- Del latín vulgar, carne-levare, que significa “abandonar la carne” propuesto en la Edad Media por la Iglesia Católica.
- Palabra italiana, carnevale, que significaba la época en la que se podía comer carne. Este concepto es el más utilizado en nuestros días.
¿Con qué definición debemos quedarnos? ¿Es posible que ambas
definiciones sean correctas?
Para dar una respuesta a estas cuestiones, tendremos que recurrir
a la Astrología y tener en cuenta, que el carnaval coincide con el tránsito del
Sol sobre el signo de Piscis. Si estudiamos las características de este signo,
comprenderemos que, en efecto, es posible que ambas definiciones sean
correctas, ya que, nos encontramos en la morada donde nuestra consciencia debe
dar expresión a las emociones a niveles externos, es decir, tenemos que
permitir que nuestros sentimientos y deseos, esos mismos que durante la etapa
anterior, la escorpiana, han permanecido acallados en nuestro interior formando
parte de nuestra personalidad emotiva, salgan al exterior y sean compartidos
por los demás.
A nadie se le escapa que, en el dominio de la emociones
encontramos nuestro gran caballo de batalla. Cuando albergamos un sentimiento
que no es acorde con el medio que nos rodea, solemos ocultarlo en nuestro
interior, lo reprimimos, hasta encontrar la manera de satisfacerlo sin provocar
una situación que nos produzca daño. Así de este modo, al relacionarnos con un
mundo de normas y preceptos, nos vemos en la necesidad de mantener
"controlados" esos sentimientos que no son bien vistos.
El papel del carnaval, guarda una estrecha relación con la
necesidad de encontrar una válvula de escape para esos sentimientos reprimidos.
Cuando el signo del elemento Agua-Emociones, se activa, nos invita igualmente a
sacar al exterior esos sentimientos, de modo, que tomando consciencia de ellos,
podamos conocer su verdadero valor.
“Carnevale”, o la época en la que se puede comer carne, nos está indicando,
la misma invitación a la que nos referimos con relación al signo de Piscis. Es
bueno, para el desarrollo de la consciencia, que nuestras emociones se vean
satisfecha y para ello tendremos que adoptar esos rasgos externos que den
cabida a las mismas. Tal vez tengamos que cubrir nuestro rostro con un antifaz
o con una careta, tal vez, nuestra personalidad pasajera quede oculta tras un
disfraz..., todo ello, forma parte de la dinámica oculta del signo Piscis.
Ahora bien, no podemos olvidar que la dualidad de Piscis queda
tutelada cabalísticamente por el Séfira Binah, cuya representación estelar en
el proceso creativo, nos lleva a tomar consciencia del sentido de la Ley y el
Orden. Por lo tanto, en Piscis encontramos un mensaje importante y de gran
valor espiritual, el de la responsabilidad de nuestras acciones, ya que éstas,
condicionarán nuestro presente inmediato, esto es nuestro futuro, pues,
cosechamos lo que anteriormente hemos sembrado.
La Ley de Causa y Efecto, está muy vigente en la dinámica de
Piscis, pues es en este signo, como hemos visto anteriormente, que damos salida
a nuestros deseos, a nuestros sentimientos, a nuestro poder creador. Si la
calidad de esos deseos es elevada, tengamos por seguro, que nuestra cosecha
será digna y nos aportará un enorme beneficio espiritual alcanzado por la vía
del amor; si en cambio, nuestras emociones son de baja calidad, entonces,
nuestra cosecha nos aportará, igualmente, un importante beneficio espiritual,
con la diferencia, de que nos llegará por la vía del rigor.
Siendo así, tendremos que abordar el término "carne-levare",
o lo que lo mismo, abandonar la carne, y con ello estaremos siendo fiel a las
enseñanzas y atribuciones de Binah-Ley. La “carne” a la que se refiere el
término carnaval no es otra que la se expresa a través de nuestro "cuerpo
emocional", dando lugar al potencial de los deseos. Se dice, que las
consciencias elevadas prescinden de comer, literalmente, carne. Su dieta es a
base de vegetales. Pero el significado de comer “carne”, va más allá del
puramente literal, está refiriéndose a la necesidad de alimentar nuestra
consciencia con la energía de los deseos, pues por lo general, cuando nos
alimentamos de ellos, nuestro comportamiento es egoísta y posesivo.
Con la
celebración del carnaval, estamos pues abordando un trayecto en el que
tendremos la oportunidad de conquistar una etapa difícil e importante de la
consciencia Crística, la consciencia del Amor. No en vano, el carnaval es el
tiempo que precede a una etapa, no menos interesante, como es la Cuaresma,
donde la naturaleza espiritual protagoniza uno de los episodios más memorables
dentro de su proceso evolutivo. Pero este tema, lo abordaremos en una nueva
ocasión.
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