Tejido Sanguíneo. La Sangre:
Empezaremos
por lo más central del tejido conjuntivo, la sangre. Es la desvalorización más
profunda, es lo que está en el centro de nosotros mismos. No es el esqueleto lo
que está en lo más profundo de nosotros, porque dentro del esqueleto está la
médula roja y la médula roja fabrica la sangre.
Cuando nos sentimos desvalorizados en lo más profundo de
nosotros mismos, esto toca a la sangre. Con la sangre estamos en
los lazos de sangre, entonces se trata de desvalorización en el seno
de la propia familia.
En la sangre hay tres tipos de células: Los glóbulos rojos.
Los glóbulos blancos. Las plaquetas
En la familia hay tres grandes necesidades:
1. Vivir, para vivir bien, recibir la vida en cada
instante. Nuestros padres nos han transmitido la vida, la transmitimos
a nuestros hijos. En la familia es donde pasa la vida.
2. En la familia necesitamos sentirnos protegidos.
Es importante no sentirse un extranjero, sino sentirse en seguridad.
3. En la familia necesitamos una unidad, como
una adhesión, una adherencia.
Porque si no hay cohesión familiar, no hay familia. Si no
hay vida que circule, no hay familia, y si me siento en peligro en el seno de
mi propia familia, me voy o muero.
Entonces hay tres grandes familias de conflictos, a nivel de
la sangre:
·
Peligro
de muerte en la familia (glóbulos rojos)
·
Falta
de seguridad, peligro, en el seno de la familia (glóbulos blancos)
·
Falta
de cohesión en la familia (las plaquetas).
(Tratado de Biodescodificación de Enric Corbera)
He querido compartir esta introducción sobre la sangre y la
familia, pues está estrechamente relacionada con el programa que nos insufla,
en el día de hoy, el Ángel Damabiah. Su Esencia es “Fuente de Sabiduría” y
ejerce su hegemonía sobre el Elemento Agua, cuyo significado metafísico son los
Sentimientos. Se trata de la fuente de donde emanan los sentimientos más
elevados y esa fuente no puede ser otra que la del Amor Incondicional. El
nombre sagrado de Damabiah, traducido al hebreo, nos informa que la raíz “DM”
significa sangre; representa la idea de un colectivo que puede interpretarse
como el hombre. Esa misma raíz la encontramos en el nombre de Adán, lo que
indica que cuando el texto sagrado hace referencia al “hombre primogénito”,
realmente se está refiriendo al colectivo de la humanidad.
Se establece una relación entre “humanidad-hombre”; la
“sangre” y los “sentimientos-Amor”. Como bien nos indica Enric Corbera en su
obra “Tratado de Biodescodificación”, los problemas de la sangre ponen de
manifiesto un profundo conflicto de desvalorización.
La familia aparece como la principal “célula” donde el
hombre adquiere una identidad. El nacimiento de la individualidad necesita el
apoyo y la referencia del clan para sentirse seguro y protegido ante otras
individualidades. Este aspecto de la naturaleza humana dio lugar al nacimiento
del ego y a todos los conflictos derivados de él: separación; culpa; miedo;
sufrimiento; enfermedad, etc.
Damabiah, nos ayuda a recuperar la senda que ha de
conducirnos a la conciencia de unidad con nuestro Creador y para ello, activa
nuestra naturaleza emotiva, llevándonos a elevarnos por encima de lo mundano.
Las vibraciones de Damabiah purificará nuestro cuerpo emocional y como
consecuencia de ello, el Tejido Sanguíneo se verá, igualmente purificado. Si
conseguimos conectar con su “programa”, se producirá en nosotros un profundo
cambio de conciencia y desde ese momento, nuestra familia, ya no será,
exclusivamente, nuestros padres, hermanos, abuelos, tío…, sino que será la Humanidad.
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