sábado, 8 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia" -Final-

ULTIMA REFLEXIÓN

Con este capítulo final, mi propósito es simplificar el entendimiento de todos los procesos astrológicos que hemos descritos a lo largo de este estudio. Soy consciente de la dificultad que puede encontrar en lector a la hora de comprender los mensajes que he tratado de transmitir, haciendo uso de los Mándalas Astrales. Es por ello, que no podemos poner fin a esta obra sin antes llevar a cabo una síntesis que, agrupando todos los elementos, puedan ser mejor asimilados.
Es evidente, que para muchos habrá supuesto un reto para sus fijaciones mentales, el aceptar que un cuento de hadas, pueda convertirse en una extensa lección de astrología. La gran mayoría de nosotros, hasta ahora, espero, veíamos en las narraciones infantiles, tan sólo el deseo por parte del autor de dar vida a una lectura que entretuviese a los pequeños o cuanto más, una lectura didáctica que persigue como fin el hacer llegar al niño el contenido de mensaje moral.

Sin embargo, este estudio viene a ampliar esa limitada visión sobre el verdadero propósito de los cuentos de hadas. Yo me hice en su momento la siguiente pregunta, ¿para quién va dirigido los cuentos de hadas?, y si en una primera impresión, me dije, que indudablemente estaban orientados a la educación del niño, hoy puedo decir, que estaba equivocado, pues en verdad, he podido descubrir cómo esas narraciones están expresando verdades eternas que van dirigidas hacia nuestros valores imperecederos, estos son, los valores del espíritu en sus diferentes manifestaciones, bien como un ser emocional-psíquico, como un ser racional-mental o un como un ser físico-material.
El cuento de la Bella y la Bestia, debemos analizarlo con esa visión. El niño, infantil, aprenderá inconscientemente, cómo el error y la indisciplina nos llevan a convertirnos en seres horribles, e integrará en su código moral, inconsciente, que la Bestia no es tan horrible como la pintan y que el mal se convierte en bien, cuando no se rechaza y abandona.

Para el adolescente, la identificación con esta historia será más intensa y mucho más consciente. De hecho, un estudio psicológico de ella, nos muestra el tránsito de la niñez a la adolescencia; el despertar y madurez del lívido humano, de la energía sexual y creadora. La edad en la que se activa el Cuerpo de Deseos, a los catorce años, toda alma sufre el impacto de las emociones con tanta intensidad que protagoniza el despertar de los poderes del deseo, los cuales, nos llevan a convertirnos en seres egoístas, nos separamos de la guía de nuestros Padres, nos creemos diferentes, nos dividimos, nos emancipamos con el propósito de buscar el desarrollo de nuestra propia vida, buscamos, anticipadamente, satisfacer la naturaleza pasional que agita nuestro corazón y que nos incita a satisfacerla a través del goce sexual.
Al igual como el Príncipe, todos somos herederos del “reino” y de las potencialidades que hemos heredados de nuestros Padres. Todos somos seres espirituales y portadores de las energías divinas en estado potencial. De nosotros depende el uso que hagamos de ellas. Podemos obrar con inmadurez, como lo hizo el Príncipe, y entonces buscar el amor tan sólo en la belleza externa. Cuando así obramos, podemos estar seguros de que acabamos de convertirnos en el protagonista del cuento, y no tardaremos en caer en manos de un hechizo -situación temporal-, que nos transformará en Bestia.
Lo sucedido al Príncipe, no es algo eventual, sino eterno. ¿Qué quiero decir con ello? Me estoy refiriendo a la huella imborrable que todos los procesos creativos siguen, y el hombre como parte de ellos, protagoniza. Cuando Elohim-Dios, se dispuso para crear de sí mismo un universo donde permitiría la evolución a una serie de Oleadas de Vida, fueron los Zodiacales –Entidades Espirituales de un nivel superior-, dispuestos en 4 Elementos Básicos, los que le ofrecieron, desinteresadamente, los “materiales” para que construyera su Gran Obra.
De tal modo, que El Arquitecto Constructor tuvo que disponerlo Todo para adaptarse a esas Energías, teniendo en cuenta de que sus vibraciones al ser superiores a las del propio hacedor, exigía un proceso de adaptación. Cuenta la Tradición Cabalística, que formando parte de los Elementos, se encontraba en estado potencial el Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra, y que mientras con el Fuego, Elohim-Dios, encontró la Unidad y la Luz, con el Agua, encontró la División y la Oscuridad.
No vamos a narrar aquí todo el proceso del génesis del universo, pues ocuparía un espacio excesivo y nuestro propósito es otro, pero sí diremos, que fue a partir del Segundo Día de la Creación, cuando Elohim tuvo que separar las Aguas, estableciendo Aguas Superiores, a la que llamó Cielo y Aguas Inferiores a las que llamó Abismo. Este acto se estableció como una fase de todo proceso creativo, el hacer frente a la división.
Si hemos entendido este proceso espiritual, estaremos en condiciones de comprender lo ocurrido a nuestro héroe, al Príncipe. El con su fracaso existencial, viene a recordarnos, bien consciente o inconscientemente, la recapitulación que hacemos en nuestro crecimiento humano, del Segundo Día de la Creación, proceso evolutivo que se activa precisamente con la adquisición del Cuerpo de Deseo –adolescencia-, y en general, cada vez que movilicemos nuestros deseos con fines materiales.

El proceso de perfección tiene dos grandes fases, la Involutiva y la Evolutiva. En la primera, el propósito es adquirir conciencia de nuestros poderes latentes a nivel material, y para ello, orientamos nuestros pasos hacia el mundo que nos descubre los sentidos físicos, el mundo material.
En la segunda, la Evolutiva, el alma cargada y enriquecida de las experiencias sostenidas en el plano físico, se espiritualiza y su objetivo es alcanzar la perfección de tus vehículos, el físico, el emotivo y el mental.
La Bella y la Bestia, ha dado vida a estas dos fases del proceso. Como Bestia, el Príncipe, vive sumergido en la obscuridad de su conciencia material. Bella, a través de la enfermedad de su Padre, vive, igualmente, prisionera de Bestia, la conciencia material.
El ser, mientras es guiado por la voz de sus instintos materiales, por sus sentidos, tiene la consciencia dividida, de tal modo, que se siente diferente y dividido de los demás.

A nivel psicológico, esa separación se da igualmente en el propio ser, de tal modo, que nos identificamos con nuestros valores conscientes y rechazamos u olvidamos los impulsos que brotan de nuestra naturaleza inconsciente. Mientras que esa separación de conciencia se esté dando, el hombre se encontrará en el proceso de involución y aún está lejos de alcanzar su meta, la perfección.
El cuento nos descubre, dándonos las claves, lo que hay que hacer para alcanzar dicho Designio. El gran trabajo lo protagoniza Bella, la representante del alma emocional, lo femenino. En el génesis, podemos ver cómo fue a través de ese mismo representante, pero con otro nombre, Eva, que la humanidad fracasó y tuvo que seguir su crecimiento por otro camino, por otra vía, la del rigor. Existe una ley ocultista que nos enseña que toda energía debe salir por la misma puerta por la que entró, y si la aplicamos a nuestro tema, diremos, que será el alma femenina, la que perdiéndonos, debe salvarnos o expresado de otro modo, si la división surge en el Agua -deseos, emociones, amor-, será por el amor que debemos salvarnos.
El amor de Bella sufre una profunda transmutación. Primero ayuda a su Padre, que como representante de la espiritualidad estaba enfermo y perdido. Y sólo cuando decide acercarse, sin rechazo hacia su propia naturaleza animal, hacia Bestia, es cuando se produce la transmutación. Esa es la clave que debemos comprender. No podemos ir por el mundo con conciencia dividida, con el sentimiento de separación, pues al igual que Bella ama su oscuridad, reflejada en el otro, nosotros debemos amar nuestros propios errores personificados en los temas.
Nos exhortó El Maestro, Cristo, “amad a vuestros enemigos”, y si quisiéramos parafrasearle, diremos, “amad a vuestra Bestia”, y cuando así lo hayamos hecho, descubriremos en ella al Príncipe, al heredero de los poderes divinos, a nuestro verdadero Ser Interior, al Hombre-Dios.

viernes, 7 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia" -7ª parte-

5ª Escena: “Transmutación de Bestia”


Entramos en la última escena de la historia personificada por estos dos grandes y excelentes actores del alma humana, Bella y Bestia, la conciencia y el inconsciente
En el capítulo anterior habíamos dejado a Bella profundamente conmovida y transformada ante la visión de sufrimiento que le había sido revelado en sueño.
Cuando el hombre sueña, abandona por unos instantes el mundo físico y pasa a habitar el Mundo Astral, el Mundo del Deseo. Mientras que el Mundo Físico es el plano de la conciencia, el Mundo Astral se convierte en el plano del inconsciente, donde nos encontramos con todos nuestros sentimientos, tanto los positivos como los negativos. Siendo así, diremos que ese mundo en verdad es el mundo de Bestia, y cuando el autor nos revela que fue en sueño donde vio sufrir al fracasado Príncipe, lo que nos está revelando, en realidad, es que Bella había logrado penetrar en ese mundo emocional y se había sensibilizado con la visión de su propia naturaleza emotiva, acababa de comprender que la fealdad que veía en Bestia, era su propia fealdad interior.
Esta experiencia es inevitable en el sendero de todo aspirante al verdadero amor. Muchas veces nos sentimos preparados para afrontar los trabajos más sublimes, porque ello nos halaga y nos hace sentir importantes, sin embargo, vamos por la vida criticando y juzgando los comportamiento y errores ajenos. Repelemos el vicio cuando lo vemos reflejado en nuestros compañeros de ruta, sin embargo, cuando así obramos, estamos negando nuestra propia “Bestia” interior. El Maestro, dijo al pueblo que quería lapidar a la prostituta, “aquel de vosotros que esté libre de pecados, arroje la primera piedra”, y nadie se atrevió.
Enfrentarse a la propia “sombra” no es fácil, y tan sólo después de que nuestro Padre –personalidad espiritual- esté enfermo y deseemos curarle, después de la décima noche, es decir, después de haber experimentado los Trabajos de los 10 Centros de Conciencia-Séfiras-, entonces, sentiremos la llamada del sufrimiento de nuestra naturaleza oscura que desea ser aceptada por la consciencia y quedar liberado de su prisión y maldición. Si no nos amamos íntegramente, estaremos siempre dejando una parte de nosotros en la penumbra y en el destierro.
Pero quizás esté adelantando el trabajo que consideró la síntesis final. Sigamos analizando los acontecimientos que se sucedieron a continuación y veámoslo como hasta ahora, bajo las dos versiones.

Bella llegó al Palacio donde se encontró al animal moribundo. Estamos ante una verdadera y romántica escena de amor. El alma toma consciencia de que ya no puede vivir separada, por más tiempo, de su “otro yo”, y busca con ansiedad el encuentro con él. Ese afán es la clave de esta escena. No podemos dejar en manos de la providencia, el hecho de que se den las circunstancias propicias para retornar. Debemos movilizar todos nuestros recursos, hasta el punto de abandonar nuestro hogar, esa intimidad que hasta ahora había permanecido enferma, para ocuparnos de la parte que más nos necesita, nuestra “sombra”.
Para Bella el rostro feo y repelente de Bestia había dejado de ser un motivo de rechazo. Ahora, apreciaba otra belleza más profunda, una belleza que no la podía consumir el perecedero tiempo, se trataba de la belleza del alma. Bestia, moría de amor por Bella, y ese amor invadía todo su corazón, se trataba de un amor impregnado de pureza, de luz, estaba dispuesto a morir por ella.

Existen dos mensajes muy importantes en este pasaje, y ambos hablan de amor. El primero, el amor de Bella por Bestia. Ese amor está interpretado astrológicamente por la Casa V y por la Casa VIII, y existe una diferencia entre ambos. El amor de la Casa V, es un amor libre de pasiones humanas, es el amor desinteresado capaz de cualquier cosa por el otro y que no pide nada a cambio. Vemos que Bella tiene en su Casa V, el signo de Virgo, la Virgen del Zodíaco, y con ello nos está revelando el estado de amor que dirige hacia Bestia.
Virgo, como ya hemos dicho en otro momento de este estudio, es el signo que nos lleva al desapego de los hábitos materiales y al servicio desinteresado. ¿Acaso no era puro servicio, los propósitos que hicieron volver a Bella al lado de Bestia?

Por otro lado, la Casa VIII, nos sugiere un amor de orden más humano, más pasional, el cual adquiere protagonismo una vez que se ha despertado al amor de la Casa V.
Todo el que se haya enamorado alguna vez comprenderá, que los primeros latidos del corazón hablan de romanticismo, sin que existan intereses impuros. A partir de ese impacto, se pone de manifiesto el compartir las intimidades humanas, y entonces, se ama igualmente la naturaleza humana. Vemos que la Casa VIII de Bella, se sitúa en Sagitario, ¿acaso no es su amor humano, el Príncipe-Sagitario?

El segundo de los mensajes, hace referencia al estado de amor de Bestia. Por un lado el amor de su Casa V, el puro, le llevó a sentir una profunda compasión por la joven, hasta tal punto que arriesgó su vida por ella, luchando contra los lobos. Estaba dispuesto a morir por ella. Esta dinámica responde a la posición del signo de Piscis en el sector V.
En cuanto al amor de la Casa VIII, nos revela al signo de Géminis en dicho sector. No es casual que el signo de Géminis, responda al complemento de Bestia en su condición de Príncipe-Sagitario, es decir Bestia veía en Bella la inteligencia, el dominio de la razón sobre los instintos, y sobre todo, el alma que le permitió comprender su error humano, amar superficialmente.

Llegado este punto, ninguno puede vivir sin la presencia del otro, ambos se prometen servicio mutuo. Es el momento cumbre, un momento de profunda trascendencia espiritual, y que tan sólo la vida de los Grandes Maestros han protagonizado. Un ejemplo de ello es la Vida de Jesús, que muriendo en la cruz, derramando su sangre, libera al mundo de sus cargas, de sus errores, de su karma y abre un sendero, un nuevo camino, donde el hombre puede redimirse asimismo, tan sólo activando el Arrepentimiento, el Amor y el Perdón.
En efecto, estamos ante los tres logros claves de esta historia. Arrepentimiento, pues sin esa toma de conciencia no se producirá el cambio necesario. Amor, que es la nueva esencia que formará parte de nosotros, y Perdón, pues es el trabajo interno y externo que nos permitirá alcanzar la propia liberación.

