miércoles, 8 de junio de 2016

Plegaria y Exhorto de Achaiah

PLEGARIA

ACHAIAH: Dios bueno y paciente.
El Eterno es misericordioso y compadeciente; lento en la cólera y rico en bondades.
ACHAIAH: Si me has elegido a mi
para la dura labor de descubrirte en la pequeñez de las cosas,
permíteme, Señor, que mi inteligencia no se extravíe
en el laberinto de las múltiples combinaciones
con que se presenta tu obra material.
No quieras que mi Intelecto se escinda
del manantial de la eterna luz;
haz que discierna lo primordial,
escondido y disfrazado en formas pasajeras.
Haz que el mensaje que deje a mis hermanos
sea una vía hacia la unidad,
de suerte que con mi paciente trabajo
los hombres puedan vislumbrar
las luces de otras dimensiones.
No me ahogues, Señor, en mis pequeñas certidumbres,
no me encierres en científicos dogmas.
Dame la osadía de llevar mi inteligencia siempre más allá;
la osadía de no identificarme con ninguna verdad pasajera,
confundiendo tu luz con mi luz.
Desde este punto evolutivo en que me has situado,
utiliza, ACHAIAH, mis resortes humanos
para que prosiga con fuerza y vigor
la Obra de la Creación.



ACHAIAH exhorta:
Entre las cosas pequeñas
encontrarás mi verdad.
La Naturaleza es uno de mis Libros Sagrados;
es un libro que contiene mi Ley
sin tergiversaciones.
Por ese libro no ha pasado ningún traductor ignorante
que haya invertido los conceptos.
Peregrino, carga en tus espaldas el saco de la paciencia
y ve a observarme en mi elemento natural.
Estúdiame en la flor, en el árbol, en la brizna de hierba,
y Yo inspiraré tu inteligencia
para que encuentres la respuesta que pide tu sed de verdad.
No elabores teorías
antes de haber sido testigo de mis procesos naturales.
Observa, medita, ve cargando el saco de tu paciencia para que no se vacíe jamás.
No digas nunca "ahora ya sé, ahora ya comprendo",
porque la Verdad se hace con los días
y el conocimiento que aporta esa Verdad,
lo modifica todo.
Yo soy cada día distinto, diverso,
y si quieres seguirme, peregrino,
cada día deberás tratar de entender lo diferente que hay en Mi.
A este juego del saber y comprender lo nuevo de cada día,
Yo te invito, peregrino.
Te espero en el árbol, en la flor, en la brizna de hierba.


(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

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