jueves, 3 de marzo de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Virgo (I)


JESUS ANTE PILATOS

1 En cuanto amaneció celebraron consejo los príncipes de los sacerdotes con los ancianos y escribas; y todo el Sanedrín, atando a Jesús, le llevaron y entregaron a Pilatos.

¿Quién es este nuevo personaje que tanto protagonismo adquiere en esta ultima etapa?

Pilatos. Este nombre esta compuesto por las siguientes letras hebreas: Phe, Yod, Lamed, Aleph, Teith, Vav y Samekh. Si traducimos estas Letras a su correspondencia numérica, tenemos que el total se concreta en el número 7, lo que nos sitúa en la instancia conocida como Zain. La Letra Fuerza Zain, expresa la dinámica del signo Piscis y en Tarot está representada por el Arcano Mayor El Carro.

Si profundizamos en el significado de estos Elementos, descubrimos el papel estelar del Pilatos, el de servir de canal de expresión del cuerpo emocional, de los sentimientos. Podemos decir que Pilatos es el brazo ejecutor, el avatar que puso de manifiesto la calidad de los sentimientos que imperaban en la humanidad en ese punto estelar de la evolución. Pilatos a niveles internos adquiere protagonismo, cuando evacuamos al mundo el contenido de nuestro cuerpo emocional. Piscis, nos describe, la orientación que damos a nuestros sentimientos, nos revela, hacia dónde proyectamos nuestro amor.

Jesús, el Pescador de Hombres, y la filosofía de vida por Él transmitida, ha sido representada por la figura de los peces. Ahora, uno de los personajes con más protagonismo en la fase final de la peregrinación Crística, Pilatos, vistiéndose de los ropajes de Piscis, nos revela, que las emociones de la humanidad exigía, el sacrificio que finalmente debe ser protagonizado en la etapa Piscis, pues este signo, tutelado por Binah-Ley, debe renunciar al amor egoísta, para dar paso al Amor altruista. Pilatos, entrega a Jesús y con ello, le está invitando a recorrer la fase final del trayecto, pues, el papel del Maestro no tendría sentido, si al final no consigue el propósito de purificar el Cuerpo Emocional de la Humanidad. Ese es el verdadero trabajo de Pilatos, permitir que la labor transmutadora de Jesús se lleve a cabo.

2 Le preguntó Pilatos: ¿Eres tu el rey de los Judíos? Y Jesús le respondió, diciendo: Tú lo has dicho. 3 E insistentemente le acusaban los príncipes de los sacerdotes.

Es la especialidad del Arquetipo en el que nos encontramos, el de Virgo. La búsqueda de la verdad llega a ser obsesionante. La materia se desmenuza; la identidad de las cosas se analiza. ¿Qué es esto?, ¿a qué ley responde aquello?, ¿de dónde procede lo otro?, ¿dónde está la verdad absoluta?, ¿dónde la perfección?, ¿dónde está Dios, la causa de todo lo creado? ¿Eres tú el rey, la máxima autoridad entre los judíos, entre los poseedores de la Ley?

Ya no es necesario de que nos manifestemos en primera persona. La dinámica propia de Virgo será la que encuentre las respuestas. El que busca encuentra; y el Virgo lo hace, como lo hizo Pilatos, la consciencia en fase terminal. No es casualidad que Virgo y Piscis, formen los dos extremos de un mismo eje.

“Tu lo has dicho”, es decir, tu has encontrado la verdad. Buscabas la perfección, y cuando la encuentras, no sabes reconocerla. Y si la reconoces, es tanto el miedo que tienes a dejar de poseer el poder, que decides, abandonarla en manos de las tendencias inferiores.

¿Qué suele hacer nuestro “Pilatos” cuando tiene delante la Verdad? ¿La reconoce y actúa en su defensa, liberándola?, o por el contrario, se dice... ¡a mi que! Si me pongo de su parte, mis privilegios, mi autoridad, los halagos y reconocimientos que recibo, mi comodidad, desaparecerán. Por lo tanto, que todo siga como estaba... Y decidimos darle muerte.

4 Pilatos de nuevo le interrogó diciendo: ¿No respondes nada? Mira de cuantas cosas te acusan. 5 Pero Jesús ya no respondió nada, de manera que Pilatos quedó maravillado.

Esa actitud de Pilatos, de perplejidad, es la que se experimenta cuando decidimos dejar que sean nuestras acciones de entrega, servicio, humildad, las que hablen y no nuestra arrogancia, nuestra pugna por defender nuestra dignidad. Pilatos reconoce, en ese gesto mudo, una gran sabiduría, lo que le lleva a intentar un plan para evitar el tener que poner fin a la vida del Maestro.

