Quisiera compartir con todos vosotros
una experiencia que vivió un compañero y que viene a reflejar muy bien la
dinámica que estamos describiendo.
Mi amigo en cuestión, tenía en
proyecto solicitar un préstamo para construirse una vivienda. Su situación
económica, no le permitía tomar esa decisión con mucha facilidad, de ahí que
durante algunos meses le dedicó muchas horas de reflexión.
Cierto día, cuando más lo necesitaba,
ya que se veía en una situación límite, pidió interiormente que se le
manifestara una anécdota que le indicara si iba a contar con medios para llevar
a cabo su proyecto. Salió a la calle sin saber bien si se dirigiría al banco o
lo dejaría definitivamente. Cuando había andado un poco, al pasar por una obra
en construcción, se encontró con un monedero. Lo más curioso del caso es que en
dicho monedero no había una sola peseta, tan sólo pudo extraer del mismo una
hoja, pero ¡vaya hoja!
Se trataba de una publicidad de
inmobiliaria que decía:
"Tendrá usted todas las
posibilidades de pago. A partir de 14 millones..."
El mensaje se quedaba cortado en esa línea...
Pocas veces podremos encontrarnos con un mensaje tan
extraordinario por lo singular de su manifestación.
Mi amigo, debatiéndose en la duda permanente, deseaba
encontrar una señal que le ayudase a tomar tan vital decisión El hecho de que
ese encuentro circunstancial se diese en una obra, ya le estaba indicando que
en el camino que había emprendido -al menos interiormente-, se encontraría con
los materiales, con la estructura precisa para llevar a cabo su obra.
Pero el mensaje no termina ahí. El monedero es utilizado
habitualmente para guardar nuestro potencial material, el dinero. En este caso
estaba vacío, difícilmente se podría encontrar en un monedero pequeño 14
millones de pesetas, los mismos que necesitaba mi amigo para realizar su
proyecto.
Lo que si se encontró fue la respuesta a su petición interna.
Contaría con los medios para llevar a cabo el deseo que lo había movilizado.
El tiempo transcurrió y mi amigo contó con la ayuda que
solicitó. No tuvo problemas para hacer frente a su pago, y ahora, cada vez que
desea conocer la respuesta a una cuestión que considera trascendente´, utiliza
el método ya experimentado.
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