domingo, 14 de febrero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Capricornio (IV)


LAS PERSECUCIONES CONTRA EL EVANGELIO

9 Estad alerta: Os entregarán a los sanedrines, y en las sinagogas seréis azotados, y compareceréis ante los gobernadores y los reyes por amor de mi para dar testimonio entre ellos.

Como ya hemos dicho, en el proceso evolutivo de la consciencia Crística, el aprendizaje puede realizarse por vía interna. El amor nos comunica con el Padre y la consciencia se ilumina en este proceso interno.

Depende de nuestras necesidades evolutivas, para que seamos nosotros mismos los que nos exijamos el encuentro con los protagonistas externos que nos han de aportar las vivencias del guion. El sanedrín, los jefes de las sinagogas, los gobernadores, los reyes, todos ellos, se encuentran en nuestro mundo interno. Preguntémonos, ¿dónde se manifiestan en nosotros estos personajes? ¿Cómo son nuestras creencias, nuestra fe? ¿Bajo que autoridad nos rendimos?

Desde este punto de vista es como debemos analizar este pasaje. En efecto, tras oír hablar en nuestra consciencia de guerras, tras sentir hambre y sufrir en nuestra tierra humana las sacudidas de los terremotos, debemos estar alertas, pues tendremos que dar cuenta a los viejos gobernantes. Estos no se conformarán con dejarnos marchar en pos de un nuevo Maestro. Ellos nos “azotarán” con el látigo de sus creencias y tratarán de sacarnos a la fuerza los jirones de nuestra verdad. Tendremos que dar cuentas a nuestro antiguo rey, el que ha gobernado hasta hace poco nuestras vidas. ¿Qué haremos ahora, le dejaremos de lado? ¿Por qué tendremos que enfrentarnos a esos representantes del antiguo orden?

La respuesta es muy sencilla, pero conseguirlo no lo es tanto: por dar testimonio de Cristo ante ellos, es decir, por actuar con amor en un mundo contrario a esa esencia. Podemos meditar mucho sobre este punto, y deberíamos hacerlo a titulo particular cada uno, pues no hay recetas generadas para conseguir testimoniar de Cristo ante el mundo que nos rodea. Cada uno tiene unas circunstancias diferentes, lo que exigirá una respuesta igualmente diferente. Pero sí existe una clave común entre todos los posibles testimonios: no existe apego al mundo, y ello nos hace actuar con total libertad, con total y verdadero amor.

10 Antes habrá de ser predicado el Evangelio a todas las naciones.

Una importante pista en el camino de la Liberación, el Evangelio debe llegar a todas las naciones. Quizás este punto haya sido interpretado por la religión católica al pie de la letra, y haya sido la causa de que nos lanzáramos a la conquista de los pueblos aún no descubiertos. Sin embargo, las naciones a la que Cristo hace referencia, no necesariamente deben ser las que se dibujan en los continentes físicos, sino las que conforman nuestro continente anímico. El evangelio debe llegar a las tierras del Fuego, donde se encuentran tres grandes naciones: Aries, Leo y Sagitario. Debe llegar a las tierras del Agua, donde igualmente encontramos a tres importantes núcleos: Cáncer, Escorpio y Piscis. A las tierras del Aire, donde se sitúan Libra, Acuario y Géminis. Y por ultimo a las naciones de Tierra: Capricornio, Tauro y Virgo. Si esto se consigue, el proceso se habrá consumado, y el hombre se habrá elevado de condición, y habrá trascendido su naturaleza material, convirtiéndose en un ser espiritual con plena consciencia de ello.

11 Cuando os lleven para ser entregados, no os preocupéis de lo que debéis hablar, porque en aquella hora se os dará que habléis, pues no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu Santo.

Quedar atrapado en manos de los representantes del viejo mundo, cuando el prisionero es Cristo o el Amor, es muy diferente a ser prisionero del viejo mundo, de los instintos, de los placeres mundanos; y esto es así por una sencilla razón: porque Jesús-Cristo se entrega voluntariamente con pleno dominio y conquista de sus Cuerpos-Vehículos.

Esa entrega, nos lleva a quedar atrapados de la trama mundana por un tiempo, pero esta es tan solo una estrategia; la Luz penetra en las Tinieblas, y ello permitirá elevar la condición anímica de los habitantes de las sombras.

Morir en manos de lo material, significa estar dispuesto a disolver nuestro amor en el mundo de los hombres. Ya nada manchará nuestros ropajes, pues un nuevo vestido cubre nuestro cuerpo, el Vestido de Bodas, del que nos hablan los alquimistas y ocultistas.

Cuando es el amor el que nos lleva a quedar presos del Mundo Material, ya no debemos preocuparnos por lo que debemos decir, pues será el Espíritu de Verdad, el Espíritu Santo, quien hablará por nosotros. Ese Espíritu Santo, es el estado anímico conquistado, es el Shim que unido al nombre sagrado de Jehová, nos convierte en Jeshua (Yod-He-Vav-Shim-He).

La ley integrada internamente, nos lleva a estar en el mundo sin permanecer a él. Ya no nos ensuciará lo que comamos, ni lo que hagamos, pues lo hacemos con un propósito consciente y redentor.

12 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo, y se levantarán los hijos contras los padres y les darán muerte, 13 y seréis aborrecidos de todos por mi nombre. El que perseverare hasta el fin, ese será salvo.

No podemos olvidar lo que tantas veces hemos dicho con relación al mensaje de Jesús-Cristo. Si pretendemos entender sus palabras, como hechos que han de acontecer en el Mundo Material, estaremos en un error, pues Él representa al Hijo de Dios, al verdadero Ser que todos llevamos dormido en nuestro interior. Él no habla para la personalidad pasajera, para el ropaje físico, pues Él, mejor que nadie, sabe que ese aspecto del yo es ilusorio y temporal. Sus verdades, son verdades eternas, verdades dirigidas a la consciencia. Es desde esa perspectiva que debemos comprender sus palabras, pues de otro modo, tendremos serias dificultades para interpretarlas sin caer en la contradicción.

Esto que decimos ocurre en este punto. ¿Cómo debemos entender pues este pasaje? ¿Quién es el hermano que entrega a la muerte al hermano? ¿Quién el padre que entrega al hijo, y el hijo que entrega al padre?

Para dar respuesta a esta cuestión, debemos saber que estos personajes son tendencias que habitan en nuestra consciencia. ¿A quién llamamos hermanos en el amplio sentido de la palabra? Son aquellas tendencias que han nacido de nuestros mismos padres, es decir, tienen un hogar en común, un estado de consciencia en común, una sangre en común, unos sentimientos en común. Cuando Cristo penetra en nuestros sentimientos, en nuestras creencias, entonces, se modifica nuestro genoma espiritual. Ya no sentimos, ni pensamos igual que antes. Ocurre que aquellos a los que llamábamos padres, hijos o hermanos, dejan de serlo, ahora nuestro padre es el Padre que está en los cielos y en nuestra consciencia; ahora nuestros hijos, son todos los hijos de la Tierra; ahora nuestros hermanos, son todas las criaturas que conviven en el universo.

Ese proceso se produce en nuestra consciencia. Es ahí donde se producen esas muertes y no en el mundo exterior. No comprender esto que decimos, puede llevarnos a cometer verdaderas acciones contrarias al principio del Amor.

“El que persevere hasta el fin, ese será salvo”. Perseverar hasta el fin, como podéis imaginaros, no debe resultar nada fácil. Mis experiencias me dictan que cuando se actúa con amor, no siempre se recibe una respuesta satisfactoria. Son muchos los que en respuesta a nuestra entrega, se mofan, se crecen, se aprovechan, y muchos, los que tratan de humillarnos.

Está en nuestras manos el interpretar esas demostraciones como ofensas, o por el contrario aceptarlas como parte del proceso purificador del Amor.


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