El presente artículo, está dedicado al signo
de Piscis y a su regencia sobre los pies. Todos los textos astrológicos
consultados sobre este particular, coinciden en atribuir al signo de Piscis con
la parte del cuerpo físico que nos permite la movilidad.
Cuando estudiamos las características de
tercer signo del elemento Agua, observamos que su papel estelar le lleva a ser
el exteriorizador de las emociones y deseos, es decir, Piscis, nos impulsa a
conquistar lo que nuestras emociones nos dictan. Y cuando esto ocurre, nos
sentiremos llamados a movilizarnos para conseguir lo que nuestros sentimientos nos
inspiran.
Precisamente, cuando esta dinámica se activa,
serán nuestros pies los que nos permitirán desplazarnos de un lado a otro, con
el único objetivo de permitirnos satisfacer nuestros deseos. Por lo tanto,
estamos estableciendo una relación que nos aportará mucha información sobre
nuestra naturaleza emocional, ya que, en la medida en que nuestros pies
encuentran dificultades para realizar su cometido, tendremos que preguntarnos, ¿qué ocurre con nuestras emociones para que esto sea así?
Las enfermedades y
trastornos físicos que padezcan nuestros pies, nos estará informando de la
calidad de nuestro cuerpo emocional; nos indicará en qué medida, nuestros
sentimientos están sirviendo al amor o a la pasión y el egoísmo.
Bien, sirvan estas líneas de introducción.
Ahora, entraremos a analizar este apasionante tema desde diferentes puntos de
vista. Vamos a adentrarnos en el texto sagrado de la Biblia para analizar dos pasajes
que, considero muy interesantes, y en los que se pone de manifiesto dos
acciones relacionadas con los pies: sacudirse los pies y el lavado de pies.
Veremos, igualmente, el significado emocional
de las enfermedades relacionadas con los pies y recogeremos las recomendaciones
que nos ayudarán a cambiar nuestras pautas emocionales para encontrar el estado
saludable.
“Cuando no se os reciba ni se escuchen
vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad y sacudid el polvo de los
pies para que no quede en vosotros recuerdo en ella. En verdad os digo que el
día del juicio, el país de Sodoma y Gomorra será tratado con menos rigor que
esa ciudad”, prosigue Jesús (Mateo X, 14 15) (Marcos VI, 11) (Lucas IX, 5 y X,
10 12)
Los pies tienen una relación directa con el
alma humana. Los pies están regidos por el signo de Piscis, que es la sede
zodiacal asignada a la oleada de vida humana. Más tarde, Cristo lavaría los
pies a sus apóstoles para simbolizar la purificación del alma. Cuando les
recomienda pues que sacudan el polvo de sus pies si la casa (o morada psíquica
del interlocutor) no los recibe, quiere decir que el discípulo no debe guardar
en su alma el recuerdo de aquellos que no han querido acogerlo. Si no se sacude
el polvo de los pies, el que rechaza las palabras del discípulo dejará huellas
en el alma, es decir, establecerá un vínculo que lo obligará a volver a
encontrarlo en una próxima existencia.
Es importante pues que el discípulo aprenda a
sacudirse el polvo de los pies cuando se encuentra ante alguien que es opaco a
sus enseñanzas. No dejemos que en nuestras almas haya incrustaciones de otras
almas que más tarde nos obligarían a descender a sus abismos. Podemos descender
por voluntad propia, pero no obligados por necesidades kármicas. No abriguemos
pues hacia los que no nos escuchan ni rencor, ni deseos de demostrarles la
verdad, ni resentimiento alguno por habernos tratado con desconsideración.
Esto es especialmente aplicable a la pareja y
a los familiares más cercanos. En efecto, ocurre con frecuencia que las
personas que poseen algunos conocimientos esotéricos o que empiezan a acceder a
la nueva consciencia sientan cierto resquemor o bien desarrollen un sordo
resentimiento hacia sus seres queridos cuando éstos no comparten sus
inquietudes espirituales. El Maestro nos sugiere la pauta a seguir en este
caso: respetar el camino que el otro ha escogido sin pretender obligarle a
seguir el de uno. Ningún camino es más válido que otro, lo que cuenta es el
proceso.
