lunes, 12 de noviembre de 2018

Hahaiah “Dios Refugio o la Integración de la Sombra”

“Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad”. Carl Gustav Jung.

La dinámica del Ángel Hahaiah, perteneciente al Coro de los Querubines, Ángeles especialistas en el manejo de la Fuerza del Amor, le lleva a expresar sus virtudes en el mundo tenebroso de Gueburah, donde se “instalan” las emociones más oscuras del ser humano. Su Programa, me ha suscitado una serie de reflexiones que me gustaría compartir con todos vosotros. Hablaremos de la polaridad Luz-Oscuridad; Consciente-Inconsciente y aportaremos una síntesis de los puntos de vista de autores como Carl Gustav Jung, Enric Corbera y Kabaleb sobre la vía que nos conduce a la integración de dichas polaridades.

Parábola del trigo y la cizaña

“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Mateo 13, 24-30 

“Respondiendo Él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga”. Mateo 13, 37-43 (Reina-Valera1960).

La interpretación que da el texto sagrado sobre la “Parábola de la Cizaña”, puede ser re-interpretada y adaptada a aspectos de la psicología de ser humano. Se evidencia claramente la manifestación del aspecto dual que se manifiesta en la personalidad del ser. La buena semilla simboliza el aspecto inteligible de la Luz, de la Conciencia, mientras que la cizaña, hace referencia a la Oscuridad, al Inconsciente. Ambos aspectos forman la Unidad Integral del Ser.
La cuestión es ¿qué hacer con la mala semilla? ¿qué hacer con la oscuridad de nuestra personalidad? Jesús, el máximo representante del Amor Incondicional, de la Unidad, nos aconseja a través de la Parábola, que ambas semillas deben crecer juntas, es decir, nos está invitando a que integremos ambos rostros de nuestra personalidad.
Esta invitación no es bien comprendida por la gran mayoría de nosotros y cuando descubrimos un aspecto negativo de nuestro yo, lo rechazamos, temerosos de ser descubiertos y repudiados, y lo delegamos a nuestro inconsciente, donde irá creciendo y creciendo, tomando el aspecto de una “Sombra”, término que acuñó Carl Gustav Jung.

La Sombra

“Percibir la sombra es como mirarse en un espejo que nos muestra los recovecos de nuestro inconsciente personal, y, por lo tanto, aceptar la sombra es aceptar el ‘ser inferior’ que habita en nuestro interior”.

“Cuando un individuo hace un intento para ver su sombra, se da cuenta (y a veces se avergüenza) de cualidades e impulsos que niega en sí mismo, pero que puede ver claramente en otras personas, cosas tales como egotismo, pereza mental y sensiblería; fantasías, planes e intrigas irreales; negligencia y cobardía; apetito desordenado de dinero y posesiones…”.

La sombra sólo resulta peligrosa cuando no le prestamos la debida atención. (Carl Gustav Jung).

El primer arquetipo que debe ser integrado es lo que Jung denominó con el nombre de "sombra". Esto supone comenzar conscientemente el proceso de individuación reconociendo y vivenciando los contenidos de nuestro inconsciente personal. Percibir la sombra es como mirarse en un espejo que nos muestra los recovecos de nuestro inconsciente personal, y, por lo tanto, aceptar la sombra es aceptar el "ser inferior" que habita en nuestro interior.

La sombra que todavía no ha sido integrada en la conciencia origina multitud de proyecciones. La sombra proyectada es la causante de la gran mayoría de los actos cotidianos en los que la intercomunicación es obstruida por "ruidos" psíquicos. Acusamos a los demás de defectos que anidan en nuestro interior y que no nos gusta reconocerlos como tales.

El encuentro con la sombra implica una confrontación con uno mismo en el más amplio sentido de la palabra. Es decir, un encuentro con lo inconsciente, con aquella parte de la personalidad de la cual no siempre nos damos cuenta, pero que ejerce un efecto en nuestra vida que puede llegar a sorprendernos. En los sueños, en las imágenes que surgen en la mente, en la creación, en la intuición, en la obra de arte, en las experiencias que trascienden la realidad concreta, en los actos fallidos, en los lapsus de memoria, en los síntomas neuróticos se está manifestando esa parte de la psique.
De acuerdo con la psicología de C.G. Jung la sombra, está constituida por el conjunto de las frustraciones, experiencias vergonzosas, dolorosas, temores, inseguridades, rencor, agresividad que se alojan en lo inconsciente del ser humano formando un complejo, muchas veces, disociado de la consciencia. La sombra contiene todo lo negativo de la personalidad que el yo, que es el centro rector de la parte consciente, no está siempre en condiciones de asumir y que, por lo mismo, puede llegar a frenar la manifestación de nuestra auténtica forma de ser y de sentir.
En términos generales la sombra corresponde a la parte oscura del alma de todo ser humano. Expresado de otro modo podemos decir que, en esa parcela de lo inconsciente se reúnen todas las miserias humanas que atañen al individuo y a las colectividades; experiencias, sentimientos, imágenes, símbolos que pueden ser personales y universales.
La maldad, el egoísmo, la envidia, el ansia de dominio, de poder, la avidez por el dinero, los celos, la avaricia, la cursilería, holgazanería, presuntuosidad, indolencia, negligencia, la manipulación, la cobardía y muchos de nuestros miedos son emociones y sentimientos que no resulta fácil reconocer como componentes de nuestra personalidad.


Hahaiah” Dios Refugio” ¿Cómo tratar a nuestra Sombra?

En las leyes que Yavé dio a Moisés, se insiste una y otra vez en la necesidad de construir ciudades refugio a las que puedan acceder los individuos que han matado accidentalmente a un hombre para escapar a los vengadores de la sangre, a los que la ley de Binah da el derecho a vengarse. Allí el criminal escaparía de sus perseguidores, no sería entregado y podría permanecer en ellas hasta que se le hiciera un juicio justo. Si Jehová recomendaba la edificación de tales recintos, es porque en la dinámica interna también existen. Veamos cómo funcionan y para qué sirven.
Nuestra vasta geografía interna está formada por millares de "pueblos", constituidos por agrupaciones de tendencias afines, entre las cuales hay algunas que se expresan de forma destructora, porque su dinámica tiende a suprimir a las demás, a quitar la "vida" a tendencias hermanas, con las que han convivido hasta que un día se levantan para liquidarlas. Si dejamos que estas tendencias campen libremente por nuestro interior, corremos el riesgo de que actúen como Caín y devoren a las demás, convirtiéndonos progresivamente en una persona de una sola pieza, gobernada por un tirano que va adquiriendo fuerza dentro de nosotros y acaba dominándonos. Cuando esto sucede, esa tendencia destructora debe ser aislada, introducida en el cerco de una "ciudad refugio" de la que no pueda salir. Esta ciudad-refugio interna está constituida por un cerco energético, semejante a las murallas de nuestras ciudades que impide, por un lado que la tendencia destructora sea dañada y por otro que pueda seguir dañando. (Los Dioses Internos – Kabaleb)

Si queremos despertar, si queremos tener consciencia de quienes somos, tenemos que comenzar por indagar en la oscuridad de nuestro inconsciente, en lo que llamamos la  “Sombra”.

La solución es siempre la integración, la lucha contra mi espejo (mi sombra) siempre refuerza a esta y siempre perderé. “Lo que resistes, persiste”. La perdida es la enfermedad.

Un Curso de Milagros dice: “verás tu valía a través de los ojos de tu hermano, y cada uno será liberado cuando vea a su salvador en lugar donde antes pensó que había un agresor. Mediante esta liberación se libera el mundo. Este es el papel en la consecución de la paz.”

Lo que no hay que hacer es luchar contra el opuesto. Esta es la cosa más tonta que se puede hacer. La curación siempre es integración. La integración de los opuestos es lo que te da la fuerza necesaria para alcanzar cualquier cosa. Por eso la curación siempre es integrar, no separar. (Enric Corbera – La Vida es un espejo).

Los cuentos para niños suelen referirse a la lucha entre las fuerzas del bien -ejemplificadas por las hadas y las fuerzas del mal -representadas por espantosos demonios-. De este modo los niños suelen ser iniciados en el fenómeno de la sombra superando de manera vicaria las pruebas que deben afrontar sus héroes y sus heroínas, aprendiendo así las pautas universales del destino del ser humano. (Encuentro con la Sombra – Carl Gustav Jung y Otros).

En el artículo “Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: La Bella y la Bestia”, publicado en este Blog, tuve ocasión de describir lo siguiente:

¿Cuáles son las aportaciones de los Cuentos de Hadas?
         
  • Aportan importantes mensajes al consciente, preconsciente e inconsciente.
  • Hacen referencia a los problemas humanos universales que preocupan a la mente del niño que se encuentre en desarrollo.
  • Aportan una enseñanza moral (bien-mal).
  • Enseña que la lucha entre las serias dificultades de la vida es inestable, y que estas, cuando son afrontadas con valor, se llega a dominar y alcanzar la victoria.
  • Nos enseña sobre la polarización de la mente.
  • Ayuda a la comprensión y alienta el desarrollo de su personalidad.
  • Ayuda a conectar con el aspecto religioso de la vida.
  • Es terapéutico, encuentra las soluciones mediante la contemplación de la historia.
 En síntesis, los Cuentos de Hadas, son una vía de aprendizaje para integrar armoniosamente, las dos polaridades del Ser, su Conciencia y su Inconsciente. En el cuento la Bella y la Bestia, (http://nuevosarquetipos.blogspot.com.es/2013/01/cuentos-de-hadas-astrologia-y_16.html), la joven Bella, simboliza al Alma Humana deseosa de conocer la Fuerza del Amor (Luz). Pero esa conquista no será posible hasta que no aprenda a Amar a la parte más oscura de su Ser, la Sombra, representada por la Bestia.

viernes, 13 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Mumiah (Final de todas las cosas)

72. Mumiah (Final de todas las cosas)

Nombre Sagrado: Mem-Vav-Mem-Yod-He.

Mumiah pertenece al Coro de los Ángeles al servicio del Séfira Yesod-Fundamento-Imaginación.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Yesod, donde expresa las  cualidades propias del Séfira, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Renacer.

Las aportaciones del Ángel Mumiah, son las siguientes:

·         Hacer que toda experiencia llegue a sus últimas consecuencias.
·         Distinguirse en la medicina y conseguir curas maravillosas.
·         Desvelar secretos de la naturaleza.
·         Prodiga cuidados y alivio a los pobres y a los enfermos.
·         Protege contra el desespero y las tendencias suicidas.

Con Mumiah, abordamos el tramo final de nuestro estudio sobre los Ángeles Sanadores. No es casual, que el Ángel nº 72, sea, igualmente, el último de los Ángeles de la Cábala y que represente el “Final de todas las cosas”.

El impulso motor, el Principio de la Voluntad que todo lo inicia, forma parte del Programa del primero de los Ángeles, Vehuiah, el cual ejerce su influencia cada vez que decidimos emprender un nuevo proyecto. Representa la fase de inicio de todo proceso creador.
Con Vehuiah, la maquinaria cósmica se pone en marcha con un claro propósito, hacer que la energía emanada a nivel mental, alcance la fase final y se convierta en una experiencia creadora. Podríamos decir, que Vehuiah es la semilla que al ser plantada tiene como fin último convertirse en fruto.

Todo principio tiene un final; toda causa tiene un efecto; toda semilla da sus frutos. Ese final, ese efecto, ese fruto, es el papel que protagoniza Mumiah. Pero, al igual que todo efecto, genera una nueva conciencia, al igual que todo fruto lleva en sí una nueva semilla, todo final, supone un nuevo renacer en otro estado de conciencia.

Decíamos más arriba, que Mumiah expresa la dinámica propia del Séfira Yesod. Ya hemos tenido oportunidad de describir, que este Centro hace funciones de “matrona cósmica”, en el sentido de que aborda los trabajos de parto que permitirá a la criatura que hemos gestado emprender la experiencia de la vida.
Los nueves meses de embarazo nos anuncian el final del ciclo de gestación humana. Vemos como ese final nos lleva a una nueva realidad, pues al nacer la criatura que hemos gestado, tomamos conciencia de nuestra creación. A partir de ese momento nada seguirá siendo igual.

La función de Yesod es dar a luz a las Fuerzas emanadas por Kether-Unidad y gestada por Tiphereth-Conciencia. Por lo tanto, debemos esperar que cuando Mumiah haga su aparición, la Unidad tome cuerpo, se convierta en una realidad. Ese es el poder curativo que nos ofrece este Ángel. Pero el lector, se estará diciendo, que la realidad que observa a su alrededor, no es precisamente la expresión de la Unidad, más bien todo lo contrario.
Estaría en lo cierto. Pero no debemos alimentar el error de percibir con los ojos del ego pues, se encuentra identificado con el germen de la división y de la separación. Debemos dejar de identificarnos con esa naturaleza dual y recuperar nuestra conciencia unitaria. Ese es el renacer que nos brinda Mumiah.
Miremos el rostro de nuestras creaciones. Estamos en la hora del parto. Ya no podemos renegar de nuestra obra. No podemos decir, esta criatura no es el fruto de mi creación. No podemos negar nuestra paternidad. Reconociéndolo, estamos aceptando aprender. Identificando los efectos, podemos corregir la causa.
Si estamos enfermos, busquemos la unidad y, estaremos invitando a Mumiah para que nos ofrezca la oportunidad de “despertar”, de “renacer”.

Nos enseña el Programa de Mumiah que protege sobre el desespero y el impulso suicida. A veces, en este tramo final, cuando tomamos conciencia de nuestras creaciones, decidimos no aprovechar la semilla que aporta el fruto, decidimos, no continuar nuestro proceso de crecimiento evolutivo. Desesperado, esto es, falto de esperanza, falto de luz, decidimos abandonarnos en la oscuridad de los efectos causados por nuestros errores y podemos llegar a poner fin a nuestras vidas, creyendo que con esa medida, acabarán nuestros sufrimientos.

Muchos padres, cuando dan a luz a sus hijos, deciden abandonarlo pues, piensan que son una pesada carga para sus vidas. Haciendo esto, están negándose a cosechar su parte de luz. A veces esa luz adquiere ropajes que no permiten su identificación y decidimos abandonarlo todo. De este modo, estamos poniendo obstáculos a nuestro renacer.

Aquellos que se encuentren en la fase Mumiah, se sentirán inspirados por este Ángel y tendrán la capacidad para saber reconocer con plena nitidez las fuerzas que su receptor (mente) recibe. Ello le facultará para poner orden y equilibrio allí, donde las fuerzas se expresan alteradas.

¿Renacer?

Nos refiere Kabaleb sobre el Ángel Mumiah:

“Las personas nacidas bajo la influencia de Mumiah serán portadoras de Final; serán las trompetas anunciadoras de que un ciclo se termina y que otro va a empezar. Lo que se termina, puede ser la vida, una relación, un empleo, una militancia, una Fe...”.

Aprender cuándo una empresa ha alcanzado su punto final, cuándo ha agotado las energías con las que comenzó, es de suma importancia. ¿Os imagináis un embarazo que no tuviese fin? No, verdad.

Cuando el árbol alcanza su etapa de madurez y nos aporta sus frutos, nos invita a que disfrutemos de ellos y que le ofrezcamos la posibilidad de emprender un nuevo ciclo.
Si no actuamos en ese sentido, esos frutos caerán del árbol al suelo donde se pudrirán. En nuestro quehacer humano, muchas veces actuamos de este modo, no sabemos cuándo recoger la cosecha y cuando podar el árbol,  para permitirle emprender un nuevo proceso de crecimiento.

La experiencia del “renacer” es vital y conlleva una lección implícita  que debemos conocer: la adaptación. Adaptarse es la clave de la evolución. Tan sólo aquellos que consiguen ponerla en práctica, permiten que su conciencia, se renueve una y otra vez.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Mumiah, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.

jueves, 12 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Habuhiah (Dios que da con liberalidad)

68. Habuhiah (Dios que da con liberalidad)

Nombre Sagrado: He-Beith-Vav-Yod-He.

Habuhiah pertenece al Coro de los Ángeles al servicio del Séfira Yesod-Fundamento-Imaginación.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Yesod, donde expresa las  cualidades de Gueburah-Justicia, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Curación, esa capacidad que insufla en nosotros los principios de conservación de la salud.

Las aportaciones del Ángel Habuhiah, son las siguientes:

·         Conserva la salud y cura las enfermedades.
·         Fecundidad en las mujeres.
·         Consecución de cosechas abundantes.
·         Da amor por el campo, la agricultura y la jardinería.
·         Protege contra los parásitos, la esterilidad y el hambre.

De los 72 Ángeles de la Cábala, Habuhiah es el que desprende la esencia pura de la curación. Al comienzo de iniciar el estudio dedicado a los Ángeles especialistas en sanación, una buena amiga compartió conmigo una reflexión. Pensaba que todos los Ángeles, por la simple condición adquirida en su evolución, podían ser considerados sanadores. En verdad, el término sanar, curar, enfermar, son términos acuñados por el ego, proceden de la visión ilusoria del cuerpo, de un estado de ser erróneo pues, somos Hijos de Dios, Seres Espirituales impregnados por la Esencia Una de nuestro Creador y la Unidad es Perfección.
Sin embargo, nuestra identificación con el mundo material es tal, que para favorecer el re-encuentro con ese Estado de Unidad, la Divinidad ha dispuesto una cohorte de ayudantes que nos allanarán el camino de vuelta a casa. En este sentido, los Ángeles, cada uno en su especialidad, se convierten en agentes curativos. Distribuidos a lo largo y ancho del Esquema Organizativo dispuesto por la Divinidad, el Árbol Cabalístico, cada Coro Angélico asumen los “Trabajos” específicos de cada Séfira, de cada Plano de Manifestación de la Conciencia.
Hasta ahora, hemos ido viendo cómo, dependiendo de la Esfera de actuación, las cualidades y la Esencia emanada por el Ángel en cuestión adquiría una determinada condición.
La Organización Cósmica, siguiendo el axioma hermético, “como arriba es abajo y viceversa”, sigue los mismos patrones que encontramos en el plano material. Desde este punto de vista, observamos como dentro de la clase médica, existen distintas especialidades. De igual modo, los Ángeles, también adoptan ese mismo patrón y podemos hablar de Ángeles especialistas en diferentes aspectos de la curación.
Habuhiah, nos aporta el don de la curación. No podía ser de otro modo, dadas las Fuerzas con las que trabaja: Yesod y Gueburah.

Ya hemos visto, al estudiar a Manakel, que la función principal de Yesod, se asemeja a las características propia de un proyector. Dependiendo de las imágenes que proyectemos, el guion que viviremos será uno u otro. Advertíamos, igualmente, su estrecha relación con la capacidad gestadora en su fase final, la del parto. Y es que Yesod, actuará como un espejo donde se refleje el objeto proyectado.

En este caso, es Gueburah, el que se proyecta en ese espejo, por lo que podemos esperar que las imágenes tengan dos rostros bien distintos: el ardor pasional o el afán purificador.
El primero de esos rostros, es el que sirve a los impulsos desenfrenados de Hesed-Paraíso. Tendríamos que dar vida a esa parte de nuestra historia para recapitular los hechos que nos llevó a sentirnos desvinculados de la Divinidad y expulsados de ese escenario paradisiaco. Nos quedaremos con la idea fundamental que resumen lo ocurrido: el despertar de la individualidad nos lleva al deseo de crear por nosotros mismos, dando lugar a la figura del ego y a la conciencia de separación.
Ese acto prematuro, nos lleva a fabricar un mundo donde no imperan las Leyes Cósmicas, situándonos en un estado de conciencia dual. Esa Esfera se identifica con el “Este del Edén”, la Tierra de Gueburah, donde a través del “rigor” se emprenderá la búsqueda de la restitución.
En este sentido, Gueburah es el agente motor de las emociones y deseos humanos, capaces de elevarnos hasta las más altas cimas y de hundirnos en los abismos más tenebrosos.
Ese aspecto de Gueburah se conoce como la senda de la perdición y da origen a la causa de todos los estados caóticos de la naturaleza humana, los cuales se manifiestan en desequilibrios que somatiza el cuerpo físico, dando lugar a la enfermedad.

Hablábamos de dos rostros. Hemos visto uno de ellos. El otro es el que sirve a los mandatos superiores de Binah-Inteligencia Divina. Cuando Gueburah trabaja bajo los mandatos de su superior en la Columna de la Izquierda (Ley), se convierte en su más fiel defensor. En este sentido, su papel esencial es ser el “guardián de la ley” y el que nos ayuda a restituir el orden alterado. Es en este sentido que aparece el don de curar, pues como ya hemos dicho, la enfermedad es la manifestación del orden cósmico o la violación de las leyes universales.

¿Curación?

Lo anteriormente dicho, nos ayuda a comprender el por qué Habuhiah nos ofrece el don de la curación. La clave está en el uso que damos a nuestras emociones pues, es en nuestros deseos, donde habita el espíritu dual. Y no podemos servir a dos señores a la vez.

Muchas veces he compartido, con compañeros de estudio, un debate muy común en el seno de almas que buscan la iluminación. ¿Por qué, considerándome una persona de principios espirituales, soy tan sensible a la enfermedad?
Habría que profundizar en qué entendemos por consideración de principios espirituales, pero para no perdernos en detalles, decidamos que esa consideración hace referencia a una persona que dedica su tiempo al estudio y la investigación de los temas espirituales, enriqueciendo su conciencia con altos valores que trata de llevar a la práctica.
Como está relacionado con esta cuestión, os dejaré el punto de vista compartido por Kabaleb, en este sentido:

“La recuperación de la salud consiste precisamente en esto, en reajustarse a las normas divinas, en la perfecta integración a las funciones de la máquina cósmica. Si estudiamos la moderna maquinaria que existe en nuestros talleres, vemos que hay piezas fundamentales y otras que no lo son; hay piezas que si no ejercen sus funciones correctamente, todo lo demás falla, y otras, complementarias, que aunque fallen, nada pasa: son piezas ornamentales, de lucimiento de la máquina, que están al margen de su funcionamiento. Por consiguiente, en el mantenimiento de la maquinaria a unas piezas se les exige más que a otras y los mantenedores les dedican especiales cuidados. Valga este ejemplo para ilustrar el hecho de que en el tema de la salud, las mismas reglas no son válidas para todo el mundo. Auténticos crápulas, juerguistas empedernidos, viven en un perfecto estado de salud, mientras que personas virtuosas están permanentemente enfermas. ¿Cómo es posible que yo, tan virtuoso -piensan los interesados-, no logre alejar las enfermedades, cuando otros individuos, malvados de solemnidad, tienen una salud a prueba de bombas? La respuesta es que ellos son piezas fundamentales y los otros no.
Suele ocurrir que ciertas personas se elevan de pronto por encima de su nivel ordinario, eligen el camino de la espiritualidad, se convierten en luces para los demás, pero son reacias a abandonar los privilegios de su vida anterior: pretenden ser piezas fundamentales en el engranaje cósmico, pero siguen comportándose como piezas de segundo orden. Ese desfase entre lo que quieren ser y lo que son produce alteraciones en su estado de salud, y Habuhiah se encarga de hacérselo comprender. O permanecen como piezas del montón y reciben el tratamiento reservado a esas piezas, o bien ocupan puntos esenciales en la mecánica y tienen que someterse a un tratamiento especial. El ser el Dr. Jeckyll de día y Mr. Hyde por la noche siempre trae consecuencias funestas para la salud”.

Los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de los años sobre Astrología, me ayuda a comprender que, en verdad, la idea expresado por Kabaleb tiene un gran fundamento cuando expresa que hay “piezas fundamentales”. Todos somos Hijos de un mismo Dios y todos estamos llamados a alcanzar la misma condición divina, pero no debemos olvidar, que en ese “trayecto” unos llevan velocidad de crucero y otros parecen ir a ralentí.
No es lo mismo actuar en la dinámica de Fuego, en la que estamos emprendiendo nuevos procesos de aprendizaje, que encontrarse en la dinámica de Tierra, por ejemplo, en la fase Virgo, donde la exigencia evolutiva nos lleva a sacar conclusiones finales del aprendizaje iniciado en el Fuego, es decir, debemos enfrentarnos a la pruebas finales que determinarán si somos aptos o no. En ese nivel, ya de vuelta, nuestra conciencia puede sentirse identificada con los altos valores de la espiritualidad, sin embargo, al encontrarnos en la última fase de los trabajos, se hace necesario “liberarnos” de todas las “deudas pendientes” que hayamos originado a lo largo de nuestra ruta. Esa situación característica, favorecerá una notable sensibilidad a los trastornos físicos, pero todo responde a un programa de purificación para nuestra conciencia.

Muchas veces, el aspirante, el iniciado, confunde el “ser” con el “tener”. Suele cometer el error de creerse “superior” por tener más conocimiento espirituales, sin embargo, a la hora de actuar, cuando se manifiesta nuestro “ser”, podemos observar detalles de su dualidad interna pues, su "hacer" no es coherente con su "tener" y, esa falta de coherencia dará lugar a estados de desarmonía física.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Habuhiah, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.


miércoles, 11 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Manakel (Dios que secunda todas las cosas)

66. Manakel (Dios que secunda y mantiene todas las cosas)

Nombre Sagrado: Mem-Noum-Qof-Aleph-Lamed.

Manakel pertenece al Coro de los Ángeles al servicio del Séfira Yesod-Fundamento-Imaginación.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Yesod, donde expresa las  cualidades de Binah-Inteligencia Divina, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Conocimiento del bien y del mal.

Las aportaciones del Ángel Manakel, son las siguientes:

·         Calmar la cólera de Dios.
·         Liberarse de los sentimientos de culpabilidad.
·         Poder conciliar el sueño.
·         Conseguir la amistad y la bondad de gentes de bien.
·         Protege contra las malas cualidades físicas y morales.

Manakel, pertenece al Coro de Ángeles Sanadores que desarrollan sus cualidades en el Centro Yesod, por lo que diremos que ejercerá una clara influencia en nuestro receptor de “imágenes”, potenciando nuestra imaginación e impulsándonos a dar vida a las Fuerzas que se proyectan sobre la mente.

Veamos la posición que ocupa Yesod en el Árbol Cabalístico y ello nos permitirá comprender mejor cuál es el papel que representa en la elaboración de la Conciencia.
Es el Séfira número 9 y no es casual que el periodo de gestación de la naturaleza femenina sea de nueve meses. Por lo que podemos aplicar una primera cualidad a este Séfira, la de “parturienta”. Por otro lado, numéricamente, el valor de la cifra 9 tiene una característica muy especial, ya que ejerce como espejo del resto de las cifras, cuando la adicionamos a ella. Por ejemplo, si sumamos 2 + 9 = 11. La suma final de esos números nos lleva de nuevo al 2. Esta cualidad, nos indica otra de las propiedades del Centro Yesod, la de llevar la energía a su fase de cristalización; le da una identidad.

Yesod se sitúa en el Plano de Formación, donde se desarrollan los trabajos del Pensamiento Concreto. En dicho Plano, realiza funciones Vav, esto es, exteriorizadoras, por lo que diremos que en ese canal, el pensamiento adquiere sus ropajes más tangibles. Yesod en este sentido, se convierte en el “almacén” donde se guardan todos nuestros pensamientos, los conscientes y los inconscientes. Es el sector donde fabricamos nuestras creencias y tiene un peso de gran valor que condiciona nuestro comportamiento humano.

Por otro lado, si observamos su posición por Columna, Yesod se sitúa por debajo del Séfira Tiphereth-Conciencia-Equilibrio. Si Kether es el Principio de la Unidad; Tiphereth, la conciencia individual de la Unidad, Yesod, es la conciencia grupal de la Unidad, la Humanidad. Pero esta vinculación, es la visión del Hombre Nuevo, ya que, para el Hombre Viejo, el que se encuentra identificado con la “separación”, con el ego, Yesod aparece como la conciencia racial, lo que favorece la creencia en los clanes.
Bien, estamos en condiciones de entender, que Yesod es la puerta por donde evacuamos al exterior el contenido que se ha ido gestando en nuestro interior. Con Manakel, será Binah-Inteligencia Divina, la Fuerza que nos llevará a crear nuestra realidad. La Voz de Binah, ya hemos tenido ocasión en otra parte de estas enseñanzas de referirnos a ello, es la Voz de Jehová, de las Leyes Cósmicas. Todo proceso creador sigue el patrón cósmico establecido por Jehová. De tal modo, que cuando seguimos fielmente las diferentes fases del nombre Sagrado (Yod-He-Vav-He), lograremos cosechar los frutos sembrados y estaremos en condiciones de conocer, si dicho fruto es bueno o por el contrario no lo es.

¿Conocimiento del bien y del mal?

De lo dicho anteriormente, podemos deducir que es Jehová el que nos aporta ese Conocimiento y es Yesod, el que recibe esa información y la establece como una verdad en nuestra estructura mental, llevándonos a conocer de una manera natural, lo que es bueno y lo que es malo.

Para que ese saber trascendente haya alcanzado ese nivel de madurez en nuestra conciencia, ha sido preciso recorrer un largo camino de mano de la “Ley”, es decir, en algún momento de nuestras existencias, nos hemos matriculado en la Ciencia del Vivir, y ahora, tras mucho bregar, tras mucho experimentar, estamos en condiciones de doctorarnos como “expertos” catadores de la vida, y cuando nos encontramos frente a una situación, de nuestro interior fluye una voz que nos transfiere la certeza de cuál es la senda que nos ha de llevar a buen término y cuál es la senda que no debemos recorrer.

Manakel, es mi Tutor en los asuntos de índole material. Mi relación con él es estrecha y mantenemos una viva comunicación. Sinceramente, siempre me he preguntado, la razón por la que tenía una rápida respuesta para orientar sobre lo que consideraba como bueno o como malo.

Ya sabemos que Binah, es el Instructor de las Leyes Cósmicas, es el Pensamiento Abstracto. Cuando ese Saber alcanza la mente concreta, en el nivel de las creencias, propiciará que nos identifiquemos con la labor de “instructores” y que en nuestra labor, busquemos la organización perfecta.
Cuando en nuestra vida, no alcanzamos a comprender lo que es lícito de lo que no lo es, es decir, cuando decidimos no respetar las Leyes Divinas y actuamos contrariamente a ellas, nuestro comportamiento erróneo, a través de la experiencia rigurosa, nos vinculará con el correcto proceder.

Kabaleb nos ilustra sobre este tema: “En el interior del cuerpo humano existen unos "obreros" que trabajan en los átomos de los distintos órganos, asegurando su buen funcionamiento, pero hay ciertas sustancias con las que no han aprendido a trabajar porque no forman parte de los elementos positivos que ellos conocen. Cuando un individuo ingiere de forma reiterativa tales sustancias, como el alcohol, el tabaco, las drogas u otros productos fermentados o que producen fermentación, puede ocurrir que los "obreros" angélicos se retiren y dejen la parte del cuerpo implicada en ese consumo sin asistencia. La ausencia de esos "obreros de mantenimiento" puede llegar a provocar el derrumbamiento de la estructura física, lo cual lleva a la muerte a corto o largo plazo. Cuando los obreros de arriba se retiran, aparecen los depredadores, o sea, los luciferianos que empujarán el cuerpo hacia su destrucción. Como sea que este proceso no podía ser entendido por el hombre, en lugar de referirle esa verdad, se le dijo que el alcohol o las drogas eran malos y el hombre lo entendió como si fuera un principio de orden moral y se lo saltó a la torera”.

Manakel nos ayudará a sanar cuando hayamos violado las Leyes Naturales y lo hará, favoreciendo nuestro encuentro con la Verdad.
El Programa de este Ángel nos faculta para la comprensión de los mensajes que recibimos  en sueños. La interpretación de los mensajes oníricos, nos ayudará a conocer el camino que debemos tomar para recuperar nuestro equilibrio espiritual.
Igualmente, Manakel, nos ayudará a liberarnos de la culpabilidad. En este sentido, y sin ánimo de extendernos excesivamente sobre este tema, invito al lector a consultar el trabajo realizado y publicado en este blog sobre este tema.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Manakel, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.

martes, 10 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Anauel (Dios infinitamente bueno)

63. Anauel (Dios infinitamente bueno)

Nombre Sagrado: Ayn-Noum-Vav-Aleph-Lamed.

Anauel pertenece al Coro de los Arcángeles, Ángeles al servicio del Séfira Hod-Razón-Verdad.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Hod, donde expresa las  cualidades propias de dicho Séfira, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Percepción de la Unidad. Según la tradición hermética el mundo del Pensamiento es el primero en el que reina la Unidad, mientras que en el mundo físico y en el mundo de  los Deseos,  todo aparece separado.

Las aportaciones del Ángel Anauel, son las siguientes:

·         Ayuda a llevar a las naciones al cristianismo.
·         Protege contra los accidentes.
·         Conserva la salud y cura las enfermedades.
·         Ayuda en las prácticas comerciales y bancarias.
·         Protege contra la locura y ayuda a no cometer errores.

Lo descrito para el Ángel Umabel, cuya esencia nos permitía establecer ese vínculo de igualdad, de afinidad entre las cosas, podríamos utilizarla, igualmente, para aplicársela a Anauel. Como ya advertimos en el estudio de Umabel, el origen del error de la percepción de la separación, se propició por utilizar la fuerza del pensamiento, inspirados por la seducción de las emociones.

La inmadurez en el manejo de la mente, llevó al pensamiento a quedar prendado por las ilusiones proyectadas por el ardor cupido de nuestros deseos. Pero el más joven de los vehículos, el cuerpo mental, ha madurado, se ha perfeccionado y reclama su hegemonía en un plano donde ha imperado la voz de los instintos.

Kether, el Rostro Divino de la Unidad, ejerce su tutela en el Mundo del Pensamiento Abstracto, donde la Mente es Una. Kether ejerce su dominio en el Elemento Fuego, el Principio Primigenio e Inteligible. Dicho Plano se ve reflejado en el Árbol Cabalístico en el Mundo del Pensamiento Concreto, donde la mente humana se siente dueña y poseedora de la Esencia Divina de la Unidad. Es en la Esfera de Hod, donde se da cobijo a esa Verdad, por lo que diremos, que es a través del intelecto, que retornaremos a la Percepción de la Unidad.

Hablar de Unidad es hablar de coherencia, de equilibrio y de armonía. Principios que forman parte del estado conocido como salud. Cuando nuestra mente domina la naturaleza emocional, nuestro comportamiento dará lugar a experiencias armoniosas y nuestro cuerpo físico gozará de bienestar.
Ahora bien, cuando nuestra mente sirve a las emociones, nuestro comportamiento será dual y como consecuencia de ello, nuestro cuerpo dará muestra de incoherencia y se identificará con la enfermedad.
La facultad curativa de Anauel requiere que en nuestro interior reine la unidad.

¿Percepción de la Unidad?

La percepción de la unidad es la consecuencia lógica una vez que nuestra mente ejerce dominio sobre los sentimientos.

Nos refiere Kabaleb al respecto: “Cuando hayamos integrado en nosotros sus esencias, pasaremos a ser ciudadanos del cielo y dejaremos de agitar banderas para siempre jamás. Cuando los deseos se ven dominados por la razón; es decir, cuando se comprenden las causas que han generado ciertas cosas, ya no es necesario que se cumplan sus efectos naturales. Entonces esa parte del destino ya escrito se borra, lo mismo que se pueden borrar, en un ordenador, los textos escritos en la memoria, con sólo apretar una tecla”.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Anauel, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.






lunes, 9 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Umabel (Dios por encima de todas las cosas)

61. Umabel (Dios por encima de todas las cosas)

Nombre Sagrado: Vav-Mem-Beith-Aleph-Lamed.

Umabel pertenece al Coro de los Arcángeles, Ángeles al servicio del Séfira Hod-Razón-Verdad.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Hod, donde expresa las  cualidades del Séfira Tiphereth-Equilibrio-Conciencia, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Afinidad, Amistad, Analogía. Gracias a ello, Umabel es el gran especialista en establecer la correspondencia que existe entre los distintos aspectos con los que se manifiesta la naturaleza.

Las aportaciones del Ángel Umabel, son las siguientes:
  • La amistad de una persona.
  • Aprendizaje fácil de la astrología y las ciencias físicas.
  • Consuelo en las penas de amor.
  • Que los viajes sean agradables y provechosos.
  • Protege contra el libertinaje y las pasiones contrarias a la naturaleza.

Con Umabel, seguimos en la esfera sefirótica de Hod-Razón. No es casualidad que en dicha esfera de conciencia, se den cita varios Ángeles con capacidad para la curación. No podemos olvidar, que el origen del “pecado” tal y como está inscrito en el “inconsciente colectivo” de la humanidad, se encuentra recogido en el pasaje bíblico de la expulsión de Adam y Eva del Paraiso Terrenal. La causa de esta “separación” la encontramos en el uso de la Mente, en un momento de nuestra evolución en el que aún eramos inexpertos en el manejo del Cuerpo de Pensamiento, pero más sensibles a la voz de los Deseos. El acto de ver con los ojos de la mente siguiendo las instrucciones de nuestros instintos (serpiente), nos llevó a concebir un mundo externo desconocido, el cual dio lugar al despertar de la individualidad y al nacimiento del ego.
Esa identificación del ego con el mundo material, propició la creencia de “separación”, de “culpabilidad”, de “temor”, de “sufrimiento”, de “enfermedad”.

Nuestra mente, está llamada a restablecer ese error. Es el único vehículo que nos permitirá restituir la visión de la verdad; nos permitirá conocer la realidad que somos y, cuando esto se consiga, se producirá el despertar de la conciencia que nos elevará por encima de las falsas creencias que nos ha mantenido sumidos en un aletargado sueño.

Umabel, dirige las energías de Hod-Razón hacia el Centro Tiphereth, donde se fragua la Conciencia. Ya vimos en el análisis del Ángel Mitzrael, como Hod-Mercurio, escudriña la materia con el propósito de extraer las verdades que encierra. Eso le lleva a convertirse en un experto analista, en un consumado investigador y, el resultado de sus trabajos, el hombre debe sacar sus conclusiones, las cuales pasarán a formar parte de sus creencias. Esas creencias, cuando encuentran un punto de confluencia, cuando son aceptadas por los “altos dignatarios de la verdad”, se convertirá en ciencia, en leyes, que todos debemos corroborar.

Fijaros bien, el importante papel que realiza Hod-Razón. Si nuestra mente nos lleva a identificarnos con el mundo material, con la creencia en la separación, ¿cómo podemos albergar en nuestro interior el germen de la unidad? Y, si esto es así, ¿cómo vamos a crear una realidad basada en la paz, en la armonía, si no la llevamos dentro?

Umabel, decíamos, consigue realizar una tarea esencial. Hod, como mensajero de la verdad, aterriza en el espacio de la Conciencia y le dicta las experiencias extraídas a lo largo de las observaciones realizadas en el mundo físico. Ese Hod, ya es un experto en conocimientos sobre dicho “plano de manifestación” y ahora, siente la llamada lejana de una realidad que no ha encontrado en ese Mundo. Es imposible que la encuentre, pues como bien expresa “Un Curso de Milagros”, el mundo físico no es real, pues nada que es real puede está sujeto a la temporalidad. Lo único real, por ser Eterno, es nuestro Espíritu. Es en este sentido, que el Hod de Umabel se entregará a su re-encuentro. Y lo hará, tras haber descubierto en el mundo material, en el mundo de la multiplicidad, el hilo conductor que une a todos los seres.
Ahora estamos en condiciones de establecer la igualdad en lo creado; estamos en condiciones de conocer la causa que da lugar al desorden; al caos; el origen del miedo; el sinsentido de la culpabilidad y del castigo reparador; estamos en condiciones de conocer la causa que ha dado origen a nuestras incoherencias y, por consecuencia, a nuestros desordenes físicos.
Así es como Umabel, se convierte en un Ángel Sanador. Da razones y argumentos convincentes a nuestra conciencia, para que reconozcamos la causa de nuestros trastornos. En otro nivel, esa “videncia” para reconocer la igualdad entre los distintos aspectos con los que se manifiesta la naturaleza, permitirá saber cuáles son las propiedades de las plantas y su relación con las diferentes manifestaciones de la enfermedad. Sabrá que la arenaria sirve para limpiar los sedimentos del riñón; que la cola de caballo, purifica nuestra sangre favoreciendo la eliminación de la orina; que el ajo es un magnífico antiséptico y que la hojas del eucalipto, utilizada en vapores, nos alivia las afecciones respiratorias.

El mejor antídoto de Umabel lo encontramos en la conquista de la Unidad. Creer en la Unidad, nos llevará a actuar coherentemente y a manifestarnos en un tono de armonía, que sin duda, encontrará eco en nuestro mundo externo, favoreciendo el encuentro de personas con ideas afines. A esto se llama Amistad.

¿Afinidad, Amistad, Analogía?

“Umabel es el gran maestro de las analogías, que es la Afinidad/Amistad a nivel filosófico. La ciencia de las analogías nos dice que para que algo sea verdad en un dominio determinado, tiene que serlo también en otro cualquiera.
Las analogías nos permiten conocer lo desconocido mediante lo conocido y esa gran ciencia nos fue enseñada por Hermes, que se encarnó un día en nuestra Tierra, pero que pertenece a la humanidad que vive en Mercurio. Lo de arriba es como lo de abajo, dijo, y conociendo la dinámica del mundo material, sabremos cómo funcionan los mundos espirituales”.

Estas últimas palabras, extraídas de la obra de Kabaleb “Los Dioses Internos”, nos aclara las cualidades que nos dispensa este Ángel. Dichos atributos se ponen de manifiesto, tan sólo, cuando hemos sido capaces de restituir nuestro comportamiento y ajustarlo al orden cósmico.

Cuando no hacemos un uso adecuado de las enseñanzas que nos transmite Umabel, nuestra conciencia se verá “oscurecida” y no sabremos reconocer lo que es afín de lo que no lo es. Esto dará lugar a comportamientos contrarios al orden universal.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Umabel, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.