Si observamos con detenimiento las funciones que realizan las
caderas, así como los trastornos que ocasionan en la columna cualquier
alteración en ellas, comprenderemos mejor las causas espirituales que están
estrechamente relacionadas con este tipo de enfermedades.
Por su parte, la columna nos permite mantenernos erguidos. Es
uno de los matices que nos diferencias de los animales. Si buscamos razones
psicológicas, diremos que a diferencia de nuestros hermanos menores, los
animales, el hombre posee el don de conocer lo que es bueno o malo, o lo que es
lo mismo, tiene conciencia moral.
Si esto es así, cuando encontramos deformaciones en la
columna causadas por un problema original en las caderas, tendremos que saber
que dicha alteración esta refiriéndose igualmente a desordenes de índole moral.
Cuando nos "desviamos o torcemos" en el "camino", esto es,
desde el punto de vista espiritual, el Programa Divino con el que hemos nacido,
estamos mandando a nuestro cuerpo físico una instrucción, que al ser somatizada
se presentará como problemas de las caderas y posteriormente de la columna.
En el lenguaje de los símbolos, tener una cadera más alta que
otra, nos esta refiriendo, igualmente, una alteración en nuestro conciencia,
estamos viviendo un desequilibrio en el orden moral con el que nos movemos.
Caminar recto y erguido es síntoma de seguir unas pautas con
las que somos coherentes y de las cuales nos sentimos orgullosos. Las caderas
ejercen esa función en el cuerpo, nos permiten andar sin desequilibrarnos en el
intento. Por tanto, si queremos evitar tener trastornos en esta zona del
cuerpo, hagamos lo posible por expresarnos coherentemente con nuestros
principios morales.
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