CASA IX
Asistíamos a una hermosa historia de amor en la etapa Leo-Casa V, en la cual, la Divinidad amaba a su creación al tiempo que le dotaba de un elevado principio, la libertad. El hombre, desde su propia Casa V, ha tratado de dibujar esos mismos trazos, desplegando su capacidad de amar a sus hijos. La enseñanza es una proyección del trascendente propósito de amar. Nuestra capacidad para ser "maestros" depende de la luz que hayamos sido capaces de captar de nuestra Divinidad interna, es decir, de nuestra actitud de fidelidad al Designio Divino. En la medida en que estamos integrando en nuestra conciencia la voluntad de nuestro Ego, la riqueza así manifestada nos hace hijos portadores de luz.
Pues bien, esta dinámica que acontece en la Casa V , se manifiesta externamente en la Casa IX , por lo que podemos adelantar, que será por dicho canal que derramaremos al mundo que nos rodea nuestra riqueza de luz.
Ya veíamos al estudiar los signos de Fuego y lo ocurrido en el primer Día de la Creación , que el término "fuego" en hebreo -Aur-, significa lo mismo que el término Luz. Y decíamos que su interpretación lo definía como el "principio inteligible". Desarrollando esta idea, encontraremos que la Casa IX , es el canal por el que derramaremos al mundo nuestra capacidad "inteligible", y lo hacemos con el propósito trascendente, de llevar a los demás ese principio que le permitirá encontrar el sentido profundo de la existencia. Existe en este sector un afán por transformar, por ordenar, por establecer leyes y normas que permitan al mundo acompasarse con la dinámica cósmica.
La calidad de nuestra luz, dependerá de nuestra capacidad para captar la voz del Yo Superior.
Serán los aspectos los que nos revelarán si seremos portadores de orden o de caos.
La astrología convencional interpreta esta Casa como el canal por el cual exteriorizamos nuestros principios de vida, nuestros valores morales, nuestra filosofía, nuestras creencias, es la Casa que nos habla de nuestra comprensión de los conceptos abstractos de la existencia, la comprensión de las leyes divinas, de los múltiples rostros de Dios. Igualmente, a través de este sector expresamos nuestra proyección política, nuestra ideología social. No en vano, expresa la dinámica del signo Sagitario.
Todas estas expresiones encuentran su sentido profundo en la regencia que aporta el Séfira Binah a la dinámica de la Casa. Los estudios realizados hasta estos momentos, nos permite reconocer que la huella de Binah se manifiesta fundamentalmente con el propósito de estructurar, organizar, la energía en sí misma. Gracias a dicho Séfira, toda obra adquiere un rostro visible, pero para conseguirlo es necesario que se produzca una toma de conciencia previa, la que nos lleva a sacrificar parte de nuestros propósitos para que pueda nacer el nuevo impulso. Binah nos enseña que todo debe respetar un orden, un orden no impositivo, sino una necesidad vital en el proceso creativo.
El límite, la ley, la norma, aparece como un patrón que la conciencia ha de adquirir para contribuir en el proceso creativo. Por la Casa IX , exteriorizamos nuestro entendimiento de este concepto; expresamos nuestra conciencia del orden, y enunciamos cómo creemos que deben dirigirse los comportamientos humanos, en cierta medida, podemos decir que moralizamos.
Es importante conocer qué grado de moralidad-luz hay en nuestra conciencia, pues si hemos interiorizado falsos valores, sin duda, derramaremos en la sociedad nuestros propios errores. Binah con su aspecto cristalizador hace que en nuestro interior se evidencie de un modo concreto las imágenes de conceptos que se encuentran en el bagaje de nuestra naturaleza anímica. De este modo y ante tal evidencia, estamos convencidos de que lo que "vemos" es lo mejor para los demás. Es la raíz de todos los impulsos que nos llevan a convertirnos en "guías", "maestros", misioneros, profetas, etc...
Otro de los significados que tradicionalmente se interpretan en esta Casa, es la de los viajes de largo trayecto, y el extranjero. La razón que ha de permitirnos comprender estos significados, debemos buscarla nuevamente en la influencia que ejerce Binah sobre esta Casa. Como hemos visto, este Séfira nos lleva a exteriorizar la energía para hacerla tangible en el mundo concreto. En la Casa IX , la en ergía se traduce en valores morales, en valores de conciencia. Si en nuestra andadura humana ponemos freno al impulso creador de nuestro Ego que nos lleva a cristalizar en la Tierra un "trozo de cielo", sentiremos en cambio la necesidad de explorar nuevas tierras, nuevos estados, nuevos países, que por lo general están más allá de nuestro propio lugar de nacimiento. El viaje se manifiesta pues, como una anécdota externa que trata de revelarnos el cambio anímico que debemos realizar, es decir, nuestro destino, y las propias peripecias del viaje en sí, nos ayudarán a despertar a un estado de conciencia que sin esas circunstancias no adquiriríamos. En la medida que nuestra conciencia se moviliza con el propósito de adecuar la voluntad de nuestro Yo Superior a nuestro comportamiento humano, no viviremos la necesidad de realizar viajes externos.
- La religión; experiencias y aspiraciones espirituales.
- Visiones; profecías.
- Viajes largos. El extranjero.
- Las leyes, la jurisprudencia.
- Proceso de evaluar nuestras acciones. Toma de conciencia.
- Mente abstracta. La inspiración.
- Filosofía de vida. Aprendizaje de lo que uno es.
- Búsqueda de la identidad verdadera. ¿Quién soy Yo?
- Actividades que amplían los horizontes de auto-conocimiento.
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