PLEGARIA
IEZALEL: Dios glorificado sobre todas las cosas.
Clamad al Eterno con gritos de alegría, vosotros todos, habitantes de la tierra.
Clamad al Eterno con gritos de alegría, vosotros todos, habitantes de la tierra.
IEZALEL, Dame, Señor, la justa medida de tus virtudes,
de manera que ni mi razón
sea el juez absoluto de todos mis actos,
ni mi imaginación pretenda ser dueña y señora de mi vida.
Haz que mis deseos acepten
los mandatos de mi mente
y que la fidelidad reine entre las distintas tendencias encerradas en mi ser.
Ayúdame, Señor, a recordar
las conquistas morales de mi pasado,
y cuando mi alma se proyecte al mundo,
no permitas que exprese el error y la mentira.
Me has dado facilidad para aprender y convencer
y quiero, Señor IEZALEL, que me alejes de las cosas nimias
y que despiertes mi interés por lo eterno,
a fin de que no puedan salir de mi boca
palabras vanas ni propósitos intranscendentes.
Que pueda ser, Señor, el emisario convincente
de tu eterna Verdad.
de manera que ni mi razón
sea el juez absoluto de todos mis actos,
ni mi imaginación pretenda ser dueña y señora de mi vida.
Haz que mis deseos acepten
los mandatos de mi mente
y que la fidelidad reine entre las distintas tendencias encerradas en mi ser.
Ayúdame, Señor, a recordar
las conquistas morales de mi pasado,
y cuando mi alma se proyecte al mundo,
no permitas que exprese el error y la mentira.
Me has dado facilidad para aprender y convencer
y quiero, Señor IEZALEL, que me alejes de las cosas nimias
y que despiertes mi interés por lo eterno,
a fin de que no puedan salir de mi boca
palabras vanas ni propósitos intranscendentes.
Que pueda ser, Señor, el emisario convincente
de tu eterna Verdad.
IEZALEL exhorta:
Peregrino, te he dado la suprema habilidad de convencer, expresando con gracia brillantes ideas.
He puesto en ti ese don
para que te hicieras amigos,
para que no vivieras en la soledad;
para qué conquistaras voluntades y adhesiones
con las que realizar un vasto programa.
Tú debes poner la ambición de la gesta noble,
debes mantener viva dentro de ti
la vocación por lo sublime.
Ya que, de este modo,
con tus virtudes y mi Genio,
tú y Yo realizaremos en este mundo grandes cosas.
Toca pues la trompeta llamando a reunión;
haz que suene fuerte, para que puedan oírte aquellos
que los avatares de la vida han alejado de ti.
Yo os reuniré de nuevo,
si queda en ti voluntad de conciliación,
porque el Eterno me ha puesto por encima de todas las cosas,
para que desde ese alto lugar
cumpla sin trabas mis funciones restauradoras.
Tu camino humano es fácil y cómodo
y por ello, tu afán debe ser: compartirlo.
(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)
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