V. La curación y la inmutabilidad de la mente.
1. El cuerpo no es más que un marco para desarrollar capacidades, lo cual no tiene nada que ver con el uso que se hace de ellas. 2Dicho uso procede de una decisión. 3Los efectos de la decisión del ego al respecto son tan evidentes que no hay necesidad de hablar más de ello, pero la decisión del Espíritu Santo de utilizar el cuerpo únicamente como un medio de comunicación tiene una conexión tan directa con la curación que sí requiere aclaración. 4El sanador que no se ha curado obviamente no entiende su propia vocación.
Todo un reto para la mente que ha fabricado el sistema de pensamiento del ego, pues fundamenta su existencia en la única realidad que acepta, aquella que percibe de modo tangible, el cuerpo físico y las acciones que se derivan de su uso.
El Curso es claro sobre este enfoque, afirmando que el cuerpo no es más que un marco para desarrollar capacidades y añade que el Espíritu Santo lo utiliza como un medio de comunicación. El cuerpo no tiene la capacidad que creemos que tiene, es decir, no es la causa de nuestras acciones, o lo que es lo mismo, el uso que hacemos de él no depende de su capacidad volitiva, pues esa capacidad es de la mente.
2. Sólo las mentes pueden comunicarse. 2Puesto que el ego no puede destruir el impulso de comunicar porque es también el impulso de crear, sólo puede enseñarte que el cuerpo puede comunicarse así como crear, y, por ende, que no tiene necesidad de la mente. 3El ego, por consiguiente, trata de enseñarte que el cuerpo puede actuar como la mente y que es, por lo tanto, autosuficiente. 4Sin embargo, hemos aprendido que ni la enseñanza ni el aprendizaje tienen lugar en el nivel del comportamiento, toda vez que puedes actuar de acuerdo con lo que no crees. 5Al hacerlo, sin embargo, pierdes fuerza como maestro y como estudiante porque, tal como se ha señalado repetidamente, enseñas lo que crees 6Las lecciones contradictorias se enseñan mal y se aprenden mal. 7Si enseñas enfermedad y curación, eres al mismo tiempo un mal maestro y un mal estudiante.
Uno de los errores principales en el que se sustenta el sistema de pensamiento del ego, es que puede ocupar el papel del Creador, esto es, tiene la capacidad de crear un mundo con leyes distintas a las de Dios.
Como consecuencia de ese sistema de pensamiento, para el ego, el cuerpo es el fruto de su creación y como tal tiene la capacidad de enseñarnos a través de sus acciones-experiencias, lo que está bien y lo que está mal. Ese pilar básico del sistema de pensamiento del ego, le lleva a defender la creencia en que el cuerpo es autosuficiente y que el aprendizaje tiene lugar en el nivel del comportamiento, de la experiencia.
En este punto, las enseñanzas del Curso nos llevan a una visión muy diferente a la que defiende el ego. Nos revela que la fuente, el origen, la causa, siempre procede de la mente y es en ese nivel donde se produce el génesis del aprendizaje y de la enseñanza. Es por ello, que el Curso nos dice que la corrección debe llevarse a cabo a nivel de las ideas y no en el nivel del comportamiento.
3. La capacidad de curar es la única capacidad que cada persona puede y debe desarrollar si es que se ha de curar. 2Curar es el medio de comunicación del Espíritu Santo en este mundo, y el único que acepta. 3No reconoce ningún otro porque no acepta la confusión que el ego tiene entre mente y cuerpo. 4Las mentes se pueden comunicar, pero no pueden hacer daño. 5El cuerpo, al servicio del ego, puede hacer daño a otros cuerpos, pero eso no puede ocurrir a no ser que ya se le haya confundido con la mente. 6Esta situación, no obstante, puede usarse en beneficio de la curación o de la magia, pero debes recordar que la magia siempre implica la creencia de que la curación es algo perjudicial. 7Esta creencia completamente irracional es su premisa y, por consiguiente, no puede sino proceder irracionalmente.
La capacidad más elevada y acorde con el Principio de Expiación del Espíritu Santo, es la de curar, pues para curar, debemos expiar todos nuestros errores, es decir, debemos corregir en nuestra mente la falsa creencia de que estamos separados de Dios y de Su Filiación.
Cuando pedimos Expiación, estamos sintonizando nuestra mente con la del Espíritu Santo, con la Mente Recta, lo que se traduce por un estado de curación. Recibimos aquello que damos, por lo que el camino más recto para recibir la curación es ofrecerla.
4. La curación tan sólo fortalece. 2La magia siempre procura debilitar. 3La curación no percibe nada en el sanador, que todos los demás no compartan con él. 4La magia ve siempre algo “especial” en el sanador, que él cree que puede ofrecer como regalo a aquellos que no lo tienen. 5Puede que dicho sanador crea que ese regalo procede de Dios, pero resulta evidente que no entiende a Dios si cree tener algo que los demás no tienen.
