La Amistad ha sido
para mí lo más importante de la vida, sin embargo, ha sido a través de los
lazos de amistad que he sufrido las más duras experiencias de mi existencia. ¿Cómo
hay que tratar la relación de la amistad?
Como ya he tenido ocasión de
expresar en varias ocasiones, estos artículos nos están orientados, ni mucho
menos, a establecer verdades absolutas con la intención de dirigir las vidas de
los demás. Todo lo contrario, lo que intento en cada ocasión es compartir con
cuantos lo deseen el contenido de mis experiencias, las cuales me han permitido
comprender el valor tan importante que posee el poder tomar conciencia de que
nosotros y tan solo nosotros somos los únicos responsables de nuestros actos.
Tener la potestad de crear
en cada momento tomando conciencia de ello, es para mí la mayor conquista
alcanzada en esta vida. Quiero ser libre en mis actuaciones, en mis emociones y
en mis pensamientos. Quiero pensar y decidir por mí mismo, y cuanto más me
acerco a esta idea, más cerca me encuentro de los demás.
Sirva este preámbulo para
indicar que no soy nadie para indicarte como debes vivir la experiencia de la
amistad. Ahora bien, lo que sí puedo hacer es compartir mis vivencias y
conocimientos contigo.
Veras, la amistad, tal y
como yo la veo no es una pura experiencia de orden emocional, y digo esto,
porque mientras que las emociones suelen tener como meta la posesión, la
amistad cuando se basa en estos principios suele desencadenar consecuencias de
dolor y decepción.
La amistad debe basarse en
un aspecto sublimado de las emociones, y ello nos llevaría a una experiencia de
relación mental, es decir, de comprensión. Tan solo a través de la comprensión.
de uno mismo, podremos llegar a comprender a los demás.
Si por ejemplo, no aceptamos
nuestros errores y nos castigamos, jamás lograremos aceptar los errores de los
demás, lo que nos llevará a una constante critica proyectada a enjuiciar el
comportamiento ajeno, sin darnos cuenta que estamos viendo nuestros propios
errores en los demás. y como los reconocemos y no los aceptamos, lo combatimos.
Cuando las emociones
posesivas median en las relaciones de amistad, por lo general, lo que nace como
una atracción amistosa, se convierte en una experiencia de posesividad, por lo
que tarde o temprano se convertirá en exigencias difíciles de soportar. Los
celos, la envidia, la intolerancia, son aspectos que suelen encontrarse muy cerca de
las relaciones amistosas, que crecen en un ambiente de emociones y pasiones.
La amistad es sublime. A medida que voy aprendiendo a perdonarme a mi misma por los errores cometidos, puedo ir aprendiendo ha aceptar a los demás. Mamá decía que "puñalada en barriga ajena no duele". Y ello para mi es primordial. Es importante el aprender a ponerme en los zapatos del otro, para no criticarlo, no juzgarlo y no ajusticiarlo.
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