EL RETIRO DE JESÚS (BINAH)
12 Enseguida el
Espíritu le empujo hacia el desierto.
Una vez que el
aspirante se ha re-encontrado asimismo, que ha cedido la hegemonía a su
naturaleza espiritual y ha reconocido la voz de su Espíritu-Ego, toda su vida
cambia por completo. Enseguida, abandona las ciudadelas
en las que hasta ahora había vivido, es decir, ya no es su personalidad
material la que guía sus pasos hacia los lugares donde satisfacer sus
apetencias, ahora, ese impulso Ariano tan característico, manifestándose en su
nueva consciencia, le empuja hacia un lugar hasta ahora no conquistado por
ninguna naturaleza humana, el desierto. En efecto, es preciso que en este punto
del camino nos dejemos empujar por la Voz del Espíritu, pues aún nuestra nueva
consciencia es joven, y ya conocemos que en esa edad podemos quedar embelesado
por voces que tratarán de confundirnos nuevamente.
Ya hemos visto en
otro punto de esta obra, lo que significa el desierto. Se trata de esa tierra
aún virgen, no conquistada por los deseos de la civilización y donde habitan
las fieras. Esos animales salvajes, nos están hablando de la calidad de energía
del mundo donde nos encontramos. Ese desierto peligroso, esta dando vida al
Mundo Astral, donde no tan solo habitan las fieras-deseos pasionales, sino
también los Ángeles, de ahí que el autor nos advirtiese en su narrativa: pero
los ángeles le servían.
Analicemos lo que ha
ocurrido en todo este proceso. Habíamos dejado al alma en los albores de una
nueva conquista. El tránsito de una consciencia identificada con la vía de
aprendizaje en la tierra de lo mundano, da paso a una Nueva Consciencia, a una
nueva tierra. No se trata ya de la física, sino de la Astral.
El estudiante de
esoterismo conoce bien, que el Espíritu-Ego, se encuentra evolucionando en la
actualidad en tres Mundos, diferentes en grados de densidad energética, estos
son: Mundo Fisico-Vital, Mundo Astral-Deseos y Mundo Mental-Pensamientos. Pues
bien, en la medida en que vamos conquistando uno de ellos, los Trabajos de
aprendizaje se sublimarán dándonos paso al siguiente. Así vemos, como en el
proceso de Cristificación, el alma tras vencer el Mundo Fisico-Vital, se
enfocará en los Trabajos del Mundo Astral-Deseos.
En ese nuevo Mundo,
encontramos evolucionando diferentes Oleadas de Vida. Podemos referirnos a la
Humana, la Animal, así como a los Seres Espirituales pertenecientes a otros
procesos de creación distintos al de nuestro sistema solar.
Esta es la razón, por
la cual, el autor nos refiere que en el desierto estaba habitado por fieras
salvajes y por Ángeles, los primeros refiriéndose a los planos inferiores del
Mundo astral, los segundos, refiriéndose a los planos superiores de dicho
Mundo.
Este empujón hacia el
desierto -Plano Astral-, es la primera experiencia que vivirá el aspirante tras
haber conquistado la consciencia Crística en su fase de inicio. Con ello,
debemos entender que la percepción del Mundo Material se sublimará y se
despertará la visión en los planos superiores, como el Astral. Pero, ¡cuidado!,
pues ese empujón, esa primera salida al plano espiritual, nos pondrá en
contacto con las entidades inferiores de ese plano, pues este se encuentra
dividido en Siete Regiones, de las cuales, en las tres primeras, las más
inferiores, se encuentran los deseos promovidos por la Fuerza de Repulsión, y
son conocidas como: Pasiones y Deseos Inferiores; Impresionabilidad, y de
Deseos. Una región intermedia, la cuarta, conocida como: Región de Sentimientos
(interés e indiferencia). Así como tres Regiones superiores, donde impera la
fuerza de atracción, y conocidas como: Vida Anímica; Luz Anímica y Poder Anímico.
En este retiro
protagonizado por Jesús, debemos ver los trazos del Tercer Séfira: Binah. Sus
Trabajos siempre nos movilizan a la acción; nos traslada al marco donde deberá
desarrollarse el aprendizaje.
En una etapa anterior
del proceso evolutivo a la que estamos conquistando, Binah, fue el Séfira que
se encargó de cristalizar el estado energético, dando lugar al Plano Material.
Ahora, en el mismo desarrollo de sus funciones, nos sitúa en la nueva tierra,
el desierto, y nos describe a los habitantes que nos encontraremos en ella.
13 Permaneció en él
cuarenta días tentado por Satanás... Y moraba entre las fieras, pero los
ángeles le servían.
Es necesario que en
la nueva tierra, la de Deseos, experimentemos el ciclo necesario de aprendizaje
propio de Binah, es decir, las 4 fases del nombre divino Jehová -Yod, He, Vav y
2º He/Yod-. No podremos superar los Trabajos de este Mundo, los Trabajos sobre
los Deseos, si no asimilamos las 4 etapas necesarias para llevar a cabo
cualquier obra creadora. Es decir, debemos respetar la ley inscrita en Binah en
relación al correcto uso de la energía emocional. No podemos, por ejemplo,
pretender gozar de la consecución de un deseo, sin previamente haber efectuado
su siembra. En ese desierto, en esa tierra de fieras, debemos enfrentarnos a
Satanás..., nos dice el autor, el cual nos tentará para que violemos una vez más
el ciclo creativo.
