sábado, 25 de mayo de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 146

CUARTO REPASO


LECCIÓN 146

Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.

(131) Nadie que realmente se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.
(132) Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era.


¿Qué me enseña esta lección?

(131) Nadie que realmente se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.

Si tienes la certeza de que eres el Hijo de Dios, también tendrás la certeza de que eres la Verdad. 

Pero la mente, al proyectarse en el mundo físico se identificó con el cuerpo que le aportaba información a través de la percepción. Se identificó con esa visión y se dijo que ese cuerpo era su verdadera identidad, perdiendo toda conexión con la fuente de la Verdad. 

Desde entonces, el ego añora el reencuentro con esa Verdad y en un vano intento de conquistarla analiza y desmenuza el mundo ilusorio, sin que su propósito se vea satisfecho. Nunca podrá encontrar la verdad en aquello que es temporal y transitorio. 

El Hijo de Dios, debe despertar de su aletargado sueño y recordar que la Verdad se encuentra en Si Mismo. 

 

¿Acaso Hijo y Padre no son una misma esencia? ¿Acaso el Padre iba a privar a su Hijo de su Gracia Divina?


(132) Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era.

La mente al proyectarse sobre el mundo físico, fue adquiriendo percepción de ese plano de manifestación, lo que le llevó a establecer leyes y principios que le permitiese comprender la dinámica que percibía a través de la experiencia. 

Adquirió la creencia de que su identidad le hacía propietario y poseedor de un cuerpo físico, con el cual era capaz de expresar todo lo que su mente le dictaba. Esa relación mente-cuerpo le llevó a pensar que toda su existencia consistía en lo que era capaz de experimentar a través de él. La vida se inicia con el nacimiento del cuerpo y culmina con la muerte del mismo. 

Ese vehículo, el cuerpo, le permite expresar sus estados emocionales y mentales, los cuales se traducen, en última instancia, en acciones. Busca la perfección y la felicidad, en un mundo que es ilusorio, que es temporal y transitorio, en un mundo que no es real, salvo para la percepción del ego.   

Es preciso liberar al mundo de esa creencia limitadora, y para ello, es preciso que la mente se libere de su identificación con la personalidad egoica y restituya su convicción certera de que la puerta de la Salvación se encuentra en manos de nuestro Verdadero Ser Espiritual. 

¿Qué vas a hacer hoy para liberarte de tus falsas creencias?

2 comentarios:

  1. bella verdad entendida por mi ego ... que hermoso reconocer la verdad y lo real que infinita paz y regocijo al reconocerme como ego y poder renunciar a él sin ningun dolor ...

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  2. Nadie que realmente se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.


    Si tienes la certeza de que eres el Hijo de Dios, también tendrás la certeza de que eres la Verdad.

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