Luego, derramó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de sus
discípulos, secándolos con el paño con
que se había ceñido. Comenzó por Simón Pedro, y éste le dijo: “¡Tú Señor, tú me
lavas los pies!” Jesús le respondió: “Lo que yo hago ahora no lo comprendes
pero lo comprenderás muy pronto.” Pedro dijo: “No, jamás me lavarás los
pies”, y Jesús le respondió: «Si
no te lavo, no tendrás tu parte en mi Reino.” Simón Pedro le dijo: “Señor, no
solamente los pies, sino aun las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que es lavado
sólo necesita lavar
sus pies para quedar enteramente purificado, y vosotros lo
sois, pero no todos.» (Juan XIII, 5-9).
El Apóstol Juan, representa el signo de
Piscis. La función de este signo es la
de exteriorizar los sentimientos, sacarlos fuera a fin de que no perturben al hombre
en la búsqueda de la Verdad. Los pies están regidos por Piscis, de modo que ese lavado de pies está relacionado con
las funciones del signo.
Si en Piscis nos desprendemos de
nuestros deseos, sentimientos, emociones, es preciso que lo hagamos limpiamente, porque si esos deseos-sentimientos-emociones son
sucios, contaminaremos con ellos la tierra en la cual los arrojemos y sólo
habremos conseguido que nuestra suciedad interior pase al exterior.
Son muchos
los Pedros que se resisten a ser lavados
por Cristo; muchos los que no quieren “humillar” su
espiritualidad interna y ponerla a servir en tareas que consideran inferiores.
Muchos son los que llevan con orgullo
sus conquistas espirituales y se dicen: “De aquí no me bajo.” Pero si la
espiritualidad no se baja para purificar
lo que, por su naturaleza, está
debajo de ella, lo inferior no
podrá entrar en el
Reino de
Cristo y la fuerza crística
no tendrá más remedio que acceder
a lo inferior a través del sacrificio, el suyo propio primero y provocando con ello el
suicidio de Judas, o sea la desaparición
del Mal, cuando la voluntad del “muerto”
ha penetrado en él autodestruyéndolo.
Todos
los personajes de la pasión
están en nuestra naturaleza interna, que los
va generando y gestando a lo
largo de nuestras existencias. Si
hemos alcanzado este punto en que actúan
en nosotros Marta-María-Lázaro, Juan,
Pedro, Judas y Cristo,
es que nos encontramos en las puertas
del Reino y podemos acudir a ese banquete, sucios
o limpios, y ello
determinará el que penetremos en
ese Reino deslizándonos suavemente o
mediante drama y violencia.
La iglesia católica ha convertido el lavatorio de pies en un
rito y, para poder cumplirlo, moviliza todos
los años a los pobres, constriñéndolos a colaborar. De la forma en que se lleva a cabo, es muy difícil que los fieles puedan ver en
ese gesto la necesidad de que lo superior purifique
a lo inferior en cada
hombre. En la vida familiar, sobre
todo en el campo donde
existían menos comodidades, podía
contemplarse a menudo la escena de la
mujer lavando los pies a su marido, evidenciando así el impulso interno
que busca esa purificación
espiritual. Sepamos ver en
los pies
el termómetro físico de
nuestra temperatura emocional. En ellos
se refleja el
estado de nuestras emociones. Si los pies se hinchan, se agrietan,
se “duermen” o son dolorosos, es señal de que nuestras emociones bajan sucias, y, del mismo modo que un baño de pies alivia su dolor, la
purificación de los sentimientos aliviará nuestra vida de la carga que
hacemos pesar sobre
ella. Es muy frecuente
encontrar gente con los
pies cansados y ello indica
que están viviendo por
encima de sus posibilidades
morales, intelectuales o emocionales. Y, una de dos, o bien
deben lavarse los
pies y estar
a la altura de lo que pretenden
ser, o renunciar a su
ambición y aligerar así el peso
de su edificio humano.
