¿Qué me enseña esta lección?
Mi primer resentir se encuentra en la percepción de estar separado de Dios y de los Hijos de Dios, mis hermanos. Ese error, da origen a la conciencia de necesidad y escasez que nos lleva a buscar fuera lo que ya tenemos dentro.
El impulso que nos lleva a dar expresión a nuestro poder interno, el de la individualidad, hace que nos percibamos necesitados, cuando en verdad, contamos con todas las fuerzas a nuestra disposición, pues hemos sido creados por dichas fuerzas.
El Plan de Salvación dispuesto por el Padre para Su Hijo, no es selectivo, no es individualizado. Ese modo de obrar significaría que como padre tengo un trato especial y diferente con cada uno de mis hijos. Ese modo de obrar, responde al sistema de pensamiento del ego, el cual, rinde culto a la creencia de la separación.
Dios ha creado a Su Hijo, la Filiación, donde cada uno de sus Pensamientos-Hijo goza de la igualdad con su hermano. Cada uno de nosotros, como Hijo de Dios, tiene un pacto de amor que lo une a su hermano, y en ese pacto está contemplado que cada uno de sus Hijo sea la fuente de salvación para los demás. El Amor atrae al Amor y se Expande dando lugar a la creación.
Para el ego, fruto del pensamiento alimentado por el miedo, el ataque es el arma más utilizada para protegerse de la visión que lo mantiene prisionero del error de creerse separado. En ese sistema de pensamiento, el otro, se percibe como un peligro para su subsistencia y, como tal, elige defenderse de sus miedos, viéndolo como un enemigo potencial. Al carecer de la visión verdadera, el ego, ataca aquello que le produce miedo, y el otro, se convierte en su principal rival.
Considero la enseñanza recogida en esta lección, esencial, para dar un paso gigantesco en la dirección correcta que ha de llevarnos al despertar, a la percepción verdadera. Vivir, conscientes, de que cada uno de nuestros hermanos, en vez de ser nuestro “enemigo” es la vía que nos muestra la senda de la salvación, es dejar de estar perdido, en dejar de estar ciegos, y en su lugar, gozar de la visión Crística del Amor.
Ejemplo-Guía: "Bendice a tu enemigo, pues es tu mejor maestro"
Hace apenas unas horas, he mantenido una experiencia con un ser muy querido que
quiero compartir con vosotros, pues entiendo que su contenido puede ayudarnos a
entender la aplicación de esta maravillosa lección.
Fui requerido para interpretar un sueño, que había adoptado la forma de pesadilla. El protagonista del sueño, se encuentra participando en una partida de cartas de póker. La carta que lleva es un 3. Piensa que es una carta de poco triunfo y presume que no jugará esa mano, al menos que la carta que se saque al medio de la mesa sea un 3. Se reparten las cartas, y efectivamente, la carta que saca es un 3. De este modo, piensa, que sí le interesa jugar e iguala las cantidades de la apuesta del resto de participantes. La siguiente carta que se saca en el centro de la mesa, es otro 3. La ilusión le excita cada vez más. Ya cuenta con un trío, y con expectación, espera la siguiente carta, que repite número. Ahora cuenta con un póker y se dice, que irá a por todas en la apuesta.
Pero cuando mira de nuevo su carta, comprueba con sorpresa que no es un 3, es otra carta.
Su pensamiento le lleva a pensar que le han robado la carta, se la han cambiado y cree saber quién ha sido. El elegido es un compañero de estudio al que tiene identificado como alguien que se aprovecha del esfuerzo ajeno y que disfruta de logros sin merecerlo.
Cuando acusa en el sueño a ese compañero, éste le responde, con mofa, que son cosas del juego y que hubiese tenido más cuidado.
Esa situación lo lleva a perder la razón y comienza a luchar con él, llegando a
matarlo.
A partir de ahí cambia el escenario, y el protagonista se ve en una antigua
casa, donde se encuentra con compañeros de estudio, las cuales son como seres
infernales que le producen miedo, lo que le lleva a poner fin a sus vidas,
cortándoles la cabeza. Al final del sueño, el protagonista se despierta
gritando cuando comprueba que otras fuerzas infernales, en gran número, le
amenazan con poner fin a su vida.
El sueño, fue una invitación para entrar a analizar el comportamiento de los
demás y el significado que habitualmente le damos cuando representan claras
amenazas en nuestras vidas. En este ejemplo, el amigo que le roba la carta y
que le impide a nuestro protagonista conseguir vencer en la partida, representa
una serie de características que, al reflejarse durante el sueño, nos indica
que forman parte del soñador. Esto que decimos, se ve refrendado cuando nuestro
protagonista proyecta sobre ese amigo una opinión y un juicio que habla de
aspectos que se encuentran arraigados en su inconsciente y que lo llevan a
experimentar sentimientos conflictivos con respecto a él.
Le comentaba, a lo largo de esa conversación, lo diferente que sería la vida,
si viésemos a esos supuestos enemigos como nuestros más fieles
aliados. ¿Cómo? ¿Aliados? Sí, no tan solo los llamaría aliados, sino que los
vería como nuestros mejores maestros, pues gracias al papel que aceptan
interpretar en nuestras vidas, si tenemos ojos para verlo, nos permitiría
conocernos sin necesidad de recurrir a ningún especialista en la materia.
¿Cómo debemos entender esto? Sencillo, muy sencillo. Si quieres conocerte, si quieres saber cómo eres, analiza tu opinión sobre las personas que te rodean. Es en ellos, que proyectamos lo que somos. Ellos, actúan como espejos, de modo que reflejan nuestra naturaleza interna.
Lo que nos invita a realizar esa visión, es a cambiar nuestros resentimientos y en su lugar dejar fluir la fuerza de nuestro amor, la cual fluirá como la expresión del milagro. Cuando llevamos la luz allí donde había oscuridad, veremos lo que antes no veíamos. Veremos la divinidad que nos une al resto de la Filiación.
Al día siguiente, de tener ese sueño, el protagonista del mismo recibió una llamada telefónica del amigo que co-protagonizó la vivencia soñada. El contenido del mensaje, ya os lo podéis imaginar, supuso experimentar que le sustraían la carta con la cual pensaba triunfar (se trata de una experiencia emocional de rivalidad, de jugar a ver quién es el mejor).
Cuando el soñador, ha tenido acceso a la información que hemos compartido, ha adquirido una visión nueva, y será esa visión, la que le llevará a poner fin al aspecto que le recuerda su amigo, la necesidad de ser el mejor, el ganador.
Reflexión: Aquel a quien consideras tu peor enemigo, es tu salvador.
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