En la versión paralela que
estamos estudiando de la Bella y la Bestia, el autor nos revela una trama
diferente, por la cual, Bella llega al Castillo. Tras la sentencia de muerte
impuesta por la Bestia, el Padre, ante el temor de perder su vida, opta por
suplicar a su “verdugo". A pesar de su demostrada crueldad, Bestia decide
perdonarle, pero a cambio, una de sus hijas debe ocupar su puesto. A tal
propuesta, el reo accede, aunque no de buen grado, y a cambio de sus servicios,
Bestia, a su marcha, le entrega oro.
Una vez más debemos
descubrirnos ante la intuición del autor, que ordena la historia de tal modo
que nos descubre una senda que ha de permitirnos, alcanzar el proceso
alquímico.
La súplica del Padre es
símbolo del arrepentimiento, una aptitud que tan sólo se consigue, cuando se ha
trabajado internamente en la Casa VIII y se ha descubierto, que la verdadera
causa de nuestras aflicciones se encuentra en uno mismo. A pesar de todo, no es
suficiente con el arrepentimiento, Bestia le pide una “muestra” de él, y para
ello, le exige que se desprenda de una de sus hijas, es decir, uno de los
frutos de su labor creadora.
El hombre cuando desarrolla
una creación, tiende a quedarse apegado a ella, a sentirla como suya, a
poseerla, y con el tiempo, cuando la dinámica de la vida nos lleva al desapego,
viviremos como una pérdida, un profundo desgarro, esta superación. Bestia le
pide al Padre que viva la experiencia de Virgo, pues de esta manera, como ya
hemos dicho en otra parte de estos estudios, quedaremos limpios para reanudar
la marcha hacia la perfección.
Los hijos, por otra parte,
están representados astrológicamente por la Casa V, pues a través de este canal,
el hombre proyecta su conciencia creadora, expresando su amor a través de sus
valores morales. Por lo tanto, el papel que ejecuta el Padre cambiándose por
una de sus hijas, no es otro que poner de manifiesto la conquista de su estado
de conciencia nuevo.
Es Géminis, el signo que se
sitúa en la Casa V, contando desde el Ascendente Acuario-Padre. A través de
este Arquetipo, el hombre debe dar salida a sus ideas con el propósito de
organizar el mundo de acuerdo a las Leyes Divinas. Géminis, es el que nos hace
comprensible las cosas, el que aporta lógica y conocimiento, el que ha
alcanzado el dominio sobre las pasiones humanas y está dotado para establecer
vínculos de hermandad. Por lo tanto, la hija que ha de cambiarse por el Padre,
es la voz que apacigua los instintos, el don de la palabra creadora.
Fijémonos (si utilizamos el
Mandala estudio para Bella), que Géminis es el signo que ocupa la Casa II,
desde el Ascendente Tauro-Bella, lo cual nos indica que la riqueza (Casa II)
con la que cuenta la joven, es precisamente el atributo de la Inteligencia
Creadora. Ella posee el don de establecer relaciones armoniosas entre los
seres, y esa será precisamente la labor que desempeñará, una vez en manos de la
Bestia.
Nos indica el autor, que
Bestia le entrega oro para pagar los servicios del Padre. Con esta muestra,
paga con la misma moneda, hija por oro. Ambos son los atributos de la riqueza
espiritual, de la conciencia (Casa V). Mientras que el Padre, le da a su hija
Bella con la riqueza de Géminis (intelectualidad), Bestia le ofrece su Casa V,
es decir Piscis (recordemos que Bestia es Escorpio y Piscis es el signo que
ocupa el sector V desde dicho signo), o lo que es lo mismo, la promesa de una
nueva conciencia inspirada por la sublimidad de la naturaleza emocional, por la
compasión. Se trata de una promesa inconsciente, incluso para la propia Bestia,
pues sin saberlo, le estaba otorgando su capacidad de amar con abnegación.
El narrador nos revela que
ese oro sirvió para que sus hermanas se casaran. ¿Quién son esas hermanas y qué
importancia tiene el hecho de que se casasen?
Aplicando las Casas
Astrológicas a este pasaje, tenemos que el significado de los hermanos debemos
buscarlo en la Casa III, sector que significa, igualmente, el canal por el cual
expresamos el contenido elaborado por nuestra mente, con el propósito de crear
paz y entendimiento entre los seres.
Partiendo del Ascendente
Tauro-Bella, la Casa III, está ocupada por Cáncer, signo donde nacen los deseos
y con ello el germen de la división. El hecho de que el oro ofrecido por Bestia
sirva para casar a las hermanas de Bella, nos está indicando, que su sacrificio
a aceptar convivir con su naturaleza inferior –inconsciente-, permitirá
establecer vínculos de unidad en el sector donde fluye el germen de la
división. Es decir, comienza su andadura hacia la sublimación de las emociones,
hacia el encuentro con la Unidad.
A partir de este momento,
una vez que Bella y Bestia se encuentran habitando en el mismo hogar, se
desarrollarán una serie de escenas cuya trama pondrá de manifiesto la dinámica
de los “trabajos internos”. El acercamiento es lento, paciente, indicándonos
con ello, que la conquista del inconsciente no es una labor que se consiga en
un abrir y cerrar de ojos.
Mientras tanto, su Padre,
que había sido liberado, llegó al pueblo donde cuenta lo acontecido. Ello
provoca las burlas de todos los oyentes, aunque, deciden ir en busca de Bella
para salvarla. Entre los ciudadanos estaba un joven presumido y vanidoso, que
deseaba casarse con Bella. ¿Quién es este personaje tan pintoresco que aparece
en una de las versiones del cuento?
Se trata de un aspecto de la
naturaleza inconsciente de Bella, que refleja la inmadurez de esta. Está
respondiendo a la Casa VII-Escorpio, sin embargo, no se trata del mismo rostro
de la Bestia-Escorpio, pues en verdad, éste es un príncipe caído, es decir, un
Sagitario en prueba.
La vanidad, el narcisismo,
la presunción del joven está representando Escorpio-Casa VII y está reflejando
un aspecto proyectado por el alma-Bella cuando aún no está madura. Es ella
misma pero reflejada en el otro. En la medida en que el dominio de sus
emociones vaya consiguiéndose, el aspecto de este joven irá cambiando, hasta el
punto que deje en su lugar al verdadero Príncipe que subyace en su Casa
VIII-Sagitario, en su mundo emocional.
La otra versión no menciona
a este joven y continua la historia dando vida a los diálogos que se establecen
entre ambos personajes. A lo largo de esta relación se pone de manifiesto una
situación que viene a evocar en el recuerdo lo sucedido en el paraíso terrenal
con Adán y Eva. Bestia ofreció a Bella todas la comodidades que se podía
encontrar en el castillo, no obstante, le prohibió terminantemente visitar el
ala oeste.
Adán y Eva también podían
disfrutar de cuantas riquezas crecieran en aquella tierra, sin embargo, fueron
advertidos por la divinidad de que no comieran del Fruto Prohibido. ¿Cuál es
verdaderamente el motivo de esta prohibición?
El oeste astrológico está
representado por la Casa VII, el sector por donde nace la facultad de la razón,
del entendimiento, del autoconocimiento, reflejado en el otro. En este sector,
partiendo desde el Ascendente Escorpio-Bestia, está ocupado por
Tauro-Bella-Rosa. En efecto, cuando Bella viola la confianza de Bestia e
irrumpe en la sala oeste, ella descubre una rosa roja protegida por una campana
de cristal, sin embargo, no alcanzó a comprender que era aquella rosa la causa
de su aflicción.
De repente, se unen en un
mismo arquetipo una serie de símbolos, la sala oeste, la rosa y la propia Bella
violando la confianza del Príncipe-Bestia. Esa violación se traduce en un deseo
prematuro de proyectar nuestra individualidad, nuestro ser. Adán y Eva
quisieron utilizar el poder de su voluntad emocional, su libertad creadora,
para alcanzar el conocimiento de sí mismo, pero aún no estaban preparados para
ello, pues sus vehículos eran inmaduros.
Bella quiso tomar esa rosa
roja, es decir, pretendió acceder a la pureza virginal del amor, cuando aún no
había conseguido liberarse de su naturaleza “bestia”, de sus instintos.
Bestia la descubre y le
recrimina su falta de confianza, es entonces cuando Bella, decide abandonar el
castillo horrorizada por la furia de Bestia. Cuando se encontraba en plena
huida, Bella fue atacada por los lobos del bosque, y cuando le parecía que iba
a ser devorada, apareció Bestia, el cual luchó con bravura hasta lograr
vencerles a todos, aunque no pudo evitar caer herido.
Fue entonces, cuando en
Bella se produce el comienzo de una profunda transformación. Abandonó la idea
de huir y, en cambio, se puso a curar al malogrado Bestia.
En verdad, cuando el alma
decide habitar con su mundo oscuro, con su inconsciente, no siempre le es
agradable aceptar las tendencias que descubre en él y es muy común ver como
abandonamos los trabajos de unificación. Sin embargo, la parte inconsciente
Bestia, debe ser aceptada, y para ello, debe proteger a la parte consciente,
pues sin ella, jamás podría realizar su trabajo alquímico de transformación. Es
por ello, que lo “oscuro” da muerte a las propias tendencias de la oscuridad
(lobos). El mal está regido por la fuerza de repulsión, es por lo que se
autodestruye. El bien, en cambio está regido por la fuerza de atracción. Esta es
la razón por la que el bien siempre vence al mal.
Continuará...
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