martes, 28 de junio de 2016

Plegaria y Exhorto de Haaiah

PLEGARIA

HAAIAH: Dios Oculto.
Te invoco con todo mi corazón. Escúchame, Eterno, a fin de que guarde tus estatutos.

HAAIAH: Permíteme, Señor, ser en la Tierra
el depositario de vuestra Luz,
el digno portador de vuestro Verbo,
y si me son concedidos poderes
para arbitrar conflictos entre pueblos,
ayúdame para que pueda aportar soluciones
dentro de una perspectiva cósmica,
pensando en el bien de las gentes
y en la armonía con que todo debe encadenarse
en vuestro universo.
Despertad en mí la inquietud
por lo transcendente,
a fin de que tu luz almacenada
pueda ser tu embajador, tu plenipotenciario,
aquel que desde la columna del centro
aporta equilibrio a los que viven gozosos a vuestra derecha
y a los que se han perdido en el camino de la izquierda.
Entre el Bien y el Mal, permíteme ser
el hombre justo.

HAAIAH exhorta:

Has sido programado, peregrino,
para ser el paladín de altas causas,
para aportar tu luz y tu verbo en momentos excepcionales.
Los hombres han de saber, a través de ti,
la enorme carga creadora que contiene la palabra;
han de saber como la paz o la guerra
depende a veces de la vibración del aire
que pasa por la laringe.
Grande es tu responsabilidad, peregrino,
ya que tus fallos, tus yerros, pueden ser fatales
para la vida de todo un pueblo.
Ser consciente de esa responsabilidad,
es tu primer deber.
Es preciso que sepas
que si el Eterno te ha puesto bajo mi custodia,
ha sido por tu insistente súplica,
por tus persistentes peticiones en una vida pasada.
No des ahora un paso atrás.
No digas: "Yo no he pedido hacer esto".
Si utilizas la luz que te viene de Mí
para nutrir ambiciones personales,
para desvirtuar la verdad instituida en otras mentes,
Mi Aleph, que es vida y muerte, te destruirá.
Pero si rindes testimonio de mis virtudes,
podrás contemplar en tu mente
el soberbio espectáculo de las esferas en marcha.


(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

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