El Zain se corresponde con la séptima letra fuerza, y con
ella abordamos la etapa exteriorizadora de las emociones, de los sentimientos,
del amor. Si en la fase anterior dejábamos al alma sumida en el proceso de
decidir qué rumbo dar al potencial de los sentimientos, ahora, eso no ocurre,
ya que se ha tomado el firme propósito de sacar hacia el exterior nuestras
emociones, con el único deseo de conquistar la meta que nos ha seducido.
Los cabalistas al referirse a esta letra fuerza lo hacen
anunciando que el Zain simboliza una flecha disparada al aire, con plena
capacidad para alcanzar cualquier objetivo posible.
Si analizamos la regencia zodiacal, descubrimos la
particularidad que nos aporta el signo de Piscis. En este signo, las emociones
y los deseos se exteriorizan con el propósito de satisfacer su demanda. Ya no
se trata -como en el etapa anterior- de recuperar el pasado, ahora se trata de
conquistar lo que aparece como una meta deseada. Podemos decir, que en el Zain,
el deseo se dispersa, se diluye, dejando de ser fuerza para convertirse en
objeto creado por esa fuerza.
Podemos hablar de un amor hacia lo concreto, bien sea una
persona o un objeto.
En el orden sefirótico, el Zain está representado por el
Séfira Netzah (Belleza), regido a su vez por Binah, el cristalizador de las
formas. Por lo tanto, Netzah hará que el Zain nos lleve a interesarnos por el
detalle suntuoso, por el placer, por el lujo y por la belleza. Siendo esto así,
al Zain le resultará difícil no quedar seducido por el mundo externo, lo que le
llevará a ir de un lado para otro con el firme empeño de conquistar aquello que
ama.
Los cabalistas al referirse a esta Fuerza, lo hacen
anunciandonos que su expresión es causa de futuro karma. Y esto es así, si
comprendemos lo dicho anteriormente, puesto que al proyectar nuestra naturaleza
emocional en la conquista de lo que deseamos, caeremos en la tentación de
establecer vínculos de relación de mucha variedad, unos serán de amor y otros
de odio. Esta dualidad característica del elemento dual por excelencia, el
Agua, se ve muy bien reflejado en la simbología del Arcano. Veámoslo:
En el Tarot, el Zain está representado por el Arcano nº 7
conocido como el Carro. En esta lámina encontramos una amplia información, pues
su simbología es muy rica.
Por un lado nos encontramos la figura de un hombre (voluntad)
en situación de pie (activa) en el interior de un carro de base cuadrangular
(mundo material, concreto). Estos datos nos indican que existe una actividad
producida por nuestra voluntad la cual está enfocada en actuar principalmente
en el mundo de lo concreto, en el mundo de la materia.
En otro sentido, observamos que ese personaje mantiene en su
mano un cetro acabado con un símbolo que reúne como base al círculo, en medio
un cuadrado y en la parte superior un triángulo. Sobre su cabeza una corona.
Estamos pues ante una capacidad que nos anuncia poder y dominio. En verdad, no
podemos olvidar que nos encontramos en la etapa de madurez de las emociones, y
este arcano nos anuncia que debemos contar con esa capacidad, con ese dominio
de poder sobre ese elemento.
El carro se encuentra cubierto por un dosel adornado de
estrellas (símbolo del Plano Astral) sostenido por cuatro columnas. De nuevo
aparece el símbolo del cuaternario, indicándonos que nos encontramos orientado
en el mundo de las formas, donde se verán proyectados nuestros deseos. Es en
ese plano material donde se verá seducido nuestra naturaleza emocional, y será
en él, donde comprobaremos el efecto de nuestras manifestaciones emotivas.
Para finalizar, debemos referirnos a las criaturas que se
encuentran tirando de ese carro. Se trata de dos caballos, uno de color blanco
y otro negro. No se les puede vere las patas traseras, y muchos autores señalan
que se trata de hipocampos, míticos caballos de mar. Una particularidad muy
curiosa. Ambos caballos carecen de riendas, es decir, el jinete no ejerce
ningún control sobre ellos.
Es evidente, que el resultado de toda la simbología descrita,
nos lleva a pensar que nos encontramos en la fase en la que se nos invita a
dominar nuestro potencial creador, las emociones. De no hacerlo, esta carta nos
anuncia que podemos dirigir nuestros deseos hacia donde nos plazca, pues
tenemos poder para hacerlo, pero ahora bien, no olvidemos que la ley de
causa-efecto nos pondrá en contacto con las energías que hayamos proyectado.
Esperemos que seamos conscientes y por ello responsable del uso, de la
orientación que damos a esa flecha, representada simbólicamente por el Zain.
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