CASAS DE AGUAS: PSIQUICAS-EMOCIONALES
En el Segundo Día de la Creación, el Elemento activo fue el Agua, y
con él la Obra recibe el Elemento rebelde, lo que llevó a la necesidad de
"separar", "dividir" lo que en el Fuego se encontraba en
estado de Unidad. Así se estableció las Aguas de "arriba" y las Aguas
de "abajo".
Los Trabajos de este Elemento-Día están bajo la regencia de Hochmah,
el Amor Primordial. Ya veíamos que esa esencia - el amor- adopta los ropajes
del Agua para establecer la ruta por la que rencontraremos la unidad perdida.
Las Casas de Agua en analogía con estos Trabajos Divinos, llevarán
implícito ese mismo mensaje, pues si con Cáncer-Escorpio-Piscis, hablábamos de
las Aguas Divinas, con las Casas IV-VIII-XII hablaremos de las Aguas humanas,
esto es, de la calidad de nuestras emociones, que como es obvio no tendrán la
misma calidad que las divinas.
Con el Agua, se adquiere el afán-deseo de crear, por lo que su
manifestación nos lleva a afrontar esa experiencia esencial. De este modo, las
Casas de Agua estarán impregnadas de esa misma necesidad, por lo que nos
revelará nuestra actitud a aceptar los trabajos creadores, entendiéndolo
siempre como el deseo humano de actuar-imitar a los Trabajos Divinos.
Por último, y en relación con la división propia del Elemento, en las
Casas de Agua, encontraremos los trazos de esa "separación" y
podremos interpretar, que mientras el Fuego-Luz, es la conciencia moral, el
Agua-oscuridad, es esa misma conciencia pero en negativo, es decir, su reflejo,
esto es, el inconsciente.
Pasemos a analizar las Casas de Agua, individualmente.
CASA IV
Existirá en esta Casa un afán de pureza que nos llevará a emanar
sentimientos con el propósito de "blanquear", "limpiar",
"regenerar", nuestra naturaleza y la de los demás. A través de la
Casa IV, ponemos en marcha nuestro Hochmah particular, adoptando los ropajes de
los sublimes anhelos, los cuales nos llevarán a desarrollar una hermosa labor
curativa.
Otra de las interpretaciones más comunes que se recogen en la
tradición astrológica, nos indica la relación de este sector con el pasado, con
las raíces, con nuestro origen, nuestra infancia, nuestra patria y antepasados,
con nuestra madre como expresión del marco que nos ha dado la vida.
Todas estas ideas encuentran su expresión en los Trabajos del Elemento
Agua, pues como veíamos en su estudio, el Agua lleva impregnado en sí mismo al
Elemento primordial, el Fuego, el cual nos refiere nuestra verdadera esencia,
nuestra divinidad, el principio más elevado y puro que hay en nosotros. El Agua
queriendo reflejar, imitar, interiorizar esa pureza, al manifestarse en el
terreno humano, se representa como la búsqueda de ese pasado, de esa etapa
anterior que nos revelará nuestra trascendencia, que nos hace sentirnos Dioses,
que nos hará retornar a la Unidad.
Siendo esto así, debemos tomar conciencia de la importancia que tiene
este sector, pues la medida en que lo potenciemos cuando los planetas -en
especial el Sol- transite por él, estaremos recuperando nuestra pureza
primigenia.
Si en el Agua, nace la conciencia humana de división con respecto a su
creador -conciencia espiritual-, en la Casa IV, se produce el re-nacimiento de
la conciencia unitaria. En un grado más concreto de estas energías, este sector
nos hablará igualmente de las circunstancias que rodea nuestro nacimiento
físico.
Ya hemos aludido anteriormente a los dos niveles establecidos dentro
del Elemento Agua: las Aguas de arriba-superiores-cielo, y las Aguas de
abajo-inferiores-abismo. En analogía con esta idea, la Casa IV, es la puerta de
entrada donde se pone de manifiesto esta dualidad. Así pues, dependiendo de la
orientación de la conciencia del individuo -que viene dada por la situación de
los senderos del Árbol Cabalístico- podremos conocer la dirección que tomará
nuestras emociones, bien identificadas con lo Superior, lo cual dará lugar a un
estado de pureza, bien identificado con lo Inferior, lo cual degenerará en
sentimentalismos y pasiones.
El Elemento Agua se manifiesta como arquetipo de lo interno, del plano
astral, ese vasto y misterioso mundo donde se desarrolla una actividad aún más
amplia que la que habitualmente vivimos en el mundo físico. En él evolucionan
un gran número de jerarquías espirituales, así como las almas desencarnadas que
tras el abandono del plano físico, pasan a ese plano. Conociendo esto, a través
de la Casa IV, estaremos en contacto con las entidades evolucionantes en el
plano astral, y se produce una comunicación que bien puede ser consciente o
inconsciente. Esa relación no se establece con los seres espirituales, sino
también -y esto es muy importante-, con los clichés emocionales, esas imágenes
engendradas por nuestros deseos y que van adquiriendo poder sobre nuestra
naturaleza. Los hábitos emocionales encuentran un difícil obstáculo a vencer en
estas creaciones astrales.
Las experiencias vividas durante el sueño, están igualmente en
estrecha relación con las creaciones que hacemos en el Mundo del Deseo,
promovidas por nuestra imaginación y sentimientos.
Por último señalar, que cuando nuestra conciencia no nos lleva a
realizar los trabajos de purificación propios del sector IV, serán las
anécdotas externas las que con su manifestación, nos indiquen qué trabajos
debemos hacer. Así no es extraño que cuando esta Casa se active por el tránsito
de planetas, la vida nos lleve a contactar con alguno de los significados que
hemos ido describiendo en este punto: la infancia; los recuerdos; el pasado; la
madre; el hogar; los sueños; la patria; el agua, etc...
Concretizando este punto, diremos que la Casa IV, recoge la siguiente
gama de significados convencionales y psicológicos, siempre en analogía con los
trabajos propios del signo Cáncer.
- Los padres que ejercen menor influencia en
la vida de la persona. El hogar.
- Edificios; tierras y minas. Todo lo que
pertenece a la tierra y propiedades.
- El inconsciente revelándose en los
sentimientos.
- Reacciones que surgen de la profundidad
interior.
- El final de la vida. Vejez.
- Nuestra necesidad de intimidad, de ambiente
cómodo donde poder recogernos y distendernos, reflexionar.
- Sede de la naturaleza de deseo, de las
emociones y pasiones.
- Facultad imaginativa; receptividad anímica.
- Atesoramiento de recuerdos.
- Cosas ocultas; asuntos privados, íntimos.
- Aporta una introspección de la naturaleza de
la niñez del nativo.
- El pueblo, la nación, la patria.
- El proceso de purificación.
- Tendencias transmitidas (masa hereditaria).
- Anatomía: pecho y estómago.
muy interesante
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