¿Qué me enseña esta lección?
Las mentes permanecen unidas, mientras que los cuerpos permanecen separados.
El origen de la enfermedad se encuentra en la falsa creencia fabricada por el ego en que somos un cuerpo y, por lo tanto, estamos separados del resto de la humanidad.
Esa creencia errónea determinada por una mente identificada con la separación, nos lleva a sentirnos culpables por haber fabricado un mundo paralelo al de Dios. Como consecuencia de ese sentimiento de culpabilidad, justificamos el castigo, la enfermedad, como una vía de redención de nuestros pecados. Nos sentimos merecedores de recibir dolor y sufrimiento, pues hemos respondido con el ataque para defendernos de la única verdad: somos una unidad.
El uso del Poder Creador, por una mente inexperta y ávida del deseo de individualización y emancipación, nos llevó a fabricar un mundo provisional basado en leyes temporales. Al abrir nuestra consciencia a ese plano de materialidad, nos creímos parte de él, hasta tal punto, que hemos olvidado nuestro verdadero origen espiritual.
Es preciso despertar a la única y verdadera realidad. Formando parte de este mundo material, debemos utilizar sus recursos para llevar a cabo nuestro despertar y utilizar las energías creadoras para dar forma a aspectos de orden transcendental, como la Unidad, el Amor y la Felicidad.
Cuando nos curamos, realmente
se cura nuestra mente. Ya hemos dicho que las mentes se encuentran unidas, es
por ello, que cuando nos curamos, estamos curando a los demás.
Ejemplo-Guía: "Todo está en el TODO, y el TODO está en todo"
Muchos habréis reconocido este axioma, perteneciente a la obra del Kybalión (os animo a leerlo). Este axioma, al igual como otros que se recogen en dicha obra, nos revela una enseñanza que, si conseguimos asimilar y comprender, nos permitirá entender, igualmente, el sentido de la existencia.
Refiriéndose al Todo, el Kybalión, nos dice: "Más allá del Cosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la realidad Substancial, la Verdad Fundamental".
“EL TODO debe ser todo lo que realmente es. Nada puede existir fuera del TODO, o, de lo contrario, el TODO no sería tal”.
“EL TODO debe ser infinito, porque nada puede existir que defina, limite o ponga restricciones al TODO”.
“EL TODO debe ser inmutable, esto es, no sujeto a cambio en su naturaleza real”.
“Siendo el TODO Infinito, Absoluto, Eterno, Inmutable, debe deducirse que todo lo que es finito, mudable, transformable y condicionado, no puede ser el TODO. Y como nada existe fuera de Él, en realidad, todo lo que sea finito debe ser nada realmente”.
“El TODO es mente viviente e infinita, los iluminados lo llaman Espíritu”.
Todas estas aportaciones están en sintonía con las enseñanzas de Un Curso de Milagros.
He querido recurrir a ellas, para que tengamos una visión holística de la existencia. Dicho principio holístico se encuentra fundamentado en el axioma que hemos utilizado como ejemplo-guía, y que, si lo hemos entendido en su profundidad, nos lleva a la visión de la Unidad.
Toda visión que no comparta dicha afirmación, será una mente que fabricará ilusión. Será una mente que alimentará el error y que se encuentra alejada de la verdad. Las consecuencias de una mente identificada con la separación, ya lo hemos analizado en otras lecciones, se resume en la vivencia de la muerte, de la temporalidad, de la enfermedad, del dolor, del miedo.
La enfermedad es aislamiento y separación, es decir, es incoherencia, es desarmonía. La curación, es el estado natural del Espíritu y de la mente recta, la que en el sueño nos lleva a percibir que las mentes se encuentran unidad formando parte de un Todo.
Tomar consciencia de lo que Somos, Hijos de Dios, creado a Su Imagen y Semejanza, ha de llevarnos a la visión de que toda la Filiación tiene una misma y única Fuente: su Creador.
Si todos procedemos de una misma Fuente, nuestras mentes no pueden estar separadas, sino unidas. Es por ello, que cuando experimentamos la Unidad, expandimos esa condición de lo que Somos, y, de una manera holística, compartimos el estado saludable de nuestra mente.
Por el contrario, una visión basada en la creencia en la separación, nos
lleva a proyectar nuestra incoherencia en el mundo, en forma de enfermedad.
Nuestro cuerpo, el efecto de nuestra mente (causa), pone de manifiesto el error,
y, ese mismo error, lo percibimos en los demás cuando hacemos real la enfermedad
en ellos. Desde este punto de vista, la enfermedad que estamos viendo, es
nuestra propia enfermedad a nivel mental.
Reflexión: ¿Qué opinas sobre la siguiente afirmación?: Aislarse uno
de los demás y rehusar la unión es lo que da lugar a la enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario