V. La negación de Dios (1ª parte).
1. Los ritos del dios de la enfermedad son extraños y muy estrictos. 2En ellos la alegría está prohibida, pues la depresión es la señal de tu lealtad a él. 3La depresión significa que has abjurado de Dios. 4Son muchos los que tienen miedo de la blasfemia, mas no entienden lo que ésta es. 5No se dan cuenta de que negar a Dios es negar su propia Identidad, y en este sentido el costo del pecado es la muerte. 6Esto es así en un sentido muy literal: negar la vida hace que se perciba su opuesto, de la misma manera en que toda forma de negación reemplaza lo que existe con lo que no existe. 7Nadie puede realmente hacer esto, aunque es indudable que tú puedes pensar que puedes y creer que lo has hecho.
Ya hemos visto, a lo largo de las Enseñanzas de UCDM, que la mente puede llevarnos a la experiencia de lo irreal, experiencia de lo mundano, o, puede llevarnos a la experiencia de lo real, experiencia espiritual. La experiencia nos enseña. De hecho, la verdad tan solo se puede experimentar, no se puede explicar. Sin embargo, el aprendizaje que nos aporta la experiencia de lo irreal, nos lleva a creer que somos reales, pues la percepción nos lo confirma y la percepción de la enfermedad es uno de sus ídolos más venerados.
Pero la realidad, a diferencia de la ilusión, es verdadera, pues es eterna. Mientras que lo irreal, es falso, pues es temporal. Si esta afirmación es cierta, que lo es, la experiencia-aprendizaje que obtenemos al experimentar lo irreal, lo mundano, al provenir de lo percibido por la mente errada, no aportará una enseñanza real y verdadera, sino una enseñanza de lo que es nada. Sabiendo esto, ¿elegirás experimentar lo falso sabiendo que no tiene significado?
2. Mas no te olvides que negar a Dios dará lugar inevitablemente a la proyección, y creerás que son otros y no tú, los que te han hecho esto a ti. 2Es imposible que no recibas el mensaje que envías, pues ése es el mensaje que quieres. 3Tal vez creas que juzgas a tus hermanos por los mensajes que ellos te envían a ti, pero por lo que los juzgas es por los mensajes que tú les envías a ellos. 4No les atribuyas a ellos tu propia negación de tu alegría, o no podrás ver en ellos la chispa que te haría dichoso. 5Negar la chispa conduce a la depresión, pues siempre que ves a tus hermanos desprovistos de ella, estás negando a Dios.
La “chispa”, esa parte del Todo, de los Grandes Rayos, está refiriéndose a ser espiritual que somos. El Hijo de Dios es esa chispa divina emanada de los Grandes Rayos expandidos de Dios.
Al percibir el mundo desde la mente errada, nos llevará a negar la chispa de luz que es la verdadera identidad del ser que somos. El ego no ve esa chispa y niega su existencia, negando igualmente la Fuente de la cual emana, la Mente de Dios.
Negar esa verdad nos lleva a la proyección, a percibir erróneamente al mundo que nos rodea. Esa proyección, el olvido de lo que somos, nos llevará a emitir mensajes (pensamientos) sobre el mundo que percibimos, en un intento de dar significado a lo que vemos. Ese significado no es nada, pues es nuestro propio significado, un significado condicionado por la negación de lo verdadero. No vemos al otro tal y como es, si no como creemos que es.
3. Mantenerse fiel a la negación de Dios es la doctrina del ego. 2El dios de la enfermedad obviamente exige la negación de la salud, ya que la salud está en clara oposición a su propia supervivencia. 3Mas considera lo que esto significa para ti. 4A menos que estés enfermo no puedes conservar los dioses que inventaste, pues sólo estando enfermo podrías desearlos. 5La blasfemia, por lo tanto, es destructiva para el yo, pero no puede destruir a Dios. 6Blasfemar significa que estás dispuesto a no conocerte a ti mismo a fin de estar enfermo. 7Ésta es la ofrenda que tu dios exige, pues, al ser éste producto de tu demencia, no es más que una idea demente. 8Ésta se manifiesta de muchas maneras, pero si bien puede parecer ser muchas cosas diferentes no es sino una misma idea: la negación de Dios.
El sistema de pensamiento de ego es demente, es decir, es el efecto de una mente errada que basa sus pensamientos en la creencia del pecado, del miedo, de la separación. Su argumento exige la consistencia que le aporta la experiencia y para ello, se inventa respuestas acordes con lo que cree.
Si soy pecador, soy merecedor del castigo.
Si creo en el miedo, soy merecedor del sufrimiento.
Si me creo separado de los demás, justifico ser atacado y defenderme con el ataque.
Si me creo vulnerable, justifico la presencia de la enfermedad.
Sin esos argumentos, la credibilidad del ego se resentiría, cosa que no se puede permitir, por lo que, para dar consistencia a su identidad, se rodeará de ídolos que le recordarán su valía.
4. Parece como si la enfermedad y la muerte hubiesen entrado en la mente del Hijo en contra de
La falsa percepción no es eterna. La ilusión no se mantendrá eternamente. El miedo, la culpa, la separación, el dolor y el sufrimiento, no permanecerán eternamente. El sistema de pensamiento del ego, desaparecerá y el mundo de percepción errónea, lo hará con él. Ese mundo ilusorio, imaginado por la mente, dará lugar a un mundo renovado, donde la percepción verdadera nos llevará a ver y a experimentar, la chispa verdadera del Ser.
5. Dije anteriormente que por tu cuenta no puedes hacer nada, pero tú no existes por tu cuenta. 2Pues si existieses por tu cuenta, lo que has hecho sería verdad y nunca te podrías escapar. 3Precisamente porque no te creaste a ti mismo es por lo que no tienes que preocuparte por nada. 4Tus dioses no son nada porque tu Padre no los creó. 5No puedes crear creadores que no sean como tu Creador, de la misma forma en que Él no habría podido crear un Hijo que no fuese como Él. 6Si la creación es compartir, no puede crear lo que no es igual a ella misma. 7Sólo puede compartir lo que ella es. 8La depresión es aislamiento, y, por lo tanto, no pudo haber sido creada.
Creernos separados de nuestra Fuente de Creación, llevará nuestra mente a un estado depresivo, demencial, a un estado de sueño, en el que se experimentarán pesadillas terroríficas que nos privarán de la paz. Al proyectarnos en los demás, estaremos compartiendo nuestra irrealidad, nuestra falsedad, lo que no nos permitirá conocernos, ni conocer a los demás.
6. Hijo de Dios, no has pecado, pero sí has estado muy equivocado. 2No obstante, eso puede corregirse y Dios te ayudará, pues sabe que tú no puedes pecar contra Él. 3Lo negaste porque lo amabas, pues sabías que, de reconocer tu amor por Él, no habrías podido negarle. 4Negarle significa, por lo tanto, que lo amas y que sabes que Él te ama a ti. 5Recuerda que tienes que haber conocido previamente lo que niegas. 6Y si aceptas la negación también puedes aceptar su des-hacimiento.
Para aceptar o negar algo, nuestra mente debe verlo y conocerlo. Esta deducción nos lleva a comprender algo muy hermoso y profundo. Fue el amor por Dios lo que nos llevó a negarle, pues sabíamos que, de reconocer nuestro amor por Él, no habríamos podido negarle.
¿Te resulta difícil aceptar esta afirmación? ¿Te preguntas cómo poder negar la realidad por amor a ella, pues de reconocerla como la verdad, no podríamos negarla?
Dios es Amor y creó a Su Hijo a Su imagen y semejanza, por lo que el Hijo de Dios es Amor y conoce esa Esencia Creadora. Por tal razón, por dicho conocimiento, el Hijo de Dios ama a Su Creador. Sin embargo, eligió negar ese Amor y de su Mente surgió un pensamiento demente, el cual le llevó a ver una realidad distinta, una realidad falsa, una realidad carente de amor, el cual fue sustituido por el miedo. Una realidad desprovista de Unidad, da lugar a una realidad percibida desde la creencia en la separación.
El Hijo de Dios eligió olvidar el Amor como una opción para expresar su poder creador. Pero sin Amor aquello que se crea no tiene significado y es nada. Por tal razón, el mundo fabricado por el Hijo de Dios, con ese pensamiento demente, ha dado lugar a un mundo de sufrimiento.
Este punto finaliza con un mensaje redentor: “Y si aceptas la negación también puedes aceptar su des-hacimiento”. Esa debe ser nuestra elección.
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