5. El Espíritu Santo no actúa al azar, y toda curación que procede de Él es siempre eficaz. 2A menos que el sanador cure siempre por mediación Suya los resultados variarán. 3Sin embargo, la curación en sí es consistente, puesto que sólo la consistencia está libre de conflicto, y sólo los que están libres de conflicto son íntegros. 4Cuando el sanador admite que hay excepciones, y que unas veces puede curar y otras no, está obviamente aceptando la inconsistencia. 5Está, por lo tanto, en conflicto, y eso es lo que está enseñando. 6¿Sería posible que lo que es de Dios no fuese para todos y para siempre? 7El amor es incapaz de hacer excepciones. 8Sólo si hay miedo parece tener sentido idea de las excepciones. 9Las excepciones son amedrentadoras porque las engendra el miedo. 10La expresión "sanador temeroso" es una contradicción intrínseca y es, por lo tanto, un concepto que sólo para una mente en conflicto podría tener sentido.
Otra de las señales que nos revelan las diferencias entre un sanador vibrando en Mente Recta o en mente errada, es el efecto de la consistencia. Cuando somos canales de luz y servimos al Espíritu Santo, es decir, a la Mente Recta, la capacidad para curar se producirá en todas las situaciones. En cambio, cuando somos canalizadores de la mente errada, el efecto de la curación será intermitente y perecedera.
6. El miedo no produce alegría. 2La curación sí. 3El miedo siempre hace excepciones. 4La curación nunca las hace. 5EI miedo produce disociación porque genera separación. 6La curación siempre produce armonía porque procede de la integración. 7Es predecible porque se puede contar con ella. 8Se puede contar con todo lo que es de Dios porque todo lo que es de Dios es completamente real. 9Se puede contar con la curación porque la inspira Su Voz, y procede de acuerdo con Sus leyes. 10Mas si la curación es consistente tu entendimiento acerca de ella no puede ser inconsistente. 11El entendimiento significa consistencia porque Dios significa consistencia. 12Puesto que ése es Su significado, es también el tuyo. 13Tu significado no puede estar en desacuerdo con el Suyo porque todo lo que significas y lo único que significas procede de Su significado y es como el Suyo. 14Dios no puede estar en desacuerdo Consigo Mismo, y tú no puedes estar en desacuerdo con Él. 15No puedes separar tu Ser de tu Creador, Quien te creó al compartir Su Ser contigo.
No podemos pretender ser canales de curación consistente, cuando en nuestra mente no haya unanimidad a la hora de servir. No podemos servir a dos señores a la vez; no podemos servir a Dios y al César. No podremos curar cuando permanecemos enfermos, esto es, presos de las creencias en la dualidad, en la separación.
7. El sanador que no ha sanado desea la gratitud de sus hermanos, pero él no les está agradecido. 2Ello se debe a que cree que les está dando algo y que no está recibiendo algo igualmente deseable a cambio. 3Lo que enseña se ve limitado por lo poco que está aprendiendo. 4Su lección de curación se ve limitada por su propia ingratitud, que es una lección de enfermedad. 5El verdadero aprendizaje es constante, y tan vital en su poder de producir cambios que un Hijo de Dios puede reconocer su propio poder en un instante y cambiar el mundo en el siguiente. 6Ello se debe a que al cambiar de mentalidad, produce un cambio en el instrumento más poderoso que jamás se le haya dado para cambiar. 7Esto no contradice en modo alguno la inmutabilidad de la mente tal como Dios la creó, pero mientras sigas aprendiendo a través del ego creerás que has efectuado un cambio en ella. 8Esto te pone en una situación en la que tienes que aprender una lección aparentemente contradictoria: tienes que aprender a cambiar de mentalidad con respecto a tu mente. 9Sólo así puedes aprender que tu mente es inmutable.
No puedo evitar quedar maravillado con las explicaciones que nos ofrece este Curso. Son tan lógicas para la mente que comienza a percibir correctamente, que podemos llegar a pensar cómo no hemos sido capaces de albergar esa visión con anterioridad.
La estrechez de miras a la que estamos acostumbrados cuando nos dejamos dirigir por el sistema de pensamiento del ego, nos impide ver y comprender que cuando damos, recibimos; cuando compartimos, crecemos y nos extendemos.
Para el ego, dar es perder, por lo tanto, incluso el acto de ofrecer curación conlleva el sentimiento de que el otro adquiere una deuda por lo recibido. Ese acto es carente de gratitud, o lo que es lo mismo, es carente de amor.
El simple hecho de que el ego pudiese ver el inmenso poder de la Mente Recta, sería causa suficiente para reconocer su inexistencia. Desde el mundo de la percepción, ir alcanzando una nueva visión que nos acerque a la idea de la Unidad, es un paso importante, que nos indica que hemos decidido dejar de servir al miedo y a la separación y que caminamos en la dirección correcta, la que nos llevará a recordar, que nuestra mente es inmutable y perfecta. Alcanzado este nivel de percepción el ego desaparecerá y nuestra consciencia retornará al Mundo de Dios.
8. Eso es exactamente lo que estás aprendiendo cuando llevas a cabo una curación. 2Estás reconociendo que la mente de tu hermano es inalterable, al darte cuenta de que es imposible que él hubiese podido efectuar un cambio en ella. 3Así es como percibes al Espíritu Santo en él. 4El Espíritu Santo en él es el único que nunca cambia Su Mente. 5Tu hermano tal vez piense que él puede cambiar la suya o, de otro modo, no se percibiría a sí mismo como enfermo. 6No sabe, por lo tanto, lo que es su Ser. 7Si sólo ves en él lo inalterable en realidad no lo has cambiado. 8Al cambiar de mentalidad acerca de su mente por él, le ayudas a anular el cambio que su ego cree haber efectuado en él.
No pretendamos curar a nuestros hermanos, si no hemos alcanzado la visión de unidad que nos une a nuestro Creador. Si no tenemos la certeza de que, tanto nuestra mente como la de nuestro hermano son inalterable, no tendremos la capacidad para curarnos, ni la de curar. Tan sólo la Visión Crística, la de la Unidad, nos permitirá ser portadores conscientes de esa capacidad.
9. De la misma forma en que puedes oír dos voces, también puedes ver de dos maneras distintas. 2Una de ellas te muestra una imagen o un ídolo al que tal vez veneres por miedo, pero al que nunca amarás. 3La otra te muestra sólo la verdad, a la que amarás porque la entenderás. 4Entender es apreciar porque te puedes identificar con lo que entiendes, y al hacerlo parte de ti, lo aceptas con amor. 5Así es como Dios Mismo te creó: con entendimiento, con aprecio y con amor. 6El ego es absolutamente incapaz de entender esto porque no entiende lo que fabrica, ni lo aprecia, ni lo ama. 7El ego incorpora a fin de arrebatar. 8Cree literalmente que cada vez que priva a alguien de algo, él se engrandece. 9He hablado a menudo de la expansión que se produce en el Reino mediante tus creaciones, las cuales pueden ser creadas únicamente como lo fuiste tú. 10El Reino, que no es sino gloria excelsa y júbilo perfecto, reside en ti para que lo des. 11¿No te gustaría darlo?
Servir al ego es servir al miedo y a la falsa creencia en la separación. Ya lo hemos visto a lo largo de estas enseñanzas. El ego confunde la idea de la felicidad con la del placer y la de amar con la de poseer. La marca de aquello que fabrica el ego desde esa visión, es la del dolor, y, para no sufrir busca antídotos perecederos que le liberen de ese amargo trance y lo hace hasta la saciedad, hasta el agotamiento, tras comprobar que ese camino no le lleva al destino deseado.
10. No puedes olvidarte del Padre porque yo estoy contigo, y yo no puedo olvidarme de Él. 2 Cuando te olvidas de mí, te olvidas de ti mismo y de Aquel que te creó. 3Nuestros hermanos son olvidadizos. 4Por eso es por lo que necesitan que te acuerdes de mí y de Aquel que me creó. 5Mediante ese recuerdo puedes cambiar sus mentes con respecto a ellos mismos, tal como yo puedo cambiar la tuya. 6Tu mente es una luz tan potente que tú puedes contemplar las mentes de tus hermanos e iluminarlas, tal como yo puedo iluminar la tuya. 7No quiero compartir mi cuerpo en el acto de comunión porque no estaría compartiendo nada. 8¿Por qué iba tratar de compartir una ilusión con los santísimos Hijos de un santísimo Padre? 9Y sin embargo lo hago. aQuiero compartir mi mente contigo porque somos de una misma Mente, y ésa Mente es nuestra. 10Contempla sólo esa Mente en todas partes porque sólo esa Mente está en todas partes y en todas las cosas. 11Dicha Mente lo es todo porque abarca a todas las cosas dentro de sí. 12Bendito seas tú que percibes únicamente esto porque estás percibiendo únicamente lo que es verdad.
Muchos seguidores de la vida de Jesús, pueden sentirse contrariados ante esta afirmación, pero de ser así, no estarían comprendiendo el mensaje que se transmite a través de estas enseñanzas, en las que se deja muy claro, que el cuerpo no tiene la capacidad para enseñar o aprender.
El aspecto más hermoso que podemos extraer de las enseñanzas transmitidas por Jesús utilizando su cuerpo físico, es la de hacernos comprender el uso correcto que debemos dar a ese marco, es decir, utilizarlo para compartir nuestras creencias verdaderas, las que hablan de amor y unión.
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