Después de haberles lavado los pies y de
haberse puesto el vestido volvió
a la mesa y les dijo: ¿Comprendéis lo que os he hecho? Me llamáis
Maestro y Señor, y decís bien, pues lo soy. Si os he lavado
los pies, siendo el Señor y el Maestro, debéis también lavaros
los pies los unos a
los otros, ya que os he dado un ejemplo, a fin de
que hagáis como
yo he hecho. En verdad,
en verdad os digo que el
servidor no es más grande que su Señor,
ni el apóstol más grande
que quien lo ha enviado. Si sabéis
estas cosas, felices sois,
siempre que las practiquéis. (Juan XII,
12-17)
Dice Jesús en este punto algo sumamente
importante: nuestro comportamiento
debe seguir la pauta del discurrir del
cosmos. Debemos ser primavera con la primavera; verano con el verano, etc.
y realizar en nosotros los procesos inscritos en los libros sagrados.
En los gestos de Jesús se
encuentra el modelo de comportamiento que debemos seguir para pasar del mundo de las realidades materiales
al de la vida del espíritu.
Cuando los caminos de acceso son diversos, también nos lo indica con hechos o con parábolas.
La única dificultad reside en entenderlo y saber que cuando habla de lavarse los pies, se refiere a la
purificación de los sentimientos. En todo cuanto dice o hace hay una enseñanza
oculta, pero esa enseñanza va siendo inspirada
a los hombres a medida que la
buscan y no se conforman con el sentido
literal de las palabras, que es suficientemente absurdo como para impulsar al que busca de veras la
verdad a ir más allá de lo aparente.
En efecto,
si interpretamos este pasaje del lavatorio de pies en su sentido literal, tendremos que para entrar en ese
paraíso que deja entrever la enseñanza
de Cristo, sería preciso que Jesús
lavara los pies a
sus discípulos y
después que lo hicieran entre ellos.
Hasta un niño puede entender
que los pies limpios
o sucios no han de ser
obstáculo para que un hombre vaya al cielo.
El paso
siguiente hace pensar
al hombre profano que
lo que Jesús pretende decir es que es preciso ser humildes,
sobre todo en la relación ricos-pobres o poderosos-humildes, pero la
humildad ya es proclamada como
una virtud al principio de la enseñanza,
como para que deba ser ilustrada con
ese ejemplo. No es todavía eso, pero
las reflexiones sobre la humildad
pueden ya llevar el alma a consideraciones interesantes sobre qué es la humildad, que
consiste en bajar a lo inferior,
apareciendo la idea de que
lo noble, lo elevado,
lo digno, debe descender de su pedestal, desnudo,
despojado de todos sus oropeles.
La cabeza -del que lava- debe
estar a la altura de los pies del lavado.
En ese camino de reflexión irán
apareciendo los valores que darán más profundo significado a ese gesto.
Su exacta dimensión surgirá cuando lo encasillemos en el zodiaco, la madre, la matriz de nuestro
universo solar y cuando le
apliquemos las medidas del Árbol Cabalístico. Entonces veremos:
Como ya hemos
dicho, los pies
siendo regidos por
Piscis y siendo las funciones
de este signo las de desprender
los sentimientos, la purificación
de lo uno corresponderá a la
purificación de lo otro.
Esto
sucede cuando el Sol está
en Aries, o sea cuando
el Cielo entra en la Tierra.
La cabeza a la altura de los pies significará que Kether está en
Tiphereth, puesto que Kether es la
cabeza y Tiphereth la puerta por la que
salen las emociones del mundo de creaciones,
en el esquema del Árbol.
Todo
ello nos inspirará la
dinámica que debemos poner
en marcha y al decirnos
que debemos lavarnos
los pies los unos a los otros, porque
no somos más que nuestro Señor, y si él lo ha hecho,
también debemos hacerlo
nosotros, entenderemos que nuestra
cabeza, nuestra voluntad
creadora, debe bajar
a la puerta por la que salen las emociones en nuestros hermanos,
nuestros compañeros de vida, para
purificarlos.
Hay personas que tienen efectos purificadores
sobre otras, es decir, personas en las que esta dinámica se expresa de una forma natural, sin forcejeos; del
mismo modo que otras personas son conductoras de pasiones y de bajos instintos. En el primer caso podemos
decir que la relación cabeza-pies
hace que éstos suban, y en el
segundo caso que la cabeza se queda
atrapada en los pies. Es decir, al purificarse
los unos a los otros siempre
existe el peligro de que sea el purificador
quien se vea contaminado. Por ello, Jesús se ciñó la cintura al iniciar
el lavatorio de pies.
En la dinámica cósmica,
vemos en la estructura del Árbol cómo Kether, el Padre, hizo
descender a Tiphereth, el Hijo, a la más baja región del mundo de
creaciones, donde, permanentemente, lava los pies a los
sentimientos. Cada uno de
nosotros lleva sobre sí ese Árbol
de la Vida, cuyos
centros van entrando
paulatinamente en fase
activa. Más tarde o más temprano ha de
llegar el momento en que el Hijo descienda
de su trono llamado Hochmah,
a la derecha del Padre, y se encarne en Jesús-el Hombre, en nuestra
Conciencia Tiphereth para purificar toda la suciedad acumulada en los
sentimientos.
Afortunados
si comprendemos esas
cosas, dice Jesús, siempre que las practiquemos.
En esto,
como en todo, la purificación empieza por
nosotros mismos. Si no
lavamos nuestras propias
pasiones, mal podremos
purificar a los demás. El lavatorio
de pies tendrá que manifestarse
de acuerdo con la Ley del Yod-He-Vav-He,
y en una primera etapa estallará en
nuestra naturaleza interna una inmensa
voluntad purificadora; en una
segunda etapa nuestras pasiones serán arrojadas de nuestra tierra humana,
quemadas en ese fuego purificador, y en una tercera etapa podremos exportar pureza y lavar los pies a nuestros hermanos.
Biodescodificación
EL PIE
El
pie, en general, son los conflictos relacionados con la madre. También puede referirse a la Madre simbólica
que protege:
·
La
Seguridad Social
·
Ayudas
estatales
Madre
= Protección
Padre
= Permiso
PIE PLANO
Búsqueda del afecto de la madre. Cuando soy
niño, no quiero separarme de mi madre “Me impide despegarme y me clava al
suelo”. “Estoy aplastado por mi madre” Son planos hasta los 4-7 años.
PIE HUECO O CAVO
Búsqueda de autonomía en relación a la madre
“Me resisto al agobio de mi madre” “Quiero separarme de mi madre”.
Los dedos del pie:
·
Dedo
gordo: El dedo gordo representa… “La obligación a la madre”.
·
Dedo
II. Representa “a los colaterales” (hermanos, cuñados, esposo, compañeros de
trabajo).
·
Dedo
III: “Problemas de comunicación”, de circulación de la comunicación.
·
Dedo
IV: Problemas de vesícula biliar, “Cólera reprimida, rencor e injusticia, en
relación a la madre”
·
Dedo
V: Territorio
Hallux valgus
(“juanete”), callos:
El dedo gordo representa la obligación a la
madre. Un problema con el dedo gordo se corresponde con el resentir “mi madre
me obliga a”. La gente con problemas en el dedo gordo está bajo el dominio de
la madre.
En
el caso de los callos añadimos “Protección” con la descodificación del dedo en
cuestión.
Obligación
con los colaterales:
·
El
dedo encima: “debo actuar porque soy el mayor”
·
El
dedo debajo: “debo hacerlo en lugar de los mayores”
·
Los
dos dedos: “Dificultades para encontrar su camino”.
Espolones calcáneos:
La planta del pie es la madre, pero a nivel
simbólico es la casa donde se encuentra la madre, la casa familiar. “No tengo
derecho a marcharme de casa”, a poner el pie en el suelo para marcharme. Me
culpabilizo de pensar que quería marcharme.
Esguinces:
Hay
varios tipos de esguince en función del dolor sobre un tendón en particular:
- Ligamento lateral externo, se produce en un movimiento de inversión. Si hay dolor anterior está relacionado con vesícula biliar, cólera, rencor, injusticia. Si hay dolor posterior está relacionado con la vejiga, territorio.
- Ligamento lateral interno, se produce en movimiento de eversión. Se relaciona con el bazo, con la “Preocupación por los hijos”.
Resentir:
“Tengo miedo a estar desvalorizado en un proyecto futuro”
Huesos Sesamoideos:
Situados en la articulación
metatarsofalángica del dedo gordo. Su función es “actuar como palanca” para el
dedo gordo. Potencian la fuerza para mantenerlo presionado contra el suelo.
