miércoles, 17 de abril de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 108

LECCIÓN 108

Dar y recibir son en verdad lo mismo.

1. La visión depende de la idea de hoy. 2La luz se encuentra en ella, pues reconcilia todos los aparentes opuestos. 3¿Y qué puede ser la luz sino la resolución, nacida de la paz, de fundir todos tus conflictos y pensamientos erróneos en un solo concepto que sea completamente cierto? 4Incluso éste desaparecerá, ya que el Pen­samiento que se encuentra tras él aparecerá para ocupar su lugar. 5Y ahora estás en paz para siempre, pues en ese punto al sueño le llega su fin.

2. La verdadera luz que hace posible la verdadera visión no es la luz que los ojos del cuerpo contemplan. 2Es un estado mental que se ha unificado en tal grado que la oscuridad no se puede perci­bir en absoluto. 3Y de esta manera, lo que es igual se ve como lo mismo, mientras que lo que es diferente ni se nota, pues no está ahí.

3. Ésta es la luz en la que no se pueden ver opuestos, y la visión, al haber sanado, tiene el poder de sanar. 2Ésta es la luz que extiende tu paz interior hasta otras mentes, para compartirla y regocijarse de que todas ellas sean una contigo y una consigo mismas. 3Esta es la luz que sana porque genera una sola percepción, basada en un solo marco de referencia, del que procede un solo significado.

4. Ahí dar y recibir se ven como diferentes aspectos de un mismo Pensamiento, cuya verdad no depende de cuál de esos dos aspec­tos se vea primero, ni de cuál parezca estar en segundo lugar. 2Ahí se entiende que ambos ocurren simultáneamente, para que el Pensamiento conserve su integridad. 3Y este entendimiento es la base sobre la que se reconcilian todos los opuestos, ya que se perciben desde el mismo marco de referencia que unifica dicho Pensamiento.

5. Un solo pensamiento, completamente unificado, servirá para unificar todos los pensamientos. 2Esto es lo mismo que decir que una sola corrección bastará para que todo quede corregido, o que perdonar a un solo hermano completamente es suficiente para brindarle la salvación a todas las mentes. 3Pues éstos son sólo algunos casos especiales de la ley que rige toda clase de aprendi­zaje, siempre que esté dirigido por Aquel que conoce la verdad.

6. Aprender que dar es lo mismo que recibir tiene una utilidad especial, ya que se puede poner a prueba muy fácilmente y com­probar que es verdad. 2Y cuando con este caso especial se haya comprobado que en toda circunstancia en que se le ponga a prueba siempre da resultado, el pensamiento subyacente se puede entonces generalizar a otras áreas de duda y de doble visión. 3Y de ahí se expandirá hasta llegar finalmente al único Pensamiento subyacente a todos ellos.

7. Hoy practicaremos con el caso especial de dar y recibir. 2Utili­zaremos esta sencilla lección acerca de lo obvio porque produce resultados que no se nos pueden escapar. 3Dar es recibir. 4Hoy intentaremos ofrecerle paz a todo el mundo y ver cuán rápida­mente retorna a nosotros. 5La luz es tranquilidad, y en esa paz se nos concede la visión, y entonces podemos verla

8. De este modo damos comienzo a nuestras sesiones de práctica con las instrucciones para hoy, y afirmamos:

2Dar y recibir son en verdad lo mismo.
3Recibiré lo que estoy dando ahora.

4Luego cierra los ojos y piensa durante cinco minutos en lo que quie­res ofrecerle a todo el mundo, para así disfrutar de ello. 5Podrías decir por ejemplo:

6Le ofrezco sosiego a todo el mundo.
7Le ofrezco paz interior a todo el mundo.
8Le ofrezco ternura a todo el mundo.

9. Repite cada frase lentamente y luego haz una pequeña pausa, esperando recibir el regalo que diste. 2Este te llegará en la misma medida en que lo diste. 3Te darás cuenta de que recibes una retri­bución exacta, pues eso es lo que pediste. 4Puede que te resulte útil, asimismo, pensar en alguien a quien dar tus regalos. 5Él re­presenta a los demás y a través de él estarás dándoselos a todo el mundo.

10. Nuestra sencilla lección de hoy te enseñará mucho. 2De ahora en adelante entenderás mucho mejor el concepto de efecto y causa, y nuestro progreso será mucho más rápido. 3Piensa en los ejercicios de hoy como rápidos avances en tu aprendizaje, el cual se acelerará y consolidará cada vez que digas: "Dar y recibir son en verdad lo mismo”:


¿Qué me enseña esta lección?  

