LECCIÓN 65
Mi única función es la que Dios me dio.
1. La idea de hoy
reafirma tu compromiso con la salvación. 2También te recuerda que no
tienes ninguna otra función salvo ésa. 3Ambos pensamientos son
obviamente necesarios para un compromiso total. 4La salvación no
podrá ser tu único propósito mientras sigas abrigando otros. 5Aceptar
la salvación como tu única función entraña necesariamente dos fases: el
reconocimiento de que la salvación es tu función, y la renuncia a todas las
demás metas que tú mismo has inventado.
2. Ésta es la
única manera en que puedes ocupar el lugar que te corresponde entre los
salvadores del mundo. 2Ésta es la única manera en que puedes decir,
y decirlo en serio: "Mi única función es la que Dios me dio".
3Y ésta es la única manera
en que puedes encontrar paz.
3. Hoy, y durante
los próximos días, reserva diez o quince minutos para una sesión de práctica
más prolongada, en la que trates de entender y aceptar el verdadero significado
de la idea de hoy. 2La idea de hoy te ofrece el que puedas escapar
de todas las dificultades que percibes. 3Pone en tus manos la llave
que abre la puerta de la paz, la cual tú mismo cerraste. 4Es la
respuesta a la incesante búsqueda en la que has estado enfrascado desde los
orígenes del tiempo.
4. Trata, en la
medida de lo posible, de llevar a cabo las sesiones de práctica más largas a la
misma hora todos los días. 2Trata asimismo, de fijar esa hora de
antemano, y de adherirte luego al máximo al horario establecido. 3El
propósito de esto es organizar tu día de tal
manera que hayas reservado tiempo para Dios, así como para todos los propósitos
y objetivos triviales que persigues. 4Esto es parte del
entrenamiento a largo plazo que tu mente necesita para adquirir disciplina, de
modo que el Espíritu Santo pueda valerse de ella de manera consistente para el
propósito que comparte contigo.
5. En la sesión de práctica más
prolongada, comienza repasando la idea de hoy. 2Luego cierra los
ojos y repite la idea para tus adentros una vez más, observando tu mente con
gran detenimiento a fin de poder captar cualquier pensamiento que cruce por
ella. 3Al principio, no trates de concentrarte exclusivamente en
aquellos pensamientos que estén relacionados con la idea de hoy. 4Trata,
más bien, de poner al descubierto cada pensamiento que surja para
obstaculizarla. 5Toma nota de cada uno de ellos con el mayor
desapego posible según se presente, y deséchalos uno por uno a medida que te
dices a ti mismo:
6Este pensamiento refleja un
objetivo que me está impidiendo aceptar mi única función.
6. Después de un
rato, te resultará más difícil poder detectar los pensamientos que causan
interferencia. 2Sigue tratando, no obstante, durante un minuto más
o menos, intentando detectar algunos de los pensamientos vanos que previamente
eludieron tu atención, pero sin afanarte o esforzarte innecesariamente en ello.
3Luego repite para tus adentros:
4Que en esta tabla rasa quede
escrita mi verdadera función.
5No es preciso que uses estas mismas
palabras, pero trata de tener la sensación de que estás dispuesto a que tus
propósitos ilusorios sean reemplazados por la verdad.
7. Finalmente,
repite la idea de hoy una vez más y dedica el resto de la sesión de práctica a
reflexionar sobre la importancia que dicha idea tiene para ti, el alivio que su
aceptación te ha de brindar al resolver todos tus conflictos de una vez por
todas, y lo mucho que realmente deseas la salvación, a pesar de tus absurdas
ideas al contrario.
8. En las sesiones
de práctica más cortas, que deben hacerse por lo menos una vez por hora, usa el
siguiente modelo al aplicar la idea de hoy:
2Mi única función es la que Dios me dio. 3No quiero ninguna otra ni tengo ninguna otra.
4Cierra los ojos en algunas
ocasiones al practicar esto, y en otras, manténlos abiertos mientras miras a tu
alrededor. 5Lo que ahora ves será totalmente diferente cuando
aceptes la idea de hoy sin reservas.
¿Qué me enseña esta lección?
Cuando recuperamos la conciencia de la
Unidad con Dios y con todos los seres creados por Él, estamos dispuestos,
igualmente, a orientar nuestra vida hacia un único objetivo, la salvación.
Salvarnos, significa dejar a un lado cualquier otra función con la que nos
hayamos identificados. Somos la Luz del mundo, somos Amor y como tal debemos
actuar.
Cuando lo hacemos de cualquier otro modo,
estamos tomando otras funciones que nos alejarán de la esencial.
Ejemplo-Guía: ¿Qué te impide alcanzar la
salvación y la felicidad?
En esta ocasión vamos
a utilizar una metodología diferente a la que venimos usando para aplicar el
contenido de la lección.
No se trata de un
ejemplo específico, la cuestión que se plantea es un ejercicio que nos invita a
cada uno, individualmente, a reflexionar sobre las experiencias que
interpretamos como las causas que nos impiden alcanzar la salvación y la
felicidad.
En dicha reflexión,
nuestra mente nos ofrecerá la visión de todos los motivos a los cuales le hemos
otorgado el poder para convertirse en los "obstáculos" que nos niega
la experiencia de la salvación. Pero dicha visión, tan sólo es la punta del
iceberg que logramos ver, es decir, es una parte del "todo", pues el
iceberg no es tan sólo lo que vemos en la superficie, sino que para conocer en
su integridad las características del mismo, debemos saber que el 90% del mismo
se encuentra oculto a nuestros ojos, y lo que es lo más importante, lo que
ocurre en esa gran masa oculta por las aguas del océano, repercute directamente
en la parte visible del mismo.Con ello, queremos
decir, que lo que nos muestra nuestra mente en el análisis de lo que nos
ocurre, tan sólo es una visión de los efectos, obviando que la verdadera causa
se encuentra en la parte oculta del iceberg, es decir, en nuestra mente.
Bien, os invito a
todos y cada uno de vosotros que me acompañéis en la búsqueda de esas
causas-efectos. Yo os dejo algunos ejemplos para que os sirvan de guía:
- Siempre estoy rodeado de un ambiente de disputas y controversias
(Efectos).
- En mi mente albergo pensamientos controvertidos e incoherentes
(Causa).
- La única manera de tener paz es enseñando paz (Salvación)
Otra guía:
- Por mucho que lo intento, es que no aguanto a mi jefe. Me hace la vida
imposible (Efectos).
- En mi mente albergo pensamientos autoritarios que someten nuestra
voluntad (Causa)
- Cuando ves a un hermano como una entidad física, "pierdes"
su poder y su gloria, así como los tuyos. Lo has atacado, pero tienes
que haberte atacado a ti mismo primero. En tu hermano reside tu
(Salvación).
Todo efecto, nos lleva
a hacer real lo que forma parte de la ilusión. Esta afirmación debe calar en
nuestra mente, de lo contrario, seguiremos identificándonos con un mundo que no
favorece su sanación, pues nos lleva a creer que es el cuerpo el que enferma,
cuando en verdad, el cuerpo es neutro y su única capacidad es comunicar lo que
le dicta la mente.
Una vez que hemos
entendido el sentido de los efectos, que carecen de significado, dirigimos
nuestra atención al nivel de donde emanan las causas: nuestros pensamientos.
Esta reorientación debe traducirse en la voluntad de elegir nuevamente, es
decir, si el contenido de mi mente causa unos efectos que no me aportan paz, lo
que debo hacer es elegir mentalmente la paz, tan sólo así, la paz formará parte
de los efectos.
La consecuencia de
esta reorientación, nos lleva ante las mismas puertas de la salvación. Si
queremos recibir paz, debemos dar paz.
Reflexión: ¿Qué te impide ser feliz?
MUCHAS GRACIAS, MUY HERMOSO TRABAJO, LOS AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
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