Nosotros también actuamos de este modo. Quedamos perplejos, atónitos, cuando somos testigos de acciones ejemplares, de los verdaderos agentes del amor hecho “carne”. En esos momentos, exclamamos: ¡Qué alma más noble! ¡Qué maravilla de persona! Y hablamos tal vez a su favor; pero, cuando recibimos la terquedad, en boca de los que aún viven dormidos en el valle, entonces, no insistimos, y a pesar de saber que la verdad está en aquellos gestos, no la respaldamos pues peligraría nuestra existencia, por lo que decidimos darle muerte y calmar los ánimos, para poder seguir viviendo sin compromiso, en una paz ficticia. Todo sigue igual.

Estoy recordando en estos instantes una anécdota que bien pudiera estar en sintonía con lo que tratamos de analizar.

En cierta ocasión, alguien me habló de una noticia revolucionaria en el campo de la medicina. La llamaba la nueva medicina, y esta había sido descubierta y aplicada por el Dr. Hammer. Esta misma persona me hizo llegar unas cintas grabadas de una conferencia en las que se hablaba sobre los nuevos descubrimientos. Estos eran tan espectaculares y tan beneficiosos para los enfermos, especialmente para los que padecen cáncer, que me interesé en el tema. Con este ánimo, hice varias copias de dichas grabaciones y las compartí con varios compañeros, entre ellos, personas que tienen cierta responsabilidad en el sistema sanitario actual. Coincidiendo con esas acciones, la “nueva medicina” del Dr. Hammer salió a la luz, y lo hizo de un modo en cierto modo dramático, pues le acusaban por vía judicial de llevar a cabo tratamientos que ponían en peligro la vida de los pacientes, y sobre todo, ponía en peligro todas las creencias autorizadas por los colegios médicos.

No tardé en recabar la opinión de mis compañeros, y aquellos que tenían mayor responsabilidad en la administración y que sin duda podían hacer algo a favor de esa nueva medicina, me respondieron que, este tema, había que aparcarlo, pues no había nada claro. En verdad, si las teorías del Dr. Hammer fuesen ciertas como él afirma, y junto a él otros muchos médicos, los “doctores” dejarían de ser “dioses”, pues la curación ya no estaría tan solo en sus manos, sino que el paciente tendría la “llave” de su sanación. Por otro lado, las empresas farmacéuticas, los laboratorios, etc, tendrían cuantiosas pérdidas, y más de uno, dejaría de tener chalet, coches importados y yates. Se tendrían que conformar con ser más humildes, pero que barbaridad... ¡démosle muerte!, ¡acabemos con esas teorías, con el responsable!

Pueden dar muerte al cuerpo, creyendo que con ello ponen fin a la verdad que ya es una realidad con hechos; pero, el espíritu volverá, y lo hará con tanta fuerza y poder, que ya será imparable. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido con la corriente del nuevo paradigma que enunciaba el Dr. Hammer. Cuando la corriente innovadora de sus puntos de vistas ha sido analizada y adaptada para hacerla convivir con las bases de la disciplina de la ciencia médica y la física newtoniana, ha dado lugar al crecimiento de nuevos métodos que en su aplicación están haciendo mucho bien a la humanidad. Uno de esos métodos es la Biodescodificación. 

6 Por las fiestas solía soltárseles un preso, el que pedían. 7 Había uno llamado Barrabás, encarcelado con sediciosos que en una revuelta habían cometido un homicidio; 8 y subiendo la muchedumbre, comenzó a pedir lo que solía otorgárseles. 9 Pilatos les pregunto diciendo: ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos? 10 Pues conocía que por envidia se lo habían entregado los príncipes de los sacerdotes. 11 Pero los príncipes de los sacerdotes excitaban a la turba para que les soltase a Barrabás.

Parece paradójico este hecho, sin embargo, forma parte de la manifestación de las Fuerzas tal y como se expresan en nuestra psique. Por un lado, tenemos a un hombre sencillo, humilde, Jesús, una persona de bien, que jamás ha hecho daño alguno, todo lo contrario, es por todos reconocido como un santo. Por otro lado, Barrabás, un revolucionario, un terrorista, un zelote, violento, enemigo del poder instituido, pero representante del movimiento espiritual antiguo, que busca la liberación, pero por la puerta falsa.

Existe un punto en común entre Jesús y Barrabás. Ambos trabajan para el mismo propósito: la Liberación. Pero Jesús habla de un reino que no es de este mundo, y Barrabás busca la liberación del pueblo oprimido por el poder fatuo de los emperadores. Mientras que el Maestro, proclama como vía de Liberación el Amor, su compañero de escena lo hace por el odio.

Nos encontramos con los dos extremos de una misma verdad. Si el pueblo judío hubiese generado el Cristo interno, hubiesen reconocido en Jesús al Mesías, al verdadero Liberador, pero no del mundo externo, sino de ese otro mundo que es el que verdaderamente nos mantiene prisioneros: del mundo emocional. Al no hacerlo, al no haber creado el Liberador por la vía del Amor, sí generaron al liberador por la vía del dolor. Este es Barrabás; por ello, la consciencia dual pisciana, “Pilatos”, presenta las dos opciones de aprendizaje.

