¿Qué me enseña esta lección?
He aquí una de las claves que el ego utiliza en sus relaciones y que, sin embargo, no es consciente de ella: la responsabilidad de la extensión de los pensamientos. Cada vez que emitimos una creencia, un pensamiento, los efectos del mismo afectan igualmente a los demás. Es más, el poder de la palabra, como vehículo utilizado por el pensamiento, es capaz de fabricar una realidad ficticia en la mente de los demás, dando lugar a una cadena de errores compartidos.
Cuando hablamos, emitimos una energía que el otro capta en forma de impresión, la cual puede quedar a un nivel consciente o inconsciente, pero lo que está claro es que le afectará en su estado anímico.
La relación existente de verdadera Filiación, hace que cada pensamiento encuentre en los demás un efecto, al igual que en nosotros, pues el otro y yo somos uno. Por lo tanto, todo lo que proyectemos sobre los demás, lo estaremos proyectando sobre nosotros mismos. Damos lo que tenemos, o lo que es lo mismo, proyectamos lo que pensamos que somos.
El pensamiento del ego, negará, no reconocerá este hecho, pues se siente separado de Dios y del Hijo de Dios.
Será a través del uso correcto del pensamiento, que el Ser deberá percibir correctamente su realidad y abrir el camino de comunicación, a través del Espíritu Santo, hacia el verdadero Conocimiento.
Mientras que el pensamiento esté orientado hacia la satisfacción de las
emociones separadoras, navegaremos sin rumbo, sin orientación real. Cuando el
pensamiento despierte del sueño de la individualidad y descubra su origen
universal y holístico, trabajará para la Unidad y el verdadero Amor.
Ejemplo-Guía: "El comportamiento de nuestro hijo nos desespera"
No nos será difícil recordar alguna escena de nuestra vida, en la que hayamos sido testigos de cómo el uso de las palabras se ha convertido en el detonante que ha provocado que una relación pase a una situación de "alerta máxima", por correr el peligro de terminar desencadenándose un conflicto de dimensiones inimaginables.
Detrás de cada palabra se oculta un pensamiento. Estamos habituados a comprobar los efectos que tienen las palabras cuando las compartimos con los demás, pero no lo estamos tanto, cuando esas palabras nos las dirigimos hacia nosotros mismos. ¿Os resuena lo que digo? Es más, estamos permanentemente hablándonos a nosotros mismos, y, lo más importante de esta cuestión es que en la misma medida en que nos hablamos, en el mismo tono en el que conversamos con nosotros mismo, lo hacemos con los demás.
En verdad, no existe diferencia alguna entre el modo de hablarnos a nosotros mismos o hablar a los demás. Ambas, están aportándonos información de nuestro estado mental, aunque no todos comparten esta afirmación, pues cuando sus palabras son hirientes y condenatorias sobre alguna situación, reconocer que el otro se merece nuestro juicio, es más fácil que reconocer que lo que estamos proyectando fuera no es más que una visión “condenada” de nuestro propio yo.
En el ejemplo que estamos analizando, aplicar lo anteriormente dicho, nos ha de llevar a un estado de permanente alerta, pues cuando estamos dando traslado a nuestras palabras, en su contenido, tenemos que saber leer lo que estamos gestando en nuestra mente. Si la actitud de nuestro hijo nos desespera y le criticamos su comportamiento, deberíamos preguntarnos: ¿qué parte de nosotros no estamos aceptando?, ¿dónde se encuentra en nosotros ese pensamiento de rigor, esa exigencia mental?
El uso de la palabra, en una experiencia de conflicto de relación, es de suma importancia. Según lo que digamos, en un momento puntual, podemos suavizar una situación y provocar canales de entendimiento o, por lo contrario, podemos despertar a la fiera que hay dormida en cada uno de nosotros.
Reflexión: ¿Y si cada ser humano, tuviese la potestad de conectar su mente
con un "campo de información de infinitas posibilidades" donde poder
sintonizar con la frecuencia de infinitud de tonos de pensamientos?
GRACIAS POR COMPARTIR ESTE CURSO
ResponderEliminarGracias a ti, Nany, por tus amables palabras.
ResponderEliminarGracias , gracias , gracias.. asiento ante ello y practico.
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