“No
lejos del castillo había un pueblecito francés… en él vivía una hermosa
muchacha llamada Bella…”
Las referencias que nos hace
el autor son muy significativas para poder ubicar a la hermosa Bella en el
signo de Tauro. Ya veíamos en el capítulo anterior como la “prueba del
Príncipe” resultó ser la de este signo (Tauro en Casa VI): Amar en profundidad,
sin embargo, fracasó. Veíamos, como convertido en Bestia-Escorpio, su
complemento (Casa VII) se situaba en Tauro, indicándonos cuál debía ser su
búsqueda como ideal de complementación – matrimonio.
Ahora el cuento nos indica
que Bella vivía en un pueblecito francés. El hogar en astrología debemos buscarlo
en la Casa IV, y si situamos en el nuevo Mandala de estudio a Tauro en el
Ascendente (Casa I) con el propósito de analizar las peculiaridades de Bella,
veremos como en la Casa IV queda ocupada por el signo de Leo, signo, que no por
casualidad –es obvio-, rige a Francia.
Tener a Leo en Casa IV, nos
revela el aspecto más íntimo de la naturaleza de Bella. Leo, el signo de la
conciencia espiritual y de los valores morales, está iluminando su feminidad,
es decir, Bella posee un corazón puro, noble y generoso.
El autor nos refiere que a
Bella le apasionaba la lectura, y en ello vemos la posición de Géminis en la
Casa II, donde se concentran los deseos más concretos del ser, su mayor
seguridad y posesividad. Ella es rica en atributos intelectuales, es decir, domina
el Elemento Aire, la razón, por su vinculación con el signo de dicho Elemento
Géminis.
Al referirse al padre de
Bella, el autor de la versión que estamos interpretando, nos sitúa a este
personaje dedicado al arte de la invención. Veamos que nos revela dicha
información. La Casa Astrológica que se ocupa del estudio del patrón del Padre
es la Casa X, indicándonos al mismo tiempo que por dicho sector obtendremos
información de las energías que mejor dominamos, dado que son las que tenemos
más trabajada, de ahí su vinculación con el tema de la profesión.
En el tema de Bella, la Casa
X está ocupada por el signo de Acuario, el que nos permite conectar por vía
intelectual con el mundo de los Arquetipos, lo que permite la comprensión de
las leyes que se deben aplicar en el mundo físico, es decir, gracias a Acuario,
el hombre debe construir el mundo con las pesas y medidas del Cielo. En
definitiva, en Acuario nos convertimos en inventores de ideas originales.
Esta influencia marcada por
su Padre, el patrón de referencia espiritual, al tratarse de un inventor, viene
a indicarnos las cualidades con las que Bella está dotada. Ella posee el poder
de establecer en el mundo, la Ley de la Igualdad y llevar a los hombres a la
comprensión de su naturaleza interna, aportándole conocimientos para que
superen la etapa de la división interna y la superación de las emociones.
Continua la historia
refiriéndonos que el Padre partió hacia una feria para mostrar su invento, pero
en su travesía sucedió que se perdió en la espesa y fría niebla… queriendo
tomar un atajo, se adentró en el bosque, donde tuvo que hacer frente a la
profunda oscuridad y a los aullidos de los lobos. Era tanto su miedo que acaba
caído en el suelo y, acosado por las bestias del bosque, huyó despavorido.
Corrió hasta encontrar un tenebroso castillo en el que no dudó penetrar y
cerrar tras de sí las puertas…
Vayamos paso a paso
analizando este amplio contenido. Situemos en el Mandala del estudio de Bella
al signo de Tauro en el Ascendente y a Acuario en la Casa X, como representante
del Padre. El narrador nos dice, que el Padre deseó presentar su invento en una
feria con el propósito de obtener beneficios
económicos con él.
El signo donde el hombre
pone de manifiesto sus deseos es Piscis. A través de este Arquetipo,
exteriorizamos nuestros sentimientos, nuestras alegrías y nuestras penas. En
este tema, el signo de Piscis se sitúa en la Casa II del Padre (si hemos dicho
que el padre es Acuario, situando a este signo en el Ascendente, Piscis ocupará
la Casa II). Como hemos tenido ocasión de adelantar, esta Casa II se traduce
como el sector de las riquezas y bienes materiales (se trata del fruto obtenido
tras el trabajo realizado), lo que nos sugiere la intención de Acuario-Padre de
vender su creación, o lo que es lo mismo, venderse a sí mismo.
Piscis como Casa II de
Acuario nos invita a conocer que nuestra mayor riqueza, en el momento en el que
trabajamos con el conocimiento de las Leyes Cósmicas o cuando nos
intelectualizamos, debe ser la Compasión, ese sentimiento que nos lleva a
sentir el dolor ajeno como nuestro propio dolor. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando
lo que pretendemos es tan sólo confirmar la certeza de nuestras elucubraciones
mentales, de nuestra forma de pensar o cuando pretendemos sacar beneficio
material a nuestras ideas? Pues que nos perderemos en el laberinto y en la
confusión del bosque, como le ocurrió al Padre de Bella, y entonces quedaremos
a merced de los lobos, esas tendencias que representan nuestros instintos
salvajes e inferiores que nos hablan de nuestros deseos perversos.
El hombre cuando vende sus
ideas con el propósito de enriquecerse, no olvidemos que el Ascendente está en
Tauro –deseos de posesión material, se aleja del verdadero propósito. Pero
sigamos con nuestra interpretación.
Para lograr su propósito de
venta, el Padre debe realizar un largo viaje. En el lenguaje esotérico, cuando
se realiza un viaje, es indicio de que se debe producir un cambio interno, pero
al no producirse éste, el alma se ve motivada para encontrar ese cambio, a través
de un desplazamiento, de un cambio exterior.
El cambio interno que debe
realizar el Padre, debemos buscarlo en la Casa IV desde Acuario, y en este
sector encontramos al signo de Tauro. Volvemos de nuevo sobre la idea original.
Se trata de cambiar el deseo de goce y posesión material, por el de amor
profundo y fecundador. Como este cambio no se produce, la conciencia material
se lanza al cambio externo, en un venturoso viaje. Astrológicamente el largo
viaje está representado por la Casa IX, pues es a través de este canal por
donde se debe exteriorizar los valores profundos de nuestra conciencia
espiritual. A través del viaje buscamos la trascendencia. Aparece el signo de
Libra en la Casa IX, desde Acuario, revelándonos que es la unificación, la
voluntad de complementación, el logro que ha de conquistar ese Padre,
representante de la espiritualidad de Bella.
El autor da pistas que son
inequívocas a la hora de comprender el significado del trabajo (viaje) que
realiza el Padre de Bella (Acuario-Casa X). Todo comenzó una tarde de otoño, es
decir, se establece una situación temporal que admirablemente viene a
indicarnos el signo activo en este tiempo. Ya sabemos que los meses de año
están regidos por los 12 signos del Zodíaco. ¿Qué signo rige el otoño? Precisamente
el de Libra.
Bella se situaba
internamente en predisposición para alcanzar ese encuentro con el compañero con
el que ha de compartir su vida o lo que es lo mismo, ha de alcanzar la madurez
emocional representado por el Elemento precedente al Aire, el Agua y lograr así su propósito de
integración con la unidad. Ese es el trabajo del Alma-Bella, la búsqueda de la
Armonía y el retorno a la Unidad.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario