domingo, 4 de febrero de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 35

LECCIÓN 35

Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.

1. La idea de hoy no describe la manera como te ves a ti mismo ahora. 2Describe, no obstante, lo que la visión te mostrará. 3A todo aquel que cree estar en este mundo le resulta muy difícil creer esto de sí mismo. 4Sin embargo, la razón por la que cree estar en este mundo es porque no lo cree.

2. Crees que formas parte del lugar donde piensas que estás. 2Eso se debe a que te rodeas del medio ambiente que deseas. 3Y lo deseas para proteger la imagen que has forjado de ti mismo. 4La imagen también forma parte de ese medio ambiente. 5Lo que ves mientras crees estar en él, lo ves a través de los ojos de la imagen. 6Eso no es visión. 7Las imágenes no pueden ver.

3. La idea de hoy presenta una perspectiva de ti muy diferente. 2Al establecer tu Origen establece también tu Identidad, y te describe como realmente debes ser en verdad. 3La manera en que vamos a aplicar la idea de hoy es ligeramente diferente, ya que el énfasis recae hoy en el que percibe en vez de en lo que éste percibe.

4. Comienza cada una de las tres sesiones de práctica de hoy de cinco minutos cada una repitiendo la idea para tus adentros, luego cierra los ojos y escudriña tu mente en busca de los diver­sos términos descriptivos que te adjudicas a ti mismo. 2Incluye todos los atributos basados en el ego que te adscribes, sean positivos o negativos, deseables o indeseables, halagadores o denigrantes3Todos son igualmente irreales porque en ellos no te ves a ti mismo con los ojos de la santidad.

5. En la primera parte del período de búsqueda mental, probablemente pondrás mayor énfasis en lo que consideres son los aspectos más negativos de tu auto-percepción. 2Hacia el final del ejercicio, no obstante, es probable que lo que te venga a la mente sean los términos descriptivos más auto-engrandecedores. 3Trata de reconocer que no importa en qué dirección se inclinen las fantasías que albergas acerca de ti mismo. 4En realidad, las fantasías no se inclinan en ninguna dirección. 5Simplemente no son verdaderas.

6. Una lista adecuada para la aplicación de la idea de hoy, la cual no ha sido seleccionada conscientemente, podría ser:

2Me veo a mí mismo como alguien del que otros abusan.
3Me veo a mí mismo como alguien que está deprimido.
4Me veo a mí mismo como un fracaso.
5Me veo a mí mismo como alguien que está en peligro.
6Me veo a mí mismo como un inútil.
7Me veo mí mismo como un vencedor.
8Me veo a mí mismo como un perdedor.
9Me veo a mí mismo como una persona caritativa.
10Me veo a mí mismo como una persona virtuosa.

7. No debes pensar acerca de estos términos de manera abstracta. 2Se te ocurrirán a medida que te vengan a la mente diversas personalidades  situaciones o acontecimientos en los que tú figuras. 3Escoge cualquier situación en particular que se te ocurra, identifica el término o términos descriptivos que consideres pertinentes a tus reacciones a esa situación, y úsalos para aplicar la idea de hoy. 4Después que hayas nombrado cada uno de ellos, añade:

5Pero mi mente es parte de la de Dios. 6Soy muy santo.

8. Durante las sesiones de práctica más largas probablemente habrá intervalos en los que no se te ocurra nada en particular. 2No te esfuerces en pensar cosas concretas para ocupar dichos intervalos, sino simplemente relájate y repite la idea de hoy lentamente hasta que se te ocurra algo. 3Si bien no debes omitir nada de lo que se te ocurra durante los ejercicios, no se debe "sacar" nada a la fuerza. 4No se debe usar ni fuerza ni discriminación.

9. Tan a menudo como sea posible en el transcurso del día, aplica la idea de hoy a cada atributo o atributos que te estés adjudicando en ese momento, añadiendo la idea en la forma indicada más arriba. 2Si no se te ocurre nada en particular, repite simplemente la idea en tu interior con los ojos cerrados.

¿Qué me enseña esta lección?

El uso que el ego hace de la mente, nos lleva a creer en pensamientos que nos aportan una determinada identidad. Podemos pensar que somos unos inútiles y, con ello, estamos fabricando circunstancias externas que nos darán motivos para justificar ese pensamiento, o, por el contrario, podemos pensar que somos genios y, en la misma medida, estaremos favoreciendo el encuentro con circunstancias que nos hagan justificar esa visión de nosotros mismos.

De cualquiera de las maneras, el ego fabrica una imagen de nosotros mismos separada de nuestra verdadera esencia. Nos interpreta como seres duales, con expresiones como el bien y el mal, la luz y las tinieblas, hombre y mujer, etc. Es el fruto de la percepción recibida de la interpretación de mundo material. Sin embargo, en esencia somos una Unidad y nuestra verdadera personalidad no es el ropaje material transitorio, sino el Ser que utilizando el atributo de la voluntad ha fabricado un mundo distinto al de Su Creador.

Somos por tanto parte de la mente de Dios. Somos una extensión de esa Mente Creadora y tenemos ese poder creador en nuestra genética espiritual. El tránsito pasajero por el mundo de la forma, oscurece la conciencia de la Unidad y nos lleva a identificarnos con la dualidad. 

Debemos pues, despertar la conciencia a esa evidencia y vivir con la consciencia y certeza de que somos parte de la Mente de Dios.

