LECCIÓN 360
Que la paz sea conmigo, el santo Hijo de Dios. Que
la paz sea con mi hermano, que es uno conmigo. Y que a través nuestro, el mundo
sea bendecido con paz.
1. Padre,
Tu paz es lo que quiero dar, al haberla recibido de Ti. 2Yo soy Tu Hijo, eternamente como Tú me creaste,
pues los Grandes Rayos permanecen en mí por siempre serenos e imperturbables. 3Quiero
llegar a ellos en silencio y con certeza, pues en ninguna otra parte se puede
hallar certeza. 4Que la paz sea conmigo, así como con el
mundo. 5En la santidad fuimos creados y en la santidad seguimos. 6En
Tu Hijo, al igual que en Ti, no hay mancha alguna de pecado. 7Y
con este pensamiento decimos felizmente “Amén”.
¿Qué me enseña esta
lección?
Hemos recorrido un largo camino, desde la primera lección, hasta alcanzar este punto del proceso de aprendizaje.
Nuestros primero pasos, titubeantes, expectantes, pero al mismo tiempo, firmes y seguros de que al final del trayecto nuestra conciencia experimentaría un gran cambio. Dejaríamos de idolatrar al ser y cederíamos la tutela de nuestra identidad en manos de nuestro verdadero Ser.
Comenzamos a caminar, creyendo ser lo que no éramos. A cada paso, hemos ido despojándonos de capas representativas de nuestros errores, apegos, miedos, hasta alcanzar el punto en el que nos encontramos. Somos un Ser transformado, con una visión renovada y con lo que es más importante, con plena consciencia de lo que Somos.
Nos encontramos en este mundo, pero ya no formamos parte de él. Tenemos un cuerpo físico, temporal, con el que nos encontrábamos identificados, pero al que le hemos dado otra función, la que realmente, tiene, permitirnos expresar y testimoniar los Atributos Divinos con los que hemos sido creados.
Nuestro mayor logro, debemos buscarlo en la nueva visión adquirida. Ahora somos conocedores de que siempre podemos ver las cosas de otra manera, y de que la mejor manera de verlas es desde la Unidad, pues somos conscientes de que no nos encontramos separados de nuestros hermanos, ni de nuestro Creador.
La visión de la Unidad, nos ha conducido a comprender que la función que ha de llevarnos a disfrutar de la Paz, de la Felicidad, de la Alegría, de la Dicha, de la Abundancia, de la Salud, de la Vida, es la de perdonar, la de Amar.
No importa lo que hagamos, lo que poseamos, la condición social que alberguemos, si no amamos, la felicidad será pasajera y transitoria. En cambio, cuando ponemos el Amor en todo lo que hacemos, entonces, recibiremos el fruto de lo que hemos dado. No podemos olvidar, que recibimos aquello que damos.
¡Hermano, qué la Paz sea contigo!
Ejemplo-Guía: " ............................................."
Esta Lección, tan solo te puedo ofrecer la invitación a que elijas por ti mismo el ejemplo-guía que deseas aportar. Alcanzado este punto, tan solo nos queda experimentar la percepción verdadera. ¿Cómo? Tú elijes cómo, pero estoy seguro, que lo harás desde tu Presencia de Ser, esto es, expandiendo la Esencia del Amor y compartiéndola con el universo.
¡Feliz camino!
Reflexión: ¡Qué la Paz sea con nosotros!
Ejemplo-Guía: " ............................................."
Esta Lección, tan solo te puedo ofrecer la invitación a que elijas por ti mismo el ejemplo-guía que deseas aportar. Alcanzado este punto, tan solo nos queda experimentar la percepción verdadera. ¿Cómo? Tú elijes cómo, pero estoy seguro, que lo harás desde tu Presencia de Ser, esto es, expandiendo la Esencia del Amor y compartiéndola con el universo.
¡Feliz camino!
Reflexión: ¡Qué la Paz sea con nosotros!
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