jueves, 28 de marzo de 2024

Capítulo 5. I. La invitación al Espíritu Santo

 I. La invitación al Espíritu Santo

1. La curación es un pensamiento por medio del cual dos mentes perciben su unidad y se regocijan. 2Su gozo exhorta a todos los miembros de la Filiación a que se regocijen junto con ellas, y per­mite que Dios acuda a ellas y se manifieste a través de ellas. 3Sólo la mente sana puede experimentar una revelación de efectos duraderos porque la revelación es una experiencia de pura dicha. 4Si no eliges ser completamente dichoso, tu mente no puede tener lo que no elige ser. 5Recuerda que para el espíritu no hay diferencia alguna entre tener y ser. 6La mente superior piensa de acuerdo con las leyes que el espíritu obedece, y, por lo tanto, honra únicamente las leyes de Dios. 7Para el espíritu, obtener no significa nada y dar loes todo. 8Al tenerlo todo, el espíritu lo conserva dándolo, y, de este modo, crea de la misma manera en que el Padre creó. 9Aunque esta manera de pensar no tiene nada que ver con la posesión de bienes materiales, aun a la mente inferior le resulta comprensi­ble en conexión con ideas. 10Si compartes una posesión física, cier­tamente divides su propiedad. 11Mas si compartes una idea, no la debilitas. 12Toda ella te sigue perteneciendo aunque la hayas dado completamente. 13Lo que es más, si aquel a quien se la has dado la acepta como suya, eso la refuerza en tu mente, y, por lo tanto, la expande. 14Si puedes aceptar el concepto de que este mundo es un mundo de ideas, la creencia en la falsa conexión que el ego hace entre dar y perder desaparece.

Todo un concentrado de sabias afirmaciones, es lo que nos ofrece este primer punto del Capítulo 5. "La curación es un pensamiento", y para que así sea, dicho pensamiento debe ver la unidad en todo lo creado, esto es, debe reconocer que es un rayo de Luz emanado de Su Creador y que comparte el Estado de Unidad con el resto de Luces emanadas del Creador.

El efecto al que da lugar el pensamiento emanado de una Mente Recta, es duradero, es eterno, razón por la cual, el Hijo de Dios goza de la Plenitud del Espíritu Santo, de su impecabilidad, de su pureza, de su inocencia. La curación es el efecto del pensamiento recto y es una manifestación del poder del Espíritu.

Si no elegimos el pensamiento recto que nos lleva a la plenitud, a la curación, los efectos que percibiremos serán los de la enfermedad, que también podríamos llamar, estado de desconexión con la visión de la unidad o separación.

Ser sano es ser pleno. Ser sano es tener plenitud.

Otras de las enseñanzas que se extraen de este punto, es la referente a la falsa creencia de que al dar se pierde aquello que se da. Nos aclara este punto que este mundo es un mundo de ideas, es decir, no es en la forma donde debemos encontrar las causas, sino en el pensamiento. El ego no lo entiende así y niega que el dar es recibir, reforzando esta creencia con el pensamiento que dar es perder. Nos dice, Jesús, que, si compartimos una posesión física, ciertamente dividimos su propiedad. Ese gesto es propio de las leyes que imperan en el sistema de pensamiento del ego, que como sabemos está basado en la identidad del cuerpo. Pero estas enseñanzas, no van dirigida al ego, sino al Espíritu, pues, lo que trata es de hacernos conscientes de nuestra verdadera identidad: Ser o poseer; Espíritu o ego.

2. Demos comienzo a nuestro proceso de re-despertar con unos cuantos conceptos simples:

 2Los pensamientos se expanden cuando se comparten.

3Cuantos más creen en ellos, más poderosos se tornan.

4Todo es una idea.

5¿Cómo, entonces, puede asociarse dar con perder?


"Todo es una idea". Se hace necesario reflexionar sobre esta afirmación. El pensamiento precede a la acción. Esa emanación mental es semejante a la semilla que, al crecer, se hace árbol y da sus frutos. La semilla al permanecer en el interior de la tierra, no la vemos, pero con sus brotes, comenzamos a conocer su capacidad creadora, hasta que alcanza su estado de madurez y nos aporta el fruto, en cuyo interior encontramos nuevas semillas renovadoras.

El pensamiento, la idea, se concibe en nuestro interior; al compartirla la expandimos y observamos el alcance de su contenido. Cuando esa idea alcanza su madurez llevándola a la práctica, el fruto que adquirimos nos permite renovar nuestros pensamientos, los cuales serán cada vez más perfectos.

El pensamiento, es la causa que da lugar a lo percibido. Si esto es así, en la medida en que la calidad de nuestro pensamiento sintonice con el canal de la Unidad, nuestras creaciones gozarán de salud y plenitud y serán duradera. Mientras que, si ese pensamiento sintoniza con la frecuencia del canal de la separación, nuestras creaciones llevarán el sello de lo perecedero.

3. Ésta es la invitación al Espíritu Santo. 2He dicho ya que puedo ascender hasta lo alto y hacer que el Espíritu Santo descienda hasta ti, mas sólo puedo hacer eso a instancia tuya. 3El Espíritu Santo se encuentra en tu mente recta, tal como se encontraba en la mía. 4La Biblia dice: "Que more en ti la mente que estaba en Cristo Jesús", y lo utiliza como una bendición. 5Se trata de la bendición de la mentalidad milagrosa. 6Te pide que pienses tal como yo pensé, uniéndote de esta manera a mí en el modo de pensar de Cristo.

Utilizamos la acción de sintonizar con el canal apropiado, en un intento por ofrecer una idea que nos resulte familiar y que nos permita comprender la acción que se requiere para conectar con el Espíritu Santo.

Tenemos que ser conscientes, de que tanto canal como frecuencia, están a nuestra disposición. Lo único que tenemos que hacer es seleccionar dicho canal para poder acceder a su comunicación.

Si lo pensamos, estamos haciendo esa elección de forma permanente. Unos nos sentimos atraídos por un tipo de canal en concreto, a diferencia de otros, que tienen la libertad de elegir con el que más se identifican. Lo importante es conocer que existe un canal que te ofrece un tipo de información basada en la Unidad-Amor, y otros, lo hacen con una información basada en la separación-miedo.

La elección es nuestra. Se nos pide que pensemos tal y como pensó Jesús, esto es, sintonizando el canal del Espíritu Santo.

4. El Espíritu Santo es la única parte de la Santísima Trinidad que tiene una función simbólica. 2Se le ha llamado el Sanador, el Con­solador y el Guía. 3Se le ha descrito también como algo "sepa­rado", aparte del Padre y del Hijo. 4Yo mismo dije: "Si me voy os enviaré otro Consolador que morará con vosotros para siempre". 5Su función simbólica hace que Él sea difícil de entender, ya que todo simbolismo se presta a diferentes interpretaciones. 6Como hombre, y también como una de las creaciones de Dios, mi recto pensar, que procedió del Espíritu Santo o Inspiración Universal, me enseñó en primer lugar y ante todo, que esta Inspiración es para todos. 7Yo mismo no hubiese podido gozar de ella de no haber sabido esto. 8La palabra "sabido" es apropiada en este con­texto porque el Espíritu Santo está tan próximo al conocimiento que lo evoca, o mejor dicho, facilita su llegada. 9He hablado ante­riormente de la percepción elevada o "verdadera", que está tan próxima a la verdad que Dios Mismo puede salvar la diminuta brecha que hay entre ellas. 10El conocimiento está siempre listo para fluir a cualquier parte, pero no puede oponerse a nada. 11Puedes, por consiguiente, obstruirlo, pero jamás perderlo.

De este punto, me gustaría resaltar la enseñanza compartida por Jesús: La Inspiración del Espíritu Santo es para todos. Ya lo decíamos en el anterior punto, se trata de conocer cuál es el dial a través del cual podemos sintonizar la frecuencia de donde procede la Inspiración Universal. No es un privilegio exclusivo por ser de una condición u otra. 

5. El Espíritu Santo es la Mente de Cristo, la cual es consciente del conocimiento que yace más allá de la percepción. 2El Espíritu Santo comenzó existir como medió de protección al producirse la separación, lo cual inspiró simultáneamente el principio de la Expiación. 3Antes de eso no había necesidad de curación, pues nadie estaba desconsolado. 4La Voz del Espíritu Santo es la Lla­mada a la Expiaciónes decir, a la restitución de la integridad de la mente. 5Cuando la Expiación se complete y toda la Filiación sane, dejará de haber una llamada a retornar. 6Pero lo que Dios crea es eterno. 7El Espíritu Santo permanecerá con los Hijos de Dios para bendecir las creaciones de éstos y mantenerlas en la luz de la dicha.

Cuando nuestra voluntad nos lleva a sintonizar con el canal de la Inspiración Universal, lo está haciendo con la frecuencia a través de la cual, nuestra mente vibra al unísono con la visión del Espíritu Santo y con la Mente de Cristo. Dicha conexión favorece el estado de corrección de los estados erróneos de la mente y Un Curso de Milagros la define como la llamada a la Expiación.

6. Dios honró incluso las creaciones falsas de sus Hijos porque ellos las habían hecho. 2Pero también bendijo a Sus Hijos con una manera de pensar que fuese capaz de elevar sus percepciones a tal altura, que casi pudieran llegar hasta Él. 3El Espíritu Santo es la Mente de la Expiación. 4Representa un estado mental lo suficien­temente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transfe­rencia a ella sea finalmente posible. 5La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cru­zar hasta él. 6Tal vez sea más útil en este caso utilizar el significado literal de la palabra "transferida", o sea "transportada", puesto que el último paso es Dios Quien lo da.

El Espíritu Santo es la Mente de la Expiación, el canal a través del cual se alcanza la corrección de la mente, sin la cual, no se produciría el despertar que ha de llevarnos a la percepción verdadera y a las puertas de la Mentalidad-Uno.

7. El Espíritu Santo -la Inspiración que toda la Filiación com­parte- induce a una clase de percepción en la que muchos ele­mentos son como los del Reino de los Cielos:

2En primer lugar, su universalidad es perfectamente inequí­voca, y nadie que la alcance podría pensar ni por un momento que compartirla signifique cualquier otra cosa que no sea ganar.

3En segundo lugar, es una percepción que es incapaz de atacar, y, por lo tanto, es verdaderamente receptiva. 4Esto quiere decir que si bien no engendra conocimiento, tampoco lo obstruye en modo alguno.

5Finalmente, señala al camino que lleva lo que está más allá de la curación qué trae consigo, y conduce a la mente más allá de su propia integración, hacia los senderos de la creación. 6En este punto es donde se producen suficientes cambios cuantitativos para producir un verdadero salto cualitativo.

El pensamiento recto nos lleva a visualizar el estado de unidad, en el cual, dar y recibir son un acto único.
El pensamiento recto nos lleva a visualizar la indefensión como el único idioma que favorecerá la comunicación y el acceso al conocimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario