¿Qué me enseña esta lección?
¿Qué busca el ego haciendo real la enfermedad? ¿Qué lección cree aprender a través del dolor?
El origen de la enfermedad, para el ego, al igual que el del dolor, encuentra una única causa, el sentimiento de culpabilidad que le hace merecedor de un castigo redentor.
La mente, al limitar la conciencia en los ropajes del mundo físico, quedó prisionera de la visión aportada por la percepción de los sentidos, los cuales, se convirtieron en la vía más directa de aprendizaje, y pronto sustituyó a la conexión espiritual que la antecedió.
De este modo, surge la naturaleza del ego, el cual se identifica totalmente con el mundo que percibe externamente y adopta la creencia errónea de que es un ser individual separado del resto.
Sin embargo, el Hijo de Dios, identificado con la personalidad mundana, mantiene un recuerdo ancestral que le susurra tenuemente su verdadero origen. Esta voz interior, le produce temor y miedo, pues, interpreta que su identificación con el mundo externo viola, de alguna manera, las Leyes de Dios.
Ese miedo le origina una profunda pesadumbre y comienza la búsqueda de redimir su pecado, para lo cual, debe purificar su culpa con el castigo y la severidad del riguroso destino. La enfermedad, se convierte en una fiel aliada que trata de compensar las pesadillas de sus sueños.
Es preciso, oír el Plan de Salvación dispuesto por Dios para nosotros. Ese Plan nos invita a despertar de nuestro letargo y recuperar la visión espiritual de nuestra verdadera identidad. La mente que ha fabricado la creencia en la separación, debe rectificar esa visión y crear relaciones santas basadas en lazos de Amor y Unidad.
Es por ello, que podemos determinar, que la Salvación es lo único que cura.
Ejemplo-Guía: "La culpa, nos enferma. Saber qué somos, nos cura"
La lección de hoy, no ha podido ser más clara. Para muchos de nosotros, el tema de la enfermedad, es motivo de preocupación.
Sí, soy consciente de lo que estoy decidiendo. Soy consciente de que con esa afirmación estoy dando la respuesta de porqué, la enfermedad, se convierte en una preocupación: la estamos haciendo real, cada vez que le prestamos atención.
Si hemos hecho los deberes oportunos que nos proponía la lección anterior, y hemos conseguido dar la respuesta apropiada a la cuestión ¿qué soy?, estaremos en condiciones de dar un importante paso hacia la curación, pues, la enfermedad es una de las ilusiones con las que el ego nos mantiene prisionero de su falsa identidad.
Si soy un cuerpo, es lógico que enferme, y, es, igualmente, lógico que muera. Con
esta reflexión el ego nos define lo que es la vida.
Pero, si tenemos la certeza de que no somos un cuerpo, sino que somos un Ser Espiritual, entonces estaremos experimentando la visión del despertar, y con ello, estamos proclamando nuestra plenitud, un estado de sanación mental, que nos lleva de retorno a nuestro verdadero Hogar.
El cuerpo es el emblema del ego que testimonia sobre el principio de separación. Pero, ese símbolo externo de su identidad, le produce un profundo temor, pues representa la causa de su pecado y de su desobediencia a su Creador. El cuerpo se convierte en el vehículo que da origen a la culpa: el descubrimiento de la individualidad supone el reconocimiento del pecado original.
Cuerpo, pecado y culpa, forman una asociación, que da lugar a la enfermedad como expresión de la desarmonía y la incoherencia; de lo ilusorio e irreal.
Toda liberación de estas creencias supone el Plan de Salvación que Dios ha dispuesto, para su Hijo, como un mecanismo de seguridad.
Si conseguimos despertar del sueño de la separación; si conseguimos tomar consciencia de que Somos un Ser Espiritual, perfecto, pleno e impecable, ¿cómo podemos enfermar?
Todo pensamiento de temor o preocupación, por el estado de bienestar del
cuerpo, nos está indicando que estamos soñando, que estamos haciendo real lo
ilusorio, y aunque logremos aportar medios para mejorar el estado del cuerpo,
estos gestos, son igualmente ilusorios. La verdadera curación tan solo la
podemos hallar cuando recordemos lo que somos.
Reflexión: La vida que percibimos, es un sueño fabricado por nuestra
mente. ¿Qué opinión te aporta esta afirmación?
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