LECCIÓN 109
Descanso en Dios.
1.
Hoy pedimos descanso; y una quietud que las apariencias del mundo no puedan
perturbar. 2Pedimos paz y tranquilidad en medio de todo el
torbellino nacido de sueños conflictivos. 3Pedimos seguridad y
felicidad, aunque lo que parece que vemos es peligro e infortunio. 4Y
disponemos del pensamiento que responderá a
nuestra petición con lo que pedimos.
2. "Descanso en Dios." 2Este
pensamiento te brindará el descanso y el sosiego, la paz y la quietud, así como
la seguridad y felicidad que buscas. 3"Descanso en Dios." 4Este
pensamiento tiene el poder de despertar la verdad durmiente en ti que posees la
visión que ve más allá de las apariencias hasta esa misma verdad en todo el
mundo y en todo lo que existe. 5He aquí el fin del sufrimiento para
el mundo entero y para todo aquel que jamás haya venido o haya de venir para
estar aquí por algún tiempo. 6He aquí el pensamiento mediante el
cual el Hijo de Dios nace de nuevo para reconocerse a sí mismo.
3. "Descanso en Dios." 2Completamente
impávido, este pensamiento te sacará adelante a través de tormentas y luchas,
más allá del infortunio y del dolor, de la pérdida y de la muerte, y te llevará
a la certeza de Dios. 3No hay sufrimiento que no pueda sanar. 4No
hay problema que no pueda resolver. 5Y no hay apariencia que no se convierta en la verdad
ante los ojos de vosotros que descansáis en Dios.
4. Éste es el día de la paz. 2Descansas en
Dios, y mientras los vientos del odio dividen el mundo, tu descanso permanece
imperturbable. 3Tuyo es el descanso de la verdad. 4Las
apariencias no te pueden perturbar. 5Exhortas a todos tus hermanos a
que se unan a ti en tu descanso, y ellos te oirán y vendrán a ti porque
descansas en Dios. 6No oirán ninguna otra voz excepto la tuya porque
tú le entregaste tu voz a Dios, y ahora descansas en Él y dejas que Él hable a
través de ti.
5. En Él no tienes inquietudes, preocupaciones,
agobios, ansiedades o dolor, ni miedo al futuro ni remordimientos por el
pasado. 2Descansas en la intemporalidad, mientras que el tiempo pasa
de largo sin dejar marca sobre ti, pues nada puede jamás alterar tu descanso en
modo alguno. 3Descansa hoy. 4Y según cierras los ojos, sumérgete en la quietud. 5Permite
que estos períodos de descanso y respiro le aseguren a tu mente que todas sus
frenéticas fantasías no eran sino los sueños de un delirio febril que ya pasó.
6Deja que tu mente se aquiete y acepte con agradecimiento su
curación. 7Ahora que descansas en Dios ya no vendrán a rondarte
sueños de terror. 8Dedica tiempo hoy a ir más allá de los sueños,
hasta llegar a la paz.
6.
En los descansos que hoy tomas cada hora, una
mente fatigada de repente se alegrará, un pájaro con las alas rotas romperá a
cantar y un arroyo por largo tiempo seco manará de nuevo. 2El
mundo renace cada vez que descansas y
recuerdas cada hora, que viniste a brindarle la paz de Dios al mundo a fin de
que pudiese descansar junto contigo.
7. Cada vez que hoy descansas cinco minutos el mundo
se acerca más a su despertar. 2Y el momento en que lo único que haya sea descanso se acerca más a todas
las mentes cansadas y exhaustas, demasiado agotadas ahora como para poder
seguir adelante solas. 3Y estas mentes oirán al pájaro cantar otra
vez y verán el manantial manar de nuevo, y con renacida esperanza y renovado
vigor marcharán con paso ligero por la senda que de súbito parece más fácil de
recorrer según siguen adelante.
8. Hoy descansas en la paz de Dios, y desde tu
descanso exhortas a tus hermanos a que encuentren el suyo y descansen junto a
ti. 2Hoy serás fiel a tu cometido, al no olvidarte de nadie e
incluir a todos en el infinito círculo de tu paz, el sagrado santuario donde
reposas. 3Abre las puertas del templo y deja que tus hermanos
distantes y tus amigos más íntimos vengan desde los más remotos lugares del
mundo, así como desde los más cercanos; invítalos a todos a entrar y a
descansar contigo.
9. Hoy descansas en la paz de Dios, tranquilo y sin
miedo. 2Cada uno de tus hermanos viene a descansar y a ofrecerte a
ti su descanso. 3Descansamos juntos aquí, pues así es como nuestro
descanso es total, y lo que hoy damos ya lo hemos recibido. 4El
tiempo no es el guardián de lo que damos hoy.
5Damos a los que aún no han nacido y a los que ya partieron, a todo
Pensamiento de Dios, y a la Mente en la que estos Pensamientos nacieron y en
donde descansan. 6Y les
recordamos su lugar de descanso cada vez que nos decimos a nosotros mismos:
"Descanso en Dios”
¿Qué me enseña esta lección?
Descansar en Dios, significa Estar en Dios, tomar consciencia de que Somos
Dios.
Es desde el Espíritu, que conseguimos alcanzar ese estado de unión, de
compleción con Dios.
Permanecer identificado con el mundo terrenal, o lo que es lo mismo,
manifestarnos bajo la percepción del ego, nos lleva a un desgaste que nos agota
hasta la extenuación. El pensamiento dual percibe la relación desde el ataque y
para protegerse de él, decide responder con la misma técnica. Para el ego,
juzgar el comportamiento de los demás, y condenarlo, es una práctica habitual
que acaba mermando todas sus fuerzas.
Persigue la felicidad, sin embargo, actúa desde la pequeñez, desde la
necesidad y desde la escasez. Si da, percibe que pierde, lo que le lleva a
poner un alto precio a sus dádivas.
El miedo le lleva a actuar de una manera incoherente e irracional,
persiguiendo sueños que se convierten en terroríficas pesadillas.
Descansar en el ego, no nos aportará la paz necesaria en la que nos
encontramos y damos la bienvenida a nuestros hermanos. En el descanso del ego,
la paz es ilusión.
Descansar en Dios, es vivir en la morada de la Paz y de la Dicha. En ese
estado, se produce el encuentro con nuestros hermanos de filiación y
compartimos la grandeza de Ser Hijos de Dios.
Ejemplo-Guía: "¿Qué impide tu descanso?"
Podría haber planteado la pregunta en plural, pues en verdad, desde el
escenario del ego, desde el escenario del sueño, donde creemos vivir, lo que a
ti te impide descansar, a pesar de ser un motivo diferente al mío, en realidad
tiene una misma causa: ambos visionamos el mundo desde una conciencia
fragmentada, separada e identificada con el miedo, con el pecado, con la culpa,
con el dolor.
A pesar de ello, es a nivel individual que debemos responder esa pregunta,
elegida como ejemplo para la aplicación de la lección: ¿qué impide mi descanso?
Lo impide, como bien recoge el contenido de la lección, mis inquietudes, mis preocupaciones, mis agobios,
mis ansiedades, mi dolor, mi miedo al futuro, mis remordimientos
por el pasado, etc. En consecuencia, el impedimento a mi descanso tiene
una única causa: creer que somos un ser material, con identidad individual y
con una vida temporal que encuentra su fin con la muerte del cuerpo físico.
¿Os imagináis un mundo en el que esos impedimentos no existiesen?
Plantearé esta reflexión de otra manera:
¿Por qué existe ese mundo de impedimentos? ¿Quién lo ha inventado?
Tengo claro, que, si fuese consciente de que tengo el poder de Dios para crear
un mundo y ponerlo a disposición de mi hijo, no le iba a crear un mundo tan
complicado.
Por las enseñanzas que nos transmite Un Curso de Milagros, sabemos que este mundo
"complicado", el Curso lo llama "demente", lo ha fabricado
el Hijo de Dios, haciendo uso del pensamiento y orientándolo hacia una nueva
dimensión donde rigen las leyes de la ilusión.
Las características de ese mundo ilusorio ya las hemos visto. Lo importante, no
es quedarse en ese estado ilusorio, culpándonos, de nuestros actos. Lo
importante, es tomar consciencia de que, del mismo modo que hemos sido capaces
de fabricar un mundo que no es real, podemos crear un mundo que sí lo es. No
olvidemos que no podremos ver aquello en lo que no creemos y que para poder
crear tenemos que ver. Con ello quiero decir, que, para poder ver el verdadero
Descanso, tenemos que Ver a Dios. Descansar en Dios, es experimentar a Dios.
La propuesta que debemos hacernos es ver de otra manera. Si hasta ahora hemos
visto desde el sufrimiento, desde el miedo, desde la profunda sensación de
sentirnos abandonados por nuestro Creador, de sentirnos culpables por haberle
fallado, de sentirnos avergonzados por nuestra infidelidad, es el momento, de
tener la certeza de que todas estas sensaciones y creencias son erróneas, pues
nuestro Padre nunca nos ha abandonado. Siempre ha estado aguardando a su Hijo
para que éste volviese su mirada y le reconociese.
Cuando experimentemos una vivencia que, desde la visión del ego, la
catalogásemos de impedimento al Descanso, quitémosle ese "poder",
abandonemos esa creencia, y, en su lugar, llamemos a la verdad, entreguémosla
al Espíritu Santo, quien la depositará en el seno de Dios, donde el sufrimiento
se transforma en Paz, el castigo, en Perdón y el miedo, en Amor.
Reflexión: ¿Cómo te sientes sabiéndote que estás descansando en Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario