VII. Las dos evaluaciones.
Creo necesario entender bien el significado que da UCDM cuando hace referencia a la salvación. Lo creo necesario por la sencilla razón de que ese significado difiere mucho del que le otorga otras enseñanzas espirituales. Veamos cómo define la salvación las enseñanzas basadas en el estudio de la Biblia:
“La salvación en la Biblia se refiere a la liberación espiritual de los seres humanos del poder del pecado y de la muerte eterna. Según la Biblia, Dios nos ofrece la salvación por medio de Jesucristo y nosotros debemos aceptarla. La salvación es un regalo de Dios, uno que no merecíamos. Y lo recibimos solo al aceptarlo de todo corazón. No es necesario hacer nada más”.
“La salvación es un término que generalmente se refiere a la liberación de un estado o condición indeseable. En la religión, la salvación es la protección del alma del pecado y de sus consecuencias”.
Podríamos aportar más referencias en las que encontraremos una misma causa que justifica ser salvados o alcanzar la salvación. Dicha causa es el pecado.
UCDM, nos deja claro que no es aplicable al espíritu, pues éste no está en peligro y, por lo tanto, no tiene que ser rescatado. Es muy importante compartir esta certeza, pues de lo contrario, nos dejaremos seducir por las creencias del ego, las cuales, sí piensan que somos pecadores y que debemos ser salvados de dicha condición.
¿Qué es la salvación desde el punto de vista del Curso?
“La salvación no es otra cosa que "mentalidad recta", que aunque no es
¿La salvación es un logro personal e individual?
“La salvación es una empresa de colaboración. No la pueden emprender con éxito aquellos que se desvinculan de
Ahora sí. Ahora sí me encuentro capacitado para continuar profundizando en este apartado.
Durante mucho tiempo, me he visto reflejado en la búsqueda espiritual emprendida por muchos de mis hermanos. Dicha búsqueda nos invitaba a buscar la salvación, el despertar espiritual, en parajes remotos. Lo sentíamos como una necesidad de hacer algo “especial” con nuestras vidas, para llenar ese vacío que nos impulsaba a satisfacer el deseo de ayudar a los demás, de ser útiles y de propagar nuestra fe por doquier.
Hoy, esta inquietud la veo de otra manera. Hoy, soy consciente de que el despertar no depende de la distancia, ni del tiempo. Es más, tengo la certeza, de que la vida, en su inmensa sabiduría, nos rodea de aquello que nos ofrecerá la oportunidad de salir de nuestro sueño y de alcanzar la mentalidad recta.
2. Ten presente, pues, que sólo en esa voluntad conjunta, y sólo en ella, os encontráis unidos. 2Podrá haber desacuerdo en todo lo demás, pero no en esto. 3Ahí, pues, es donde mora la paz. 4Y tú moras en paz cuando así lo decides. 5Pero no puedes morar en paz a menos que aceptes la Expiación porque la Expiación es el camino que conduce a la paz. 6La razón de ello es muy simple, y tan obvia que a menudo se pasa por alto. 7El ego le tiene miedo a lo obvio porque lo obvio es la característica esencial de la realidad. 8No obstante, tú no puedes pasarla por alto a menos que no estés mirando.
La Expiación que nos ofrece el Espíritu Santo es el camino que nos conduce a la paz. La razón de ello es muy simple y obvia, pues para alcanzar la paz, debemos corregir nuestra percepción errada, la que nos lleva a la creencia en la separación. La Mentalidad-Uno o Percepción Correcta nos abre la mente a la unidad, desde donde vemos a nuestros hermanos como partes de la Filiación.
Este punto, lo considero muy importante. No podemos olvidar que, al igual que el Espíritu Santo se encuentra en nuestra mente, el ego, también lo está, de ahí que nuestra evaluación es dual, esto es, nos lleva a servir a Dios o al ego; a elegir entre la verdad o la ilusión, entre el amor o el miedo.
