LEUVIAH: Dios que socorre a los pecadores.
Puse en el Eterno mi esperanza y Él se ha inclinado hacia mi y escuchado mis gritos.
Puse en el Eterno mi esperanza y Él se ha inclinado hacia mi y escuchado mis gritos.
LEUVIAH: Limpia, Señor, mi memoria subconsciente
de elementos polucionantes;
aparta de mis sueños las grotescas imágenes eróticas
y haz que mis proyecciones imaginativas
tengan un sentido
y que gracias a ellas mis hermanos los hombres puedan vislumbrar
un universo sin fronteras,
en el que el pasado ancestral dé la mano a un esplendoroso futuro.
Permite, Señor LEUVIAH,
que encuentre mi punto de equilibrio entre mi realidad física
y mi realidad imaginativa, a fin de poder ser el programador
de un mundo hoy situado más allá de lo humano.
LEUVIAH exhorta:
He dado poderes a tu sensibilidad,
no para que te regocijes con los placeres de los instintos,
sino para que puedas captar
las bellezas de un mundo al que el hombre no ha llegado aún.
He abierto la llave de tu memoria de las vidas,
no para que recuerdes irrisorias orgías,
sino para que recojas de tu pasado
el testimonio vivo de la eternidad.
Guárdate de la nostalgia y de la evocación de lo que fue,
para proyectar tus fuerzas interiores
vigorosamente hacia el futuro.
Quiero que seas, peregrino,
una muestra viva del hombre de mañana,
de ese hombre que habrá superado su actual condición.
La humanidad se prepara
para crear universos,
y de ti deben salir, mediante la ficción del arte,
obras que tengan el sabor de esos futuros mundos.
Lanza hacia mí
el lazo de tus aspiraciones
y Yo te conectaré con la región de los arquetipos,
para que tu personalidad humana pueda expresar a la vez:
nuevo arte, nueva ciencia y nueva religión.
(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)
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