sábado, 10 de abril de 2021

Astrología Cabalística: "Las Casas Terrestres - Casa VIII"


CASA VIII


Advertíamos al estudiar el signo de Escorpio, que el elemento Agua -la energía emocional- alcazaba su nivel de interiorización, llevando al individuo a vivir en la "oscuridad" de su naturaleza interna, con el propósito de descubrir en sí mismo el poder creador del Elemento líquido. Esta disposición, es adoptada por la Casa VIII. La dinámica He-He (por tratarse de la 2ª Casa de Agua), nos pondrá en contacto con el caudal emocional que hemos acumulado a lo largo de nuestras vidas pasadas, así como la disposición actual para los trabajos de interiorización de la naturaleza emocional.

Recordemos una vez más, las circunstancias acontecidas en el 2º Día de la Creación, cuando el Trabajo Divino consistió en amoldar la energía Agua-Deseo. La división da lugar a diferentes niveles de emoción: las superiores y las inferiores.

Cuando analizábamos la Casa IV, hacíamos referencia a esto mismo con el propósito de conocer cuál era la "puerta" por donde el hombre se adentrará al mundo dividido. Si por el canal IV hemos abierto nuestro manantial de Aguas-sentimientos puros, entonces esas Aguas buscarán un cauce tranquilo y fecundador al paso por las "tierras" de la VIII, dando lugar a una naturaleza emotiva pletórica, exuberante y rica, la cual nos llevará a experimentar internamente un vivificante placer y una gratificante sensación de bienestar.

Cuando nuestros sentimientos y deseos se han desplegados por el canal IV con el propósito verdadero de "imitar" al creador, podemos esperar que ese amor manifestado, lo encontraremos ahora en "negativo", es decir, seremos beneficiario del amor divino, y nuestro trabajo espiritual nos permitirá estar en contacto con los seres superiores, los cuales nos protegerán y nos envolverán con su amor. De ésta se deduce, que una de las interpretaciones que debemos conocer de esta Casa, es la importante relación que se establece a niveles emocionales-astrales entre el individuo y las Jerarquías que evolucionan en estos planos. No olvidemos, que la dinámica de la Fuerza He, se manifiesta como "circunstancias providenciales" que se ponen al servicio para conseguir que el propósito emanado por nuestra voluntad en la fase Yod, se haga realidad. Por tanto es lógico pensar, que si por la Casa IV hemos amado al mundo sin pasiones, a través de la VIII, recibiremos esa calidad emocional como respuesta.

Ahora bien, no debemos olvidar que el Elemento Agua es el Elemento rebelde, y si ya en los niveles superiores, en los Trabajos Divinos, su dominio fue difícil, a niveles inferiores, es decir, en nuestro nivel humano, dominar las emociones se ha convertido en el caballo de batalla, en la vía de perdición, en la puerta del abismo.

Debemos tan sólo meditar sobre el comportamiento humano desde que existen referencias históricas, para comprender que no hemos sido "ángeles". Por lo tanto, no podemos descartar que las Aguas que riegan nuestras "tierras internas", sean Aguas sucias, contaminadas, no muy diferentes a las que encontramos hoy en nuestros ríos. Nuestro estancamiento en este Elemento, favorecerá la putrefacción de nuestras emociones, las cuales nos llevarán a querer vivir tan sólo del placer y del goce, sin haber realizado previamente esfuerzo alguno que haga merecerlo.

Si nuestros deseos han puesto en circulación energías emotivas de baja calidad por la puerta de la Casa IV, ahora suscitaremos el amor de los "demás" que nos invitarán muy sutilmente a que saciemos nuestra sed con esas Aguas corrompidas. Se tratará de amores egoístas, que nos buscarán sólo en lo superficial, en lo sexual, en lo que haya en nosotros de poderoso.

Igualmente podremos tratar de averiguar cuál será nuestra relación con los planos internos. Tal vez encontremos por ese canal, todos los clichés emanados en Casa IV, en espera de ser satisfechos y alimentados. Es por ello, que esta Casa se convierte en el sector de los placeres ocultos y secretos.

Otra de las expresiones que hemos estudiado en relación con el Elemento Agua, es la capacidad creadora. En este sentido, la Casa VIII en su calidad de doble He, aparece como la "tierra" fértil donde esos trabajos de creación se llevarán a cabo. En verdad, la raíz primordial del arquetipo creador está bajo la regencia del Séfira Hochmah y de la Fuerza He del ciclo creativo. Siendo esto así, si observamos el orden cósmico de los Elementos y extraemos los signos que quedan bajo su dinámica, veremos que el Principio del Propósito creador está en Leo, signo que podríamos decir, alberga el Designio Divino de Crear. Sin embargo, Leo, es un Yod por Elemento, por lo que hablábamos de él, como la semilla que ha de movilizar nuestra voluntad para desarrollar la tarea creadora. En cambio, Escorpio, es un doble He, donde Hochmah ejerce doble influencia, y donde el hombre siente que debe crear. Esta es la razón por la cual, en Escorpio, en la Casa VIII, encontraremos información de nuestra actitud hacia las tareas generadoras.

Como hemos ido viendo a lo largo de este punto, los trabajos del sector VIII, dependen mucho de los trabajos de la Casa IV. En efecto, si por este sector hemos sido sensibles al amor y este sentimiento nos ha llevado a desear dar vida, a proteger al mundo, como una madre protege a su hijo, cuando pasemos a la Casa VIII, recibiremos como "recompensa" una tierra fértil -seminal u ovular- que nos permitirá engendrar la creación en nuestro interior.

¿Hay experiencia más gratificante, más hermosa, más elevada?

Cuando miramos al mundo y vemos que existe, cada vez con más frecuencia, un rechazo por generar vida, no podemos evitar el reconocer, que nuestras Aguas no son todo lo pura que quisiéramos.

Estamos llamados a ser Dioses Creadores, y sin la experiencia de Escorpio y Casa VIII, difícilmente podremos adquirir los conocimientos necesarios para llegar a serlo.

Como respuesta a nuestro rechazo por engendrar vida, en la Casa VIII, podremos encontrar las dificultades que viviremos para tener descendencia.

Otra de las respuestas que recibiremos de la Casa en estudio, está relacionada con el afán de pureza y regeneración manifestada a través de la IV. En un sentimiento de elevación, desearemos liberarnos de los apegos a lo terrenal. En su última consecuencia, este deseo transmutador, genera una circunstancia "liberadora", la muerte. En este sentido, debemos conocer, que la Casa VIII, nos habla de la transformación en su sentido más amplio, y de la muerte, como experiencia liberadora del Cuerpo Físico. Conociendo esta información, debemos buscar en el sector VIII, la cultura de la muerte que posee el individuo, así como todo lo relacionado con los detalles que se darán en el momento del tránsito a los planos más sutiles.

Por último, debemos analizar otro de los significados más tratados en relación a la Casa VIII, el del inconsciente, y muy especialmente el inconsciente individual. No podría ser de otra forma, si entendemos, que el Agua es la fuente del abismo, de la oscuridad, de lo interno, de lo profundo, de lo que está por debajo de la conciencia-luz, es decir, el Agua, es el inconsciente, donde se acumula un gran poder oculto, el del espíritu.

Podríamos decir, que en la Casa VIII, existe una viva vida interior. Ocurren cosas, tenemos sentimientos que fluyen desde lo más profundo y tratarán de gobernar nuestras vidas. En este canal encontraremos el rumbo elegido por nuestros deseos, pero como una voz interior, seductora, que nos invita a seguir satisfaciéndolos. Pueden ser complejos, motivados por las inhibiciones y los prejuicios, los que afloren por ese sector, y será viviendo internamente en él, que descubriremos las Causas que nos han llevado a tales estados psíquicos.

En definitiva, este sector aparece como una "tierra" de regeneración y transformación.

Concretizando los valores expuestos en este punto, este sector adquiere los siguientes significados:
  • Ansiedad; temor; miedo producido por la experiencia de la muerte.
  • Regeneración de imágenes de deseos que son la memoria oculta de reacciones a experiencias de relación en la encarnación pasada.
  • Expresión de nuestros deseos; conservación y mantenimiento propio.
  • Obsesiones de toda clase.
  • Poder sobre materiales y personas.
  • Satisfacción sexual y posesividad mutua de dos personas entre sí.
  • Propiedad y prestigio ante el mundo: fama y renombre.
  • Los sueños como medio regenerador.
  • Los legados. Financias del compañero, de los demás.
  • Habilidades ocultas ó facultades latentes listas para su manifestación.
  • Inconsciente personal. Elementos que han sido reprimidos, olvidados ó percibidos subliminalmente.
  • Formación de complejos. Psicoanálisis.
  • Ánimus/anima. Sombra del contenido personal.
  • Transformación y regeneración a través de la ampliación del punto de vista.
  • Necesidad de hallar seguridad emocional y anímica.
  • Anhelo de estado de paz emocional.
  • Anatomía: sistema urinario y generativo.

viernes, 9 de abril de 2021

Astrología Cabalística: "Las Casas Terrestres - Casa IV"

CASAS DE AGUAS: PSIQUICAS-EMOCIONALES


En el Segundo Día de la Creación, el Elemento activo fue el Agua, y con él la Obra recibe el Elemento rebelde, lo que llevó a la necesidad de "separar", "dividir" lo que en el Fuego se encontraba en estado de Unidad. Así se estableció las Aguas de "arriba" y las Aguas de "abajo".

Los Trabajos de este Elemento-Día están bajo la regencia de Hochmah, el Amor Primordial. Ya veíamos que esa esencia - el amor- adopta los ropajes del Agua para establecer la ruta por la que rencontraremos la unidad perdida.

Las Casas de Agua en analogía con estos Trabajos Divinos, llevarán implícito ese mismo mensaje, pues si con Cáncer-Escorpio-Piscis, hablábamos de las Aguas Divinas, con las Casas IV-VIII-XII hablaremos de las Aguas humanas, esto es, de la calidad de nuestras emociones, que como es obvio no tendrán la misma calidad que las divinas.

Con el Agua, se adquiere el afán-deseo de crear, por lo que su manifestación nos lleva a afrontar esa experiencia esencial. De este modo, las Casas de Agua estarán impregnadas de esa misma necesidad, por lo que nos revelará nuestra actitud a aceptar los trabajos creadores, entendiéndolo siempre como el deseo humano de actuar-imitar a los Trabajos Divinos.

Por último, y en relación con la división propia del Elemento, en las Casas de Agua, encontraremos los trazos de esa "separación" y podremos interpretar, que mientras el Fuego-Luz, es la conciencia moral, el Agua-oscuridad, es esa misma conciencia pero en negativo, es decir, su reflejo, esto es, el inconsciente.

Pasemos a analizar las Casas de Agua, individualmente. 



CASA IV

 Al tratarse de una Casa Yod, existe una amplia actividad emprendedora, en este caso relacionada con el mundo interno, con el mundo oscuro de las emociones y sentimientos. En este sector, el hombre trata de integrar su "Fuego" particular, es decir, su propósito humano en su naturaleza emotiva, de tal modo que sus deseos, motivan, estimulan al individuo hacia la consecución del propósito.

Existirá en esta Casa un afán de pureza que nos llevará a emanar sentimientos con el propósito de "blanquear", "limpiar", "regenerar", nuestra naturaleza y la de los demás. A través de la Casa IV, ponemos en marcha nuestro Hochmah particular, adoptando los ropajes de los sublimes anhelos, los cuales nos llevarán a desarrollar una hermosa labor curativa.

Otra de las interpretaciones más comunes que se recogen en la tradición astrológica, nos indica la relación de este sector con el pasado, con las raíces, con nuestro origen, nuestra infancia, nuestra patria y antepasados, con nuestra madre como expresión del marco que nos ha dado la vida.

Todas estas ideas encuentran su expresión en los Trabajos del Elemento Agua, pues como veíamos en su estudio, el Agua lleva impregnado en sí mismo al Elemento primordial, el Fuego, el cual nos refiere nuestra verdadera esencia, nuestra divinidad, el principio más elevado y puro que hay en nosotros. El Agua queriendo reflejar, imitar, interiorizar esa pureza, al manifestarse en el terreno humano, se representa como la búsqueda de ese pasado, de esa etapa anterior que nos revelará nuestra trascendencia, que nos hace sentirnos Dioses, que nos hará retornar a la Unidad. 

Siendo esto así, debemos tomar conciencia de la importancia que tiene este sector, pues la medida en que lo potenciemos cuando los planetas -en especial el Sol- transite por él, estaremos recuperando nuestra pureza primigenia.

Si en el Agua, nace la conciencia humana de división con respecto a su creador -conciencia espiritual-, en la Casa IV, se produce el re-nacimiento de la conciencia unitaria. En un grado más concreto de estas energías, este sector nos hablará igualmente de las circunstancias que rodea nuestro nacimiento físico. 

Ya hemos aludido anteriormente a los dos niveles establecidos dentro del Elemento Agua: las Aguas de arriba-superiores-cielo, y las Aguas de abajo-inferiores-abismo. En analogía con esta idea, la Casa IV, es la puerta de entrada donde se pone de manifiesto esta dualidad. Así pues, dependiendo de la orientación de la conciencia del individuo -que viene dada por la situación de los senderos del Árbol Cabalístico- podremos conocer la dirección que tomará nuestras emociones, bien identificadas con lo Superior, lo cual dará lugar a un estado de pureza, bien identificado con lo Inferior, lo cual degenerará en sentimentalismos y pasiones.

El Elemento Agua se manifiesta como arquetipo de lo interno, del plano astral, ese vasto y misterioso mundo donde se desarrolla una actividad aún más amplia que la que habitualmente vivimos en el mundo físico. En él evolucionan un gran número de jerarquías espirituales, así como las almas desencarnadas que tras el abandono del plano físico, pasan a ese plano. Conociendo esto, a través de la Casa IV, estaremos en contacto con las entidades evolucionantes en el plano astral, y se produce una comunicación que bien puede ser consciente o inconsciente. Esa relación no se establece con los seres espirituales, sino también -y esto es muy importante-, con los clichés emocionales, esas imágenes engendradas por nuestros deseos y que van adquiriendo poder sobre nuestra naturaleza. Los hábitos emocionales encuentran un difícil obstáculo a vencer en estas creaciones astrales.

Las experiencias vividas durante el sueño, están igualmente en estrecha relación con las creaciones que hacemos en el Mundo del Deseo, promovidas por nuestra imaginación y sentimientos.

Por último señalar, que cuando nuestra conciencia no nos lleva a realizar los trabajos de purificación propios del sector IV, serán las anécdotas externas las que con su manifestación, nos indiquen qué trabajos debemos hacer. Así no es extraño que cuando esta Casa se active por el tránsito de planetas, la vida nos lleve a contactar con alguno de los significados que hemos ido describiendo en este punto: la infancia; los recuerdos; el pasado; la madre; el hogar; los sueños; la patria; el agua, etc... 

Concretizando este punto, diremos que la Casa IV, recoge la siguiente gama de significados convencionales y psicológicos, siempre en analogía con los trabajos propios del signo Cáncer.

  • Los padres que ejercen menor influencia en la vida de la persona. El hogar.
  • Edificios; tierras y minas. Todo lo que pertenece a la tierra y propiedades.
  • El inconsciente revelándose en los sentimientos.
  • Reacciones que surgen de la profundidad interior.
  • El final de la vida. Vejez.
  • Nuestra necesidad de intimidad, de ambiente cómodo donde poder recogernos y distendernos, reflexionar.
  • Sede de la naturaleza de deseo, de las emociones y pasiones.
  • Facultad imaginativa; receptividad anímica.
  • Atesoramiento de recuerdos.
  • Cosas ocultas; asuntos privados, íntimos.
  • Aporta una introspección de la naturaleza de la niñez del nativo.
  • El pueblo, la nación, la patria.
  • El proceso de purificación.
  • Tendencias transmitidas (masa hereditaria).
  • Anatomía: pecho y estómago.

jueves, 8 de abril de 2021

Astrología Cabalística: "Las Casas Terrestres - Casa IX"

CASA IX

Asistíamos a una hermosa historia de amor en la etapa Leo-Casa V, en la cual, la Divinidad amaba a su creación al tiempo que le dotaba de un elevado principio, la libertad. El hombre, desde su propia Casa V, ha tratado de dibujar esos mismos trazos, desplegando su capacidad de amar a sus hijos. La enseñanza es una proyección del trascendente propósito de amar. Nuestra capacidad para ser "maestros" depende de la luz que hayamos sido capaces de captar de nuestra Divinidad interna, es decir, de nuestra actitud de fidelidad al Designio Divino. En la medida en que estamos integrando en nuestra conciencia la voluntad de nuestro Ego, la riqueza así manifestada nos hace hijos portadores de luz.

Pues bien, esta dinámica que acontece en la Casa V, se manifiesta externamente en la Casa IX, por lo que podemos adelantar, que será por dicho canal que derramaremos al mundo que nos rodea nuestra riqueza de luz.

Ya veíamos al estudiar los signos de Fuego y lo ocurrido en el primer Día de la Creación, que el término "fuego" en hebreo -Aur-, significa lo mismo que el término Luz. Y decíamos que su interpretación lo definía como el "principio inteligible". Desarrollando esta idea, encontraremos que la Casa IX, es el canal por el que derramaremos al mundo nuestra capacidad "inteligible", y lo hacemos con el propósito trascendente, de llevar a los demás ese principio que le permitirá encontrar el sentido profundo de la existencia. Existe en este sector un afán por transformar, por ordenar, por establecer leyes y normas que permitan al mundo acompasarse con la dinámica cósmica.

La calidad de nuestra luz, dependerá de nuestra capacidad para captar la voz del Yo Superior.

Serán los aspectos los que nos revelarán si seremos portadores de orden o de caos.

La astrología convencional interpreta esta Casa como el canal por el cual exteriorizamos nuestros principios de vida, nuestros valores morales, nuestra filosofía, nuestras creencias, es la Casa que nos habla de nuestra comprensión de los conceptos abstractos de la existencia, la comprensión de las leyes divinas, de los múltiples rostros de Dios. Igualmente, a través de este sector expresamos nuestra proyección política, nuestra ideología social. No en vano, expresa la dinámica del signo Sagitario.

Todas estas expresiones encuentran su sentido profundo en la regencia que aporta el Séfira Binah a la dinámica de la Casa. Los estudios realizados hasta estos momentos, nos permite reconocer que la huella de Binah se manifiesta fundamentalmente con el propósito de estructurar, organizar, la energía en sí misma. Gracias a dicho Séfira, toda obra adquiere un rostro visible, pero para conseguirlo es necesario que se produzca una toma de conciencia previa, la que nos lleva a sacrificar parte de nuestros propósitos para que pueda nacer el nuevo impulso. Binah nos enseña que todo debe respetar un orden, un orden no impositivo, sino una necesidad vital en el proceso creativo.

El límite, la ley, la norma, aparece como un patrón que la conciencia ha de adquirir para contribuir en el proceso creativo. Por la Casa IX, exteriorizamos nuestro entendimiento de este concepto; expresamos nuestra conciencia del orden, y enunciamos cómo creemos que deben dirigirse los comportamientos humanos, en cierta medida, podemos decir que moralizamos.

Es importante conocer qué grado de moralidad-luz hay en nuestra conciencia, pues si hemos interiorizado falsos valores, sin duda, derramaremos en la sociedad nuestros propios errores. Binah con su aspecto cristalizador hace que en nuestro interior se evidencie de un modo concreto las imágenes de conceptos que se encuentran en el bagaje de nuestra naturaleza anímica. De este modo y ante tal evidencia, estamos convencidos de que lo que "vemos" es lo mejor para los demás. Es la raíz de todos los impulsos que nos llevan a convertirnos en "guías", "maestros", misioneros, profetas, etc...

Otro de los significados que tradicionalmente se interpretan en esta Casa, es la de los viajes de largo trayecto, y el extranjero. La razón que ha de permitirnos comprender estos significados, debemos buscarla nuevamente en la influencia que ejerce Binah sobre esta Casa. Como hemos visto, este Séfira nos lleva a exteriorizar la energía para hacerla tangible en el mundo concreto. En la Casa IX, la energía se traduce en valores morales, en valores de conciencia. Si en nuestra andadura humana ponemos freno al impulso creador de nuestro Ego que nos lleva a cristalizar en la Tierra un "trozo de cielo", sentiremos en cambio la necesidad de explorar nuevas tierras, nuevos estados, nuevos países, que por lo general están más allá de nuestro propio lugar de nacimiento. El viaje se manifiesta pues, como una anécdota externa que trata de revelarnos el cambio anímico que debemos realizar, es decir, nuestro destino, y las propias peripecias del viaje en sí, nos ayudarán a despertar a un estado de conciencia que sin esas circunstancias no adquiriríamos. En la medida que nuestra conciencia se moviliza con el propósito de adecuar la voluntad de nuestro Yo Superior a nuestro comportamiento humano, no viviremos la necesidad de realizar viajes externos.

Un resumen de los significados de esta Casa, sería el siguiente:
  • La religión; experiencias y aspiraciones espirituales.
  • Visiones; profecías.
  • Viajes largos. El extranjero.
  • Las leyes, la jurisprudencia.
  • Proceso de evaluar nuestras acciones. Toma de conciencia.
  • Mente abstracta. La inspiración.
  • Filosofía de vida. Aprendizaje de lo que uno es.
  • Búsqueda de la identidad verdadera. ¿Quién soy Yo?
  • Actividades que amplían los horizontes de auto-conocimiento.

miércoles, 7 de abril de 2021

Astrología Cabalística: "Las Casas Terrestres - Casa V)

CASA V


A través de este canal, el hombre imita a su creador poniendo de manifiesto su capacidad creadora. Si Dios a través del signo de Leo, nos alumbra, permitiéndonos no ir por la vida a oscuras, si nos arropa y cobija con su calor, si nos dota de libertad para que actuemos y creemos, así mismo actuaremos desde este sector. Nos convertiremos en luces para los demás, de tal modo que seremos los hombres "enseñanzas" aportando los excedentes de nuestra sabiduría al exterior. A través de esta Casa proyectamos nuestra capacidad para crear vida, estaremos concienciados de cómo contribuir en esa importante tarea. 

Cuando estudiábamos a Leo, veíamos que este signo respondía a nivel cabalístico a la dinámica de Hochmah, el Séfira del Amor Superior. Este mensaje se resume igualmente en esta Casa, por lo que nuestro comportamiento en ella nos llevará a ser hombres-luz, hombres-amor. 

La astrología convencional recoge una amplia gama de significados para interpretar este sector astrológico, así vemos que se refiere a ella, como la Casa de la "suerte", ya sea en negocios, azar, trabajo, etc. La Cábala nos revela que la suerte no existe. Aquello que cosechamos es el "efecto" de la "causa" promovida anteriormente. Por lo tanto, cuando la suerte aparece por la Casa V, nos está indicando que nos hemos movilizado correctamente desde el sector I, de tal modo que nuestro trabajo humano ha hecho posible el que ahora recibamos la recompensa de nuestras buenas acciones. La luz de Leo se convierte en esta Casa, en oro, el cual podremos utilizar en la continuación de "buenas acciones". 

Desde este punto de vista, la Casa V es un sector benéfico que nos permite recibir ayuda para llevar a cabo nuestro trabajo humano (Casa I). Circunstancias afortunadas que nos sitúan en el lugar adecuado y en el momento adecuado para poder lograr nuestro propósito.

Al tratarse de una Casa He, nos hablará igualmente de nuestra actitud interna, es decir, de nuestro estado de conciencia, ese estado de conciencia adquirido y acumulado de vidas anteriores. Esta disposición es importante, ya que será como un foco que en las "oscuras noches" nos guiará, tanto a nosotros mismos como a los demás. 

Otro de los significados más frecuente de esta Casa, es el de los hijos, así como el que nos revela nuestra capacidad para engendrarlos. Podremos entender esta vinculación, cuando recordemos los trabajos de Leo-Hochmah. En este Arquetipo se encuentra el afán creador, el deseo de dar vida. Este impulso fue empleado por Elohím para engendrar su Obra Creadora.

Cuando existen malos aspectos a este sector, podremos conocer los obstáculos que impiden llevar a cabo con éxito la obra creadora humana. Conoceremos porqué no podemos tener descendencia. Pero esta Casa no tan sólo nos habla de los hijos materiales, sino de todos los frutos que hayamos podido generar con nuestro afán creador. Así pues, podremos hablar de hijos del "Fuego", obras morales; hijos del "Agua", obras emocionales; hijos del "Aire", obras intelectuales, y de hijos de la "Tierra", obras terrenales.


La libertad es una expresión que igualmente se recoge en los significados de esta Casa. Urano se encarga de transmitir por "genética" espiritual, la búsqueda de la libertad, pues ese atributo es dado por el Padre al hijo, para que ejerza su labor creadora sin opresiones. Es por ello, que a través de la Casa V, nos manifestaremos siempre de acuerdo a nuestra conciencia.

Si a través de Leo, Dios suscita nuestro amor hacia todo lo que es noble y elevado, a través de la V, nosotros suscitamos el amor de los demás, pero se trata de un amor puro, capaz de dar sin pedir nada a cambio. 

En definitiva, los trabajos de la Casa V, han de llevarnos a potenciar nuestro estado de concienciación, y será desde este sector que daremos testimonios de nuestra luz acumulada.

Si queremos profundizar en los trabajos de este canal, debemos meditar sobre las siguientes cuestiones:
  • ¿Cómo nos sentimos en las actividades creadoras?.
  • ¿Cómo nos inspiramos?.
  • ¿Cómo se enriquece nuestra conciencia?.
  • ¿Cuál es mi actitud ante la actividad creadora?.

Dado que cuando estudiamos este sector, se nos abre un amplio abanico de interpretaciones, haremos un resumen de ellas:

  • Auto-realización a través de actividades creadoras y procreadoras.
  • Seguridad de la identidad.
  • Experiencias afectivas de orden romántica: amor suscitado en los demás por la manifestación de nuestra personalidad, de nuestros valores.
  • La libertad; el tiempo libre, el recreo y el azar, diversiones, el placer.
  • Los hijos.
  • La enseñanza, la educación.
  • La conciencia. Impulso hacia la auto-comprensión.
  • Afán de significación y notoriedad, de poder.
  • Los cortejos y la vida licenciosa. Relaciones emocionales antes del matrimonio.


martes, 6 de abril de 2021

Astrología Cabalística: "Las Casas Terrestres - Casa I o Ascendente"


La regencia cabalística de esta Casa queda bajo la tutela de Kether-Padre, de lo cual se deduce que seremos portadores a niveles humanos, de su cualidad espiritual, la Voluntad, la Vida, la Existencia del Ser. Por ello, debemos buscar en este sector todo lo relacionado con nuestro Yo individual, con nuestra personalidad, con nuestro poder de acción (propósitos, iniciativas, perspectivas).

En cuanto a la regencia zodiacal, está bajo la hegemonía de Aries, signo por donde se expresa el Designio Divino, el Programa Espiritual. Por tanto, el canal I, será aquel que nos informa de los propósitos humanos. Se trata de la semilla que queremos sembrar en el mundo. Como semilla que es, no podremos esperar un gran dominio de las energías que allí se expresa, sino que debemos saber, que es en dicho sector donde nos comportaremos como aprendices, y lo haremos con las mismas ganas e interés que le son propios a esta condición.

Aries conecta al hombre con la Divinidad. La Casa I conecta al hombre con el mundo donde habita. Es por ello, que por este canal, el hombre proyecta su personalidad a la Tierra.

Cuando estudiábamos Aries, veíamos que este Arquetipo dibujaba el "cuerpo divino", la Esencia Espiritual. Su proyección a través de la Casa I, hará que este sector dibuje igualmente los trazos de nuestro cuerpo físico. Ya veíamos como el Ascendente, es el punto que nace, que se cristaliza y concreta en el horizonte oriental en el momento del nacimiento. Este "nacimiento" es análogo a la reencarnación del Ego en un cuerpo físico, por lo que estaremos describiendo los trazos no tan sólo de un cuerpo material, sino del Espíritu -la vida- en uno de sus vehículos, en este caso, el más sólido, el físico.

Desde el punto de vista psicológico, en el Ascendente encontramos todo lo relacionado con nuestro Temperamento. Desde este punto de vista, el Ascendente nos habla de una nueva oportunidad, de una nueva dirección en la evolución.

El trabajo espiritual de este sector, como bien Elman Bacher ha recogido en sus fabulosos estudios astrológicos, se resume en la siguiente frase: "Yo soy una conciencia individualiazada". Para dicho autor, el principal propósito vibratorio de un ser humano en la encarnación (Casa I) es cumplir lo mejor que pueda la potencialidad del signo ascendente a través del capítulo de experiencias y ubicación vibratoria del planeta que rige el signo Ascendente. De hecho, la Casa donde se encuentra dicho planeta, nos indicará las condiciones ambientales donde se proyectarán las potencialidades de nuestra personalidad.

Ya hemos visto en otra parte de esta enseñanza, como el Fuego está en analogía con la primera fase del crecimiento humano, la infancia. Ahora añadiremos que el sector que se encarga de informarnos sobre esos primeros años de nuestra existencia, es el Ascendente. Por lo tanto busquemos en él, todo lo relacionado con las condiciones domésticas de nuestra infancia.

Los rasgos humanos que se expresan en este sector, nos llevan a protagonizar todo un bagaje de experiencias relacionadas con la manifestación de nuestro Yo: sentimientos de independencia; subjetividad; comportamiento; gestos; identidad; auto-imagen.

Si quisiéramos adquirir una información profunda y más amplia de nuestro Ascendente, meditemos sobre los siguientes puntos:

  • ¿Cuáles son mis iniciativas en la vida?
  • ¿Cómo me comporto a la hora de hacer las cosas?
Los malos aspectos en este sector harán que el trabajo humano se proyecte en lugar inadecuado. Encontrará obstáculos de mano de la sociedad, del cónyuge (VII), del medio profesional (X), ó del ambiente familiar (IV), para el desenvolvimiento de su personalidad.

La acumulación de planetas dará un excesivo protagonismo en sus iniciativas. Estará dividido, pues no podrá atender todas las llamadas. Querrá sobresalir y su manifestación se tornará egoísta.

lunes, 5 de abril de 2021

Astrología Cabalística: "Las Casas Terrestres - Clasificación"

CLASIFICACIÓN DE LAS CASAS TERRESTRES

Las Casas, al igual que los Signos, son estudiadas en varias clasificaciones: por Triplicidades, esto es, respondiendo cada Casa a un Elemento, y por Cuadriplicidades, es decir, especificando el protagonismo ó ciclo que realiza dentro de cada elemento.

CASAS DE FUEGO (VITALES-ESPIRITUALES)
  • Son las Casas I, V y IX.
  • Los trabajos de éstas, se centran en la manifestación del Yo, de la Identidad del Sí mismo, y lo hace en tres campos de manifestación, en el de la propia personalidad (I), dando expresión al cuerpo físico. En el de la propia creatividad (V), dando vida a los hijos, tanto en lo moral como en lo mundano. Por último, en el de la propia espiritualidad (IX), dando expresión a su visión ética de la vida.
  • A través de estas casas, el Yo se muestra a sí mismo.
  • Kether rige la Casa I. Hochmah, la V y Binah, la IX. Están en analogía con los trabajos del Primer Día de la Creación.
CASAS DE AGUA (PSÍQUICAS-EMOCIONALES)
  • Son las Casas IV, VIII y XII.
  • Los trabajos se centran en la manifestación del Yo Emocional. A través de estos canales se expresan los más profundos anhelos del alma; nuestra naturaleza instintiva; la herencia genética adquirida de nuestro pasado ancestral; el inconsciente, donde se encuentra oculto todo nuestro potencial creador humano.
  • Hesed rige la casa IV. Gueburah rige la VIII, y Tiphereth, rige la XII. Están en analogía con los trabajos del Segundo Día de la Creación.
CASAS DE AIRE (RELACIÓN-INTELECTUALES)
  • Son las Casas VII, XI y III.
  • Los trabajos se centran en la manifestación del Yo Mental. Será a través de estas Casas, por donde nuestro Yo interno se ve reflejado en los demás. Son las puertas de contactos y de relación con los demás compañeros de ruta. Del mismo modo, será en dichos sectores por donde desplegaremos nuestra actividad intelectual, por donde pondremos en circulación el contenido de nuestras ideas.
  • Netzah rige la casa VII. Hod, la casa XI y Yesod, la casa III. Están en analogía con los trabajos del Tercer Día de la Creación.
CASAS DE TIERRA (MATERIALES-REALIZACIÓN)
  • Son las Casas X, II y VI.
  • Los trabajos se centran en la manifestación del Yo a niveles materiales, a niveles prácticos. Se trata del Yo consciente. Dichos canales nos hablarán de nuestro trabajo concreto en el mundo, del modo como construimos la realidad física, y de cómo administraremos nuestros recursos materiales.
  • Malkuth, rige las Casas de Tierra. Están en analogía con el Cuarto Día de la Creación.
CASAS ANGULARES-YOD
  • Son las Casas I, IV, VII y X.
  • Su trabajo consiste en ser motor de arranque. Su cualidad es auto-activadora: ACTUAR.
  • Los planetas situados en estos sectores adquieren un mayor poder en su manifestación.
  • Estas Casas están bajo la regencia de Kether, por lo que el principio activo e inseminador de la voluntad se encuentra de alguna manera de manifiesto en ellos.
CASAS SUCEDENTES-HE
  • Son las Casas II, V, VIII y XI
  • Se caracterizan por los trabajos internos. Los deseos imperan en estas Casas, lo que hace que las experiencias vividas en ellas sean intensas y profundas. Dan expresión a los anhelos individuales y existe una imperiosa necesidad de controlar, interiorizar y perfeccionar, así como de seguridad.
  • Estas Casas están bajo la regencia de Hochmah, por lo que el principio activo es el Amor. Son sectores pasivos aparentemente, pero de una gran riqueza interna.
CASAS CADENTES-VAV
  • Son las Casas III, VI, IX y XII
  • Los trabajos de estas Casas son especialmente externos, exteriorizadores, por lo que su importancia radica en el intercambio, en el trabajo de maduración y de sabiduría. Se trata de la fase última, por lo que debemos esperar un dominio que nos lleve a la sublimación. De igual modo, al tratarse de sectores de evacuación, debemos esperar que por ellos aparezca el contenido sintetizado de todos los trabajos, es por lo que estos sectores expresan procesos kármicos y selectivos. La experiencia vital es el aprendizaje.

domingo, 4 de abril de 2021

El Presente o El Eterno Poder de Renacer

El Presente o El Eterno Poder de Renacer.

“Para el ego el pasado es importantísimo, y, en última instancia, cree que es el único aspecto del tiempo que tiene significado. Recuerda que el hincapié que el ego hace en la culpabilidad le permite asegurar su continuidad al hacer que el futuro sea igual que el pasado, eludiendo de esa manera el presente. La noción de pagar por el pasado en el futuro hace que el pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así en un continuo sin la intervención del presente. Pues el ego considera que el presente es tan sólo una breve transición hacia el futuro, en la que lleva el pasado hasta el futuro al interpretar el presente en función del pasado”.

“El ahora no significa nada para el ego. El presente tan sólo le recuerda viejas heridas, y reacciona ante él como si fuera el pasado. El ego no puede tolerar que te liberes del pasado, y aunque el pasado ya pasó, el ego trata de proteger su propia imagen reaccionando como si el pasado todavía estuviese aquí. Dicta tus reacciones hacia aquellos con los que te encuentras en el presente tomando como punto de referencia el pasado, empañando así la realidad actual de aquellos. De hecho, si sigues los dictados del ego, reaccionarás, ante tu hermano como si se tratase de otra persona, y esto sin duda te impedirá conocerlo tal como es. Y recibirás mensajes de él basados en tu propio pasado, porque, al hacer que el pasado cobre realidad en el presente, no te permitirás a ti mismo abandonarlo. De este modo, te niegas a ti mismo el mensaje de liberación que cada uno de tus hermanos te ofrece ahora”. (Un Curso de Milagros, Cap. 13 “El mundo inocente. Punto 4: La función del tiempo).

Si verdaderamente deseamos “despertar”, tomar consciencia de quienes somos y tomar el timón de nuestra existencia, debemos apostar por el “renacer” y esto tan sólo podemos hacerlo posible en el “presente”, en el “ahora”.

La referencia con la que he dado comienzo a este artículo, extraída de un Curso de Milagros, nos ayuda a tener conocimiento del poder que otorgamos al pasado y al futuro, en detrimento del valor que damos al presente. Al meditar sobre este tema, no he podido más que quedar rendido a una evidencia bastante reveladora: “dónde está el pasado… dónde está el futuro…”

Ambos conceptos del tiempo los hago consciente en el eterno presente, y ello significa, que ese momento “mágico”, al que no damos importancia, nos ofrece la oportunidad de “renacer”, de decidir qué hago con mi vida. Cada presente me otorga ese inmenso poder. En la intimidad de ese “ahora”, Yo soy el que decide. Yo decido si reviviré el dolor del pasado que me mantiene atado y prisionero de una irrealidad o por el contrario, decidiré renovar esa visión ilusoria y apostar por un presente lleno, pletórico, abundante de Amor. 

Si apuesto por esa decisión y me invito a hacer que cada presente sea una vivencia de Amor, conseguiré que, a lo que he llamado, de manera ilusoria, futuro, es decir, el presente de mañana, sea una realidad bien distinta, a la que sería si diese continuidad a lo que interpreté como pasado.

El pasado, o lo que es lo mismo, el presente de ayer, no debe convertirse en un tiempo muerto, pues su vivencia supuso un momento de crecimiento. Esa vivencia se convierte en la base de nuevos presentes y desde este punto de vista, cada presente se convierte en la mejor oportunidad para apostar por un crecimiento armonioso y saludable.

Desde este punto de vista, si en los cimientos de nuestro actual presente encontramos sentimientos de odio, rencor, miedo, culpa, el “ahora”, es el momento sagrado y decía, anteriormente, mágico, para decidir no seguir construyendo nuestra existencia sobre esos pilares. Cada momento presente, es una nueva oportunidad para renovarnos, para despertar del pesado sueño en el que creemos vivir separados de la verdadera personalidad sagrada. Si en nuestras relaciones humanas vemos a nuestros compañeros de ruta con la imagen de su pasado, no le estaremos dando la oportunidad de renovación implícita en cada nuevo presente. Nuestra proyección de esa creencia, de que el pasado y futuro es la única línea del tiempo posible, nos condicionará para no apreciar que cada presente podemos elevar nuestra condición humana, perdonándonos a nosotros mismos y por extensión a nuestros hermanos.