domingo, 17 de marzo de 2024

Capítulo 3. VII. Crear en contraposición a fabricar una imagen propia

VII. Crear en contraposición a fabricar una imagen propia

1. Todo sistema de pensamiento tiene que tener un punto de par­tida. 2Empieza ya sea creando o fabricando, diferencia ésta a la que ya hemos hecho referencia. 3La semejanza entre ambas cosas reside en el poder que tienen como cimientos. 4Su diferencia, en lo que descansa sobre ellas. 5Ambas son piedras angulares de sistemas de creencias por las que uno rige su vida. 6Creer que un sis­tema de pensamiento basado en mentiras es débil es un error. 7Nada que un Hijo de Dios haya hecho carece de poder. 8Es esen­cial que te des cuenta de esto, pues, de lo contrario, no podrás escapar de la prisión que tú mismo has construido.

Este punto trata de hacernos conscientes de la importancia y poder que tienen nuestras "creaciones mentales", nuestros pensamientos. Dicha fortaleza reside en su origen, en su Causa, que no es otra que su fuente divina. Somos Hijos de Dios, creados a Su Imagen y Semejanza, lo que nos convierte en el fruto de Su Pensamiento. Del mismo modo, el fruto del empleo de nuestro pensamiento se reviste, igualmente, del poder creador que lo ha emanado. Recordemos que la idea-pensamiento sigue a su fuente.

El mundo que nos rodea es el fruto de la emanación mental del Hijo de Dios, dando lugar a una realidad que es falsa e ilusoria pues no se sustenta en la Esencia del Amor, sino que da pie a la errónea creencia de que estamos separados de nuestro Creador.

Las Escrituras y este Curso, nos revelan que la humanidad, representadas por Adán y Eva, entraron en un sopor, en un profundo sueño, tras haber desobedecido el precepto divino de no comer del Árbol del Bien y del Mal. Ese estado alude a la ilusión característica de experimentar en el mundo de la percepción una vivencia onírica, donde la realidad es percibida como una verdad, cuando lo cierto es que forma parte de una vivencia ilusoria.

El acto volitivo de utilizar nuestra mente en una dirección u otra recae sobre nuestra autoría. Esa "causa", activa un mecanismo natural que da lugar a "efectos", tal y como ocurre cuando sembramos una semilla, la cual está llamada a dar sus frutos. La importancia de tal hecho debe hacernos conscientes de la relación Causa-Efecto, no para que se despierte en nosotros la culpabilidad y la creencia en el pecado, sino para asumir el hecho consciente de que podemos corregir la dirección del poder de nuestros pensamientos cuando éstos requieren ser expiados.


2. No puedes resolver el problema de la autoridad menospre­ciando el poder de tu mente. 2Hacer esto es engañarte a ti mismo, y ello te hará daño porque realmente comprendes el poder de la mente. 3Comprendes también que no puedes debilitarla, de la misma manera en que tampoco puedes debilitar a Dios. 4El "dia­blo" es un concepto aterrador porque parece ser sumamente poderoso y sumamente dinámico. 5Se le percibe como una fuerza que lucha contra Dios por la posesión de Sus creaciones. 6El dia­blo engaña con mentiras, y erige reinos en los que todo está en directa oposición a Dios. 7Sin embargo, atrae a los hombres en vez de repelerlos, y éstos están dispuestos a "venderle" sus almas a cambio de regalos sin ningún valor. 8Esto no tiene ningún sentido.

Es muy probable, que a lo largo de tu existencia material te hayas sentido víctima de situaciones que por sus efectos has considerado negativas. Las has valorado y clasificado, incluso le has dado nombre: mala suerte, karma, etc. Pero más allá de esta percepción, difícilmente has considerado que el autor de todas esas vivencias, su única causa, sean tus propios pensamientos, tus propias creencias. Te resulta más cómodo culpar lo externo de lo que te pasa, que mirar en tu interior y descubrir que es tu mente la hacedora de dichas consecuencias.

3. Hemos hablado ya de la caída o separación, mas su significado tiene que comprenderse claramente. 2La separación es un sistema de pensamiento que si bien es bastante real en el tiempo, en la eternidad no lo es en absoluto. 3Para el creyente todas sus creen­cias son ciertas. 4En el jardín simbólico se "prohibió" la fruta de un solo árbol. 5Mas Dios no pudo haberla prohibido, o, de lo contra­rio, nadie la habría podido comer. 6Si Dios conoce a Sus Hijos, y yo te aseguro que los conoce, ¿cómo iba a ponerles en una situa­ción en la que su propia destrucción fuese posible? 7AI "árbol pro­hibido" se le llamó "el árbol del conocimiento". 8Sin embargo, Dios creó el conocimiento y se lo otorgó libremente a todas Sus creacio­nes. 9Este simbolismo se ha interpretado de muchas maneras, pero puedes estar seguro de que cualquier interpretación que con­ciba a Dios o a Sus creaciones como capaces de destruir Su Propio propósito es errónea.

Me alegra el haber encontrado una interpretación del pasaje bíblico de la "caída",
recogido en el Génesis, que dejase de otorgar la autoría de la expulsión del Paraíso a la Divinidad. Me gusta utilizar la lógica a la hora de analizar verdades que atentan a la razón. De lo contrario, terminaría por desecharlas como falsas verdades. Con relación a este punto, siempre he sabido que este pasaje encierra claves simbólicas, al igual que muchos de los pasajes que recoge los Textos Sagrados. 


No considero este espacio el adecuado para profundizar más allá de lo que lo hace este punto en las claves simbólicas del pasaje, me quedo con el mensaje esclarecedor de que Dios no ha puesto límites al poder creador de Su Hijo, pues de haberlo hecho, estaría proyectando su propia limitación. 

