sábado, 18 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 322

LECCIÓN 322

Tan sólo puedo renunciar a lo que nunca fue real.


1. Lo único que sacrifico son las ilusiones, nada más. 2Y a medida que éstas desaparecen, descubro los regalos que trataban de ocul­tar, los cuales me aguardan en jubilosa espera, listos para entre­garme los ancestrales mensajes que me traen de Dios. 3En cada regalo Suyo que acepto yace Su recuerdo. 4Y cada sueño sirve únicamente para ocultar el Ser que es el único Hijo de Dios, el Ser que fue creado a Su Semejanza, el Santo Ser que aún mora en Él para siempre, tal como Él aún mora en mí.

2. Padre, para Ti cualquier sacrificio sigue siendo algo por siempre inconcebible. 2Por lo tanto, sólo en sueños puedo hacer sacrificios. 3Tal como Tú me creaste, no puedo renunciar a nada que Tú me hayas dado. 4Lo que Tú no has dado es irreal. 5¿Qué pérdida podría esperar sino la pérdida del miedo y el regreso del amor a mi mente?


¿Qué me enseña esta lección? 

Hemos aceptado ser lo que no Somos. Hemos aceptado ver lo ilusorio y negar lo que es verdad.

Nos hemos identificado con un mundo irreal, ilusorio, perecedero y temporal.

Nos hemos identificado con la separación, con el cuerpo, con la individualidad y hemos caído prisionero del sentimiento del miedo, de posesión.

Pero lo que no podemos hacer, eternamente, es dejar de Ser lo que Somos; dejar de oír la voz de nuestra verdadera Esencia que nos susurra la canción del feliz retorno; dejar de ver la complicidad del Universo que se esfuerza en hacernos partícipes de la Unidad.

Somos Hijos de Dios; libres de toda limitación. Podemos elegir, en el instante santo, dejar de ser lo que no Somos. Podemos elegir, no ver lo ilusorio y aceptar la verdad.

Podemos elegir, utilizar este mundo y nuestro cuerpo, para dar testimonio de la divinidad, de la que somos portadores. 

Podemos elegir, la Unidad, el Amor, el Perdón, la Inocencia, la Alegría, la Felicidad, la Abundancia, la Vida, y si así lo hacemos, estaremos afirmando nuestra verdadera identidad.

Hoy, como soñadores conscientes, podemos elegir el guion de nuestro sueño e inscribir en él, un final feliz.

Ejemplo-Guía: "Renunciando a las falsas creencias"

En las dos últimas Lecciones hemos estado reflexionando sobre el poder de la voluntad. Hoy, ¿por qué no? podríamos dedicarlo a establecer una tierra fértil donde sembrar esa firme (buena) semilla-voluntad.

Establezcamos el escenario verdadero. Dios, a través de un acto de Voluntad, expande Su Mente y crea a Su Semejanza a Su Hijo. En ese Acto de Creación nada queda al olvido, es decir, nada queda a la necesidad. La conexión directa de Padre e Hijo garantiza su Existencia. La imagen más cercana que podemos tener en este mundo es la relación entre una madre y la criatura que gesta en su vientre.

Todos hemos experimentado ese estado de Plenitud, pero lo hemos olvidado, no lo hemos perdido, se encuentra inscrito en nuestra genética espiritual, es decir, la conexión existe pero nos encontramos en una sintonía diferente.

Como Hijos de Dios, dotados de su Poder Volitivo, tenemos la capacidad, la libertad plena para crear. Pero en vez de sintonizar el canal que nos permitía gozar de la Unidad con Dios, hemos captado otro canal que nos lleva a creer que es nuestro propio canal. A ese canal le damos validez, pues sus voces es lo único que logramos percibir. Nos decimos que esa visión debe ser lo real. Hemos despertado a sus sensaciones y nuestra identidad se apropia de la imagen que proyectamos sobre los demás. Somo un cuerpo dotado de expresión. Un cuerpo que sirve a nuestros deseos, pero un cuerpo que da muestras de necesidades, lo que nos lleva a experimentar el sabor del dolor, de la escasez, del miedo, etc

Y llegado a este punto, estando la mente escindida de la verdad, nuestras creencias se basan en las leyes de la percepción. Creo en aquello que percibo, pero lo que no nos damos cuenta, es que percibimos tan solo lo que creemos, lo que deseamos.

Hemos pasado de un mundo real, eterno, a un mundo irreal, temporal. De un mundo abundante, a un mundo escaso. De un mundo de Amor, a un mundo de temor y miedo.

Podemos decir, que renunciamos a la verdad, para experimentar la ilusión.

¿Hasta cuándo perpetuaremos ese error? ¿Hasta cuándo nos mantendremos inconscientes de que estamos soñando un sueño?

La percepción verdadera nos situará a las puertas del Cielo. La percepción verdadera, nos hará conscientes de que somos los soñadores y nos permitirá soñar el sueño feliz de la salvación, el que nos llevará a la mencionada puerta del Cielo.

¡Ojalá sea hoy ese día en el que el Instante Santo sustituye la ilusión por la Verdad!