- Conflicto de obligación hacia la madre, “no he tenido suficiente fuerza para luchar” porque los sesamoideos ayudan al dedo gordo a mantener el equilibrio.
Louise
L. Hay
Causa
probable:
Representan nuestra comprensión de nosotros mismos, de la vida y de los demás.
Temor al futuro y miedo de no avanzar en la vida.
Nuevo
modelo mental:
Mi entendimiento es claro y estoy dispuesto a cambiar con los tiempos. Estoy a
salvo. Con facilidad y alegría avanzo en la vida.
PIES
Tienen que ver con nuestro entendimiento, con
la forma en que nos entendemos y en que entendemos la vida, tanto el pasado
como el presente y el futuro. A muchos ancianos les cuesta caminar. Su
entendimiento se ha vuelto parcial y retorcido, y con frecuencia sienten que no
tienen adonde ir. Los niños pequeños se mueven con pies alegres, danzarines.
Los ancianos suelen arrastrarlos como si se negaran a moverse.
PIES
(Significado)
Conflicto en la dirección que vamos. Falta de
estabilidad y seguridad. Problema con la totalidad de nuestro Ser.
SOLUCIÓN
POSIBLE:
Reflexionar y discernir. Autoestima y confianza. Alineamiento integral.
LISA
BOURBEAU
BLOQUEO
FÍSICO:
Los problemas en los pies son muy numerosos.
BLOQUEO
EMOCIONAL:
Como los pies son el medio por el cual las piernas pueden avanzar, representan
el medio utilizado para ir hacia adelante en la vida. Tener problemas en ellos
significa que la persona no encuentra los medios necesarios para avanzar, ya
sea que sienta demasiados miedos, que se deje detener por los demás o que
sienta que la detienen. No está segura con respecto a la dirección a seguir.
Este problema también puede indicar que la persona tiene la impresión de estar
parada siempre en el mismo lugar, de no avanzar. Además, puede ser una persona
a la que le gustaría huir y no está suficientemente arraigada en la Tierra o en
el mundo físico. Se aísla de la realidad material a causa de sus temores.
También puede producirse dolor en el pie en una persona que tiene miedo de que
la pongan "de patitas en la calle", es decir, que la cesen en sus
funciones. Si los pies duelen más durante el reposo que en la actividad, indica
que la persona no se permite detenerse a descansar. Quiere ir demasiado rápido
o hacer demasiado para lograr sus metas. Se valora mucho por sus acciones.
BLOQUEO
MENTAL:
Tus pies son muy importantes para tu cuerpo físico. Existen para sostener todo
tu organismo y para ayudarte a avanzar en la vida. Te dicen que debes hacerlo
alegremente, con entusiasmo y de manera relajada. Los pies son la parte de tu
cuerpo que está en contacto directo con la Tierra, y simbólicamente, esta
representa a nuestra madre. Todo problema en los pies te dice que te mantengas
bien arraigado a la realidad del "aquí y ahora", teniendo más
confianza en el Universo y en tu intuición. Corre, vuela, no dudes en tomar los
medios que consideres necesarios para avanzar. No te dejes "pisar"
por nadie. Esto te dará la ocasión de vivir experiencias diferentes y de
descubrir tus talentos ocultos. Siéntete sostenido y la vida te sostendrá.
JACQUES
MARTEL
PIES (en general)
Los pies representan mi contacto con la
tierra de energía alimenticia.
Están relacionados con las relaciones que
vivo con mi madre así como los conflictos frente a ésta, los cuales pueden
remontar tan lejos como mi concepción. Mis pies me dan estabilidad en mis
desplazamientos hacía un objetivo, un deseo o una dirección. Me ayudan a sentirme
en seguridad en mi relación con el universo. Representan la posición que tomo
frente a las situaciones que se me presentan. El hecho de tener un pie izquierdo
más fuerte que el pie derecho (o viceversa) puede informarme en las diferentes tendencias
que debo privilegiar en mis desplazamientos o contactos con el suelo, tanto
físico como mental o espiritual.