La primera referencia
que tenemos de la tentación, la encontramos en el Génesis, en el capitulo 3:
1 Pero la serpiente,
la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yave Dios, dijo a la
mujer...
14 Dijo luego Yave
Dios a la Serpiente: Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los
ganados, y entre todas las bestias del campo...
Tal vez el estudiante
haya intuido ya, que esa serpiente, esa bestia del campo, son los Luciferes. En
efecto, los Luciferianos, son criaturas pertenecientes a la Oleada de Vida
Angélica. Se les conoce igualmente como los Ángeles caídos, debido a que en su
proceso evolutivo se negaron a adaptarse al Elemento Agua-Amor, identificándose
excesivamente con el Fuego, lo cual, les llevó a Trabajar con la Oleada de Vida
Humana con el propósito de desarrollar la cualidad anímica que les falta: el
Amor.
Dado que no tenían
Cuerpo Físico, pues el cuerpo más denso de los Ángeles es el Etérico, se
instalaron en la columna vertebral del hombre, de ahí que hayan adoptado el
nombre de serpientes.
Como bien se recoge
en el Génesis, la serpiente-Lucifer era una bestia del campo, es decir, era una
fiera del desierto, lo cual nos está indicando, que la morada donde habitan
estas criaturas, es el Mundo de Deseos. Es desde ese plano, que Satanás..., el
príncipe luciférico, nos tienta cuando hemos adquirido la condición de habitar
conscientemente en ese Mundo. Podemos decir, que Satanás..., el diablo mítico,
se encarga de suministrarnos las energías emocionales pertenecientes a las
Regiones Inferiores del Mundo de Deseos, que hemos ido acumulando a lo largo de
nuestra vida.
No debemos ver en
Satanás... a un enemigo de la Luz, sino todo lo contrario, él es el guardián de
nuestras tinieblas; él se encarga de administrar lo que es nuestro; él nos
ofrece la oportunidad de satisfacer cuantos deseos tengamos, ahora bien, el
precio que debemos estar dispuesto a pagar, será aprender por la vía de la
experiencia, o lo que es lo mismo, por la vía del rigor.
Debemos meditar esto
que decimos. La tentación no significa que caigamos en la violación de la ley.
Si esto ocurrió en el origen de nuestros días con la seducción de Eva, fue por
una sencilla razón, la humanidad de entonces tenía una consciencia infantil,
inmadura, pero con un poderoso afán de adquirir sabiduría, de investigar. Eva,
la naturaleza emocional de la humanidad, eligió comer de la “fruta prohibida”,
y con ello aceleró su vía de aprendizaje, ya que a partir de ese momento, los
Luciferes tomaron las riendas de nuestra enseñanza, administrándonos cada
lección por vía de la experiencia y el rigor.
Sin embargo, esto no
siempre ha de ser así. Es la lección que trata de transmitirnos Marcos con este
pasaje del evangelio. Mientras que nuestra Eva interior persiga su afán de
conquista emocional, la serpiente continuará sirviéndonos, alimentándonos esas
apetencias. No obstante, Dios anunció a la serpiente:
15 Pongo perpetua
enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo; Esta te aplastará la
cabeza, y tu le acecharás el calcañal.
Esa mujer-Eva-Deseo,
está llamada a sublimar el impulso luciferiano. De no ser así, nuestros deseos
quedarían permanentemente prisioneros del mundo de Lucifer, el que nos invita a
satisfacer los deseos materiales, y no tendríamos ningún afán por conquistar el
Mundo Espiritual.
Los Luciferes nos
enseñan, como hemos dicho por la vía del rigor, y ya hemos dicho que Juan el
Bautista era el representante más elevado de esa Columna. Es por ello, que él
mismo habita en el desierto, como la serpiente. Podemos decir, que Juan es su
último superviviente dentro de la naturaleza humana. Una vez que Juan cede su
hegemonía a Jesús, no tendremos más que aprender por esa vía, aunque es
necesario que la nueva consciencia supere la gran prueba que llevó a la
humanidad a la separación con Dios, la tentación.
Una sola cosa ha
variado en el escenario en esta ocasión, los Ángeles sirven a Jesús, y esto no
es así por casualidad. Se trata de un logro alcanzado, ya que el servicio de
los Ángeles significa que nos hemos ganado sus simpatías, su gracia, y esto se
consigue cuando somos capaces de vibrar, crear en su mundo, las Regiones
Superiores del Mundo Astral y del Mundo del Pensamiento. Cuando hablamos su
mismo lenguaje, el Amor, entonces deja de tener sentido el que caigamos
sucesivamente en la Fuerza de Repulsión, al servicio de Satanás...
Muchas gracias Juan José. Muy interesante tu escrito ☺🖒
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