4. Tienes, pues, dos evaluaciones conflictivas de ti mismo en tu mente, y ambas no pueden ser ciertas. 2Todavía no te has dado cuenta de cuán extremadamente diferentes son porque no entiendes cuán elevada es realmente la percepción que el Espíritu Santo tiene de ti. 3El Espíritu Santo no se engaña con respecto a nada de lo que haces, porque nunca se olvida de lo que eres. 4El ego se engaña con respecto a todo lo que haces, especialmente cuando respondes al Espíritu Santo, ya que en esos momentos su confusión aumenta. 5Es muy probable, por lo tanto, que el ego te ataque cuando reaccionas amorosamente, ya que te ha evaluado como incapaz de ser amoroso y estás contradiciendo su juicio. 6El ego atacará tus motivos tan pronto como éstos dejen de estar claramente de acuerdo con la percepción que él tiene de ti. 7En ese caso es cuando pasa súbitamente de la sospecha a la perversidad, ya que su incertidumbre habrá aumentado. 8Es evidente, no obstante, que no tiene objeto devolverle el ataque. 9Pues ¿qué podría significar eso, sino que estás de acuerdo con su evaluación acerca de lo que eres?
Nos revela este punto que, el Espíritu Santo no se engaña con respecto a nada de lo que haces, porque nunca se olvida de lo que eres. Este mensaje me ha llevado a recordar otra aportación recogida por la Enseñanza, que me permitió entender mejor la labor del Espíritu Santo en comunión con nuestro despertar:
“El Espíritu Santo está siempre en comunión con Dios, y forma parte de ti. Él es tu Guía a la salvación porque recuerda lo pasado y lo que ha de venir, y lo trae al presente” (T-5.III.11:8-9).
Gracias a este mensaje, alcanzo a comprender la razón por la cual, el estado presente, es el único estado del tiempo en el que podremos alcanzar la salvación. Cada momento, cada instante de nuestra vida, es una oportunidad para despertar, para abrir nuestra visión a la Mentalidad-Una.
5. Si eliges considerarte a ti mismo como incapaz de ser amoroso no podrás ser feliz. 2Te estarás auto-condenando y no podrás por menos que considerarte inadecuado. 3¿Acudirías entonces al ego para que te ayudase a escapar de la sensación de insuficiencia que él mismo ha provocado y que tiene que preservar para proteger su existencia? 4¿Cómo ibas a poder escaparte de su evaluación valiéndote de los mismos métodos que él utiliza para conservar esa imagen intacta?
Es imposible dar paz, si no hemos renunciado a la separación. Es imposible alcanzar la felicidad, si no andamos ese camino acompañados de nuestros hermanos.
Sólo podremos alcanzar la Mentalidad-Una desde la visión de la Unidad. Desde el ego, es imposible, alcanzar la paz, la felicidad y el amor. La razón es obvia, el ego, es miedo y separación.
7. He dicho que el ego no sabe lo que es una verdadera pregunta. 2La falta de conocimiento, de la clase que sea, está siempre asociada con una renuencia a saber, y esto da lugar a una completa ausencia de conocimiento simplemente porque el conocimiento es total. 3No cuestionar tu pequeñez, por lo tanto, es negar todo conocimiento y mantener intacto todo el sistema de pensamiento del ego. 4No puedes conservar sólo una parte de un sistema de pensamiento, ya que éste únicamente se puede poner en duda cuestionando sus cimientos. 5Y esto se debe hacer desde fuera de él, porque dentro, sus cimientos se mantienen firmes. 6El Espíritu Santo juzga contra la realidad del sistema de pensamiento del ego simplemente porque sabe que sus cimientos son falsos. 7Por lo tanto, nada que procede de él significa nada. 8El Espíritu Santo juzga cualquier creencia que tengas de acuerdo con su procedencia. 9Si procede de Dios, sabe que es verdadera. 10Si no procede de Él, sabe que no significa nada.
Lo falso no tiene significado, pues no es nada. El juicio del Espíritu Santo sobre lo falso no es condenatorio. Lo único que hace es aportar luz donde hay oscuridad, lo cual, tiene como efecto, dejar en evidencia la falta de luz, es decir, disipa la oscuridad, lo falso e ilusorio.
8. Siempre que pongas en duda tu valor, di:
2Dios Mismo está incompleto sin mí.
3Recuerda esto cuando el ego te hable, y no le oirás. 4La verdad acerca de ti es tan sublime que nada que sea indigno de Dios puede ser digno de ti. 5Decide, pues, lo que deseas desde este punto de vista, y no aceptes nada que no sea digno de ser ofrecido a Dios. 6No deseas nada más. 7Devuélvele tu parte, y Él te dará la totalidad de Sí Mismo a cambio de la devolución de lo que es Suyo y de lo que le restaura Su plenitud.
La plenitud de Dios es completa cuando Su hijo despierta de la pesadilla del pecado, de la separación y de la muerte. De igual modo, la plenitud del hijo de Dios, es completa, cuando en su visión contempla la Unidad con todos sus hermanos en la Filiación de Dios.
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