Una reflexión más mundana y cercana a nuestra actual mente podría ayudarnos a entender lo que hemos expuesto. Lo planteo como una cuestión: ¿Qué padre que ame a su hijo puede privarlo de la libertad para crear?

4. Comer de la fruta del árbol del conocimiento es una expresión que simboliza la usurpación de la capacidad de auto-crearse. 2Solamente en este sentido no son Dios y Sus creaciones co-creado­res. 3La creencia de que lo son está implícita en el "auto-concepto", o sea, la tendencia del ser a forjar una imagen de sí mismo. 4Las imágenes sólo se pueden percibir, no conocer. 5El conocimiento no puede engañar, pero la percepción sí. 6Puedes percibirte como tu propio creador, pero lo que a lo sumo puedes hacer es creerlo. 7No puedes hacer que sea verdad. 8Y como dije anteriormente, cuando por fin percibas correctamente no podrás sino alegrarte de que así sea. 9Hasta entonces, empero, la creencia de que sí puedes es la piedra angular de tu sistema de pensamiento, y utili­zas todas tus defensas para atacar las ideas que podrían ponerla al descubierto. 10Todavía crees que eres una imagen que tú mismo fabricaste. "Tu mente está en desacuerdo con el Espíritu Santo en este punto, y no hay posibilidad de resolver esto mien­tras te empeñes en creer lo que es literalmente inconcebible. 12Ésa es la razón de que no puedas crear y de que tengas miedo de todo lo que fabricas.

Para mí, este punto pone de manifiesto la importancia que encierra el deseo de individualismo, de ser especial, de identidad propia, causa que ha dado origen a la creencia de la separación. Ya hemos visto en los puntos anteriores que no debemos menospreciar el poder de nuestra mente, pues nuestra condición divina nos dota del poder crear y podemos hacerlo de una forma verdadera o de una forma falsa e ilusoria.


Nos dice el punto, que la tendencia del ser lleva a forjar una imagen de sí mismo. Creo que esta afirmación requiere una profunda reflexión. "Tendencia del ser", nos puede inspirar una tendencia a responder a un tipo de "energía" (reconozco la dificultad de encontrar un concepto para hacerlo más inteligible) muy cercana a la idea de la "fuerza del deseo" que en el pasaje Bíblico está representada por la tentadora Serpiente.

Muchos autores han profundizado en el aspecto simbólico de todo lo representado en los orígenes del Génesis. Cada uno de los personajes que escenifican ese pasaje, están aludiendo a Fuerzas Vitales de la Creación. Lo simplifico un poco añadiendo que la representación trata de hacernos conscientes del proceso de individualización de la conciencia, la cual, pasó de la inconsciencia plena de Ser Una con Su Creador, a la conciencia separada tras violar el mandato divino. 


5. La mente puede hacer que la creencia en la separación sea muy real y
aterradora, y esta creencia es lo que es el "diablo". 
2Es una idea poderosa, dinámica y destructiva que está en clara oposición a Dios debido a que literalmente niega Su Paternidad. 3Examina tu vida y observa lo que el diablo ha hecho. 4Pero date cuenta de que eso que ha hecho se desvanecerá completamente a la luz de la verdad, ya que su cimiento es una mentira. 5El hecho de que Dios te haya creado constituye el único cimiento que no puede ser debilitado, ya que la luz se encuentra en él. 6Tu punto de partida es la verdad, y tienes que retornar a tu Origen. 7Mucho se ha visto desde entonces, pero en realidad no ha ocurrido nada. 8Tu Ser no ha dejado de estar en paz, a pesar de que tu mente está en conflicto. 9Todavía no has retornado lo suficiente, y de ahí que tengas tanto miedo. 10A medida que te acercas a tu Origen, expe­rimentas el miedo a la destrucción de tu sistema de pensamiento como si se tratase del miedo a la muerte. 11Pero la muerte no existe. aLo que existe es la creencia en la muerte.


Cuánta verdad en tan pocas palabras. Depende de nuestro despertar, o lo que es lo mismo, de la voluntad de ver lo real y dejar de dar credibilidad a la falsa creencia de que somos la imagen que hemos fabricado, para que nos liberemos del miedo a la muerte y disfrutemos de la abundancia Paradisiaca que nos dispensa la visión de nuestra verdadera Esencia Espiritual, Pura, Inocente y Eterna.

6. La rama que no da fruto será cortada y se secará. 2¡Alégrate de que sea así! 3La luz brillará desde la verdadera Fuente de la vida, y tu forma de pensar quedará corregida. 4No puede ser de otra manera. 5Tú que tienes miedo de la salvación estás eligiendo la muerte. 6Vida y muerte, luz y oscuridad, conocimiento y percepción, son conceptos irreconciliables. 7Creer que se pueden re­conciliar es creer que Dios y Su Hijo no pueden reconciliarse. 8Sólo la unicidad del conocimiento está libre de conflicto. 9Tu reino no es de este mundo porque te fue dado desde más allá de él. 10La idea de un problema de autoridad tiene sentido única­mente en este mundo. 11Al mundo no se le abandona mediante la muerte sino mediante la verdad, y la verdad sólo la pueden cono­cer aquellos para quienes el Reino fue creado, y por quienes espera.

La rama que no da fruto simboliza el sistema de pensamiento del ego, el cual, está basado en la separación y en la percepción. Esa rama, representa el uso de la voluntad para fabricar, y en este sentido, la mente sirve al mundo de los efectos, al mundo irreal percibido.

La rama que da frutos es aquella cuyo origen responde a la identidad del Espíritu, la cual, utiliza la voluntad para crear. La Fuerza que sustenta el acto creador, es el Amor. Podríamos decir, que la rama que da fruto es aquella que ha crecido de la semilla del Amor.

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