiene de la experiencia del Hijo. 7El constante fluir de Su Amor se obstruye cuando Sus canales están cerrados, y se siente solo cuando las mentes que Él creó no se comunican plenamente con Él.

Siempre he creído que Dios se hace Pleno cuando se Comunica con su Hijo, con Su Creación. Si el Hijo es la Expansión del Padre, las obras del Hijo deben "afectar" al Padre. ¿De qué manera? Verdaderamente, lo ignoro. Pero como padre, en el mundo temporal, cuando mis hijos elijen el camino del dolor para aprender, no puedo evitar sentirme triste, a pesar de comprender que su respuesta, lo único que está haciendo es retardando su despertar. No pierdo la confianza en él, al igual que Dios no pierde su confianza en Su Hijo. Pero esa demora temporal me acerca a un estado de "no plenitud". Cuando escribo estas líneas, comprendo que ese "pensamiento" no forma parte de la percepción verdadera, pues se basa en un juicio de la comunicación que da más valor a lo existencial que a lo Esencial. Todo padre ha de aguardar que su hijo elija Ser y no poseer. 

7. Dios ha salvaguardado tu reino, pero no puede compartir Su gozo contigo hasta que no conozcas el reino con toda tu mente. 2La revelación no es suficiente porque es una comunicación de Dios hacia ti solamente. 3Dios no tiene necesidad de que se le devuelva la revelación, lo cual sería claramente imposible, pero sí desea que se transmita a otros. 4Esto no se puede hacer con la revelación en sí, pues su contenido no puede ser expresado debido a que es algo sumamente personal para la mente que lo recibe. 5No obstante, dicha mente la puede extender a otras men­tes, mediante las actitudes generadas por la sabiduría que se deriva de la revelación.

Otra joya metafísica del Curso que nos revela los diferentes estados de consciencia a los que estamos llamados a experimentar. Somo Hijos de Dios, pero al igual como el bebé, a su corta edad no es consciente de su potencial estado creador, el Hijo de Dios, debe alcanzar el estado de consciencia que le permita reconocer su verdadero Estado de Ser. La revelación, aparece como la vía de Comunicación  que utiliza el Padre para hacer consciente a Su Hijo de su verdadera Identidad. 

Este punto pone énfasis en que entendamos que Dios no tiene necesidad de que se le devuelva la revelación. No tendría sentido que el Hijo de Dios haga consciente a Su Padre de su Identidad. Pero, ser conscientes de lo que Somos ha de llevarnos a Comunicar, es decir, a Extender a otras mentes, la sabiduría adquirida en el estado de la revelación.

8. Dios es alabado cada vez que una mente aprende a ser comple­tamente servicial. 2Esto, sin embargo, es imposible, a menos que también aprenda a ser completamente inofensiva, pues ambas creencias tienen que coexistir. 3Los que son verdaderamente servi­ciales son a su vez invulnerables porque no protegen a sus egos, y, por lo tanto, nada puede hacerles daño. 4Su espíritu servicial es la manera en que alaban a Dios, y Él les devolverá las alabanzas que le hagan porque ellos son como Él, y pueden regocijarse juntos. 5Dios se extiende hasta ellos y a través de ellos, y cunde una gran alegría por todo el Reino. 6Cada mente que ha sido transformada contribuye a aumentar esta alegría al estar individualmente dis­puesta a compartirla. 7Los verdaderamente serviciales son los obradores de milagros de Dios, a quienes yo dirijo hasta que este­mos todos unidos en el júbilo del Reino. 8Yo te dirigiré allí donde puedas ser verdaderamente servicial, y a quien pueda seguir mi dirección a través de ti.

Entiendo la capacidad de servir, como  una de las más elevadas virtudes del Espíritu, sencillamente por una razón, el que pone su voluntad al servicio de los demás, no sirve al ego. Su mente se ha liberado de la ceguera de la ilusión, y ahora, despierto, se pone al servicio de la Verdad, compartiéndola con los demás.