¿Qué me enseña esta lección?
El mundo, en el que creemos vivir, es un sueño, pero es tan real para los sentidos, que caemos en la tentación de creer que no lo es, y lo experimentamos dotándole con todo el poder sobre nuestra conciencia.
Desconocemos que somos nosotros los soñadores. Ni las más oscuras de las pesadillas, nos lleva a plantearnos su ilusoria realidad.
Estamos tan habituados a convivir con el dolor, con el sufrimiento, con el sacrificio, con la enfermedad, con las sombras, que llegamos a pensar que ese es el escenario real de nuestra existencia.
A veces, cuando el temor es tan grande que nos paraliza, deseamos abrir los ojos y salir de esa pesadilla, para respirar aliviado al comprobar que todo ha sido un sueño. Pero esa experiencia nos sigue manteniendo atrapado dentro del sueño, sin que tomemos consciencia de que somos los soñadores.
En ocasiones esta pesadilla se escenifica llevándonos a protagonizar escenas de situaciones límites: guerras, epidemias, desahucios, enfermedades graves, pérdidas de seres queridos, pobreza, hambre, etc.
Sí, es tanto el dolor que nos produce, que deseamos despertar para descubrir que todo era un sueño, pero, ese deseo de despertar debe ir acompañado de la verdad, es decir, de que somos nosotros los que fabricamos el sueño. Cada imagen proyectada en él, es el recuerdo de nuestras sombras y todas esas sombras encuentran un origen, una causa, la creencia en el pasado, un pasado en el que decidimos fabricar un mundo diferente al de nuestro Padre; en el que decidimos hacer uso de nuestra Voluntad para aprender por el camino de la individualidad.
A ese acto, le llamamos "pecado", pues interpretamos,
erróneamente, que habíamos desobedecido a nuestro Padre, al escindirnos de su
Luz.
Desde ese pensamiento original, permanecemos en el sueño y fabricando sombras que nos recuerdan ese ilusorio pasado.
Hoy es un día en el que vamos a celebrar que la Luz ha llegado. Hoy es el día en el que perdonamos nuestro pasado y, con ello, nos liberamos de las pesadillas que nos han atormentado durante el sueño. Esa Luz, sí produce el verdadero despertar y nos hace conscientes de que somos los soñadores, lo que nos permite elegir, entre tener sueños tenebrosos o sueños felices.
Hoy elijo tener sueños felices, donde la Luz es compartida con el mundo, permitiéndonos
comprender que todo es una ilusión y que, siguiendo esa Luz, podremos retornar
a nuestro verdadero Hogar.
Ejemplo-Guía: ¿Dónde buscas la luz?
El término "luz" en hebreo se escribe "aur" y significa, igualmente, fuego. El Elemento Fuego y la Luz, recogen la Esencia primigenia del Creador, la Voluntad. Cuando hablamos de Luz, estamos hablando de la Voluntad de Dios. Ese Principio Activo se encontraba presente cuando Dios llevó a cabo Su Acto Creador, cuya manifestación es la Filiación.
El Hijo de Dios, podemos decir, que es Hijo de la Luz, Hijo del Fuego, Hijo de la Voluntad, lo que significa, que es portador del Principio Inteligible que ha de permitirle conocer a Su Creador. En este análisis de términos, los cuales comparten la misma vibración, me gustaría resaltar el papel que juega la voluntad en nuestras decisiones, pues, cada vez que la utilizamos, estamos activando el poder de la Luz y el poder del Fuego, es decir, cuando actuamos desde el impulso creador, nuestras creaciones son portadoras del principio inteligible que ha de permitirnos conocer nuestra creación, esto es, nos lleva a conocernos en nuestra condición de Dios.
Sin embargo, como hemos tenido ocasión de conocer a través de esta lección, así como en otras muchas, el Hijo de Dios, elige sustituir la voluntad por el deseo, elige fabricar, en vez de crear y ese mundo inventado ya no es portador de Luz (entendimiento) sino de oscuridad (ignorancia).
La interpretación realizada por Fabre d´Olivet en su libro “La lengua hebraica restituida”, del Génesis, nos aporta una importante información sobre los términos Luz y Oscuridad que, no por casualidad, aparecen en el trabajo del primer día de la creación llevado a cabo por Dios:
"Manifestando su Voluntad, dijo Dios: “La Luz será”, y la Luz (elemento inteligible), fue. Y considerando esta esencia luminosa como buena, determinó una forma de separación entre la Luz y la Oscuridad. Designando El-los Dioses, esta Luz –elemento inteligible- bajo el nombre de Día, manifestación fenoménica universal, y esta Oscuridad, existencia sensible y material, bajo el nombre de Noche, manifestación negativa y mutación (oscilación, movimiento) de las cosas"
He querido introducir este texto para que nos ayude a comprender el significado de la palabra Oscuridad, la existencia sensible y material. Más adelante, en esa misma obra el autor nos dice sobre la oscuridad, que representa la idea de combate, oposición violenta entre principios contrarios, es decir, nos habla de la dualidad.
Cada vez que ponemos nuestra mente al servicio de la Luz, estamos creando desde la Unidad. Cada vez que ponemos nuestra mente al servicio de la Oscuridad, estamos fabricando desde la dualidad. La Unidad-Luz, nos permitirá gozar de nuestra condición divina. Es la Luz-Unidad la que nos lleva a poner nuestra Voluntad al servicio del Amor. Cuando actuamos desde la Unidad, no vemos el error, tan solo vemos la inocencia, condición natural del Espíritu.
Fijaros bien, donde nos conduce todo lo que estamos analizando. Nos conduce al acto consciente de movilizar nuestra voluntad, es decir, al acto consciente de que somos Dioses y debemos crear desde la Luz-Unidad.
¿Qué hacemos con el mundo que hemos fabricado?, o lo que es lo mismo, ¿qué hacemos con la oscuridad que hemos fabricado?
Si crees que debes hacer algo con ella, la estarás viendo y si la ves, es porque la haces real. El mundo material, no lo olvidemos, es una proyección de nuestra mente, es el fruto de nuestros deseos. Estará ahí mientras que nuestra mente necesite de ese mundo. Pero, podemos vivir en el mundo, sabiendo que no es real, es decir, podemos seguir soñando, sabiendo que somos nosotros los soñadores y, por lo tanto, podemos elegir el tipo de sueños que queremos tener.
¿Qué tenemos que hacer para dejar de fabricar oscuridad? Vivir en estado consciente, es decir, vivir en el ahora, y vivir desde la voluntad y no desde el deseo, es decir, vivir dirigiendo nuestra mente hacia la visión de la unidad. Este estado de ser, nos llevará a dejar de juzgar, de condenar, de vivir en el pasado, nos llevará a no dar valor, ni significado a las experiencias que percibimos en el mundo físico. Ya no pretenderemos hacer las cosas inspiradas por nuestros deseos, sino que viviremos la vida desde la aceptación, desde la certeza, de que lo que vivamos forma parte del Plan de Salvación. Ese Plan no tiene una connotación religiosa, ese Plan es la Filiación, es decir, la Creación de Dios.
¿Acaso crees que te puedes salvar solo y ver a tu hermano en el pecado? La
salvación es la visión de la Inocencia, la única condición verdadera de lo que
Somos.
Reflexión: Hoy dejo de condenar y de condenarme.
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