Ya hemos visto, gracias al estudio de las lecciones previas, que nuestros pensamientos sin significados, nos muestran un mundo sin significado (L.11). Se trata de los pensamientos proyectados desde la mente inferior, identificada con la dualidad y con la separación. Es la mente errada. Esa mente tan sólo cree en lo que ve, y, lo que ve, es el mundo de la percepción, el cual es ilusorio e irreal, sujeto a la temporalidad.

La enseñanza que nos aporta UCDM en esta lección, da respuesta a la pregunta que intenta rehuir el ego, ¿qué somos? Ese temor está infundado en el miedo a tener que hacer frente a la única verdad posible: Somos el Hijo de Dios, creado de su Inefable Mente. Ante esa respuesta, el ego, no tiene argumentos para justificar su existencia y esa es la razón por la que inventa un mundo donde las imágenes, que en él fabrica, tengan como propósito principal aportarle argumentos que validen su identidad.

Ejemplo-Guía: "No me siento valorado en mi trabajo"

Este ejemplo es muy compartido en nuestra actual sociedad, la que estamos fabricando entre todos.

JM, un chico joven, acaba de terminar sus estudios universitarios y entre sus objetivos a corto plazo, encontramos el deseo de poner en práctica los conocimientos y habilidades adquiridas y dedicarse a ejercerlas profesionalmente.

JM, es ambicioso y uno de sus sueños es alcanzar un estatus social alto y una posición económica que le permita encontrarse entre la élite de los jóvenes millonarios.

Los estudios cursados perseguían ese objetivo. Dudó a la hora de elegir qué estudios cursar. Al final se decidió por una carrera que estuviese bien situada en el ranking de los estudios con mayor salida profesional. Renunció a los estudios que más le gustaban y, en su lugar, optó por la que, supuestamente, le iba a ofrecer una mayor posibilidad de trabajo y mayor rentabilidad.

Han pasado los meses y, JM, ha recorrido el mercado laboral presentando su Curriculum Vitae, sin obtener resultados positivos a sus iniciativas. Carece de experiencia y las empresas solicitan profesionales con ella. JM, comienza a pensar que está perdiendo el tiempo. Las circunstancias no son como las había imaginado. Se siente intranquilo y un sutil sentimiento de desvalorización amenaza su estado mental.

Tal vez deba seguir formándose, se dice a sí mismo, y se abre a la posibilidad de realizar algún Master que le permita engrosar su Curriculum Vitae. A pesar de ello, nuestro joven, tiene dudas de que esa iniciativa, al margen de que le supondrá un desembolso económico importante, sea la correcta.

Mientras que se debate entre un mar de dudas, a JM le ofrecen un trabajo temporal. Se trata de repartir publicidad. Nuestro joven amigo, necesita adquirir ingresos para afrontar sus proyectos y acepta el trabajo.

Mientras que se encuentra realizando sus tareas de reparto, recibe los comentarios de una transeúnte. Se trata de una abuela, que, en tono cariñoso, le dice: ¡Qué lástima hijo!, si hubieses estudiado..., no te encontrarías en esta situación.

Para JM, aquellas amables y cariñosas palabras se convirtieron en un afilado puñal que le atravesó de arriba abajo. No pudo evitar sentir un desgarro interno que amenazaba con congestionar su garganta. A penas pudo balbucear unas sórdidas palabras, cuando sintió que sus ojos se empañaban por un líquido ardiente que le quemaba el rostro.

Aquellas lágrimas, dibujaron su estado interno. Se sentía profundamente desilusionado, abatido y humillado. Su autoestima quedó resquebrajada y quiso salir corriendo, desenfrenadamente, en un intento de evadirse de las imágenes que su mente le estaba ofreciendo de sí mismo.

JM, había llegado a una conclusión. Aquel trabajo era indigno para él. No podría creer, ni aceptar, que, tras todos esos años de estudios, la vida no le ofreciera nada mejor.

Este ejemplo, es muy actual. Podría estar sacado de las vivencias de un día cualquiera.

Nuestro protagonista, escenifica de manera magistral el guion escrito por el ego, es decir, por la personalidad identificada con el cuerpo material y que responde al mandato de la mente dividida. Si lo que veo es lo que creo y lo que creo es lo que deseo, entonces estamos apostando por un mundo que no nos ofrecerá la paz y la felicidad.

Si nuestro protagonista, identificado con la visión del ego, toma iniciativas en las que persigue objetivos inspirados por éste, "tener, poseer, atesorar", pues obteniéndolos habrá conquistado la felicidad, como el mundo donde realiza esa búsqueda, es efímero y temporal, jamás conseguirá su objetivo, jamás gozará de la paz y de la felicidad.

La vida le ofrece un trabajo, que valora "indigno" para sus aspiraciones. Esa decisión está basada en su juicio de valores. Si valora, por encima de todo, el "tener" y el "poseer", en vez de utilizar dicha oportunidad para expresar sus dones y talentos, es decir, las cualidades que le son innatas y que proceden de su verdadero Ser, entonces no será feliz. La felicidad no procede del exterior, pues ese exterior tiene los días contados. La felicidad es la actitud interna con la que se vive la vida. Esa felicidad no está en manos de los demás, sino de nuestro "empoderamiento", es decir, de nuestra elección consciente, al reconocernos Hijos de Dios.

Reflexión: ¿Y si la imagen que tienes de ti, es falsa? ¿Y si realmente no eres lo que crees ser?

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