Retomo la
iniciativa emprendida de impregnar mi mente con las
enseñanzas recogidas en el texto “Un Curso de Milagros”, un manual metafísico
que nos ayuda, a través del ejercitamiento de nuestra mente, a reencontrarnos
con nuestra verdadera identidad espiritual, los que otros ya han determinado
como el “despertar de la conciencia”.
Lo había
dejado en el comienzo, en la introducción y habíamos elegido unas frases, que a
título de resumen, define el propósito del Curso.
2. Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:
2Nada real puede ser amenazado.
3Nada irreal existe.
4En esto radica la paz de Dios.
No es mi
intención analizar, minuciosamente, cada una de las palabras que dan cuerpo a
los 31 capítulos del manual, pero me van a permitir que me tome este tiempo,
para aclarar conceptos y términos que, considero de suma importancia, se
repiten a lo largo de toda la enseñanza. Si no conseguimos esclarecer su
significado, me da la impresión que careceremos de las claves principales para
poder alcanzar a comprender el mensaje. Considero, aun sabiendo que es mi ego
el que lo necesita, que una buena comprensión nos ampliará la visión que seamos
capaces de alcanzar.
Tan sólo por esta vez, recurriré al diccionario de la Real Academia Española, para extraer los significados acuñados oficialmente para definir algunos términos.
Comenzaré con
el término “real”:
Real (Del lat. res, rei).
1. adj. Que tiene existencia verdadera y efectiva.
Realidad.
1. f. Existencia real y efectiva de algo.
2. f. Verdad, lo que ocurre
verdaderamente.
3. f. Lo que es efectivo o tiene
valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.
Bien, ya tenemos por donde empezar. Ambos términos, “real y realidad” nos abre un campo de posibilidades bastante limitado, pues para que algo sea real, debe tener una existencia verdadera y efectiva. Se completa su significado cuando se añade que la realidad, aparte de ser efectiva, debe tener un valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.
Se
me hace inevitable seguir profundizando, pues me pregunto ¿qué es tener
existencia verdadera?
Existencia (Del lat. tardío exsistentĭa).
1. f. Acto de existir.
2. f. Vida del hombre.
3. f. Fil. Por oposición a esencia, realidad concreta de un ente
cualquiera. En el léxico del existencialismo, por antonom., existencia humana.
4. f. pl. Mercancías destinadas a la venta, guardadas en un almacén o
tienda.
Existir (Del lat. exsistĕre).
1. intr. Dicho de una cosa: Ser real y verdadera.
2.
intr. Tener vida.
3.
intr. Haber, estar, hallarse.
Existencia
es el acto de existir. Vida del hombre. Pues no acabo de verlo claro. No es que
sea caprichoso, pero el concepto “vida del hombre”, me imagino que se refiere a todos los
apartados de la vida, a la que somos conscientes y a la que somos
inconscientes; al estado de vigilia (que no significa ser conscientes) y al
estado de sueño. Me surge una duda, cuando sueño, ¿existo?, lo digo, porque lo
que experimento, para muchos es una ilusión y no una realidad concreta de un
ente, expresión que define a la existencia, es decir, cuando sueño, no soy real
y si no soy real, ¿quién es el que sueña? No puede ser alguien diferente a mí,
pues el recuerdo del sueño condiciona o puede condicionar mi existencia
concreta.
Creo
que seguiré buscando. No acabo de estar satisfecho. Tal vez, haya dejado pasar
una importante pista que puede ayudarnos a aclarar el significado de lo “real”.
Uno de las interpretaciones que nos ofrece la RAE sobre el término “realidad”,
nos dice: “Verdad, lo que ocurre verdaderamente”. ¿Qué es la Verdad?
Verdad (Del lat. verĭtas, -ātis).
2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.
4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
5. f. Cualidad de veraz. Hombre de verdad
6. f. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende.
7. f. realidad (‖ existencia real de algo).
Bueno, parece que al fin las cosas se van aclarando. Muy significativo la primera de las interpretaciones. Verdad es tener conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente. Desde este punto de vista, mi verdad puede ser, y sin duda lo es, diferente a tu verdad o a otras verdades. Vaya, siempre he pensado que la “verdad” debe ser una. Sin duda estaría en un error. Aunque, si seguimos profundizando en los significados del concepto “verdad”, llegamos a una conclusión bastante aclaratoria: Verdad, es la propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma, sin mutación alguna. ¿Quiere esto decir, que lo real es aquello que no cambia, que no sufre mutaciones?
Si la respuesta es "Sí", entonces, la siguiente cuestión se hace inevitable: ¿El ego, (la personalidad identificada con el aspecto material), es real o irreal? Si está en permanente cambio, es irreal. Entonces, ¿quiénes somos “realmente”?
Responder a esta importante y transcendente cuestión, nos invita a valorar el único y verdadero sentido de la existencia, de la vida, el espiritual.
Si tuviésemos que dar respuesta a cuestiones físicas de nuestra naturaleza material, nos ayudaríamos consultando textos explícitos en materia de anatomía y medicina. Sin embargo, nuestro propósito es buscar sentido a nuestra personalidad sagrada, y entonces, las respuestas debemos buscarlas y encontrarlas en textos sagrados.
Un
Curso de Milagros, es uno de estos textos, quizás, me atrevería a decir, de los
más avanzados y completos de los que he leído hasta ahora. Todos estamos invitados a profundizar en su
contenido. Tengo la certeza de que encontraremos la respuesta que ya sabemos,
pero que muchos hemos olvidado.
Cuando nos reencontremos, nos reconoceremos como lo que realmente somos: Hijos de Dios; Seres de Luz y Amor. Somos lo “Real” y “Verdadero”, somos “Perfectos” como nuestro Padre es “Perfecto”, pero lo hemos olvidado, creemos que somos el cuerpo que vemos. Nada real puede ser amenazado. Cuando recordemos esa certeza, el miedo, dejará de gobernar nuestra mente, y sin duda, en su lugar emergerá el Amor Incondicional.
Amenazar (De amenaza).
2. tr. Dar indicios de estar inminente algo malo o desagradable.
Nada real puede ser amenazado. Ningún acto o palabra será dirigida por nosotros con la intención de hacer algún mal a alguien, pues cuando nos hayamos liberado del miedo y, en su lugar, demos vida al Amor, la percepción errónea de “estar separado” desaparecerá y la conciencia de Unidad retornará a nuestra mente. ¿Cómo podremos amenazar o amenazarnos?
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