¿Qué me enseña esta lección?
Para aplicar esta lección, al igual que otras
muchas, se nos exige estar alerta de nuestros pensamientos. Esto es así, dado
que nuestra personalidad egoica nos tiene acostumbrados a dar un juicio
inmediato a todo cuanto interactúa con nosotros. Sus creencias son sólidas y
fortalecidas por la fuerza del hábito. Se siente seguro haciendo las cosas como
siempre las ha hecho. Le supone un esfuerzo, no asumible, tener tan sólo que
plantearse hacer las cosas de un modo diferente.
El miedo a lo desconocido, le lleva a cerrar
puertas que nos invitan a abrirlas.
Ese estado de estar alerta, de conciencia permanente, nos permitirá decidir si optamos por aventurarnos a abrir esas puertas, hasta ahora cerradas, o dar la respuesta esperada y utilizada por tantos y tantos. En consideración a esta práctica me gustaría aportar mi experiencia, pues conozco las dificultades que muchos practicantes de las enseñanzas de UCDM manifiestan a la hora de dirigir el pensamiento.
Ya sabemos que UCDM es un curso de
entrenamiento mental. Estamos tan identificados con el ego, con la mente
dividida y con la visión del cuerpo y del mundo material que, nuestra vida se
centra principalmente en el ejercitamiento de dicho vehículo. Podemos decir,
que somos expertos en el manejo del cuerpo y mucho menos expertos en el manejo
de la mente. La propia ciencia nos advierte que el porcentaje de utilización de
la mente con respecto al cuerpo es muy inferior. Salvando las posibles
excepciones, podemos afirmar que nuestra conciencia se enriquece con las
experiencias físicas, siendo más inconsciente en el dominio de la mente.
Por lo tanto, hay que tener mucha paciencia a la hora de afrontar estas prácticas, sobre todo cuando comprobamos que nuestros pensamientos no se muestran dóciles a la voluntad y revoletean libremente en nuestra mente.
Estamos tan acostumbrados a ir en "piloto
automático", que no prestamos atención consciente a lo que está fluyendo
en la mente. Pero ello, lo único que nos está indicando es que debemos tener
constancia en el entrenamiento. El cuerpo adquiere musculación y destreza
cuando somos persistentes en su ejercitamiento. De la misma manera, el
constante entrenamiento de nuestra mente nos permitirá que un día nos demos
cuenta de que la resistencia inicial ya no es tal, y no tan sólo eso, sino que
somos conscientes de que ahora tenemos la facultad de dirigir nuestros
pensamientos, o lo que es lo mismo, tenemos la capacidad de elegir ver las
cosas de otra manera.
Siempre podemos ver el mundo de otra manera. Lo
importante es conocer que ese mundo tendrá los tintes con los que nosotros lo
hemos teñido.
Si en el día a día, convivimos con amor, ese
amor, florecerá a nuestro alrededor en respuesta a nuestro estado mental.
Si interpretamos la vida adoptando el papel de
víctimas, atraeremos experiencias en las que experimentaremos ese papel y
culparemos al otro de nuestras desgracias, cuando realmente, lo único que están
haciendo es recordarnos que nos estamos dirigiendo pensamientos de ataque, de
rechazo, de menosprecio, de miedo, en definitiva, de falta y ausencia de amor.
Reflexionemos antes de emitir un pensamiento, pues en la medida en que lo alimentemos, este crecerá y se convertirá en una creencia, la antesala de la acción.
Ejemplo-Guía: "Noticias de sucesos
dramáticos"
Es bastante genérico el ejemplo elegido, pero
no pretendo analizar los detalles de la noticia, sino el efecto que la misma
causa en nosotros.
En un puro ejercicio de identificación, exento
de cualquier carga emocional y de juicio crítico, la repercusión que ejerce una
noticia informativa de sucesos dramáticos sobre nuestro estado anímico, sobre
nuestra mente y sobre nuestra realidad física, adquiere una gran importancia,
pues nos condiciona especialmente.
Por otro lado, existe una opinión muy compartida por muchos, que los lleva a pensar, que aquellos que dirigen los medios de comunicación, los que deciden qué noticias saldrán a la luz y cuál no, se han confabulado en utilizar esos medios para influenciar a las masas y lograr dirigir los gustos y aversiones de quienes la conforman. En este sentido, si interesa que el síndrome "crisis" se extienda con rapidez entre el pueblo y que le influya al ciudadano de una manera predeterminada, todos los esfuerzos se centran en difundir noticias encaminadas a mermar la estabilidad mental y emocional, es decir, a "fabricar" desde el miedo.
Pero todos esos argumentos, pertenecen al mundo
ilusorio del ego. Entrar a debatir los detalles del mismo, tan solo nos
conducirá a contribuir a alimentar la emoción del miedo y la creencia en la
separación.
La enseñanza de esta lección es una ventana que
se abre a la esperanza. Conocer que el mundo que percibimos es la proyección de
nuestra mente, y que esa percepción, al igual que el contenido de nuestra
mente, la podemos cambiar, se convierte en una clara y amable invitación a
dejar de desear, en primer lugar, cambiar el mundo, y, en segundo lugar, nos
invita a ver las cosas de otra manera.
Muchos optan por no oír las noticias, leer
prensa o ver televisión, en lo referente a noticias de sucesos que consideran negativos
y que pueden influenciarle a la hora de emitir juicios. Puede ser una opción,
pero hacerlo por miedo, estaríamos haciendo realidad ese miedo, con lo cual no
estaríamos dándonos la oportunidad de verlo de otra manera.
Verlo de otra manera, ha de llevarnos a cambiar
la creencia errónea basada en la separación y el miedo, por la creencia
verdadera basada en la unión y el amor. Desde este punto de vista, una noticia
de suceso dramático, nos está ofreciendo la oportunidad de reflexionar sobre la
relación causa-efecto. El efecto sería el drama y la causa, los pensamientos
que lo han fabricado. Esta visión nos permite comprender que todo cuanto ocurre
en el nivel de los efectos, tiene un sentido profundo, que no siempre sabremos
identificar pero que nos permite tomar consciencia de nuestro nivel de
percepción: la errónea o la verdadera.
Nuestros sentimientos, nuestras emociones, se
sensibilizarán con el drama de la noticia, pero nuestra mente no puede juzgar condenatoriamente
a las personas causantes, por muy justificado que nos parezcan las causas que
la han originado, pues si así lo hacemos, estaríamos viendo desde la mente
separada y perpetuaríamos el error.
Podemos ofrecerle a nuestra mente, ávida en
respuestas, la única pregunta que deberíamos hacer: ¿para qué? ¿Para qué ocurre
lo que ocurre? Si esa pregunta se la ofrecemos al único que puede respondernos,
al Espíritu Santo, a nuestra mente recta, recibiremos la respuesta y, esta
respuesta, nos aportará paz.
Reflexión: Analizo mi respuesta ante las
situaciones cotidianas. ¿Crees que elegir ver las cosas (dar un significado
-propósito- diferente) de otra manera pudiera cambiar tu percepción de lo
vivido?
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