INTRODUCCIÓN
Al estudiar las Doce Esencias Zodiacales, hemos podido adquirir una visión mental de los diferentes Rostros con los que Dios se muestra en la Existencia. Para investigadores como Jung, estos Rostros les ha llevado a testimoniar sobre los Arquetipos, pretendiendo recoger en ese término una amplia y abstracta idea del origen de donde emanan todas las cosas creadas y las que están aún por crear. Hablar pues del Mundo de los Arquetipos, es hablar del Mundo Emanativo de Dios.
La Cábala, gracias al esquema creativo que se conoce como "Árbol de la Vida", nos permite comprender la constitución ancestral de la Manifestación Divina. Dando lugar a Diez Estados de Conciencia, ó Diez Centros de Energía, el Árbol Cabalístico, se estructura bajo una Suprema Inteligencia Creadora, la cual, ha establecido Todo su Saber bajo un Orden, regido siempre por el Tetragramatrón, es decir, por el ciclo creador Yod-He-Vav-2ºHe. (Jehová).
El estudiante de Cábala, aprende a conocer a Dios a través de sus diferentes Rostros/Estados de Conciencia; conecta con los diferentes planos donde se manifiesta las distintas fuentes arquetipales, de donde emanan sin cesar, en un constante proceso evolutivo, la idea-raíz de todo cuanto se ha manifestado y se ha de manifestar.
Así estudiamos a los Zodiacales como fuentes primordiales, como energías esenciales y constantemente vivas. Y así vimos, como el hombre encuentra su origen, su nacimiento, de la fusión creadora que mantuvo Elohím-Dios con esa "Tierra" fértil llamada, Zodiacales. Por lo tanto, todo cuanto es y puede llegar a ser el hombre, es fruto de los trabajos realizados con esos Arquetipos-Zodiacales.
Como bien hemos recogido en otra parte de esta enseñanza, el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de su creador. El axioma hermético "como arriba es abajo y viceversa", es una verdad realizada en nuestra propia carne. Existe un mundo cósmico, un Macrocosmos, desde donde los 12 Arquetipos emanan constantemente energía, y existe un Microcosmos, donde el hombre va dando forma a las energías cósmicas. Por lo tanto, podremos decir, que mientras los 12 Signos del Zodíaco nos hablan de las Esencias Divinas puestas a nuestra disposición, el hombre ha generado en ese maniobrar, 12 sectores terrestres, por donde está en permanente contacto con las fuentes Zodiacales y por donde va canalizando la energía recibida. Estos marcos son conocidos en términos astrológicos como Casas Terrestres ó Mundanas.
Aplicando la Ley de Analogía, diremos que existen 12 Casas, correspondiendo cada una de ellas a la manifestación de los Signos. Por lo que diremos, que los 12 Signos del zodíaco tienen un doble en las 12 Casas Terrestres.
Desde un punto de vista más racional, diremos que mientras los signos se entienden como la división de un ciclo anual donde su punto de inicio es el Equinoccio de Primavera -Aries-, las Casas, son divisiones obtenidas de la rotación de la Tierra sobre su eje en un ciclo diario, que como sabemos es de 24 horas. Siendo así, obtenemos que cada Casa ocupa un segmento de tiempo de 2 horas.
Si hemos dicho que Aries es el punto de inicio de los 12 signos, la Primera Casa será el grado que desde un lugar determinado de la Tierra, aparece en el horizonte oriental a una hora determinada. Este punto, es el conocido como Ascendente, y más adelante será estudiado su significado trascendente.
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