Hoy el cielo está de fiesta…,
pues el alma de mi fiel amigo, Draco, retorna a él, para fundirse en la Conciencia
de su Espíritu Grupo. Estas líneas son escritas en su honor. Él se lo merecía.
Draco era nuestro perro,
digo nuestro, pues ha formado parte de nuestra familia, durante 13 años. Los
que saben de estas cosas, nos enseñan que los animales son nuestros “hermanos
menores”. Ellos, a diferencia de los humanos, carecen del “cuerpo mental”,
carecen de un espíritu individualizado, sí ese “espíritu individualizado” que
nos mantiene identificados con una conciencia de separación. Esa separación,
jamás ha existido entre Draco y
nosotros. Él, siempre nos ha enseñado a sentirnos parte de una familia.
He pedido a Dios, no tener
que enfrentarme a la dura experiencia que supone tener que decidir poner fin a
la vida de nuestro fiel amigo. Sin embargo, ese “cáliz amargo” no ha pasado de
nosotros. Draco, estaba enfermo. A duras penas, ha conseguido dar unos cuantos
pasos, cuando le he mostrado su cadena, la misma que ha identificado como la
invitación a dar un paseo. Han sido sus últimos pasos… Con la ayuda de mi hijo,
hemos conseguido trasladarlo al coche. Confiábamos
que la visita al veterinario, como otras veces, fuese suficiente para poder
prestarle auxilio y aliviar su dolor.
La artrosis, en los últimos
meses, ha limitado mucho su movilidad, pero aún sacaba fuerzas de su flaqueza
para lanzar al mundo sus ladridos cuando intuía que debía hacerse notar.
Hoy, cuando nuestras miradas
se han cruzado, ambos hemos sabido que algo no marchaba bien. Hemos intentado
recuperar su espíritu luchador, invitándole a comer lo que más le gusta… sin
embargo, no le ha prestado el más mínimo interés.
El veterinario, lo ha auscultado.
Tiene fiebre y dolor abdominal. Sería necesario realizar una eco abdominal,
para obtener un diagnóstico más seguro. Draco, nunca se ha llevado bien con el
veterinario…, de vez en cuando un gruñido, nos lo recordaba, sacando fuerzas de
donde no las había. Draco tenía raza…, era un rottweiler y tenía un gran
corazón.
La ecografía fue reveladora…,
uno de sus riñones no se conseguía apreciar por el acúmulo de masas. Su bazo, también
presentaba importantes trastornos y parte de su hígado, mostraba una serie de
manchas que indicaban la existencia de que el tumor se había extendido. El
diagnóstico era poco esperanzador…
Tenemos que agradecer al
veterinario, la delicadeza con la que supo trata la situación. Nos invitó a
quedar a solas unos minutos para que pudiéramos tomar una decisión en la intimidad
familiar. Fue entonces, cuando entendí, que aquel “cáliz amargo” tendríamos que
beberlo juntos, mi esposa y yo. Esa decisión tan sólo puede ser tomada por
amor. Ver a tu amigo, sufrir, padecer, sin poder ayudarle, sobrepasaba nuestra
capacidad. Pedí a Dios, que me ayudase a tomar la mejor decisión, pues quería
encontrar la respuesta correcta –si la había- para afrontar aquella difícil
situación.
En esos momentos, lo único
que puedes hacer es decir a tu amigo, “hasta pronto”. En el fondo, sabes, que
se trata de una despedida en el tiempo, y ese mismo tiempo, si en tu corazón has
dejado inscrito su nombre, nos ofrecerá la oportunidad de vivir un reencuentro.
Intentas, hablarle con la mirada… En sus ojos te ves reflejado, desgarrado por
el dolor y al mismo tiempo, con el deseo de poner fin a su agónica experiencia.
Nuestras miradas, hablaban de agradecimiento, por todos y cada uno de los
recuerdos compartidos. Entonces, ves cómo sus ojos te muestran gratitud, sí
gratitud, en reconocimiento por todas las muestras de amor recibidas.
Mari, fue a arrojar un papel
en la papelera y su rostro se iluminó con una extraña felicidad… Mira lo que
pone, Juanjo, “muchas gracias”. Es como si Draco me lo estuviese diciendo. Y yo
lloré, porque reconocí que en aquella anécdota, existía esa mágica complicidad
que tan sólo se suele dar cuando las almas se aman de verdad y buscan compartir
esa verdad.
Draco, era nuestro “hermano
menor”, pero hoy, cuando revivo en mi corazón sus recuerdos, no puedo evitar
sentirme muy inferior a él, pues Él, sin duda, ha sido un gran maestro en el difícil
arte del amor.
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