El amor se engrandece y aporta felicidad,
cuando se cosecha lo que se siembra, es decir, cuando recibimos lo que damos. Es
una ley natural que no hay que olvidar, y no hay que hacerlo por que se
convierta en un canto de esperanza, en un bálsamo para el alma, sino porque es
una realidad que podemos evidenciar cuando somos conscientes de nuestras
acciones. “Siempre cosechamos lo que sembramos”. El poder de crear la
circunstancia de que el amor sea estupendo, depende de la calidad de nuestros
sentimientos. Si nuestro amor es egoísta, ¿cómo vamos a pretender recibir amor
desinteresado? Entonces diremos que mala suerte tengo… pero esa interpretación
personalizada de lo que nos ocurre, denota que nos falta la luz, la comprensión
del verdadero alcance de nuestras acciones. El amor es estupendo y para disfrutar
de esta sensación es preciso sembrarlo, dando…
“Amores reñidos, amores queridos”.
Nadie ha dicho que el amor sea fácil, es más
yo me atrevería a decir, basándome en los conocimientos espirituales y en mi
propia experiencia humana, que se trata de la principal conquista del alma.
Nuestro Espíritu tiene como misión adquirir consciencia de los poderes
espirituales con los que ha sido creado y aprender a construir con ellos en
plena armonía. Para ello, encarna en la Tierra una y otra vez, hasta conseguir
espiritualizar sus vehículos: el Cuerpo Emocional y el Cuerpo Mental. Cada
encarnación supone un nuevo curso en el que debe producirse un crecimiento
anímico. El final de esa andadura, es decir, adquirir los plenos conocimientos
para los que ha sido creado, se producirá cuando cada acto sea una expresión de
Amor Pleno, pues ese Amor será el fruto destilado de la Sabiduría y la
Comprensión de las Leyes Cósmicas.
El amor que, como ya hemos dicho, nace como
un ideal en el Arquetipo de Leo, cuando se “matricula” en las enseñanzas del
Elemento Agua, es decir, en el aprendizaje de las emociones humanas, se
enfrenta a la más dura de las pruebas que afronta el alma humana: Amarse a sí
mismo, para poder Amar a los demás. El amor en esta etapa del camino, se
asemeja a un diamante en bruto que hasta que no se pule, no nos revela toda su
belleza y esplendor.
La riña, forma parte de ese proceso de
crecimiento. Cualquiera de nosotros que hayamos pasado por esta experiencia,
confirmará que tras la riña, el amor sale fortalecido…, o al menos es una
oportunidad para ello.
“Desgraciado en el juego, afortunado en
amores”.
He elegido este conocido refrán, pues nos
enseña y revela una importante lección astrológica.
Para aquellos que estéis familiarizados con
las enseñanzas de la astrología, reconoceréis uno de los significados asignados
a la Casa V, la encargada de expresar terrenalmente los asuntos regidos por el
signo de Leo. Me estoy refiriendo al aspecto del azar y de la suerte.
Entre los significados de la Casa V, en
efecto, se encuentra el relacionado con la suerte y al mismo tiempo, con el
amor en su fase platónica. Otros muchos aspectos se dan cita en este sector
astrológico, pero nos quedaremos con estos dos para tratar el significado de
este dicho popular.
La razón de que la “suerte” y el “amor” se
deriven del mismo espacio cósmico, la encontramos en la regencia que ejerce
Hochmah, el Séfira cuyo atributo espiritual es el Amor y la Sabiduría. Hochmah
forma parte de la Tríada Superior del Árbol Cabalístico, de la cual se derivan
el resto de los Centros que le dan forma. Diremos pues que Hochmah es el rostro
Divino del Amor que se manifiesta a nivel humano como la Providencia que nos
inspira en cada momento para encontrar el camino correcto.
Cuando Hochmah actúa, lo hace desde la Gracia
y la Misericordia. Cuando su fuerza alcanza los niveles de consciencia
inferiores, su aspecto “Providencia” se manifiesta como “suerte” y su aspecto “Amor”,
como el impulso que nos lleva a sentir amor como una fuerza platónica.
Por ello, cuando hay amor, es decir, cuando
estamos utilizando esa fuerza, la suerte en el azar, al estar “ocupada” esa
energía en otros menesteres, no se manifiesta.
Es evidente, que para una consciencia
evolucionada, el uso de la energía para sembrar amor, será más importante que para
beneficiarse del azar.
Ahora os dejo, una nueva entrega de refranes
que hablan del amor… Los he seleccionado alfabéticamente. Vendrán muchos más.
- “Amores, dolores y dineros, no pueden estar secretos”.
- “Amorosos juramentos, se los lleva el viento”.
- “Arboles y amores, mientras tengan raíces tendrán frutos y flores”.
- “Buen amor y buena muerte, no hay mejor suerte”.
- “Calores, dolores y amores, matan a los hombres”.
- “Caridad y amor no quieren tambor”.
- “Casado por amores, casado con dolores”.
- “Casamiento por amores, no darán fruto esas flores”.
- “Coces
de yegua, amor es para el rocín”.
- “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana”.
- “Dijo un gran doctor que si no hay celos, no hay amor”.
- “Dineros y amores, diablos y locuras, mal se disimulan”.
- “El amor entra con cantos y sale con llantos”.
- “El
Amor es el vino que más pronto se avinagra”.
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