Decíamos antes, que Bella y Bestia se prometieron servicio mutuo. Con ello estamos diciendo, en términos astrológicos, que ambos proyectaron sus Casas V -Piscis y Virgo-, esto es Amor Abnegado y Servicio Desprendido.
Bestia se transforma en Príncipe, recupera su verdadera identidad. Pasa de estar en Escorpio a situarse en su parcela espiritual, Sagitario. Bella por su parte también ha madurado. Al principio, se encontraba atrapada en el apego a la belleza física y a los placeres que le ofrecía sus sentidos. Pero ahora, una vez superada esa etapa, se convierte en el complemento del Príncipe-Sagitario, es decir, conquistada el Plano de la Mente, Bella, deja de ser una belleza instintiva, para convertirse en una belleza mental, Géminis. Este signo, en su máxima expresión, nos convierte en portadores del Verbo Creador, y en verdad, esa función se consigue cuando se ha logrado integrar ambas personalidades.
En esa transmutación de ambos aspectos del alma humana, se produce todo un proceso evolutivo, que, igualmente, bien se puede interpretar Astrológicamente.
Por ejemplo, hemos visto que el amor puro de Bestia-Escorpio, se encontraba en su Casa V-Piscis, sin embargo - este tema de meditación lo dejo en manos del lector-, ahora como Príncipe-Sagitario, el signo de Piscis se sitúa en la Casa IV, es decir, la conquista de su conciencia –ya sublimada- pasa a formar parte de su propia intimidad, la misma intimidad que le llevó a fallar al principio de la historia. Invito al lector, a ocuparse de ese mismo aspecto, pero aplicado a Bella.
Dejamos a Bestia transformada en Príncipe, pero antes de poner el sello final a este estudio, pasemos a interpretar las escenas que nos narra el autor de la otra versión.
En ésta, habíamos dejado a Bella y Bestia en un esperanzador acercamiento, después de los referidos rechazos mutuos. Estas escenas, podrían ser interpretadas como un romántico flirteo. Ellos vivían en paz y armonía, sin embargo, el encantamiento continuaba y aquella situación parecía eternizarse.
Cierto día, Bestia quiso saber si Bella era feliz a su lado, pues en Bella había un profundo pesar, deseaba ver de nuevo a su Padre, aunque fuera un sólo momento.
Bestia que tenía en su poder el Espejo Mágico, quiso satisfacer a Bella, sin embargo, lo que le mostró el Espejo sorprendió a ambos, su Padre estaba perdido en el bosque.
Este autor, introduce un matiz diferente para hacernos partícipes de la situación espiritual de Bella, vivida por su Padre. En la anterior versión estaba enfermo, ahora está perdido. Ambas situaciones responden a la misma causa, el error espiritual, la inmadurez del alma.
Bestia reconoce, que debía dejar ir a Bella para que ayudase a su Padre. Ya hemos visto lo que ello significaba. Bella debe asumir la iniciativa y por sí misma vencer los obstáculos que han llevado a su Padre a fracasar en su prueba. Bestia ofreció a Bella el Espejo Mágico.
Recordemos que ese Espejo estaba en correspondencia con el signo de Cáncer, y fijémonos como ese signo se sitúa ahora en la Casa IX, desde Escorpio-Bestia. Este sector es el canal por donde el hombre exterioriza sus valores morales más elevados, el contenido de su conciencia espiritual, y lo hace, con el propósito de ordenar éticamente el mundo, con el propósito de ayudar a evolucionar a la humanidad. Por lo tanto, Bestia le está dando lo mejor de sí mismo, se desprende de la única herramienta que le permite conectarse con el mundo exterior, y es que en verdad, el único mundo que deseaba contemplar Bestia, era el de Bella.
Esta escena nos sugiere una reflexión importante, la “sombra” tiene recursos que pueden ayudarnos a superar nuestros fracasos existenciales. No podemos pues rechazarla, como habitualmente hacemos. Con la ayuda del Espejo, Bella encontró a su Padre, el cual estaba muy grave, y se quedó con él para ayudarle. Pero en ese instante, una manifestación del pueblo, encabezada por el joven que deseaba desposarse con Bella, quiso apoderarse del viejo, pues decían que estaba loco.
En el momento en que Bella comienza sus trabajos de transformación, la tendencia Escorpio-joven narcisista, viene a poner en peligro esos trabajos, queriéndose apoderar de nuevo de la referencia espiritual de Bella, su Padre. Sin embargo, la joven,  para evitar que lograsen su propósito, tomó el Espejo y les mostró el rostro de la Bestia. ¿Por qué hizo esto?
Pues porque era el único modo de hacerles tomar conciencia de su error. Ese pueblo que pide apoderarse del Padre, son las tendencias de nuestra intimidad, de nuestros deseos, con los que hemos compartido nuestros alimentos, nuestras apetencias, pero que ya no nos sirven para lograr nuestro nuevo propósito. Ese pueblo -intimidades-, está representado Astrológicamente por la Casa IV, en este sector, el alma queda apegada al mundo de los recuerdos, del pasado y añora permanecer en ese estado. Sin embargo, si así lo hacemos, peligra nuestra evolución, pues requiere transformación. Ese sector de nuestra vida nos exige que nos enfrentemos a lo que somos en realidad y es por ello, que Bella les enseña a Cáncer, ese signo que en el zodíaco constituido rige expresamente la Casa IV, el Espejo les muestra el contenido de ese signo, su naturaleza inconsciente, la Bestia, y le dice al pueblo: ¡Ved lo que en verdad soy internamente!
Esta situación es semejante al momento en que nuestra intimidad descubre que existe una parte de sombra en nosotros, dado que ese sector exige pureza, pretenderá, como ocurre en el cuento, dar muerte a la Bestia y poner fin a lo corrupto. Sin embargo, no es eso lo más aconsejable, pero veamos cómo nos lo narra el cuento.
El joven narcisista y engreído, condujo a la multitud hacia el castillo, utilizando el Espejo que le había arrebatado a Bella. La lucha estaba servida. Las dos tendencias de Escorpio, la Bestia y el joven amante, se enfrentarían en un combate a muerte, pero mientras el animal se mostraba compasivo y humano, el joven se había convertido en un sangriento y cruel animal.
Aquella situación fue aprovechada por el agresor, el cual clavó su cuchillo sobre la Bestia. El furor y el dolor del animal herido, hizo perder el equilibrio a su contrincante, el cual cayó al vacío. Bestia, mal herido, miró a Bella y se desplomó.

Esta versión de la historia de la Bella y la Bestia, viene a indicarnos que el fracaso en la prueba del amor, puede adquirir dos matices diferentes. Uno, el protagonizado por el Príncipe-Sagitario, aspecto espiritual, que se convierte en Bestia-Escorpio, y otro, el del propio joven engreído y narcisista-Escorpio, aspecto humano.
La diferencia de su final, para Bestia, la transformación y para el joven amante, la muerte, nos indica, que el Yo Espiritual nunca muere, siempre puede ser redimido, mientras que la personalidad mundana, debe perecer para que lo espiritual pueda sobrevivir.

Bella corrió hacia la Bestia y le abrazó. Sintió tanto amor por aquel animal, su compañero, que le besó queriendo mostrarle en aquellos momentos de agonía, sus puros sentimientos.
El último pétalo de la rosa cayó mientras Bella lloraba. Pero ya nadie podía evitar, que el hechizo tocase a su fin. Bella fue testigo de la transformación de Bestia, de su propia transformación.

Nos dice el autor, que la Rosa marchita se había convertido en un hermoso Capullo. Ya no se trataba del fruto de una pasión, y quizás le haya faltado al creador de esta versión, introducir un dato significativo, el color de la nueva flor, que sin duda no sería ya rojo, sino blanco, como la pureza de su amor.
¡Ah!, antes de cerrar el telón, deciros, que las hermanas de Bella, fueron convertidas en estatuas de piedra. Y no podría ser más sabio el castigo impuesto a la Casa III de Bella, donde encontramos a Cáncer-división. Estas hermanas no consiguieron la felicidad en su matrimonio, es decir, no consiguieron complementarse con el signo opuesto, en este caso Capricornio, el cual exige convertir el deseo en obras de amor. Ya que no lo habían conseguido, con la ayuda de su Padre, que le ofreció el oro –conciencia-, ahora lo harían por la vía del rigor, la “petrificación” propia del Capricornio, signo que nos invita a convertir en piedra todos nuestros actos, esto es, en acciones materiales.

¡Y la luz resplandeció sobre la hermosa Bella y el apuesto Príncipe, cuyo amor había logrado romper aquel terrible hechizo!

FIN

jueves, 6 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia" -6ª parte-

Aquel acto de valentía, actuó como una varita mágica que transformó los sentimientos de Bella. A partir de ese momento, se produjo un acercamiento y sus vidas íntimas se entrelazaron, hecho que queda simbolizado cuando el autor nos indica que ambos cenaron juntos. Ese alimento compartido, es muy significativo, pues difícilmente el odio, el miedo, el desamor, puede llevarnos con agrado a compartir la mesa con la persona que es nuestro carcelero.
En la otra versión que estamos igualmente analizando, las cosas ocurren de otro modo. Para, Bestia parece muy importante saber si Bella ha accedido a quedarse con él por voluntad propia. Con esta preocupación, Bestia, nos descubre una gran verdad, ya que, cuando decidimos enfrentarnos a nuestra naturaleza animal, debemos hacerlo libre de presiones, por libre voluntad.
La respuesta de Bella es afirmativa, lo que hace que Bestia decida liberar a su Padre. La aceptación de la sombra y oscuridad que hay en nosotros, libera los poderes espirituales y creadores.
Bella tiene acceso a todo cuanto desee -nos narra el autor-, y con ello quiere revelarnos una de las peculiaridades que es desconocida cuando se hace referencia al inconsciente, es decir, en la morada del “otro yo”, encontramos un baúl lleno de posibilidades, ahí se encuentran energías que debemos utilizar para alcanzar nuestro pleno poder creador.
Sin embargo, Bella continúa insatisfecha y se inquieta cuando cada noche, Bestia, le pide en matrimonio. Le pide que lo amara como ama a su Padre. Lo que Escorpio-Bestia propone a Tauro-Bella, es que dé ese paso de transición definitivo que ha de permitir la integración de ambas naturalezas complementarias, y le pide que al menos lo ame como a su Padre, es decir que activen los valores de Acuario-Casa X, pues con la comprensión que le aporta este signo, Bella comprenderá que Bestia forma parte de su propia naturaleza. Sin embargo, Bella aún no ha tomado conciencia de este hecho.
Pasaron 3 meses y la joven continuaba entristecida, pensando tan sólo en la suerte que había corrido su Padre. Viendo Bestia que estaba enferma de tristeza, la dejó marchar para unirse a su Padre, pero con la condición de volver y no abandonarle jamás.
El número 3 en Cábala, corresponde al Séfira Binah, conocido como Inteligencia Activa. Gracias a la influencia de este centro, todo propósito alcanza su fase de cristalización, es decir, la semilla florece y el germen madura. Por lo tanto, el número 3 es la etapa de la cristalización. El autor nos enseña con ello, que transcurrido un período de trabajos internos, Bella decide encontrarse con su Padre-Acuario, es decir, desea acercarse al patrón que ha de permitirle alcanzar la comprensión de la unidad entre los seres. Pero podrá hacerlo, siempre que utilice posteriormente ese estado de conciencia para vivir junto a Bestia.
Bestia le deja una semana de plazo para visitar a su Padre que estaba enfermo. Si no vuelve morirá.
Ya hemos visto como el Padre de la joven Bella no consiguió realizar con éxito su trabajo Acuario-Inventor. Ahora es Bella, habitando en la tierra de Escorpio-Bestia, enfrentada a su sombra, a su parte oscura y tenebrosa, la que transcurrido un período de tres meses a partir de Escorpio, la que se sitúa en la tierra de Acuario (Sagitario, Capricornio y Acuario), para continuar los trabajos allí donde su Padre fracasó. De hecho el cuento nos indica que el Padre estaba enfermo. La enfermedad aparece como resultado de su fracaso existencial, al no conseguir realizar los trabajos de Acuario.
Bella consigue de su naturaleza interna –Bestia- una tregua, una semana le es suficiente, pues durante ese período, habrá conseguido madurar su estructura mental y dominar los instintos. Bestia sabe que ello es necesario y se lo hace saber, indicándole que si no vuelve junto a él, morirá, es decir habrá fracasado.
Cuando Bella llega a su hogar, encuentra que sus hermanas no son felices en su matrimonio. Al comprobar éstas que Bella era feliz, planearon un ardid para  retenerla.
Todo parece indicar que el sector III (hermanos)-Cáncer no había alcanzado su equilibrio interno, a pesar de haber recibido el oro de parte de su Padre, esto es, la consciencia de la unidad unificadora. Cáncer es división, fluyendo desde las emociones, y éstas sujetas a la volubilidad del agua, se tornan rebelde una vez más para impedir que el trabajo de unificación se realice felizmente.
Con ello debemos ver, una tentadora y seductora prueba, que encontraremos en el camino cuando nuestro propósito es el autoconocimiento interno, bien a través de un trabajo externo de complementación, Bella-Bestia, o interno, a través de un trabajo de meditación. Se trata de la satisfacción de nuestros sentimientos íntimos, la satisfacción de nuestro egoísmo.
Nos narra el autor que a la décima noche, Bella sueña con Bestia que está sufriendo. ¿Por qué diez noches precisamente? ¿Qué verdad oculta nos quiere transmitir el autor con ese número? Si nos fijamos bien, el número 10 es la unidad pero en un nuevo ciclo. Una primera reflexión nos sitúa ante la idea de un nuevo inicio, pero para empezar algo nuevo hay que poner fin a lo viejo, a lo anterior, y ese anterior, son los trabajos concernientes a los números que van del 1 al 9.
En Cábala, cuando se estudia el Árbol Cabalístico -estructura del Orden Cósmico-, se observa de inmediato que está constituido por 10 Centros de Consciencia, llamados Séfiras. Cada Centro es una lección de Dios, esto es, un Estado de Conciencia que debemos adquirir. Estos Centros encuentran su origen en Kether, el Principio de todos los Principios, el número 1, y van descendiendo en orden numérico hasta alcanzar el décimo Séfira que es Malkuth -la realidad material-.
¿Qué debemos entender con esto? Pues que el 10 es el resultado material de los Trabajos Divinos, queriendo decir con ello, que todo acto creador llega a su fase de materialización con el número 10, o lo que es lo mismo, la semilla-1, se convierte en fruto-10. Pero al igual como todo fruto, el número 10, lleva implícito en sí mismo una nueva semilla: 10 = 1.
Bella tras la décima noche había alcanzado su madurez, como aspecto del alma femenina. En otros términos, podríamos decir, que ya era mujer, había alcanzado el período de fertilidad y estaba preparada para engendrar una nueva vida. Esta evolución del alma la lleva a un estado de conciencia donde sus deseos infantiles se transmutan en puro amor, capaz debe llevarla a la propia abnegación de sí misma.

Si contamos 10 signos, uno por cada noche, a partir de Tauro, nos lleva al signo de Acuario. ¿Acaso no es éste el trabajo donde fracasó su Padre? En efecto, su maduración, le está indicando a Bella, tras la décima noche, que ha conseguido dominar la naturaleza emocional con el vehículo del Pensamiento. Ahora habrá alcanzado la conciencia de que la Bestia y Bella eran una misma persona. A partir de ese momento no repudiará su parte oscura, sino que la amará y la integrará. Había logrado el Trabajo Interno de la unificación de los polos opuestos.
Continuará

miércoles, 5 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia" -5ª parte-

4ª Escena: “Trabajo Interno”

En la versión paralela que estamos estudiando de la Bella y la Bestia, el autor nos revela una trama diferente, por la cual, Bella llega al Castillo. Tras la sentencia de muerte impuesta por la Bestia, el Padre, ante el temor de perder su vida, opta por suplicar a su “verdugo". A pesar de su demostrada crueldad, Bestia decide perdonarle, pero a cambio, una de sus hijas debe ocupar su puesto. A tal propuesta, el reo accede, aunque no de buen grado, y a cambio de sus servicios, Bestia, a su marcha, le entrega oro.
Una vez más debemos descubrirnos ante la intuición del autor, que ordena la historia de tal modo que nos descubre una senda que ha de permitirnos, alcanzar el proceso alquímico.

La súplica del Padre es símbolo del arrepentimiento, una aptitud que tan sólo se consigue, cuando se ha trabajado internamente en la Casa VIII y se ha descubierto, que la verdadera causa de nuestras aflicciones se encuentra en uno mismo. A pesar de todo, no es suficiente con el arrepentimiento, Bestia le pide una “muestra” de él, y para ello, le exige que se desprenda de una de sus hijas, es decir, uno de los frutos de su labor creadora.
El hombre cuando desarrolla una creación, tiende a quedarse apegado a ella, a sentirla como suya, a poseerla, y con el tiempo, cuando la dinámica de la vida nos lleva al desapego, viviremos como una pérdida, un profundo desgarro, esta superación. Bestia le pide al Padre que viva la experiencia de Virgo, pues de esta manera, como ya hemos dicho en otra parte de estos estudios, quedaremos limpios para reanudar la marcha hacia la perfección.
Los hijos, por otra parte, están representados astrológicamente por la Casa V, pues a través de este canal, el hombre proyecta su conciencia creadora, expresando su amor a través de sus valores morales. Por lo tanto, el papel que ejecuta el Padre cambiándose por una de sus hijas, no es otro que poner de manifiesto la conquista de su estado de conciencia nuevo.
Es Géminis, el signo que se sitúa en la Casa V, contando desde el Ascendente Acuario-Padre. A través de este Arquetipo, el hombre debe dar salida a sus ideas con el propósito de organizar el mundo de acuerdo a las Leyes Divinas. Géminis, es el que nos hace comprensible las cosas, el que aporta lógica y conocimiento, el que ha alcanzado el dominio sobre las pasiones humanas y está dotado para establecer vínculos de hermandad. Por lo tanto, la hija que ha de cambiarse por el Padre, es la voz que apacigua los instintos, el don de la palabra creadora.

Fijémonos (si utilizamos el Mandala estudio para Bella), que Géminis es el signo que ocupa la Casa II, desde el Ascendente Tauro-Bella, lo cual nos indica que la riqueza (Casa II) con la que cuenta la joven, es precisamente el atributo de la Inteligencia Creadora. Ella posee el don de establecer relaciones armoniosas entre los seres, y esa será precisamente la labor que desempeñará, una vez en manos de la Bestia.
Nos indica el autor, que Bestia le entrega oro para pagar los servicios del Padre. Con esta muestra, paga con la misma moneda, hija por oro. Ambos son los atributos de la riqueza espiritual, de la conciencia (Casa V). Mientras que el Padre, le da a su hija Bella con la riqueza de Géminis (intelectualidad), Bestia le ofrece su Casa V, es decir Piscis (recordemos que Bestia es Escorpio y Piscis es el signo que ocupa el sector V desde dicho signo), o lo que es lo mismo, la promesa de una nueva conciencia inspirada por la sublimidad de la naturaleza emocional, por la compasión. Se trata de una promesa inconsciente, incluso para la propia Bestia, pues sin saberlo, le estaba otorgando su capacidad de amar con abnegación.
El narrador nos revela que ese oro sirvió para que sus hermanas se casaran. ¿Quién son esas hermanas y qué importancia tiene el hecho de que se casasen?
Aplicando las Casas Astrológicas a este pasaje, tenemos que el significado de los hermanos debemos buscarlo en la Casa III, sector que significa, igualmente, el canal por el cual expresamos el contenido elaborado por nuestra mente, con el propósito de crear paz y entendimiento entre los seres.

Partiendo del Ascendente Tauro-Bella, la Casa III, está ocupada por Cáncer, signo donde nacen los deseos y con ello el germen de la división. El hecho de que el oro ofrecido por Bestia sirva para casar a las hermanas de Bella, nos está indicando, que su sacrificio a aceptar convivir con su naturaleza inferior –inconsciente-, permitirá establecer vínculos de unidad en el sector donde fluye el germen de la división. Es decir, comienza su andadura hacia la sublimación de las emociones, hacia el encuentro con la Unidad.
A partir de este momento, una vez que Bella y Bestia se encuentran habitando en el mismo hogar, se desarrollarán una serie de escenas cuya trama pondrá de manifiesto la dinámica de los “trabajos internos”. El acercamiento es lento, paciente, indicándonos con ello, que la conquista del inconsciente no es una labor que se consiga en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras tanto, su Padre, que había sido liberado, llegó al pueblo donde cuenta lo acontecido. Ello provoca las burlas de todos los oyentes, aunque, deciden ir en busca de Bella para salvarla. Entre los ciudadanos estaba un joven presumido y vanidoso, que deseaba casarse con Bella. ¿Quién es este personaje tan pintoresco que aparece en una de las versiones del cuento?
Se trata de un aspecto de la naturaleza inconsciente de Bella, que refleja la inmadurez de esta. Está respondiendo a la Casa VII-Escorpio, sin embargo, no se trata del mismo rostro de la Bestia-Escorpio, pues en verdad, éste es un príncipe caído, es decir, un Sagitario en prueba.
La vanidad, el narcisismo, la presunción del joven está representando Escorpio-Casa VII y está reflejando un aspecto proyectado por el alma-Bella cuando aún no está madura. Es ella misma pero reflejada en el otro. En la medida en que el dominio de sus emociones vaya consiguiéndose, el aspecto de este joven irá cambiando, hasta el punto que deje en su lugar al verdadero Príncipe que subyace en su Casa VIII-Sagitario, en su mundo emocional.
La otra versión no menciona a este joven y continua la historia dando vida a los diálogos que se establecen entre ambos personajes. A lo largo de esta relación se pone de manifiesto una situación que viene a evocar en el recuerdo lo sucedido en el paraíso terrenal con Adán y Eva. Bestia ofreció a Bella todas la comodidades que se podía encontrar en el castillo, no obstante, le prohibió terminantemente visitar el ala oeste.

Adán y Eva también podían disfrutar de cuantas riquezas crecieran en aquella tierra, sin embargo, fueron advertidos por la divinidad de que no comieran del Fruto Prohibido. ¿Cuál es verdaderamente el motivo de esta prohibición?
El oeste astrológico está representado por la Casa VII, el sector por donde nace la facultad de la razón, del entendimiento, del autoconocimiento, reflejado en el otro. En este sector, partiendo desde el Ascendente Escorpio-Bestia, está ocupado por Tauro-Bella-Rosa. En efecto, cuando Bella viola la confianza de Bestia e irrumpe en la sala oeste, ella descubre una rosa roja protegida por una campana de cristal, sin embargo, no alcanzó a comprender que era aquella rosa la causa de su aflicción.
De repente, se unen en un mismo arquetipo una serie de símbolos, la sala oeste, la rosa y la propia Bella violando la confianza del Príncipe-Bestia. Esa violación se traduce en un deseo prematuro de proyectar nuestra individualidad, nuestro ser. Adán y Eva quisieron utilizar el poder de su voluntad emocional, su libertad creadora, para alcanzar el conocimiento de sí mismo, pero aún no estaban preparados para ello, pues sus vehículos eran inmaduros.
Bella quiso tomar esa rosa roja, es decir, pretendió acceder a la pureza virginal del amor, cuando aún no había conseguido liberarse de su naturaleza “bestia”, de sus instintos.
Bestia la descubre y le recrimina su falta de confianza, es entonces cuando Bella, decide abandonar el castillo horrorizada por la furia de Bestia. Cuando se encontraba en plena huida, Bella fue atacada por los lobos del bosque, y cuando le parecía que iba a ser devorada, apareció Bestia, el cual luchó con bravura hasta lograr vencerles a todos, aunque no pudo evitar caer herido.
Fue entonces, cuando en Bella se produce el comienzo de una profunda transformación. Abandonó la idea de huir y, en cambio, se puso a curar al malogrado Bestia.
En verdad, cuando el alma decide habitar con su mundo oscuro, con su inconsciente, no siempre le es agradable aceptar las tendencias que descubre en él y es muy común ver como abandonamos los trabajos de unificación. Sin embargo, la parte inconsciente Bestia, debe ser aceptada, y para ello, debe proteger a la parte consciente, pues sin ella, jamás podría realizar su trabajo alquímico de transformación. Es por ello, que lo “oscuro” da muerte a las propias tendencias de la oscuridad (lobos). El mal está regido por la fuerza de repulsión, es por lo que se autodestruye. El bien, en cambio está regido por la fuerza de atracción. Esta es la razón por la que el bien siempre vence al mal.
Continuará...

martes, 4 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia" - 4ª parte

3ª Escena: Prueba del Padre -  “Transmutación”


La desesperada huida del Padre de Bella, ante el temor de ser devorado por los lobos hambrientos del bosque le lleva a las puertas de un misterioso castillo.
Lo que debería ser un provechoso y tranquilo viaje, que le llevaría al encuentro con Libra-Unificación, se convirtió en una penosa aventura, y todo porque el Padre se “equivocó de camino”, estaba mirando el mapa al revés.
Casi no necesita explicación esta parte de la historia, pues se hace evidente, de que la espiritualidad de Bella, representada por su Padre,  no sabía cómo llegar a su destino, es decir, era aún inexperta, inmadura. Por lo tanto, cuando nuestra relación con la espiritualidad –Padre-, no es consciente, corremos el peligro de perdernos y cuando esto ocurre,  no queda otra solución que penetrar en los dominios de la Bestia, es decir, el feo rostro de nuestra naturaleza inconsciente que habita en la penumbra y en la soledad de un castillo encantado.
Existe una versión diferente de la que estamos estudiando en este Cuento de Hadas, en la que el autor nos refiere como el Padre, tras haberse perdido, llega a un castillo donde decide robar unas rosa con la intención de regalársela  a su regreso a Bella. Sin embargo, su acción es descubierta por el dueño de aquel lugar. Una Bestia cruel que, en castigo a su acción, se apodera de él.
En este contenido, rico en simbología, se contempla una vez más el propósito del Padre de alcanzar esa meta de madurez emocional, de pureza, que queda recogida en el símbolo de la rosa. Sin embargo, esa rosa no le pertenece, esto es, no es un logro personal, por lo que su acción le lleva a quedar preso de manos de la naturaleza inferior, representada por la Bestia.
Una reflexión de esta acción, nos indica, que el hombre no siempre está preparado para afrontar con equilibrio la experiencia de la complementación, es más, si lo que le guía es la pasión y el deseo inmaduro, lo que le sucederá ha sido descrito anteriormente con lo protagonizado por el Padre de Bella.
Como castigo a su osadía, la Bestia, sentencia a muerte al ladrón. ¿Cuál es la trascendencia de esa rigurosa sentencia? El propósito de la Bestia no es tan sólo castigar al intruso, sino enseñarle de una vez por todas, que no se debe usurpar los bienes ajenos, aunque se tratase de una insignificante rosa. Es por ello, que decide poner fin a su vida (en la versión que estamos tomando como guía no es así, como a continuación veremos).
La muerte en términos ocultista es análoga a la idea de transformación, de cambio. Lo que debe morir es lo perecedero, lo que nos impide seguir evolucionando. Es por ello, que la muerte da paso a una nueva vida llena de nuevas oportunidades de crecimiento evolutivo.
En Astrología la muerte está representada por la Casa VIII. Se trata de un sector alquímico, donde el alma sufre un profundo cambio cuando realmente se purifica la naturaleza emocional. En el Zodíaco Constituido, la muerte, está en relación con el signo de Escorpio, precisamente el que da protagonismo a la Bestia. Por lo tanto, con esa sentencia, Bestia-Escorpio le está indicando al Padre de Bella, lo que debe hacer, transformar sus deseos. ¿Pero cómo? Esa respuesta viene indicada por el signo que ocupa la Casa VIII, partiendo desde Acuario-Padre como Ascendente-Casa I, es decir, por Virgo.
Este Arquetipo aporta la clave para que se produzca el cambio. Virgo es el signo del abandono a todo apego a lo material, del servicio desinteresado. A través de él, nos limpiamos de todo lo que nos sobra para penetrar en un nuevo ciclo de experiencia y afrontar una nueva espiral evolutiva hacia el logro final de la Perfección. Por lo tanto, el trabajo consistía en dar muerte a los viejos apegos, a los prejuicios, a los hábitos materiales que nos mantienen prisioneros de los falsos valores.

En la versión de nuestro estudio, el Padre es encarcelado, esto es, es privado de su libertad. En verdad, esta situación es vivida por el alma como una muerte en vida. El resultado final que persigue el encarcelamiento, así como la enfermedad, es la toma de consciencia de nuestros errores emocionales. Por lo tanto la Bestia era portador de ese mensaje de rectitud: ¡Permanecerás en cautiverio de tus propios deseos…, como yo permanezco prisionero de mis errores!
La reclusión y la enfermedad con confinamiento, está recogida en astrología por la Casa XII, pues es a través de este canal por donde el hombre recibe como karma expiatorio  el resultado de sus acciones emocionales.
Es el signo de Capricornio el que aparece ocupando la Casa XII, situando Acuario-Padre en el Ascendente. Este Arquetipo enseña al hombre a construir el mundo físico, a utilizar los recursos materiales con orden y rectitud, de tal modo que la realidad física, sea un reflejo de la realidad espiritual. Esta es la lección que debe asimilar en cautiverio el Padre de Bella, pues en la medida en que aprende a utilizar sus recursos, sus potencialidades en el mundo de las formas, aportará madurez, responsabilidad y orden a su naturaleza emocional.
Pero en verdad, la acción del Padre de Bella vendría a acelerar un encuentro que no supo promover de otro modo, el de Bella –lo femenino-, con la Bestia –lo masculino-. En efecto, nos narra el autor, que Bella sale a buscar a su Padre, al comprobar que su caballo ha vuelto sólo a casa. Inmediatamente, pide al caballo –símbolo de la naturaleza animal- que ha guiado al Padre, que la lleve hasta el lugar donde debe encontrarse con él.
El caballo, fiel animal, lleva a Bella hasta las puertas del castillo, donde penetra con el propósito de preguntar por su Padre. Sin embargo, la sorpresa fue horrible, le encontró prisionero y enfermo. De repente, la Bestia le sale al encuentro y le recrimina su presencia allí. A pesar de su impresión, estaba horrorizada al ver el rostro de la Bestia, Bella suplica al animal que dejara en libertad a su Padre y a cambio, ella se quedaría en su lugar. La Bestia accede a su petición, pero le exige una promesa, se quedará allí para siempre.
Esta escena nos sitúa en el comienzo de un proceso alquímico de maravillosa belleza, y que sin duda, toda alma debe protagonizar, si en verdad aspira a alcanzar su plena integridad humana: consciente e inconsciente.
Nuestra referencia espiritual en el proceso involutivo de la conciencia, por lo general, suele perderse en su viaje hacia el encuentro con la unidad perdida. Cuando esto ocurre, debe ser nuestra naturaleza interna la que desee “salvar” a su Padre “Yo Espiritual”, y para ello, debe estar dispuesta a sacrificarse por él y convivir estrechamente con la Bestia, la parte oscura de la personalidad que no supo expresar los valores positivo del Amor.
Veamos a partir de este punto del camino qué sucede, qué senda debemos recorrer para lograr el propósito propuesto, el retorno a la Unidad.

Continuará...

lunes, 3 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia" - 3ª parte

2ª Escena: Prueba de Bella -  “Armonizar”

“No lejos del castillo había un pueblecito francés… en él vivía una hermosa muchacha llamada Bella…”
Las referencias que nos hace el autor son muy significativas para poder ubicar a la hermosa Bella en el signo de Tauro. Ya veíamos en el capítulo anterior como la “prueba del Príncipe” resultó ser la de este signo (Tauro en Casa VI): Amar en profundidad, sin embargo, fracasó. Veíamos, como convertido en Bestia-Escorpio, su complemento (Casa VII) se situaba en Tauro, indicándonos cuál debía ser su búsqueda como ideal de complementación – matrimonio.
Ahora el cuento nos indica que Bella vivía en un pueblecito francés. El hogar en astrología debemos buscarlo en la Casa IV, y si situamos en el nuevo Mandala de estudio a Tauro en el Ascendente (Casa I) con el propósito de analizar las peculiaridades de Bella, veremos como en la Casa IV queda ocupada por el signo de Leo, signo, que no por casualidad –es obvio-, rige a Francia.
Tener a Leo en Casa IV, nos revela el aspecto más íntimo de la naturaleza de Bella. Leo, el signo de la conciencia espiritual y de los valores morales, está iluminando su feminidad, es decir, Bella posee un corazón puro, noble y generoso.
El autor nos refiere que a Bella le apasionaba la lectura, y en ello vemos la posición de Géminis en la Casa II, donde se concentran los deseos más concretos del ser, su mayor seguridad y posesividad. Ella es rica en atributos intelectuales, es decir, domina el Elemento Aire, la razón, por su vinculación con el signo de dicho Elemento Géminis.
Al referirse al padre de Bella, el autor de la versión que estamos interpretando, nos sitúa a este personaje dedicado al arte de la invención. Veamos que nos revela dicha información. La Casa Astrológica que se ocupa del estudio del patrón del Padre es la Casa X, indicándonos al mismo tiempo que por dicho sector obtendremos información de las energías que mejor dominamos, dado que son las que tenemos más trabajada, de ahí su vinculación con el tema de la profesión.
En el tema de Bella, la Casa X está ocupada por el signo de Acuario, el que nos permite conectar por vía intelectual con el mundo de los Arquetipos, lo que permite la comprensión de las leyes que se deben aplicar en el mundo físico, es decir, gracias a Acuario, el hombre debe construir el mundo con las pesas y medidas del Cielo. En definitiva, en Acuario nos convertimos en inventores de ideas originales.
Esta influencia marcada por su Padre, el patrón de referencia espiritual, al tratarse de un inventor, viene a indicarnos las cualidades con las que Bella está dotada. Ella posee el poder de establecer en el mundo, la Ley de la Igualdad y llevar a los hombres a la comprensión de su naturaleza interna, aportándole conocimientos para que superen la etapa de la división interna y la superación de las emociones.
Continua la historia refiriéndonos que el Padre partió hacia una feria para mostrar su invento, pero en su travesía sucedió que se perdió en la espesa y fría niebla… queriendo tomar un atajo, se adentró en el bosque, donde tuvo que hacer frente a la profunda oscuridad y a los aullidos de los lobos. Era tanto su miedo que acaba caído en el suelo y, acosado por las bestias del bosque, huyó despavorido. Corrió hasta encontrar un tenebroso castillo en el que no dudó penetrar y cerrar tras de sí las puertas…
Vayamos paso a paso analizando este amplio contenido. Situemos en el Mandala del estudio de Bella al signo de Tauro en el Ascendente y a Acuario en la Casa X, como representante del Padre. El narrador nos dice, que el Padre deseó presentar su invento en una feria con el propósito de obtener beneficios  económicos con él.
El signo donde el hombre pone de manifiesto sus deseos es Piscis. A través de este Arquetipo, exteriorizamos nuestros sentimientos, nuestras alegrías y nuestras penas. En este tema, el signo de Piscis se sitúa en la Casa II del Padre (si hemos dicho que el padre es Acuario, situando a este signo en el Ascendente, Piscis ocupará la Casa II). Como hemos tenido ocasión de adelantar, esta Casa II se traduce como el sector de las riquezas y bienes materiales (se trata del fruto obtenido tras el trabajo realizado), lo que nos sugiere la intención de Acuario-Padre de vender su creación, o lo que es lo mismo, venderse a sí mismo.
Piscis como Casa II de Acuario nos invita a conocer que nuestra mayor riqueza, en el momento en el que trabajamos con el conocimiento de las Leyes Cósmicas o cuando nos intelectualizamos, debe ser la Compasión, ese sentimiento que nos lleva a sentir el dolor ajeno como nuestro propio dolor. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando lo que pretendemos es tan sólo confirmar la certeza de nuestras elucubraciones mentales, de nuestra forma de pensar o cuando pretendemos sacar beneficio material a nuestras ideas? Pues que nos perderemos en el laberinto y en la confusión del bosque, como le ocurrió al Padre de Bella, y entonces quedaremos a merced de los lobos, esas tendencias que representan nuestros instintos salvajes e inferiores que nos hablan de nuestros deseos perversos.
El hombre cuando vende sus ideas con el propósito de enriquecerse, no olvidemos que el Ascendente está en Tauro –deseos de posesión material, se aleja del verdadero propósito. Pero sigamos con nuestra interpretación.
Para lograr su propósito de venta, el Padre debe realizar un largo viaje. En el lenguaje esotérico, cuando se realiza un viaje, es indicio de que se debe producir un cambio interno, pero al no producirse éste, el alma se ve motivada para encontrar ese cambio, a través de un desplazamiento, de un cambio exterior.
El cambio interno que debe realizar el Padre, debemos buscarlo en la Casa IV desde Acuario, y en este sector encontramos al signo de Tauro. Volvemos de nuevo sobre la idea original. Se trata de cambiar el deseo de goce y posesión material, por el de amor profundo y fecundador. Como este cambio no se produce, la conciencia material se lanza al cambio externo, en un venturoso viaje. Astrológicamente el largo viaje está representado por la Casa IX, pues es a través de este canal por donde se debe exteriorizar los valores profundos de nuestra conciencia espiritual. A través del viaje buscamos la trascendencia. Aparece el signo de Libra en la Casa IX, desde Acuario, revelándonos que es la unificación, la voluntad de complementación, el logro que ha de conquistar ese Padre, representante de la espiritualidad de Bella.
El autor da pistas que son inequívocas a la hora de comprender el significado del trabajo (viaje) que realiza el Padre de Bella (Acuario-Casa X). Todo comenzó una tarde de otoño, es decir, se establece una situación temporal que admirablemente viene a indicarnos el signo activo en este tiempo. Ya sabemos que los meses de año están regidos por los 12 signos del Zodíaco. ¿Qué signo rige el otoño? Precisamente el de Libra.
Bella se situaba internamente en predisposición para alcanzar ese encuentro con el compañero con el que ha de compartir su vida o lo que es lo mismo, ha de alcanzar la madurez emocional representado por el Elemento precedente  al Aire, el Agua y lograr así su propósito de integración con la unidad. Ese es el trabajo del Alma-Bella, la búsqueda de la Armonía y el retorno a la Unidad.
Continuará...

domingo, 2 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia". 2ª parte

El afirmar que el hombre camina por la vida sin rumbo, puede interpretarse como una afirmación excesivamente rigurosa, sin embargo, la realidad de cada día nos demuestra, que la confusión y el afán de evasión se va apoderando lentamente de las mentes de los hombres.

Recientes estudios estadísticos, demuestran que la depresión y las enfermedades psicosomáticas, en general, están aumentando en la sociedad. Muchos piensan que la razón de este crecimiento debemos buscarlas en las circunstancias sociales que estamos viviendo, que no permiten dar salida y satisfacción a los propósitos humanos, sin embargo, existe otro motivo más profundo y menos valorado, a pesar de ser el más importante, me estoy refiriendo a la falta de significado de la vida, a la falta de norte espiritual.
Desde que nacemos, nuestros padres se preocupan, por lo general, en alimentarnos y en vestirnos, en darnos una educación cultural que nos permita el día de mañana ser grandes personajes, hombres de provecho, pero olvidan que el niño necesita comprenderse a sí mismo, para lograr sobrevivir en el complejo mundo en el que vive, él necesita echar raíces sólidas, necesita establecer un dialogo de comprensión con su mundo íntimo, de tal modo que pueda poner orden en él, pues es el único modo que logrará vivir con equilibrio y orden en el mundo exterior.
Los Cuentos de Hadas, ayudan al niño a alcanzar esa conquista interna, pues les transmite de un modo sutil, por vía intuitiva, una educación moral que ha de convertirse en los sólidos cimientos de la realidad que ha de construir.
Este trabajo va dirigido, especialmente, a los padres y educadores, pues de dar a conocer las claves ocultas que darán un significado espiritual y trascendente a los Cuentos de Hadas. Ahora bien, no es nuestro propósito, que al comprender el mensaje oculto del cuento, el padre revele su contenido al niño, ya que cualquier interpretación racional que hagamos, privará al niño de la magia alquímica que le llevará a sentirse, él y sólo él, el héroe, el vencedor de la prueba.
Por ello, hagamos un paciente esfuerzo y evitemos que nuestro hijo adivine que conocemos sus sentimientos más profundos y su implicación con el cuento.
Como ya hemos dicho en otra ocasión, el uso de la Astrología nos ayudará a ir desvelando los misterios de la vida que, tan extraordinariamente, se ha recogido en la tradición popular de los Cuentos de Hadas. En esta ocasión, vamos a analizar el cuento de la Bella y la Bestia, y para ello, he elegido la versión traducida por Yolanda Chaves y publicada por Walt Disney (Ed. Gaviota, s.a)

 1ª Escena: Prueba del Príncipe. “Aprender a Amar
“Hace mucho, mucho tiempo, en un país lejano, vivía un Príncipe en un hermoso castillo…”

¿Quién es ese Príncipe, astrológicamente? Espiritualmente, la condición de Príncipe, nos revela que somos herederos de un “reino”, de un “poder”. En Cábala, el Séfira que hereda los poderes de “Arriba”, de la Divinidad es Hesed, cuya representación planetaria es Júpiter. Este planeta, regenta al signo del Elemento Fuego, Sagitario, y vemos que dicho arquetipo, es el que resume los trabajos “principescos”, es decir, a través de Sagitario, el hombre debe ser heredero, instrumento de la divinidad y exteriorizar su Designio Divino. El Príncipe está en analogía con el signo de Sagitario cuya misión es ser portador de altos valores espirituales y morales.

En el Mandala de estudio situamos a Sagitario como Ascendente (sector astrológico que nos informa de los rasgos de la personalidad, expresando los atributos del Yo), y a partir de ahí, comenzamos su estudio.

Otra pista que nos aporta la narración del cuento, es la procedencia de su reino. Un “país lejano”, esto es, la Tierra del Espíritu en relación a la Tierra Humana. El Elemento Fuego en relación a Elemento Tierra, se entiende como lo que está más allá de la realidad.
Nos refiere el narrador que el Príncipe lo tenía todo. Las posesiones en Astrología debemos buscarlas en las Casas Terrestres Fijas (He) y en especial la Casa II, si lo que pretendemos es tener información de sus riquezas materiales. Si nos trasladamos al Mandala, encontramos que Sagitario-Príncipe posee en abundancia a Capricornio (signo que ocupa la casa II), es decir, posee potencialmente el poder de hacer tangible las cosas, de materializarlas, es decir, el poder sobre el mundo material, donde adquiere un gran poder ejecutivo para conseguir cualquier deseo físico.

Sin embargo, era caprichoso, egoísta y cruel. Estas cualidades oscuras del Príncipe-Sagitario, debemos buscarla formando parte de su naturaleza inconsciente, en el sector donde se manifiestan nuestros deseos más íntimos y faltos de luz-conciencia. Este canal, es la Casa XII, que como podemos ver, está dando cobijo al signo fijo del Elemento Agua Escorpio. Este signo, interpretado como una cualidad del alma irredimida, como un aspecto negativo, es el responsable de los atributos antes descritos: egoísmo y crueldad. En Escorpio, el hombre se siente poderoso y trata de ejercer su poder sin tener en consideración a los demás.
“Una noche fría llegó al castillo una vieja mendiga”

¿Por qué una noche fría? Esa noche es el estado de conciencia en el que vivía el Príncipe. Es la noche de la “prueba”. El signo Escorpio en Casa XII, le estaba invitando a enfrentarse a su propia oscuridad interna.


La vieja mendiga, es un estado evolutivo de la conciencia que nos revela sabiduría. Al tratarse de una mujer, está mostrándonos un aspecto del alma, se trata del alma vieja, de la propia sabiduría, que deseaba habitar en el interior del Príncipe, en su morada, en su mundo interno y emocional. La imagen de mendicidad nos hace intuir los trazos del servicio y el desprendimiento, y ello nos lleva a activar el canal VI, la Casa de la Servidumbre. En esta Casa aparece el signo de Tauro, signo donde se concentra todo el potencial de Sabiduría, destilada a través del Amor, como la Fuerza constructiva del universo.
Tauro es el signo de la belleza, no tan sólo la material, sino también la espiritual. Alcanzar este nivel de conciencia, nos indica que estamos a un paso de alcanzar la perfección. Tauro aporta color a la naturaleza y dota de hermosura todo cuanto crece. Es el símbolo de la Rosa, y no es casualidad que sea una rosa la flor que le ofrece la anciana. La Rosa es el símbolo que recoge los esfuerzos del espíritu por lograr dominar sus vehículos inferiores. Las espinas de las rosas son las pruebas que nos enriquecerán en el camino, que no hará sabio, y el destilar de la flor es el canto a la pureza, el Amor. Por lo tanto, la anciana, le estaba regalando –mostrando-, el camino que debía tomar el Príncipe, representante del Espíritu. Le estaba ofreciendo la oportunidad de desprenderse de las ataduras de Tauro, al poder, al gozo, al placer mundano y transmutar sus emociones dando vida al verdadero Amor Espiritual.


El color de la rosa, rojo, nos aporta una pista significativa por parte del autor. El rojo es el color del planeta Marte, el responsable del impulso emocional y del potencial sexual y creador. Esa pureza a la que alude la “vieja”, es una pureza que debe ser conquistada en ese sentido, pues en verdad, Escorpio en la Casa XII, nos está indicando un mal uso con las fuerzas generadoras. La prueba es superar el sentimiento de la pasión desmedida.
La mendiga le dijo: “no te dejes engañar por las apariencias, la auténtica belleza está en el interior de las personas”.

Si tuviésemos que resumir en una frase el mensaje del signo Tauro, tendríamos que hacer uso de las palabras de la vieja mendiga. En efecto, el Príncipe no supo ver los “trabajos” de Tauro en su Casa VI. Esto nos sucede prácticamente a todos, pues este sector de nuestra vida nos invita a enfrentarnos a una prueba kármica que exige ser redimida, atendida e inevitablemente superada. Se trata de la asignatura que hemos ido dejando pendiente, vida tras vida, y ahora nos reclama ser atendida inexorablemente. En este caso, la prueba es aprender a amar, no lo superfluo, sino lo profundo y eterno.
Continúa el Cuento diciéndonos, que en verdad la anciana era una hechicera y que vio que en el corazón del Príncipe no había amor. Como castigo lo convirtió en una bestia y lanzó un hechizo sobre todos los habitantes del castillo.
En verdad, que el sector VI en astrología, posee esa magia transmutadora y liberadora. En ese sector debemos desprendernos de las tendencias más viejas y caducas que hay en nosotros, y ellas son las que conocen mejor que nadie lo que ocurre en nuestro corazón, al tiempo que puede convertirnos en seres de una calidad inferior, es decir, el estancamiento, la no aceptación de la prueba, nos convierte en seres inferiores y nos lleva a quedar rezagados en el proceso de la evolución.
Antes de desaparecer, la vieja le entregó un espejo encantado que lo conectaría con el exterior y le dejó la Rosa, la cual se mantendría fresca hasta que alcanzara la edad de 21 años. Para romper el hechizo, tendría que amar a otra persona y conseguir ser correspondido antes de que cayera el último pétalo de la Rosa. Si no lo conseguía, quedaría para siempre convertido en Bestia.
¿Qué significado se esconde detrás de ese espejo mágico? Podríamos decir que la hechicera no abandonó por completo al Príncipe en su desdicha, pues puso en sus manos una poderosa herramienta, que se convertiría en el único “arma” con la que poder conseguir superar la prueba.
El espejo le permitiría contemplar su feo rostro, esa figura, ese aspecto de su personalidad, que habría permanecido oculta por la poderosa imagen del Príncipe. Cabalísticamente, Yesod-Luna, es el Séfira que hace funciones de “espejo”, pues su papel es proyectar los contenidos de los demás Séfiras (Centros de Consciencia), con el propósito de que éstos lleguen al mundo material. Esta misma función, es desarrollada por la Luna, que como vemos va reflejando la luz del Sol-Espíritu. Pues bien, el signo que regenta el planeta Luna es Cáncer y en el Mandala de estudio ocupa el sector VIII, el que nos revela el contenido de nuestros inconsciente, esa parte de nuestra personalidad desconocida y por lo general rechazada.

Cáncer es el signo por donde emanan los sentimientos más puros; representa el nacimiento  del deseo en el hombre, el cual está impregnado de un gran poder transmutador. Por lo tanto, ese espejo mágico – Cáncer – situado en el mundo oscuro del inconsciente, le estaba indicando al Príncipe que debía proyectar emociones y sentimientos de sublime pureza, que debía elevar las vibraciones de sus sentimientos y desear nobles propósitos.


Por otro lado, se fija un tiempo para superar la prueba, los 21 años. A esa edad, el hombre adquiere el Cuerpo Mental y comienza a trabajar en la dinámica de Libra, donde deberá aprender a integrar lo opuesto a través de la experiencia de complementación: se trata del matrimonio alquímico. Si en la etapa anterior, es decir, durante los trabajos del Cuerpo de Deseos, personificados por los signos de Agua y las Casas de Agua (Cáncer, Escorpio, Piscis, Casa IV, VIII y XII), no se consigue sublimar la naturaleza emocional, de tal modo que seamos capaces de amar a los demás, entonces, quedaría para siempre estancado en la impureza de sus emociones como una Bestia. Dejará de ser Sagitario-Príncipe, para convertirse en Escorpio-Bestia.


Por lo tanto, debemos situar este signo, Escorpio, como Ascendente, mientras permanezca bajo los ropajes de la Bestia. Si así lo hacemos, comprobaremos que la Casa VII, la que nos habla de los demás y sobre todo, de nuestro complemento, está ocupada por el signo de Tauro. Es esta la razón  por la que se fija como fecha límite, al caer el último pétalo de la Rosa. Él debe integrar su otro-yo, el amor profundo, en su personalidad, si no lo hace, quedaría siempre dividido, identificado con sus valores más primarios, representados por Escorpio irredimido. Quedaría preso del egoísmo; preso de su crueldad y fealdad.