Además si ando con los pies girados hacía el
exterior, puedo vivir confusión frente a la dirección tomada o tener una
dispersión de mis energías en diferentes proyectos, mientras que si mis pies
están girados hacía el interior, vivo un cierre o una resistencia frente a las
direcciones por tomar en mi vida.
PIES
(dolencias de…)
Gracias a mis pies, me desplazo en el camino
de la vida. Mi cerebro es la central de mando de mis pies. La ciencia de la
reflexología nos informa que todo nuestro cuerpo está repartido en la superficie
de nuestros pies. Por lo tanto, todos los problemas que puedo vincular a mis
pies me permiten saber cuál lugar de mi cuerpo me está hablando.
Un problema vinculado con mis pies me indica
un conflicto entre la dirección y el movimiento que tomo, y manifiesta mi
necesidad de más estabilidad y seguridad en mi vida. El futuro y todos sus
imprevistos me dan miedo. Cuando me duelen los pies, debo ralentizar el paso.
¿Se debe al aburrimiento o al desánimo frente a todas las responsabilidades y
frente a todas las cosas que debo hacer y que me parecen imposibles de
realizar? O al contrario, puede que vaya a 300 kilómetros por hora y mi cuerpo
me dice de ir más despacio antes de “tener un accidente?
Una rampa en el pie izquierdo o en el pie derecho
me indica a qué nivel se sitúa la duda o el rechazo de adelantar o bien cuál es
la dirección que me asusta coger. ¿El bloqueo está dentro o fuera de mí? Debo
tomar posición en una situación dada y puedo tener miedo de “perder pie” y “ya
no sé en cuál pie he de bailar”.
Un pie llano me indica una columna vertebral
muy recta, muy rígida, y por lo tanto, tengo una estructura menos flexible. Ya
que no hay ningún espacio entre todo mi pie y la tierra en la cual ando, esto
demuestra que mis fronteras personales están mal dibujadas. Me siento pues
vulnerable y, para protegerme, “sobrevolaré” la superficie de las cosas en vez
de crear un contacto más profundo y “coger raíz” adecuadamente, tanto en una
relación afectiva, como en un trabajo, o en cualquier otro campo. Esto también
tiene por consecuencia que mi trabajo estará entremezclado con mi vida privada,
ambas solapándose, poco importa lo que suceda y en detrimento del resto de mis
relaciones.
Al contrario, si tengo el puente del pie
alto, esto me revela que tengo un desplazamiento más pesado y una columna
vertebral muy cargada. Esto revela también que claramente separé mi vida
pública de mi vida privada. Esto me lleva a estar apartado y silencioso,
teniendo dificultad en iniciar una comunicación y anticiparme a los demás.
Un freno a mis emociones frente a la
dirección que he de tomar en mi vida se traducirá por unos pies hinchados y el
exceso de estas emociones que se liberan se traducirá por transpiración.
Los pies fríos me llevan a cuestionarme sobre
mis relaciones con mi madre y ver lo que puede llevarme a tener los pies fríos,
incluso helados. Muy sencillamente puede tratarse de mis relaciones con ella
que encuentro distantes y “fríos”.
Por lo tanto debo amar mis pies porque son
ellos que llevan todo mi ser en el camino de la vida. Cuanto más los amo y los
acepto más fácil será el trabajo que cumplan.
Que Significan los Pies Calientes. Muy calientes. Que se hinchan. Aunque este acostada
ResponderEliminarHola soy Lidia,me gustaría saber como puedo hacer para sanar, tengo juanete en ambos pies dedo gordo, espolon y un callo en el pie izquierdo en el dedo meñique,que tengo que perdonarme y con quienes para lograr esa paz interior. Desde ya muchas gracias.
ResponderEliminarHola soy Lidia,me gustaría saber como puedo hacer para sanar, tengo juanete en ambos pies dedo gordo, espolon y un callo en el pie izquierdo en el dedo meñique,que tengo que perdonarme y con quienes para lograr esa paz interior. Desde ya muchas gracias.
ResponderEliminarHola me gustaria tanto que me orientaras. Una bolita del tamaño de una canica se alzó sobre el empeine de mi pie dercho. Justo en la cima. Por favor
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