IV. La práctica del instante santo (2ª parte).
4. ¿Quieres saber cuán perfecto e inmaculado es el santo altar en el que tu Padre se ha ubicado a Sí Mismo? 2Te darás cuenta de esto en el instante santo, en el que gustosamente y de buena voluntad renuncias a todo plan que no sea el Suyo. 3Pues en el instante santo se encuentra la paz, perfectamente diáfana porque has estado dispuesto a satisfacer sus condiciones. 4Puedes reclamar el instante santo en cualquier momento y lugar en que lo desees. 5En tu práctica, procura abandonar cualquier plan que hayas aceptado a fin de encontrar grandeza en la pequeñez. 6No se encuentra ahí. 7Utiliza el instante santo sólo para reconocer que por tu cuenta no puedes saber dónde se encuentra, y que lo único que harías, sería engañarte a ti mismo.
Las artimañas propias del sistema de pensamiento del ego, nos llevará a creer que podemos "espiritualizar" la pequeñez, de tal modo, que nuestra mente nos lleva a creer que podemos conocer los planes de Dios y ajustarlos a nuestros propios planes. Un ejemplo de ello, tal vez nos ayude a reconocer dichas artimañas.
Tal vez, la grandeza, que le inspiraba a "M", no tuviese nada que ver con la Grandeza que Dios ha depositado en nosotros. El ego, sabe cómo apoderarse de nuestros sueños, de nuestras necesidades, y adornarlas con los mejores vestidos, en nombre de la espiritualidad.
El descubrimiento del amor en nuestro interior, es reconocer la Grandeza con la que Dios nos ha creado. Tal vez pienses que esa grandeza deba ir acompañada de gestos externos que la pongan de manifiesto. Esto es así, pero no por necesidad, pues la grandeza, el amor, no tiene necesidades, ni carencias. Esto es así, porque la grandeza, el amor, nos llevará a su expansión, por su condición natural.
En el ejemplo que hemos elegido, "M", finalmente, decidió oír la voz que le inspiró no abandonar a su familia, para cumplir, con su creencia de que tenía que hacer algo grande e importante en su vida. Entendió, que su familia, su esposo y su hija, les brindaba la oportunidad de llevar a cabo esa expresión de grandeza.
5. Yo me encuentro dentro del instante santo tan claramente como tú quieres que lo esté. 2Y el tiempo que tardes en aprender a aceptarme, será el mismo tiempo que tardarás en hacer tuyo el instante santo. 3Te exhorto a que hagas que el instante santo pase a ser tuyo de inmediato, pues liberar la mente del anfitrión de Dios de la pequeñez no depende del tiempo, sino de la buena voluntad que se tenga para ello.
No es la primera vez, que el Curso nos habla de la importancia de la voluntad. Estamos ante el Principio Primordial de todo acto creador. La Voluntad de Dios es el acto de elegir el Amor, la Luz, para llevar a cabo su Creación. Podemos decir, que la Voluntad es como la semilla, en cuyo interior se encuentra el potencial que se expresará dando lugar a la obra creadora, a la planta cuyos frutos aportará nuevas semillas, perpetuando la vida eternamente.
En la voluntad se encuentra el potencial del que somos portadores. En nuestra voluntad se encuentra nuestro poder divino, pues, si utilizamos la voluntad, lo que realmente estamos haciendo es tomando la decisión de elegir, en una dirección u otra, es decir, podemos elegir, siempre que queramos, el camino de la luz, del amor, de la vida, Esta decisión siempre tendrá lugar en el instante santo, pues, esa es nuestra voluntad.
6. La razón de que este curso sea simple es que la verdad es simple. 2La complejidad forma parte del ámbito del ego y no es más que un intento por su parte de querer nublar lo que es obvio. 3Podrías vivir en el instante santo para siempre, empezando desde ahora hasta la eternidad, si no fuera por una razón muy sencilla. 4No empañes la simplicidad de esa razón, pues si lo haces, será únicamente porque prefieres no reconocerla ni abandonarla. 5La simple razón, llanamente expuesta, es ésta: el instante santo es un momento en el que se recibe y se da perfecta comunicación. 6Esto quiere decir que es un momento en el que tu mente es receptiva, tanto para recibir como, para dar. 7El instante santo es el reconocimiento de que todas las mentes están en comunicación. 8Por lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simplemente de aceptarlo todo.
El instante santo es la elección de expandir la fuerza del amor y compartirla con el mundo que nos rodea. Ese instante no puede excluir a nadie, pues es el reconocimiento de que somos Uno en la Filiación creada por nuestro Padre.
Decide a favor del amor, de la unidad, de la paz, de la inocencia, de la grandeza, y estarás compartiendo el instante santo. Así de simple es la verdad que nos enseña este curso. ¡Qué nuestra voluntad sea compartir esa verdad!
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