LECCIÓN 263
Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas.
1.
Padre,
Tu Mente creó todo cuanto existe, Tu Espíritu se adentró en ello y Tu Amor le
infundió vida. 2¿Y voy yo
acaso a contemplar lo que Tú creaste como si en ello pudiese anidar el pecado? 3No quiero percibir imágenes tan tenebrosas y
atemorizantes. 4Es
imposible que yo pueda preferir el sueño de un loco a toda la hermosura con la
que tú bendijiste la creación; a toda su pureza y dicha, así como a su eterna y
serena morada en Ti.
2.
Y mientras todavía nos encontremos ante las
puertas del Cielo, contemplemos todo cuanto veamos a través de una visión santa
y de los ojos de Cristo. 2Permite que todas las apariencias nos
parezcan puras, para que podamos pasarlas de largo con inocencia, y dirigirnos
juntos a la casa de nuestro Padre como hermanos y como los santos Hijos de Dios
que somos.
¿Qué me enseña esta lección?
Alcanzado este punto, no podemos seguir identificados con el mundo de la separación. No podemos seguir viendo a nuestros hermanos como cuerpos, que justifican la creencia de que estamos separados unos de otros.
Dios creó a su Hijo y éste es Uno con su Creador.
La acción creadora del Hijo de Dios, le llevó a elegir entre la Unidad de donde procedía, al estar unido a su Creador, y la separación, al dirigir su atención a las vibraciones del mundo material. Desde ese momento, se identificó con el envoltorio material que le otorgaba una forma diferenciada del resto de sus hermanos. Esto supuso el origen de la conciencia de la separación y el comienzo de la temporalidad, donde la vida y la muerte se convertían en el peregrinaje del ser.
Hemos fabricado un mundo donde impera la ilusión, pues se trata de un mundo sujeto a la temporalidad, y nada que sea temporal, es real.
Tan sólo el Espíritu, que es Eterno, es Real. El Espíritu es Santo e Impecable. Libre de toda limitación. El Espíritu es Perfecto.
La visión de la separación, se fundamenta en la falsa creencia en el pecado. El miedo, es la consecuencia natural de esa falsa creencia. Al pecar, siento temor de Dios y ello, me hace consciente de que me he alejado del mundo del Amor. Para recuperar ese Estado, nos sometemos al castigo, al sufrimiento y al sacrificio, pues de este modo, pensamos que recuperaremos nuestro Estado de Inocencia.
Tan sólo la Visión Pura de que hemos sido siempre inocentes, nos llevará a gozar de la Paz que Dios ha dispuesto para su Santo Hijo.
Ejemplo-Guía: "Contemplando el mundo con los ojos de Cristo"
¿Qué significa ver con los ojos de Cristo?
Significa, ver el mundo desde la verdad. Significa, recuperar la verdadera visión.
Permitidme, compartir con todos vosotros, el apartado VI, del capítulo 12, de Un Curso de Milagros en el que nos habla de la "Visión de Cristo".
Ejemplo-Guía: "Contemplando el mundo con los ojos de Cristo"
¿Qué significa ver con los ojos de Cristo?
Significa, ver el mundo desde la verdad. Significa, recuperar la verdadera visión.
Permitidme, compartir con todos vosotros, el apartado VI, del capítulo 12, de Un Curso de Milagros en el que nos habla de la "Visión de Cristo".
1. El ego
está tratando de enseñarte cómo ganar el mundo y perder tu alma. 2El
Espíritu Santo te enseña que no puedes perder tu alma y que no hay nada que
ganar en el mundo, pues, de por sí, no da nada. 3Invertir sin
recibir beneficios es sin duda una manera segura de empobrecerte, y los gastos
generales son muy altos. 4No sólo no recibes
ningún beneficio de la inversión, sino que el costo es enorme. 5Pues esta
inversión te cuesta la realidad del mundo al negar la tuya, y no te da nada a
cambio. 6No puedes vender tu alma, pero puedes vender tu conciencia
de ella. 7No puedes percibir tu alma, y no la podrás conocer mientras
percibas cualquier otra cosa como más valiosa.
2. El
Espíritu Santo es tu fortaleza porque sólo te conoce como espíritu. 2Él
es
perfectamente consciente de que no te conoces a ti mismo y perfectamente
consciente de cómo enseñarte a recordar lo que eres. 3Puesto que te ama, te enseñará gustosamente lo que Él
ama, pues Su voluntad es compartirlo. 4Dado que se
acuerda de ti continuamente, no puede dejar que te olvides de tu valía. 5Pues
el Padre jamás cesa de mantener vivo en Él el recuerdo de Su Hijo, y el Espíritu
Santo jamás cesa de mantener vivo en el Hijo el recuerdo de su Pare. 6Dios
está en tu memoria por causa de Él. 7Tú decidiste olvidar a tu
Padre, pero eso no es realmente lo que quieres hacer, y, por lo tanto,
puedes decidir de otra manera. 8Y tal como yo decidí
de otra manera, tú también puedes hacerlo.
3. Tú no
deseas el mundo. 2L o único de valor en él son aquellos aspectos que
contemplas con amor. 3Eso le confiere
la única realidad que jamás tendrá. 4Su valía no reside
en sí mismo, pero la tuya se encuentra en ti. 5De la misma forma en que tu propia estima procede
de extenderte a ti mismo, de igual modo la percepción de tu propia estima
procede de extender pensamientos amorosos hacia el exterior. 6Haz
que el mundo real sea real para ti, pues el mundo real es el regalo del
Espíritu Santo, por lo tanto, te pertenece.
4. La corrección es para todos aquellos que no pueden
ver. 2La misión del Espíritu Santo es abrirle los ojos a los
ciegos, pues Él sabe que no han perdido su visión,
sino que simplemente duermen. 3Él los despertará del sueño del
olvido y los llevará al recuerdo de
Dios. 4Los ojos de
Cristo están abiertos, y Él contemplará con amor todo lo que veas si aceptas Su visión como tuya.
5. El Espíritu Santo mantiene a salvo la visión
de Cristo para cada Hijo de Dios que duerme. 6En Su visión el Hijo
de Dios es perfecto y Él anhela compartir Su visión
contigo. 7El Espíritu Santo te mostrará el mundo real porque Dios te
dio el Cielo. 8A través del Espíritu Santo, tu Padre exhorta a Su
Hijo a recordar. 9El despertar de Su Hijo da comienzo cuando él
empieza a invertir en el mundo real, lo cual le permite aprender a re-invertir
en sí mismo. 10Pues la realidad es una con el Padre y con el Hijo, y
el Espíritu Santo bendice el mundo real en Nombre de los Dos.
5. Cuando
hayas visto el mundo real -como sin duda lo verás- te acordarás de nosotros. 2Mas
tienes que aprender el costo que supone estar dormido, y negarte a pagarlo. 3Sólo
entonces decidirás despertar. 4Y entonces el mundo real aparecerá ante
tu vista, pues Cristo nunca ha estado dormido. 5Cristo está
esperando a que lo veas, pues Él nunca te ha perdido de vista. 6Él contempla serenamente el
mundo real, que desea compartir contigo porque sabe que Su Padre lo ama. 7Y sabiendo
esto, desea darte lo que es tuyo. 8Él te aguarda en el altar del Padre en perfecta paz,
ofreciéndote el Amor del Padre en la serena luz de la bendición del Espíritu
Santo. 9Pues el Espíritu Santo conducirá a todo el mundo a su hogar
y a su Padre, donde Cristo les espera como Su Ser.
6. Cada Hijo de Dios es uno en Cristo porque su
ser está en Cristo, al igual como el de Cristo está en Dios. 2El Amor de Cristo por ti es Su Amor por Su Padre, que Él conoce porque conoce el
Amor de Su Padre por Él. 3Cuando el Espíritu Santo
te haya conducido finalmente hasta Cristo en el altar de Su Padre,
la percepción se fundirá con el conocimiento porque se habrá vuelto tan santa
que su transferencia a la santidad será sencillamente su extensión natural. 4El
Amor se
transfiere al amor sin ninguna interferencia, pues ambos son uno. 5A
medida que percibas más y más elementos comunes en todas las situaciones, la
transferencia del entrenamiento bajo la dirección del Espíritu Santo aumentará
y se generalizará. 6Aprenderás gradualmente a aplicarlo a todo el
mundo y a todas las cosas, pues su aplicabilidad es universal. 7Una
vez que esto se logra, la percepción y el conocimiento se vuelven tan similares
que comparten la unificación de las leyes de Dios.
7. Lo que es uno no puede ser percibido como
separado, y negar la separación es restaurar el conocimiento. 2En el
altar de Dios, la santa percepción de Su Hijo se vuelve tan iluminada que la
luz entra a raudales en ella y el espíritu del Hijo de Dios refulge en la Mente del Padre y se vuelve
uno con ella. 3Con gran ternura Dios refulge sobre Sí Mismo, y ama la extensión de Sí Mismo que es Su Hijo.
4El mundo deja de tener propósito a medida que se funde con el
Propósito de Dios. 5Pues el mundo real ha desaparecido sigilosamente
en el Cielo, donde todo lo que es
eterno ha existido siempre. 6Allí Redentor y redimido se unen en su
perfecto amor por Dios y en el amor perfecto que se profesan el uno al otro. 7El
Cielo es tu hogar, y al estar en Dios tiene también que estar en ti.
Reflexión: ¿Qué entiendes por visión pura?
Reflexión: ¿Qué entiendes por visión pura?
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