El pensamiento del ego, identificado con el mundo terrenal, con la separación, es dual. Su visión del mundo físico no es ilusoria, sino real, lo que le lleva a interpretar lo externo como la verdad en la que edifica su fortaleza. 

Cuando las experiencias que vive las interpreta bajo el código, “bueno-malo”, está decidiendo poner en manos de los demás, la causa que da origen a sus fluctuantes estados emocionales. La felicidad, la dicha, la paz, tan sólo son posibles si la respuesta que recibo del exterior me lleva a esos estados. 

Ignora, que nada externo a él, puede estar separado de su mundo interno. Ignora que lo interno y lo externo son una misma cosa. Ignora que recibir y dar forma parte de una misma verdad. 

Los valores en los que el ego basa sus creencias, desaparecen cuando el velo de lo ilusorio cae de sus ojos y le permite ver la única verdad: la Unidad. 

Aquello que recibimos es la respuesta a lo que hemos dado. Es un mismo acto, unido por la manifestación de la Ley de la Unidad que impera en Todo el Universo.


Ejemplo-Guía: "Los opuestos, son complementarios y no enemigos"


Implícita en esta Lección, se encuentra una importante enseñanza de las leyes de la metafísica: "lo opuesto se complementa".

¿A qué llamamos opuestos? Para simplificarlo, pondré un ejemplo extraído del conocimiento astrológico. La astrología se fundamenta en el estudio de los Cuatro Elementos: Fuego, Agua, Aire y Tierra. No vamos a entrar en su estudio, pero sí voy a utilizar el mándala que se dibuja al establecer el orden de los signos por Elementos. Así vemos, que los signos de Fuego, se oponen a los signos de Aire y los signos de Agua se oponen a los signos de Tierra.

Si aplicamos la ley metafísica que hemos anunciado, dichos signos que forman oposición se complementan. ¿Y esto qué quiere decir? Pues si analizamos las generalidades de cada Elemento, vemos que el Fuego depende de su opuesto el Aire para su existencia. Un fuego sin aire (oxígeno) se extingue. De igual modo, el Elemento Agua opuesto a la Tierra, depende de ésta, para lograr que el elemento líquido tenga unos límites físicos donde poder contenerse. Esto que decimos, si lo aplicamos a las connotaciones y significados de cada Elemento le sacamos un gran jugo. Pero ese no es el objetivo de este análisis.

Hemos visto que lo que llamamos opuesto, se complementan, y con ello, lo que hemos aprendido es que su trabajo conjunto hace posible la vida, lo que, traducido a otra terminología, haría posible la consciencia.

Si nos llevamos esta ley a las relaciones humanas, podemos igualmente aplicarla con un gran beneficio para nuestro estado conciencial y evolutivo. Por ejemplo, en las relaciones especiales de pareja. Hombre y mujer se complementan, pero dicho trabajo de complementación exige una importante reflexión. ¿Qué pasa cuando el Elemento Fuego se manifiesta en exceso? ¿Qué ocurre cuando el Elemento Agua se expresa en exceso? Ocurre que el Fuego lo devora todo y el Agua inunda a la Tierra.

Lo mismo ocurre con las relaciones de pareja. Hemos dicho que su aparente oposición es una llamada a la complementación, pero también es cierto, que se requiere que ambas partes se expresen en su justa medida, es decir, sin excesos de ego, pues si así lo hacen, la relación, una oportunidad de unificación, no llegará a buen puerto.

¿Qué debemos hacer para que esto no suceda? Desaprender lo aprendido, lo que significa que debemos cambiar la creencia basada en la separación, y, en su lugar, fortalecer la creencia en la unidad. Si afrontamos la experiencia de relación con esta visión, ya no creeremos que el otro es un ser separado a nosotros, sino que es nuestro propio espejo.

En la experiencia de dar y recibir, ocurre lo mismo. Si creemos que el mundo que nos rodea está fuera de nosotros; si creemos que el otro es alguien separado, entonces justificaremos nuestra errónea creencia de que cuando damos, estamos perdiendo lo que damos. Seremos incapaces de establecer ese vínculo estrecho que hace que una vivencia dual se complemente en la unicidad, o lo que es lo mismo, que tenga la certeza de que dar y recibir forman parte de un mismo eje. Al igual como ocurre con la manifestación de los Elementos, es preciso que tanto el acto de dar como el de recibir se expresen armoniosamente, sin excesos, pues de lo contrario, el que da de manera arbitraria persigue intereses egoístas y el que busca recibir de manera descontrolada, no entiende que es preciso sembrar para cosechar.


Reflexión: ¿Has tenido alguna experiencia en la que hayas comprobado la afirmación "dar es recibir"?

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