12 Pilatos de nuevo preguntó, y dijo: ¿Qué queréis pues, que haga de este que llamáis rey de los judíos? 13 Ellos otra vez gritaron: ¡Crucifícale! 14 Pero Pilatos les dijo: ¿Pues qué mal ha hecho? Y ellos gritaron más fuerte: ¡crucifícale! 15 Pilatos, queriendo dar satisfacción a la plebe, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle azotado, le entregó para que le crucificasen.

Pilatos actúa como la voz de la consciencia pisciana, una consciencia que a pesar de estar en posición de la verdad, se manifiesta en una doble vertiente: Barrabás, el libertador del antiguo orden, basado en la ley de la fuerza, y Jesús, el Hijo del hombre, el libertador del nuevo orden, basado en la ley del Amor. Pilatos se pone una venda para no querer ver. Esto mismo ocurre en la dinámica de Virgo. Nuestro afán de verdad, de encontrar el gesto perfecto que nos haga libres, nos llevará a encontrar la respuesta que, por lo general, nos invitará a cambiar de espacio psíquico, es decir, de poner fin a nuestras antiguas seguridades. ¿Qué hacemos pues? ¿Lo dejamos todo y nos lanzamos a la nueva aventura, o por el contrario, preferimos seguir con nuestra falsa idea, y dejamos morir a los datos obtenidos de nuestra observación?.

¿Qué ha pasado a lo largo de la historia, repitiéndose hasta la saciedad? Cuando un investigador, utilizando los conocimientos tradicionales, alcanza a vislumbrar un nuevo método que trasciende a los anteriores, de inmediato, tendrá que hacer frente al poder instituido, a los doctores en leyes, que de entrada lo rechazarán, pues pone en peligro su credibilidad.

¡Demuéstreme que su teoría es valida! -exclaman-. Y cuando se lo demostramos, dicen... “bueno, pero cuidado, porque aplicar el nuevo descubrimiento nos hará perder tanto, y tanto, y tanto...” y entonces, el superior de todos, dice: “¡crucificadle! ... démosle muerte para que no siga con sus teorías en otro lado y nos deje en evidencia”.

Esta es la realidad que todos vivimos internamente. Decidimos pedir a nuestra consciencia que nos libere a Barrabás, el que nos llevará al amor, a la liberación, pero por la vía del dolor. La dualidad inscrita en el alma humana como manifestación de la unidad divina, nos lleva en esta hora final a encontrarnos con los dos rostros de la verdad. Esa dualidad es significativa de todos los signos Vav, conocidos también por signos dobles: Sagitario, Piscis, Géminis y Virgo. En cada uno de estos Arquetipos, la unidad se expresa en su aspecto dual. Esta dinámica, aplicada al eje Piscis-Virgo, se nos revela en los dos protagonistas de la Liberación: Jesús-Cristo y Barrabás.

Si analizamos las características de cada uno de ellos, abordaremos las cualidades que expresa el signo de Virgo. Esta manifestación dual, da lugar a la aparición del Virgo-Barrabás, el cual observa al mundo desde el punto de vista material. El utiliza su perspicacia, su habilidad, su sabiduría, en limpiar la suciedad que se alberga en los demás, y para ello hace uso de su sentido critico. El hombre que se encuentra en la dinámica Virgo-Barrabás, lucha para liberarnos de la opresión de las tendencias que se han apoderado de nuestras iniciativas, pero lo hace con acciones violentas y destructivas. Este hombre-Virgo, es el hombre de la destrucción, de cuyos escombros se levanta una nueva realidad.

Por otro lado, aparece el Virgo-Jesús, cuya visión del mundo es totalmente desapegada, espiritual y trascendente. Su crítica se ha convertido en aceptación y su rigor, en compasión. Este hombre, también es un luchador, pero sus contiendas no se producen en el campo de batalla externo, sino que esa búsqueda de paz, que en definitiva es el final de toda lucha, se realiza internamente.

Mientras que el hombre Virgo-Barrabás trata de proteger lo que tiene, sus principios, sus sentimientos, sus creencias, sus posesiones, su patria, el hombre Virgo-Jesús ya no se interesa por mantener un mundo que no es real, unas posesiones que son efímeras, sino que potencia el crecimiento de la Verdad primordial, de los valores del Yo Espiritual.

El primero, piensa en términos de escasez, de decadencia, de muerte; el segundo, lo hace en términos de abundancia, de plenitud, de vida.

El Virgo-Barrabás crece en el odio y para el odio. El Virgo-Jesús, crece en el Amor y para el Amor.

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