viernes, 24 de mayo de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 145

CUARTO REPASO


LECCIÓN 145

Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.

(129) Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.
(130) Es imposible ver dos mundos.


¿Qué me enseña esta lección?

(129) Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.

¿Si te diesen a elegir entre un mundo perecedero y transitorio o un mundo eterno e inmutable, qué elegirías?

¿Si tuvieses la oportunidad de elegir entre el miedo o el amor, que elección tomarías?

¿Si te dijeran, elige entre el dolor, la enfermedad, el sufrimiento o entre la dicha, la salud y la felicidad, qué dirías?

¿Te sientes feliz en el mundo de culpabilidad que has fabricado o en cambio, prefieres un mundo de paz, de libertad y de salvación?

Sí, es una elección. Tú decides qué mundo ver. Tú decides a qué le das valor.

Yo deseo, con toda mi mente, con todo mi corazón, un mundo de Amor, donde la Unidad entre todos los seres es la única realidad y ese mundo es el escenario que Dios ha dispuesto en mí.


(130) Es imposible ver dos mundos.


En efecto,  la mente no puede servir a dos señores a la vez. Si doy valor al mundo fabricado por el ego, estaré identificándome con el mundo de la perdición, donde nada es real, donde todo es ilusorio y temporal.

Si doy valor al mundo creado por Dios, entonces estoy reconociendo mi propia realidad y me identifico como Hijo de Dios. Ese mundo, es la herencia que Dios ha dispuesto para su Hijo. Ese mundo es el mundo de la Unidad, del Amor, de la Paz y de la Gracia. Es el mundo de la Felicidad. El mundo de la Salvación.

Es cuestión de ver la verdad para que se produzca el despertar de la consciencia. Hoy puede ser ese día, tan sólo tienes que corregir el error que te mantiene identificado con la falsa creencia de que eres el cuerpo que percibes como tu única realidad. Corrige esa percepción y libérate de las cadenas que te mantienen prisionero de las ataduras al mundo físico.

Estás en este mundo, pero no perteneces a él. Como bien manifestó el Maestro, “Mi reino no es de este mundo”. Nuestro “reino” es el Mundo de Dios, el mundo del Espíritu. De ese mundo es de donde procede nuestra verdadera visión.

¿A qué "señor" estás sirviendo?

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