Reflexión: ¿Tienes la certeza de que el cuerpo físico es una ilusión? ¿Por qué?

viernes, 17 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 321

¿Qué es la creación?


1. La creación es la suma de todos los Pensamientos de Dios, en número infinito y sin límite alguno en ninguna parte. 2Sólo el Amor crea, y únicamente a Su semejanza. 3Jamás hubo tiempo alguno en el que todo lo que creó no existiese. 4Ni jamás habrá tiempo alguno en que nada que haya creado sufra merma alguna. 5Los Pensamientos de Dios han de ser por siempre y para siempre exactamente como siempre han sido y como son: inalterables con el paso del tiempo, así como después de que éste haya cesado.

2. Los Pensamientos de Dios poseen todo el poder de su Creador. 2Pues Él quiere incrementar el Amor extendiéndolo. 3Y así, Su Hijo participa en la creación, y, por lo tanto, no puede sino com­partir con su Padre el poder de crear. 4Lo que Dios ha dispuesto que sea uno eternamente, lo seguirá siendo cuando el tiempo se acabe, y no cambiará a través del tiempo, sino que seguirá siendo tal como era antes de que surgiera la idea del tiempo.

3. La creación es lo opuesto a todas las ilusiones porque es la ver­dad. 2La creación es el santo Hijo de Dios, pues en la creación Su Voluntad es plena con respecto a todo, al hacer que cada parte contenga la Totalidad. 3La inviolabilidad de su unicidad está garantizada para siempre, perennemente a salvo dentro de Su santa Voluntad, y más allá de cualquier posibilidad de daño, separación, imperfección o de nada que pueda mancillar en modo alguno su impecabilidad.

4. Nosotros, los Hijos de Dios, somos la creación. 2Parecemos estar separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él. 3Sin embargo, tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay certeza, 4pues el Amor jamás abandona Sus Pensamientos, y ellos comparten Su certeza. 5El recuerdo de Dios se encuentra en nuestras mentes santas, que son conscientes de su unicidad y de su unión con su Creador. 6Que nuestra función sea únicamente permitir el retorno de este recuerdo y que Su Voluntad se haga en la tierra, así como que se nos restituya nuestra cordura y ser solamente tal como Dios nos creó.

5. Nuestro Padre nos llama. 2Oímos Su Voz y perdonamos a la creación en Nombre de su Creador, la Santidad Misma, Cuya san­tidad Su creación comparte con Él; Cuya santidad sigue siendo todavía parte de nosotros.



LECCIÓN 321

Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.

1. No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla. 2Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome. 3Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. 4Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. 5Pero confió en Ti. 6Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. 7Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. 8Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. 9Padre, mi voluntad es regresar.

2. Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros. 2¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el ine­quívoco camino que nuestro Padre ha señalado! 3¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!


¿Qué me enseña esta lección? 

Para ser libres, hay que Ser.

No es un juego de palabras. Se trata de una afirmación que nos lleva a la Verdad: nuestra verdadera identidad, no se encuentra en lo que tenemos o poseemos, sino en lo que realmente Somos.

No somos un cuerpo y no somos aquello que es capaz de atesorar ese cuerpo siguiendo los mandatos de una mente identificada con lo temporal.

Somos un Ser Espiritual, el Hijo de Dios, creado de la expansión creadora de Dios. Imagen y Semejanza del Padre, el Hijo de Dios, es libre desde su condición divina.

La libertad ha de llevarnos a dar testimonio de la única Verdad, la que nos lleva a afirmar que somos Uno en nombre de nuestro Padre y de su Eterna Fuerza, el Amor.

Hemos sido creados en un acto de libre Voluntad y, ese germen creador, ha sido depositado en nuestro Ser, de modo que estamos dotado de esa capacidad creadora y de la libre condición para crear.

La libertad es el regalo que Dios hizo a su Hijo. Ni el propio Padre, interfiere en el uso de la libertad dispensada a su Hijo. Es Ley del Universo, el respeto de la libertad.

Ser libres, nos lleva a ser responsables de nuestros actos. Tan sólo los actos de Amor son portadores de libertad y tienen la capacidad de expandirse y multiplicarse abundantemente.

Los actos de odio, basados en el miedo y carentes de amor, son la consecuencia de una mente errada, cuyos pensamientos le llevan a creer que nos encontramos separados del mundo que percibimos. En verdad, el miedo y el odio no son verdad, son pensamientos creados por la falta de amor y darán lugar a acciones que requieren rectificación y corrección al creernos pecadores. El único correctivo que pone fin a ese falso pensamiento es el perdón.

Ejemplo-Guía: "Voluntad, Unidad, Libertad y Mente Recta es igual a creación"

¿Qué queremos decir con ello? Hemos reflexionado sobre la correspondencia que se recoge en cada una de esas "expresiones". ¿Habíamos relacionado el acto de la voluntad con la Unidad, con la Libertad, con la Mente Recta, con nuestras creaciones?

¿Hemos reflexionado alguna vez sobre la expresión: la voluntad te hace libre?

Esa correspondencia tiene un profundo significado. Si nuestra voluntad es la Voluntad de Dios, entonces será la expansión de la visión basada en la verdad, en la Unidad. Ese acto de libertad, ese acto creador, es la manifestación de nuestra Mente Recta, con lo cual, de esa Causa tan solo se puede derivar Efectos acordes con su vibración, serán efectos llenos de luz, la expresión del Amor.

¿Reconoces en tu vida el destello o el resplandor de esa luz, o por el contrario, te sientes envuelto en un mar de tinieblas?

Cuando la voluntad se pone al servicio del deseo, tiene lugar una alteración de esa luz blanca, símbolo de la unidad, transformándose en la multiplicidad de colores, es lo que llamamos diversidad, expresión que se deriva de la separación, de la dualidad. Esa voluntad, aún expresándose desde el principio de la libertad, nos lleva a un estado de condicionamiento, pues nos hace esclavos de nuestros deseos y pasiones, de estados emocionales caóticos y depresivos.

No estamos diciendo nada diferente a todo lo dicho en anteriores Lecciones, cuando hemos analizado las consecuencias de ser fieles al sistema de pensamiento del ego o servir a la verdad.

La experiencia ha de llevarnos a ser conscientes del efecto que causa nuestra voluntad, la expresión de nuestra libertad. Tan solo la verdad nos hace libres, pues cuando esa libertad nos lleva a caer prisioneros del miedo, el sentimiento protagonista del mundo irreal, desde el momento, dejamos de ser libres y depositamos las llaves de nuestra celda en manos de los demás, cuando en verdad, los demás son imágenes proyectadas en nuestros sueños.

Reflexión: ¿Cómo empleamos nuestra voluntad para que nos lleve hacia la libertad?

jueves, 16 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 320

LECCIÓN 320

Mi Padre me da todo poder.

1. El Hijo de Dios no tiene límites. 2Su fuerza es ilimitada, así como su paz, su júbilo, y todos los atributos con los que su Padre lo dotó en su creación. 3Lo que dispone con su Creador y Reden­tor se hace. 4Lo que su santa voluntad dispone jamás puede ser negado porque su Padre refulge en su mente, y deposita ante ella toda la fuerza y amor de la tierra y del Cielo. 5Yo soy aquel a quien todo esto se le da. 6Yo soy aquel en quien reside el poder de la Voluntad del Padre.

2. Tu Voluntad puede hacer cualquier cosa en mí y luego extenderse a todo el mundo a través de mí. 2Tu Voluntad no tiene límites. 3Por lo tanto, a Tu Hijo se le ha dado todo poder.

¿Qué me enseña esta lección? 

La Voluntad es el Principio más elevado con el que Dios, nuestro Padre, nos ha dotado.

Hemos sido creados a Su Imagen y Semejanza, lo que significa, que potencialmente, somos portadores de los Atributos Divinos.

Si utilizamos, nuestro poder volitivo, y lo ponemos al servicio de nuestro Padre, entonces, Su Voluntad y nuestra Voluntad vibrarán al unísono y todo cuanto emane de nosotros llevará el sello de la Eternidad, es decir, será verdadero.

Cuando nuestra Voluntad vibra al unísono con la Voluntad de nuestro Creador, estamos expandiendo a través de nuestra mente, la Visión Verdadera de la Unidad y de la Pureza. Ello significa que reconocemos en nuestros hermanos el sello sagrado de la Inocencia, símbolo de su condición Divina.

Gracias a la Voluntad, el Hijo de Dios tiene el poder de crear. Gracias a ese Principio, el Hijo de Dios ejerce su Libertad.

La cuestión que debemos plantearnos en el nivel en el que nos encontramos, es la siguiente: ¿qué uso hacemos de nuestra Voluntad?

Cuando tomemos consciencia del inmenso poder que encierra el acto volitivo, nuestras vidas ya no permanecerán estancadas en ningún escalón de la escalera evolutiva. Ya nada nos detendrá. Caminaremos firmes hacia la meta que Dios nos ha encomendado, hacia la Salvación.

Ejemplo-Guía: "¿Qué uso haces de tu poder divino, de tu voluntad?"

La voluntad, ya lo he adelantado, es el Principio más elevado con el que Dios nos ha creado. Su Creación responde a un acto de Voluntad. El acto de expandir Su Mente, es un acto de Voluntad. Tal es así, que podemos decir que somos Su Voluntad, somos Hijos de la Voluntad de Dios, lo que significa, que somos portadores de ese poder creador.

La voluntad podemos compararla con una semilla. Utilizar ese ejemplo, nos ayudará a conocer su potencial. Cuando utilizamos una semilla y la sembramos en tierra fértil, y la cuidamos adecuadamente, esa semilla nos dará sus frutos. Con ello queremos decir, que nuestras creaciones tienen su causa en la voluntad y ese Principio emana de nuestra Mente. Cuando el acto creador ha dado sus frutos y determinamos que es un buen fruto, podemos decir, que la Mente se ha puesto al servicio de la verdad, esto es, del Amor, de la Unidad.

Pero sabemos, que esa semilla podemos utilizarla inadecuadamente y proceder tal y como se describe en la parábola del sembrador (versión según Mateos):
13 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.
3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
9 El que tiene oídos para oír, oiga.
Si no damos a nuestra voluntad -semilla- el impulso necesario, la continuidad necesaria, no alcanzará a arraigar en la tierra y los frutos se perderán. Si aplicamos este mensaje a nuestras vidas, tendremos que reflexionar sobre la causa a la que sirve nuestra voluntad, pues en ella va implícita nuestra Mente, mejor dicho, nuestros pensamientos.

Cuando la voluntad-semilla no sirve a la verdad, el fruto que cosecharemos no será agradable, será más bien, el fruto que abre nuestros ojos a una realidad ilusoria, como ese fruto que, tras ser mordido por Eva, nos llevó, ilusoriamente, al descubrimiento de nuestra desnudez y a ser expulsados del estado de comunión con nuestro Creador, representado por el Jardín del Edén. El "pecado" de Adán no habría podido afec­tar a nadie, si él no hubiese creído que fue el Padre Quien le expulsó del paraíso. Pues a raíz de esa creencia se perdió el conocimiento del Padre, ya que sólo los que no le comprenden podían haber creído tal cosa.

La voluntad, la Mente, puede servir al Espíritu, a la verdad y entonces hablamos de la Mente Recta o puede servir al ego, al deseo, a la ilusión y entonces hablamos de la mente errada. 

En nuestras vidas, estamos experimentando permanentemente los efectos a los que nos ha llevado nuestra voluntad. La voluntad se convierte en el motor que crea o fabrica nuestra percepción.

El Curso dedica un apartado sobre la "pequeña dosis de buena voluntad" y nos revela, que cuando unimos esa dosis de voluntad a la Voluntad de Dios, experimentaremos el Instante Santo, donde tomamos consciencia de nuestra santidad, de nuestra verdadera identidad.

El Curso nos indica: No confíes en tus buenas intenciones, pues tener buenas intenciones no es suficiente. Pero confía implícitamente en tu buena voluntad, independientemente de lo que pueda presen­tarse. Concéntrate sólo en ella y no dejes que el hecho de que esté rodeada de sombras te perturbe.

Reflexión: ¿Cómo interpretas el poder?

miércoles, 15 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 319

LECCIÓN 319

Vine a salvar al mundo.

1. He aquí un pensamiento del que se ha eliminado toda traza de arrogancia y en el que sólo queda la verdad. 2Pues la arrogancia se opone a la verdad. 3Mas cuando la arrogancia desaparece, la ver­dad viene inmediatamente y llena el espacio que, al irse el ego, quedó libre de mentiras. 4Únicamente el ego puede estar limitado y, por consiguiente, no puede sino perseguir fines limitados y res­trictivos. 5El ego piensa que lo que uno gana, la totalidad lo pierde. 6La Voluntad de Dios, sin embargo, es que yo aprenda que lo que uno gana se le concede a todos.

2. Padre, Tu Voluntad es total. 2Y la meta que emana de ella comparte su totalidad. 3¿Qué otro objetivo podrías haberme encomendado sino la salvación del mundo? 4¿Y qué otra cosa sino eso podría ser la Voluntad que mi Ser ha compartido Contigo?

¿Qué me enseña esta lección? 

Sí, ese es mi propósito: Salvar al mundo. Pero, soy consciente de que este objetivo no podré realizarlo si antes no he conseguido salvarme a mí mismo.

En muchas ocasiones, he querido ayudar a los demás olvidándome de ayudarme a mí mismo. Me he dado cuenta, de que aquello que quería ofrecer a los demás era lo que yo más necesitaba. Los demás, hacen de espejo donde puedo ver mis propias necesidades.

Hoy, soy consciente de que mi propia salvación se convierte en el camino que me ha de llevar a salvar al mundo. No puede ser de otra manera, pues, entre el Yo y el mundo, no hay separación, no hay diferencia. Si yo no me salvo, no podré salvar a mis hermanos. Si uno de mis hermanos, no se salva, mi salvación no es completa. Somos el Hijo de Dios.

La salvación del Hijo de Dios, pasa por recuperar la visión de la Inocencia. Es de vital importancia, que esta verdad se convierta en uno de los principales objetivos de nuestra vida. Ver el pecado en los demás, es proyectar nuestra propia creencia en el pecado.

Hoy proclamo el perdón de todos mis pensamientos y sentimientos erróneos. Proclamo mi inocencia y estoy dispuesto a compartir esa visión con mis hermanos.

Hoy proclamo que soy un Ser Divino, y que Soy Uno con Todo lo Creado. Soy tal como Dios me creó.

Ejemplo-Guía: "¿Cómo puedes salvar al mundo?"

Puede que te estés preguntando, al igual que yo, ¿cómo es posible salvar al mundo, cuando el Curso nos dice que este mundo no es real?

Pero como habrás intuido, la respuesta a esta cuestión va implícita en la misma pregunta, es decir, salvar al mundo significa tomar conciencia de que el mundo no es real. No hay que hacer nada a nivel externo, para salvar al mundo. No es cuestión de gestos. Si el mundo es el fruto de una visión que hace real lo ilusorio, lo que hay que cambiar es la causa de esa visión, esto es, el pensamiento que nos lleva a ver de una manera real, lo que no lo es.

La visión correcta que nos abrirás las puertas de la salvación de este mundo, es la que nos lleva a percibir de forma verdadera la identidad de dicho mundo. Cuando nuestros ojos dejen de dar valor a lo que percibimos externamente, el mundo dejará de ser un escenario de sufrimiento y castigo; de miedo y dolor, para convertirse en la tierra donde podremos dar testimonio de la verdad y donde cada experiencia será el testigo de nuestra realidad.

Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, no podemos dar lo que no tenemos. La afirmación "voy a salvar al mundo", es la afirmación correcta que se pronuncia en el reconocimiento de lo que realmente somos. Es como decir: "soy el Hijo de Dios, un Ser Espiritual y mi voluntad es expandir el Amor con el que he sido creado".

En ese reconocimiento, no nos encontramos solos. Ese reconocimiento es la aceptación de que somos uno con el resto de nuestros hermanos, con los cuales formamos la Filiación Divina. Esa visión es la causa que tendrá el efecto anunciado de salvar al mundo. Ello es posible, porque ver con esos ojos tan solo es posible cuando nos hemos salvado del mundo, cuando estamos liberados del sistema de pensamiento del ego que nos mantiene prisioneros del miedo. Podremos salvar al mundo, porque nos hemos salvado a nosotros mismos. Ahora estamos en condiciones de dar lo que tenemos y de recibir lo que damos, como un regalo compartido.

A partir de ahí, si nos complace, podremos tener gestos externos que testimonien de esa visión de unidad. Pero esos gestos estará libres de juicios condenatorios, es decir, no criticaremos las acciones que interpretemos como "malas", nos limitaremos a expandir nuestra luz allí donde sea necesario disipar la oscuridad.

Reflexión: ¿Cuando das, pierdes o ganas?

martes, 14 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 318

LECCIÓN 318

Yo soy el medio para la salvación, así como su fin.


1. En mí -el santo Hijo de Dios-se reconcilian todos los aspectos del plan celestial para la salvación del mundo. 2¿Qué podría estar en conflicto, cuando todos los aspectos comparten un mismo pro­pósito y una misma meta? 3¿Cómo podría haber un solo aspecto que estuviese separado o que tuviese mayor o menor importancia que los demás? 4Yo soy el medio por el que el Hijo de Dios se salva, porque el propósito de la salvación es encontrar la impeca­bilidad que Dios ubicó en mí. 5Fui creado como aquello tras lo cual ando en pos. 6Soy el objetivo que el mundo anda buscando. 7Soy el Hijo de Dios, Su único y eterno amor. 8Yo soy el medio para la salvación, así como su fin.

2. Permíteme hoy, Padre mío, asumir el papel que Tú me ofreces al pedirme que acepte la Expiación para mí mismo. 2Pues lo que de este modo se reconcilia en mí se reconcilia igualmente en Ti.


¿Qué me enseña esta lección? 

El Hijo de Dios, tras hacer uso de su poder de elección, se concibió como un ser pecador. Desde entonces, sus pasos se orientan en la búsqueda de la perfección, de la felicidad, los cuales le son negado, pues, una mente oscurecida por la visión del pecado, no puede comprender que la perfección y la felicidad ya forman parte de él, pues son aspectos de su condición espiritual.

La búsqueda de la perfección, conducirá al Hijo de Dios hacia el encuentro consigo mismo. Dejará de buscar fuera, lo que ya se encuentra en su interior. Descubrirá, que todo lo que vive externamente es la proyección de su mente y, entonces, no le quedará otro camino que verse como el principal actor del guion de su vida.

Aceptará, que nada externo a él, puede aportarle ni un solo ápice de felicidad, pues esa felicidad es un estado interno de su Ser.

Aceptará, que no es un ser pecaminoso. Admitirá, que su elección, tan sólo ha supuesto un acto de Voluntad, hacer uso del Atributo heredado por Su Creador y no un acto reprochable merecedor de ser condenado, ni castigado.

Descubrirá que nunca ha dejado de ser inocente, y asumirá, como su función en la vida, convertirse en el agente activo de la salvación, pues, él, tan sólo él, tiene la potestad de cambiar la visión de lo que realmente Es.

Hago consciente en mí, la Fuerza del Amor, como la única Fuerza que ha de permitirme recordar mi condición de Dios en formación.

Ejemplo-Guía: "¿Ser o hacer?

No lo niego, reconozco que durante mucho tiempo he creído que el plan de mi salvación me exigía hacer cosas buenas en el mundo; ayudar; prestar servicio; disponibilidad, etc. En definitiva, hacer lo que el mundo y sus voces me decían que tenía que hacer para ganar el cielo y alejarme del infierno.

Reconozco, igualmente, que esa "disciplina", en muchas ocasiones, se convertía en una pesada carga sobre mi conciencia. Una mala acción; un desinterés; una falta de servicio; una indisponibilidad, etc, eran motivos suficientes para hacerme sentir mal y llevarme a pensar que no era merecedor del Amor de Dios y de Su Perdón.

En esas idas y venidas, me he cruzado con muchos caminantes, con los que he compartido un mismo destino y a los que, al igual como yo, les sorprendía la visión de no estar a la altura de las expectativas. Acostumbraba a gesticular como el mundo quería que gesticulara para ser aceptado en el grupo de elegidos para alcanzar la meta perseguida. En esos momentos, no alcanzaba a comprender, que aquellos gestos, muchas veces, eran gestos vacíos, pues cuando lo que compartía no estaba a la altura de mis sentimientos, me atormentaba y acudía al autocastigo para satisfacer mi dolorida consciencia.

Cuando comprendí que no podemos dar lo que no tenemos, acepté mi verdadera realidad y presté más atención al hecho de "ser", antes que al hecho de "hacer". Comprendí que mis acciones debían estar en coherencia con mis pensamientos, pues de lo contrario estaría viviendo, internamente, un conflicto que tarde o temprano se proyectaba al exterior, llevándome a experimentar vivencias de incoherencia y de falta de armonía.

El sistema de pensamiento del ego, aboga por el deseo de ser especiales y para ello, utiliza su mejor arma, el cuerpo, al que le otorga el poder absoluto de su existencia. Cuanto más individuales nos percibamos, más especiales nos sentimos. Lograr ser especial nos exige utilizar las herramientas del mundo físico para demostrarnos nuestras capacidades, las cuales denominamos creadoras, pero en realidad, lo que hacemos es fabricar un realidad ilusoria basada en el error, en la irrealidad.

Lo que hacemos está  sujeto a las leyes de la temporalidad, luego son perecederas. Esta circunstancia se convierte en una fuente de miedo y de sufrimiento, pues persiguiendo el elixir de la eterna juventud, lo único que conseguimos es ahogarnos en nuestras frustraciones. 

En cambio, cuando apostamos por la expansión de lo que somos, siempre estamos dotando a nuestras creaciones de la esencia verdadera con la que hemos sido creados, el Amor. La Visión del Ser, es la Visión de Cristo, donde percibimos que todos hemos sido emanados de una misma Fuente, lo que nos hace hermanos en la Filiación de Dios.

Reflexión: ¿Qué otra condición, a parte del Amor, puede salvarnos?

lunes, 13 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 317

LECCIÓN 317

Sigo el camino que se me ha señalado.

1. Tengo una misión especial que cumplir, un papel que sólo yo puedo desempeñar. 2La salvación espera hasta que yo elija asu­mir ese papel como mi único objetivo. 3Hasta que no tome esa decisión, seré un esclavo del tiempo y del destino humano. 4Pero cuando por mi propia voluntad y de buen grado vaya por el camino que el plan de mi Padre me ha señalado, reconoceré entonces que la salvación ya ha llegado, que se les ha concedido a todos mis hermanos y a mí junto con ellos.

2. Padre, Tu camino es el que elijo seguir hoy. 2Allí donde me conduce, es adonde elijo ir, y lo que quiere que haga, es lo que elijo hacer. 3Tu camino es seguro y el final está garantizado. 4Allí me aguarda Tu recuerdo. 5Y todos mis pesares desaparecerán en Tu abrazo, tal como le prometiste a Tu Hijo, quien pensó erróneamente que se había alejado de la segura protección de Tus amorosos Brazos.

¿Qué me enseña esta lección? 

El camino que nos conduce al Cielo, a la Salvación, es el camino de la Unidad, del Amor, del Perdón. 

Todas las sendas, conducen a ese camino. Es el camino real y verdadero.

Podemos caminar por las sendas que elijamos. Podemos, incluso, perdernos en nuestro propósito de encontrar el verdadero camino, pero, al final, retomaremos la senda que nos conduzca a él.

Mientras que seguimos identificados con el ego, con el cuerpo, construiremos nuestros propios caminos. Esos caminos, son diferentes unos de otros. Su característica principal reside en la diferencia. Pensamos que nuestro camino es el mejor y perseguimos que sea el menos transitado, pues ello, nos permite sentirnos especial.

Un día nos damos cuenta, de que al final del camino, nos vemos obligados a retornar sobre nuestros pasos y partir de nuevo del punto de inicio. Probamos con nuevas rutas, nuevas sendas se bifurcan unas con otras, en un intento de alcanzar una meta cuyo final, realmente, no nos satisface.

Tan sólo, cuando comprendemos que todas las sendas deben confluir, es cuando somos capaces de encontrar la puerta que nos conduce al camino correcto. Ese camino siempre ha estado esperándonos. Ese camino nos conduce a un estado de percepción que nos hace consciente de que somos los soñadores del sueño en el que somos protagonista. 

Sí, ese camino nos permite encontrar el sendero que nos lleva de vuelta a nuestro verdadero hogar.

Hoy, elijo, el camino que el Padre ha dispuesto. Hoy, camino de su mano hasta el trono de la Paz.

Ejemplo-Guía: "Todos los camino llevan a ROMA-AMOR"

Durante mucho tiempo he creído que mi camino no era el correcto. Esa creencia no ha sido fortuita. Los demás se encargaban de decírmelo, en ocasiones amablemente, pero en otras, de manera enérgica y contundente. Como si la verdad fuese más fácil alcanzarla a golpes. Es evidente, que esa percepción nos deja una profunda huella y sobre todo, nos ofrece la oportunidad de reflexionar, de que otras formas son posibles.

Lo anterior, forma parte de los argumentos del ego. Visto desde la visión del Espíritu, el escenario se percibe de manera distinta, menos angustiosa. En primer lugar, creo que todos los caminos llevan a Roma-Amor. Estoy absolutamente convencido de ello, y lo estoy, por la sencilla razón de que creo que ese camino es mi elección, una decisión que tiene como propósito el hacerme conscientes de que soy un ser de luz.

He aprendido que todos los caminos son válidos, aunque es cierto que hay caminos más largos que otros. Digo esto con plena conciencia de que es una percepción del ego. Si tuviese que hacerla desde la visión de la eternidad, diría que, realmente, no hay camino. Somos el camino. Ese camino es Uno, pues en la eternidad no existe dualidad. El Hijo de Dios es una emanación del Creador. La Fuente es el Camino a la cual pertenecemos.

Mientras que alcanzamos ese estado de percepción verdadera que nos sitúa a las puertas del Cielo, el camino que estamos andando adquiere una diversidad de variables, pero todos forman parte del "escenario" que hemos elegido para alcanzar nuestro despertar.

Reflexión: ¿Con qué consciencia andamos el camino?

domingo, 12 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 316

LECCIÓN 316

Todos los regalos que les hago a mis hermanos me pertenecen.


1. Del mismo modo en que cada uno de los regalos que mis her­manos hacen me pertenece, así también cada regalo que yo hago me pertenece a mí. 2Cada uno de ellos permite que un error pasado desaparezca sin dejar sombra alguna en la santa mente que mi Padre ama. 3Su gracia se me concede con cada regalo que cualquier hermano haya recibido desde los orígenes del tiempo, y más allá del tiempo también. 4Mis arcas están llenas, y los ánge­les vigilan sus puertas abiertas para que ni un solo regalo se pierda, y sólo se puedan añadir más. 5Déjame llegar allí donde se encuentran mis tesoros, y entrar a donde en verdad soy bienve­nido y donde estoy en mi casa, rodeado de los regalos que Dios me ha dado.

2. Padre, hoy quiero aceptar Tus regalos. 2No los reconozco. 3Mas confío en que Tú que me los diste, me proporcionarás los medios para poder contemplarlos, ver su valor y estimarlos como lo único que deseo.


¿Qué me enseña esta lección? 

No puedo dar lo que no tengo. Del mismo modo, no puedo recibir aquello que no doy.

La visión del ego, nos lleva a creer en la necesidad, pues lo que posee no es lo que realmente tiene, sino lo que recibe de los demás. Esto propicia la creencia en la escasez y en la necesidad, lo que lleva a veces a apoderarse de lo que no es suyo, en su afán de cubrir sus necesidades.

La visión del Espíritu, nos lleva a creer en la abundancia, pues es su estado natural. No basa sus creencias en la posesión, pues poseer lo que ya se tiene no tiene sentido alguno. Atesorar no es el propósito del Espíritu, pues no se encuentra su felicidad en ese acto, sino en el de dar, pues es consciente, de que no existe diferencia,  ni separación, entre nuestros hermanos y nosotros.

Padre, permíteme hacer consciente los regalos con los que me has creado. Permíteme, se consciente de tu Paz, pues es mi voluntad darla al mundo, para que siempre forme parte de mí.

Permíteme, Padre, ser consciente de tu Amor, pues es mi Voluntad compartirlo con el mundo.

Permíteme, Padre, ser consciente de tu Unidad, pues es mi Voluntad Ser Uno con los demás.

Permíteme, Padre, se consciente de tu Abundancia, pues es mi Voluntad extender Tu Plenitud y crear un mundo Sano y Salvo.

Gracias, Padre, por hacerme consciente de los Regalos con los que me has creado.

Ejemplo-Guía: "No somos conscientes de nuestra abundancia"

Tal vez nos cueste dificultad aceptar que la abundancia o la escasez, son estados de nuestra mente, pues el sistema de pensamiento con el que estamos identificado nos lleva a creer tan solo en lo que percibimos. Por lo tanto, si tener o no tener, depende de lo percibido, de lo recibido, es lógico pensar que nos identificamos con la necesidad, lo que significa que nos interpretamos, nos juzgamos, como seres necesitados.

Es como si hubiésemos asumido que Dios nos ha retirado su protección, su alimento, y nos hubiese castigado, por desobedecer Su Precepto de no comer del Árbol del Bien y del Mal, a ser carentes y necesitados.

¿Por qué nos sentimos carentes y necesitados? ¿Cuál es su origen?

Dentro de los 50 Principios de Milagros recogidos en el Curso, encontramos varios de ellos que nos hablan de la carencia y de la necesidad. En esta ocasión, quiero compartir lo recogido con motivo del Principio 42: "Uno de los mayores beneficios que se deriva de los milagros es su poder para liberarte de tu falso sentido de aislamiento, privación y carencia".

Con el Principio 42, analizamos las aportaciones del Curso con relación a la causa que dio origen a la falsa creencia en la privación, la soledad, el aislamiento, la carencia y como consecuencia de ello, de la falta de paz.

¿Cómo encontrar la paz?

La respuesta del Curso a esta cuestión es clara y directa: “Tú que quieres la paz sólo la puedes encontrar perdonando completamente”. Con esta frase, comienza el punto VI del Capítulo I del Texto, titulado “La Ilusión de las necesidades”. Doy continuidad al mismo, pues en él queda explicado el origen de la necesidad:

“Nadie aprende a menos que quiera aprender y crea que de alguna manera lo necesita. Si bien en la creación de Dios no hay carencia, en lo que tú has fabricado es muy evidente. De hecho, ésa es la diferencia fundamental entre lo uno y lo otro. La idea de carencia implica que crees que estarías mejor en un estado que de alguna manera fuese diferente de aquel en el que ahora te encuentras. Antes de la "separación", que es lo que significa la "caída", no se carecía de nada. No había necesidades de ninguna clase. Las necesidades surgen debido únicamente a que tú te privas a ti mismo. Actúas de acuerdo con el orden particular de necesidades que tú mismo estableces. Esto, a su vez, depende de la percepción que tienes de lo que eres.

La única carencia que realmente necesitas corregir es tu sensación de estar separado de Dios. Esa sensación de separación jamás habría surgido si no hubieses distorsionado tu percepción de la verdad, percibiéndote así a ti mismo como alguien necesitado. La idea de un orden de necesidades surgió porque, al haber cometido ese error fundamental, ya te habías fragmentado en niveles que comportan diferentes necesidades. A medida que te vas integrando te vuelves uno, y tus necesidades, por ende, se vuelven una. Cuando las necesidades se unifican suscitan una acción unificada porque ello elimina todo conflicto.

La idea de un orden de necesidades, que proviene del error original de que uno puede estar separado de Dios, requiere corrección en su propio nivel antes de que pueda corregirse el error de percibir niveles. No te puedes comportar con eficacia mientras operes en diferentes niveles. Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. Esto es así porque crees que vives en el espacio, donde conceptos como "arriba" y "abajo" tienen sentido. En última instancia, ni el espacio ni el tiempo tienen ningún sentido. Ambos son meramente creencias”.

He de reconocer que el tema me fascina. Me declaro un eterno buscador de la verdad en lo referente a los “orígenes” del ser. La cuestión ¿por qué el Hijo de Dios se separó de su Padre? siempre la he considerado de vital importancia para comprender nuestra existencia.

De lo expuesto en el párrafo anterior, me quedo con tres ideas interesantes:

  • Actuamos de acuerdo con el orden particu­lar de necesidades que establecemos. Esto, a su vez, depende de la percepción que tenemos  de lo que somos.
  • La separación jamás habría surgido si no hubiésemos distorsionado nuestra percepción de la verdad, percibiéndonos como alguien necesi­tado.
  • La idea de un orden de necesidades surgió porque, al haber cometido ese error fundamental, ya nos habíamos fragmentado en niveles que comportan diferentes necesidades.
Como bien expresa el Curso, no podemos comportarnos con eficacia mientras operemos en diferentes niveles. Sin embargo, esa fue la causa. En la Unidad compartida con El Padre, el Ser es Uno y se “alimenta” de Su Mente. En ese Estado no existe necesidad, pues no hay división de niveles. Todo Es Mente.
La cuestión es que hemos sido creados a Imagen y Semejanza de Dios, lo que significa que potencialmente somos portadores de sus mismos Poderes Creadores. Entre estos Poderes se encuentra la Voluntad, la cual nos capacita para actuar con total libertad.

Se nos enseña en el punto que estamos estudiando, que nadie aprende a menos que quiera aprender y crea que de alguna manera lo necesita. ¿Necesitaba aprender el Hijo de Dios? ¿Aprender qué, cuando ya formaba parte del Conocimiento Absoluto?

Me atrevería a decir, que el Hijo de Dios, quiso hacer uso de su Potencial Creador, lo que le llevó a dirigir Su Pensamiento por sí mismo, lo que propició un estado de “pre-conciencia” individualizada, a lo que se ha llamado estado de “separación”. La Verdad (Unidad) queda distorsionada y esa sensación primigenia de separación se traduce en la percepción de la carencia.

Reflexión: ¿Qué doy? ¿Qué recibo?